Crítica de Avatar: Fuego y ceniza en 3D, de James Cameron

Avatar: Fuego y ceniza de James Cameron era junto a Misión Imposible: Sentencia Final las dos películas que más ganas tenía de ver este año. Y el visionado en 3D no ha decepcionado, la película se va directa a mi Top de mejores películas de 2025.

PUNTUACIÓN: 9/10

Tercera entrega de la saga «Avatar». Presenta al Pueblo de las Cenizas, un clan Na’vi no tan pacífico que utilizará la violencia si lo necesita para conseguir sus objetivos, aunque sea contra otros clanes. (FILMAFFINITY)

James Francis Cameron (Kapuskasing, Ontario, 1954) es un director de cine canadiense. Conocido por sus películas de ciencia ficción, su primera película Terminator (1984) ya le valió el reconocimiento de público y crítica. Aliens (1986), The Abyss (1989), Terminator 2: Judgment Day (1991) y True Lies (1994) fueron también super éxitos que le consolidaron en el star-system de Hollywood como un director al que merece darle carta blanca para hacer unas películas que tan sólo él puede imaginar. También dirigió Titanic (1997), que le valió los premios de la Academia a la Mejor película, Mejor director y Mejor montaje, y Avatar (2009), rodada con tecnología 3D, le valió nominaciones en las mismas categorías, aunque «solo» ganó otras tres categorías: Mejor fotografía, Mejor dirección artística y Mejores efectos visuales. Tras convertirse Avatar en la película más taquillera de la historia, lo que le valió el odio de mucha gente envidiosa y gafapasta, en 2022 se estrenó Avatar: El sentido del agua, que fue otro éxito incontestable que se situó en el tercer puesto en el ranking, tras Avatar y Vengadores Endgame.

Cameron es cofundador de las productoras Lightstorm Entertainment, Digital Domain y Earthship Productions. Además de cineasta, es explorador marino de National Geographic y ha producido numerosos documentales sobre el tema, como Ghosts of the Abyss (2003) y Aliens of the Deep (2005). Cameron también ha contribuido a las tecnologías de filmación submarina y de vehículos remotos y ha ayudado a crear el sistema de cámara digital 3D Fusion. En 2012, Cameron se convirtió en la primera persona en hacer un descenso en solitario al fondo de la Fosa de las Marianas, la parte más profunda del océano de la Tierra, en el sumergible Deepsea Challenger.

Cameron produce, dirige y escribe el guion junto a Rick Jaffa y Amanda Silver, a partir de una historia de ellos tres, Josh Friedman y Shane Salerno. Cameron además participa en el montaje de la película, además de en el desarrollo de la tecnología 3D y de captura de movimientos usada para el rodaje de esta película. Russell Carpenter es el director de fotografía y la música es de Simon Franglen. La película de 197 minutos de duración cuenta con un presupuesto estimado cercano a los 400 millones de dólares, un importe que será amortizado en cuanto la película supere los 1000 millones de recaudación, cosa que seguro conseguirá durante las vacaciones de Navidad.

En el reparto tenemos el regreso de Sam Worthington como Jake Sully, Zoe Saldaña como Neytiri, Sigourney Weaver como Kiri, la hija del avatar Na’vi de la Dra. Grace Augustine, que fue adoptada por Jake y Neytiri. Britain Dalton como Lo’ak, segundo hijo de la pareja, Jack Champion como Miles «Spider» Socorro y Trinity Jo-Li Bliss como Tuktirey «Tuk», la hija de Jake y Neytiri y su hija menor. Stephen Lang como el coronel Miles Quaritch, Kate Winslet como Ronal y Cliff Curtis como Tonowari, completan el reparto en sus papeles principales.

El nuevo personaje que hace su triunfal presentación en esta películas es Varang, interpretada por Oona Chaplin, la líder Na’vi del clan Mangkwan, que habita en un paraje desolado al lado de un volcán.

