Crítica de Hereditary, de Ari Aster

No sabía nada de Hereditary, ópera prima del guionista y director Ari Aster. No había visto ni una imagen ni leído ninguna crítica, no sabía que esperar de ella. Y puedo decir que es una buena película que merece verse en pantalla grande.

PUNTUACIÓN: 7.5/10

Cosas extrañas comienzan a suceder en casa de los Graham tras la muerte de la abuela y matriarca, que deja en herencia su casa a su hija Annie. Annie Graham (Tony Collette), una galerista casada (con Gabriel Byrne) y con dos hijos, no tuvo una infancia demasiado feliz junto a su madre, y cree que la muerte de ésta puede hacer que pase página. Pero todo se complica cuando su hija menor (Milly Shapiro) comienza a ver figuras fantasmales, que también empiezan a aparecer ante su hermano (Alex Wolff).

Aunque voy a intentar que mi crítica sea lo más libre de spoilers posible, por si acaso, te recomiendo que veas la película y después vuelvas a leer mi opinión. Al final, casi todo es spoiler.

Hereditary es larga, dura 147 minutos y tiene un ritmo lento que construye paso a paso la psicología de Annie, una espectacular Tony Collette que merecería la nominación al Oscar. Gabriel Byrne simplemente es el árbol sólido en el que se apoya la familia, aunque no tiene momentos para lucirse, cosa que sí tienen los niños. La niña Milly Shapiro con su cara malrollera y su característico sonido bucal lo hace genial y su presencia, incluso cuando no está en pantalla, es omnipresente. Y el chaval Alex Wolff, con su rango de sentimientos, apatía, indiferencia, dolor, rabia, preocupación, y su contenida actuación me ha parecido de lo mejor del film junto a Toni Collette.

Como su nombre indica (Hereditary = hereditario), gran parte de la película gira en torno a si la familia define nuestro futuro o si podemos labrar nuestra propia historia. Pero a la vez, asistimos al viaje vital de una mujer que ha sufrido problemas mentales en el pasado y no sabe si la realidad que ella observa es real, o sólo una construcción de una mente que no llegó a sanar. Ari Aster , el director y guionista, hace que  Annie se dedique obsesivamente ha construir maquetas con pasajes de la vida de su familia, aparte de por el mal rollo que crea, para resaltar que no somos dueños de nuestro propio destino.

Hereditary me ha gustado, pero no me ha flipado. De hecho, aún siendo buena película, estoy asombrado de las exageradas alabanzas generalizadas de la crítica. No creo que marque un antes y un después para el cine de terror, ni que sea el Exorcista para la nueva generación. Lo que sí ha conseguido Ari Aster es construir una película original tomando elementos de clásicos del género como El Exorcista, La Semilla del diablo, o las más recientes Babadook o La bruja. La historia y su austera pero elegante puesta en escena, consiguen que aunque estas similitudes existan, no pienses en ningún momento durante el visionado que estas viendo una «copia de…».

Debo decir que la película tiene una sorpresa monumental a mitad del visionado que fue totalmente inesperada. Si hubiera visto el trailer podría decir que el director había jugado al despiste, ya que evita completamente esta sorpresa. Esto mola mucho, ya que estoy cansado de ver trailers que spoilean el 80% de la película. Al mismo tiempo, dado que NO había visto nada de la película, aunque la escena es brutal, es una continuación coherente de la historia, que en mi caso, diría que telegrafía hacia donde se dirige al final.

Visualmente, la película es muy buena. La fotografía de Pawel Pogorzelski, el diseño de producción de Grace Yun, decorados de Brian Lives, la dirección artística Richard T. Olson y la música de Colin Stetson consiguen crean una atmósfera opresiva en la que la familia va descubriendo de forma progresiva que sus vidas no son realmente suyas para disponer de ellas. El director Ari Aster demuestra tener una enorme habilidad de coger estos elementos técnicos para construir unas escenas que trasmiten miedo y mal rollo sin necesidad de emplear los típicos trucos de la pelis de terror. Además, su habilidad en el encuadre de las imágenes, el ritmo narrativo y la puesta en escena al servicio de la historia y la tensión le convierten en un valor en alza del que habrá que estar muy atento a sus próximos trabajos.