Avatar: Fuego y ceniza es un peliculón. Ya está. En realidad no haría falta decir nada más, porque todo el mundo sabe, incluso los haters, que James Cameron juega en otra liga respecto a cualquier otra película estrenada en cines… desde 2022 cuando se estrenó Avatar: El sentido del agua.

Por quitármelo de encima lo antes posible, diría que el único problema que tiene Fuego y ceniza es que es una película de Avatar. Hay tanto odiador envidioso suelto por las redes sociales que estoy leyendo muchas críticas ridículas que se podrían reducir con gente criticando una película de Star Wars porque hay combates con sables laser. Si, en Avatar: Fuego y ceniza hay muchos seres azules y si, pelean en el cielo y en el agua contra los soldados humanos que intentan explotar los recursos naturales de Pandora y exterminar a sus habitantes. Si esas cosas no te gustan, no hace falta que vayas a ver la película, porque luego te quejarás que la película es más de lo mismo.

Pero Avatar: Fuego y ceniza es mucho más que «más de lo mismo». Estamos ante un nuevo despliegue visual que no se destaca lo suficiente. El trabajo de Cameron para dar vida al mundo de Pandora con una flora y una fauna diferente a todo no se destaca lo suficiente. Me resulta imposible imaginar el nivel de trabajo e imaginación que Cameron y todo su equipo han empleado para convertir en realidad los diferentes ecosistemas que veremos en la película. Porque todo es real en la pantalla, no hay ni un fotograma en que puedas decir «eso no lucía real». Porque todo lo es. Y esto es aparte del revolucionario 3D, la grabación en 48 fps frente a los 24 tradicionales, y los desarrollos tecnológicos creados por Cameron y su equipo para poder contar la historia de la forma en que Cameron piensa que es mejor. Llamar a Cameron «visionario» es quedarse muy corto. Es un creador único.

Otro elemento bestial es ver una película de tres horas y cuarto de duración y no sólo no se haga larga, es que todo es emocionante y consigue atrapar al espectador. Cameron plantea una película con un ritmo increíble que sabe alternar acción super espectacular con desarrollo de personajes y momentos dramáticos. Además, Cameron plantea un climax de ¿45 minutos? en el que la acción y la tensión ante el destino de la familia Sully no deja de ir a más. Un climax alucinante y super satisfactorio.

Avatar nació como la historia de Jake Sully y Neytiri. En El sentido del agua creció para convertirse en la historia de la familia con todos sus hijos, naturales y adoptados. En Fuego y ceniza tenemos la evolución lógica de todas las historias, con un creciente protagonismo de los jóvenes Lo´Ak, Kiri y Spider que me gusta mucho. Incluso la joven Tuk tiene su momento de protagonismo ayudando a su hermana Kiri en un momento clave de la película. La conexión de Lo´Ak con Payakan, la «ballena» Tulkun, es uno de los desarrollos más interesantes, pensando en que la sociedad Tulkun no acepta luchar aunque eso suponga su muerte. También la confirmación del nacimiento de Kiri del Na´vi de la doctora Augustin se aclarará, al igual con su conexión con el espíritu de Eywa, la consciencia que conecta toda la vida de Pandora. Es otro momentazo emocional y visual increíble. Aunque la película sigue siendo la historia de Jake y Neytiti, me gusta la sensación de «paso de la antorcha» hacia los más jóvenes que tendrán que salvar la situación cuando peor están las cosas.

Otro de los puntos claves desde un punto de vista emocional gira en torno a Spider, el niño humano que vive con la familia Sully. Spider es hijo del Coronel Quaritch, pero ha sido criado por Jake. La muerte de Neteyam, el hijo mayor de los Sully en El sentido del agua, ha convertido a Neytiti en alguien resentido que vive en el odio a los humanos, incluido Spider. Junto a esto, tendremos el enfrentamiento entre Lake y Quaritch por el corazón de su hijo. Este triángulo nos da unos momentos super buenos que ayudan a la sensación satisfactoria que tiene la película en todo momento.