Si tengo que decir algo menos bueno, diría que al igual que La Bruja, la película tiene un tono realista que se rompe el llegar el climax finax, en el que, metafóricamente, se abren las puertas del infierno para recibir a la familia. Aunque es un buen final y el guión construye de forma hábil la tensión in-crescendo para llegar a ese punto inevitable, me pareció en parte una rallada y un todo vale, en especial con una muerte sucedida en la parte final. En todo caso, esto es un pequeño matiz, ya que Hereditary globalmente me ha gustado bastante.

Comparto el trailer de la película que afortunadamente puedo decir que juega al despiste.

Aunque Hereditary no es tan buena como leo en diversos nedios, sí es una muy destacable película de terror que destaca aún más teniendo en cuenta que estamos ante una película de un director novel. Si te gusta el terror, te la recomiendo.

PUNTUACIÓN: 7.5/10

Superman + Superhijos de Peter Tomasi, diversión familiar con el Hombre de Acero

He aprovechado estas vacaciones para leerme la excelente etapa que Peter Tomasi ha guionizado para la franquicia de Superman tras el Renacimiento de DC Comics, números 1-25 de la edición americaan, así como los 10 primeros números de la serie Super Hijos protagonizada por Superboy y Robin.

PUNTUACIÓN SUPERMAN 1-25 USA Post-Rebirth (nos. 1-13 de la edición española publicada por ECC Ediciones): 7.5/10

PUNTUACIÓN SUPERSONS 1-10: 8/10

La serie de Superman está escrita por Tomasi con la colaboración del dibujante Patrick Gleason, que dibuja junto a un equipo rotativo formato por Dough Mahnke y Jorge Jiménez, con colaboraciones de artistas como Ivan Reis, Ryan Sook, Sebastian Fiumara o Tony Daniel.

La serie de Superman se centra en la familia del Superman pre-Flashpoint, y sigue la historia a través de los ojos de su hijo Jon Kent. Escribí esta línea y me dí cuenta que todo aquel que no esté al tanto del mundo del comic estará totalmente perdido con lo que acabo de decir, y en general con los comics de DC de los últimos años, lo cual es para mi el principal escollo que hay que salvar para poder disfrutar de este comic.

DC Comics llevó a cabo una revolución de toda su línea editorial en 2011, a partir de la serie Flashpoint escrita por Geoff Johns. Esta serie provocó una paradoja temporal que reinició a todos los personajes, comenzando a publicar versiones más jóvenes de los personajes clásicos que se pensó que conectarían mejor con las nuevas generaciones. En franquicias como Batman o Green Lantern se optó por no cambiar lo que no estaba roto, manteniendo los personajes casi sin cambios.

Pero Superman no tuvo tanta suerte. Casado con Lois Lane desde hace años, los editores le veían como anticuado y fuera de onda, por lo que decidieron borrar de un plumazo su extensa historia y permitir que Grant Morrison contara la historia de un joven e inexperto Clark Kent, un héroe que comete errores y que busca por encontrar su propio camino. Morrison dejó la serie en su número 18 sin conseguir dotar a la serie de la brillantez de su All-Star Superman junto a Frank Quitely, y desde ese momento el personaje deambuló sin pena ni gloria por el universo DC a pesar de varios intentos de relanzamiento.

Llegados a 2016, DC Comics sufría uno de los peores momentos editoriales, con unas ventas en caída libre provocadas por unos lectores que estaban abandonando en masa sus comics. Se demostraba que la iniciativa de Los Nuevos 52 había sido rentable los primeros años desde un punto de vista comercial, pero un desastre narrativo, al robar a muchos queridos personajes una parte fundamental de su historia. Rebirth (Renacimiento) significó un relanzamiento de toda su línea editorial surgido a partir del intento de devolver a los personajes a sus raíces, recuperando aquello que los hicieron grandes para intentar reconciliarse con el lector / coleccionista veterano que había dejado de leer comics de DC.

En el caso de Superman, para realizar este «back-to-basics» la editorial optó por utilizar las realidades alternativas como fuente de solución. El Superman casado con Lois Lane y padre del un niño llamado Jonathan pre-Flashpoint acaba en nuestra Tierra tras ser los únicos supervivientes de su mundo y habiendo vivido años en el limbo. Tras vivir en la Tierra durante años en el anonimato, el veterano Clark tendrá que volver a la acción para combatir a una amenaza que acabará con la vida del joven Superman de nuestra Tierra. De esta forma, muy a su pesar, el Superman veterano sustituirá al joven que durante cinco años fue el héroe titular de la franquicia. Toda una declaración por parte de DC Comics, que recuperó aquello que nunca debería haber borrado.

Buff, menudo rollo acabo de soltar. Pero te aseguro que si a pesar de todo este lío que te acabo de contar le das una oportunidad a este comic, lo vas a disfrutar un montón.

Superman es un gran tebeo centrado en mostrarnos la vida de la familia Kent (Smith, dado que viven de incógnito) y el amor que sienten Lois y Clark por su hijo Jon. Tomasi aprovecha a Jon, el verdadero hallazgo de esta serie, para traer de vuelta el «sense-of-wonder» a estos comics. Clark es un gran padre, pero como Superman vuelve a ser ese héroe más grande que la vida que hace siempre lo correcto y que nos inspira a que nosotros también seamos nuestra mejor versión.

Tomasi y Gleason son buenos escritores que entienden lo que necesita un buen comic de super héroes. No solo nos ofrecen aventuras estupendas del Hombre de Acero y su familia, sino que desde el primer número van sembrando con los personajes secundarios argumentos que serán desarrollados en próximos arcos de forma más extensa. Así, los 25 números que he leído, aunque dejan tramas abiertas, dan una sensación de cierre de etapa más que correcta, al contar en el último arco la historia secreta de los habitantes de Hamilton, hogar de los Kent.

Una de las cosas que más llama la atención de la etapa que me he leído, (números 1-25 USA) es que Superman no utiliza durante todos estos números su identidad de Clark Kent, que parecía había desaparecido junto al Superman de los NDC52. De hecho, la aparición en Metropolis de un Clark Kent sin memoria y superpoderes va a ser una fuente de problemas para la familia, y el punto central del único cruce con Action Comics de toda esta etapa. Una historia que prometía pero que tuvo una resolución un tanto meh.

En el apartado artístico, tenemos a unos artistas que son perfectos para el personaje como son Patrick Gleason, Doug Mahnke y el español Jorge Jiménez. Mahnke mantiene su lápiz un poco más oscuro y es perfecto para historias como la aparición de Frankenstein. Pero Gleason y Jiménez son los que mejor saben sacar partido a las escenas infantiles con Superboy y convierten a Jon en una joya que merecía mayor protagonismo. Con ellos, el Sense of wonder se transmite en casi cada viñeta y hacen de este tebeo un tebeo perfecto para todos los públicos en el sentido más ámplio y positivo del término.

Fruto de la popularidad de Jon nace la serie Superhijos (Supersons) en la que disfrutamos de las aventuras de Superboy / Jonathan Kent y Robin / Damian Wayne. Está realizada por Tomasi junto al gran descubrimiento que ha supuesto para el mundo comiquero el español Jorge Jiménez, que pasó de la serie de Superman a esta.

De Superhijos me ha encantado todo. Tomasi acierta dotando al tebeo de un tono desenfadado y juvenil con toques de «buddy-movie», lo que unido con el excelente dibujo de Jiménez lo convierten en uno de los mejores tebeos de DC. Es un gustazo ver las aventuras de Superboy (Jonathan) y Robin (Damian), dos chavales completamente opuestos. Jon es un buenazo que intenta aprender a usar sus habilidades y convertirse en un héroe del que sus padres se sientan orgullosos, mientras que Damian es un chulo sobrado y borde que sabe que él es el mejor en todo y no necesita ayuda. Este choque de personalidades crea momentos hilarantes que son lo mejor de la serie, aunque cuenta con unas escenas de acción super chulas de gran fluidez.

Super Hijos es un gran tebeo sin más pretensión que la de entretener a toda la familia, sobre todo a los más pequeños. A veces no hace falta más que esto para triunfar. No se trata de escribir historias «importantes», sino tratar con cariño a dos personajes tan buenos como Superboy y Robin, y realizar historias que presenten a los lectores su mejor versión. ¡Objetivo cumplido!