Dentro de estar en una película de aventuras que sólo busca entretener al espectador, me gusta mucho la complejidad de los personajes. Empezando por el odio de Neytiri hacia los humanos o la obsesión de control de Jake hacia sus hijos, con el drama de culpar a su hijo Lo´Ak por la muerte de Neteyam como mecanismo de defensa para no reconocer que él se siente culpable por ello. También me gusta mucho la construcción psicológica de Quaritch y como es capaz de hacer lo que sea por su hijo pero al mismo tiempo no dudaría ni un segundo en exterminar a todos los Na´vi si sus superiores se lo mandan.

Otro de los descubrimientos de Avatar: Fuego y ceniza es la nueva villana Varang, interpretada por Oona Chaplin. Su clan de la ceniza Mangkwan son unos villanos super potentes porque suponen la corrupción de los Na´vi, al ser una tribu que ha abandonado a Eywa tras ver su forma de vida destruida tras la erupción del volcán. Varang tiene una fijación por el fuego que la convierten en extremadamente peligrosa, porque cumple el viejo tropo de villano que busca «ver el mundo arder». Los Mangkwan son saqueadores que recuerdan a las tribus nativo americanas más violentas que coleccionaban las cabelleras de sus víctimas, da igual que sean mujeres o niños indefensos. Y frente a la sociedad virtuosa de los na´vi, Varang abraza el vicio y la perversión de todo lo que se cree sagrado. Frente a la narración de Na´vi buenos vs humanos malos, la llegada de los Mangkwan cambia completamente el escenario. Y su llegada en el climax final de la película es uno de los mejores momentos de las 3 horas de visionado.

Además del clan de la ceniza Mangkwan, en Avatar: Fuego y ceniza veremos por primera vez a los Comerciantes del Viento, un nuevo grupo de Na´vi que sirven para ampliar la complejidad del mundo de Pandora. Y aunque su aparición fue menor de lo que esperaba, me sugiere que aún quedan muchos aspectos del mundo de Pandora por descubrir.

James Cameron ha comentado que tenía pensadas 5 película de Avatar, que rodaría si la franquicia siguiera siendo rentable para 20th Century Studios (Disney). De momento, esta tercera parte está pensada para dar un final satisfactorio a la historia iniciada en El sentido del agua. En ese sentido, el éxito es total. Sobre todo, porque los problemas existenciales de Kiri y Spider si quedan resueltos, como también la lucha entre Jake y Quaritch. Por ponerle un pero, tras volarme la cabeza durante muchas partes de la película, Varang queda opacada en muchos momentos en la parte final, y hubiera deseado ver el combate entre ella y Neytiti que en realidad todos estábamos esperando. Es cierto que la idea de «los jóvenes levantándose en el momento de mayor necesidad» es la clave de este final, y en cierto sentido algo debía quedarse en el tintero. Pero creo que Varang ha resultado una villana genial que puede dar mucho juego si Cameron decide volver al mundo de Pandora.

Por comentar otras cosas, me ha fastidiado que el cine Cinesa de Castellón donde vi la película en 3D no la proyectara en 48 fps como Cameron la ha creado. La película es una pasada por si misma, pero sin el 48 fps el visionado perdió la sensación de hiper realidad y de sentir que estás dentro de la acción. De hecho, el 3D con el sistema Real 3D de Cinesa no me ha gustado ni me ha dado lo mismo que las películas anteriores. Está claro que hay una parte de sorpresa y maravilla que El sentido del agua tenía con el descubrimiento del mundo marino de Pandora que Avatar: Fuego y ceniza no puede tener. Pero creo que las cadenas de cine deberían innovar para ponerse a la altura que demandan creadores como James Cameron.

Cameron lleva 20 años en Pandora. Tiene sentido que tras el estreno de esta tercera película de Avatar, pueda estar cansado o con ganas de hacer otras cosas, pensando que tiene 71 años y aún muchas inquietudes que llevar a la gran pantalla. Si la saga de Avatar se queda aquí, creo que la experiencia que nos ha dado ha sido revolucionaria. En realidad, da igual lo que sea que haga Cameron a continuación, yo pagaré por verlo en la mejor pantalla posible. Lo que tengo claro es que Avatar: Fuego y ceniza va a romper la taquilla y será otra película super rentable para su productora. Si no se hacen nuevas películas será porque Cameron no quiere, no porque el estudio no fuera a financiarle. ¿Significa eso que Avatar: Fuego y ceniza va a superar los 2000 millones de recaudación como las dos primeras? No tengo ni idea, posiblemente no, si nos creemos que el hobby de ver cine en pantalla grande parece que está en retroceso. Pero en realidad, si el presupuesto de 400 millones es correcto, Avatar 3 empezará a dar beneficios en cuanto supere los 1000 millones de recaudación, algo que estoy seguro que será una realidad antes de final de año. Es imposible que Avatar 3 no de beneficios a 20th Century Studios / Disney. Dicho esto, no tengo duda que los mismo que hicieron campaña para convencernos que Superman fue un éxito de taquilla recaudando apenas 600 millones, recordando que las películas tienen otras fuentes de ingresos más allá de su vida comercial en los cines gracias al streaming, van a ser los primeros que mentirán para intentar convencernos que es un fracaso si no alcanza los 2000. Y si no, al tiempo.

No se puede negar la importancia de Cameron como un creador único que ha revolucionado la industria del cine desarrollando innovaciones que no existirían sin su impulso creativo. Esto me lleva a la estupidez de los haters y sus chorradas sobre la «nula importancia cultural» de la franquicia de Avatar. En realidad, el mero hecho de estos tontos hablando sobre Avatar ya resalta la importancia de la película, porque sólo hablas de lo que es relevante y crees que puede darte clicks y visionados. Pero es que además, ¿Qué significa que una película tenga «importancia cultural»? ¿No es bastante prueba que TODO el mundo pague por ver la película en el cine? La sala donde la vi el sábado estaba casi llena, con un público que en su mayoría podriamos llamarla «adulta». Y la gente empezó a aplaudir de forma espontánea al final de la película, la demostración más evidente que la película había gustado a la gente. ¿Cuándo fue la última vez que la gente empezó a aplaudir al final de una película en un cine?

Resulta ridículo que para estos tontos, la «relevancia cultural» la marca que se hagan videojuegos, novelas o comics de una película. O que se venda merchandising como camisetas o Happy meals. Que Avatar no lo tenga lo único que demuestra es que Cameron es un cineasta que sólo se preocupa de su arte cinematográfico y no trata su historia como una «Propiedad Intelectual» que explotar comercialmente. Pero en lo fundamental, Avatar tiene más relevancia que cualquier película estrenada en los últimos 20 años. Porque la gente la ha visto múltiples veces. Y luego los blu-rays se han vendido como churros. Y cuando se estrenó en Disney+, las películas entraron en el listado de película más vistas de ese año. Y todo eso sucede porque AVATAR no sólo son buenas películas, es que además GUSTAN al público. Que es lo que los gafapastas y los idiotas jamás perdonarán a James Cameron. Y por eso sueñan con ver que una película suya fracasa en taquilla. Lo siento por ellos, pero van a tener que seguir esperando.

No lo dudéis, si podéis, ir a ver Avatar: Fuego y ceniza en 3D en la mejor y más grande pantalla que podáis. Os lo vais a pasar genial.

Comparto el trailer de la película:

Avatar: Fuego y ceniza es un peliculón que merece verse en pantalla en pantalla grande. James Cameron vuelve a triunfar con otra empresa imprescindible.

PUNTUACIÓN: 9/10

Gracias por leer este post. Espero tus comentarios. Y si te gustó el artículo, te invito a que lo compartas en redes sociales y que te suscribas para que te lleguen las notificaciones de las próximas publicaciones. Y si quieres, puedes invitarme a un café.

¡Saludos a todos!

Deja un comentario

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.