Comparto las primeras páginas del primer número sin roturar, para que podáis disfrutar de la calidad y fluidez del arte de Jorge Jiménez:

Lamentablemente, Supersons ha terminado en su número 16. Sus creadores Tomasi y Jiménez han comentado que DC tiene grandes planes para estos personajes, pero es una pena que haya cerrado esta serie, que yo de momento había leído hasta su número 10 de la edición española de ECC Ediciones.

Además, la etapa de Tomasi en Superman también terminó con el desembarco de Brian Michael Bendis en DC. El escritor super estrella de Marvel ha sido el gran fichaje de DC de 2018 y ha decidido hacerse con las riendas del Hombre de Acero, volviendo a contar su origen con la esperanza de volver a situarle como el principal personaje de la editorial. Aunque es pronto para valorar la etapa de Bendis, la consecuencia principal ha sido la sustitución de Tomasi, un escritor que ha demostrado ser perfecto para el personaje. Una pena, aunque reconozco que las ventas del Superman de Tomasi no estaban a la altura de la calidad del tebeo y que al personaje le viene bien la revolución que Bendis seguro va a plantear, para convertirle en un personaje con ventas de Top-10.

Reconozco que aunque he leído muchos tebeos de Superman, nunca fue uno de mis personajes favoritos. Sólo tebeos como la etapa de John Byrne en los lejanos 80/90 o más recientemente el All-Star Superman de Morrison habían conseguido engancharme. Puedo decir que Peter Tomasi lo ha conseguido también, tanto en Superman como en la juvenil Super Hijos. Unos tebeos geniales que han devuelto a DC Comics el sense-of-wonder y que vuelven a demostrar que no hay malos personajes, sino autores que no saben sacarles todo el partido.

Si te gusta Superman pero no sabes qué leer, te recomiendo la etapa de Peter Tomasi escribiendo al personaje, así como los divertidísimos Super Hijos, unos tebeos super frescos y entretenidos para este verano.

PUNTUACIÓN SUPERMAN: 7.5/10

PUNTUACIÓN SUPERSONS: 8/10

Crítica de Westworld temporada 2 (HBO)

Westworld , la serie de la HBO creada por Jonathan Nolan y Lisa Joy a partir de la película de Michael Crichton de 1973,  fue una de las mejores series de 2016. Tenía muchísimas ganas volver a disfrutar de esta serie, pero lamento decir que esta segunda temporada no ha estado al mismo nivel.

PUNTUACIÓN: 6.5/10

La web de HBO España describe Westworld como una ambiciosa serie de ficción repleta de imaginación que eleva el concepto de las aventuras y las emociones fuertes a un nuevo nivel de peligrosidad. En el futurista parque temático conocido como Westworld, un grupo de androides-servidores se desvían de las secuencias programadas meticulosamente por los informáticos y adoptan un comportamiento anormal. Con un reparto espectacular encabezado por Anthony Hopkins, Ed Harris, Evan Rachel Wood, James Marsden, Thandie Newton y Jeffrey Wright, Westworld está basada en la película de 1973 escrita y dirigida por Michael Crichton (Parque jurásico), y ha sido creada para la televisión por los productores ejecutivos Jonathan Nolan (Interstellar, El caballero oscuro) y Lisa Joy (Criando malvas, Último aviso).

Tras la revuelta de los androides al final de la primera temporada, en esta segunda el Caos toma el control. Dolores (Evan Rachel Wood) prosigue su revolución contra los humanos, mientras Maeve (Thandie Newton) intenta recuperar a su hija de una vida anterior. Mientras, William (Ed Harris) el único humano dentro del parque que parece saber lo que el parque es en realidad, intentará desentrañar los secretos del doctor Robert Ford (Anthony Hopkins), el diseñador de Westworld.

Y en medio de todo este conflico, ¿qué le pasa a Bernard (Jeffrey Wright )? ¿Porqué parece estar viviendo dos vidas diferentes a la vez? Tal vez es que su mente está sufriendo un deterioro y no puede controlarla. O quizá es que sucesos ocultos hasta ahora estén luchando por salir a la luz.

Si no viste la primera temporada de Westworld, te recomiendo que dejes de leer ahora mismo, ya que aunque voy a intentar no spoilear nada importante, es inevitable hablar de lo sucedido al final de la temporada anterior. ¡Estáis advertidos!!

Empezando con lo que me ha gustado de esta temporada, Westworld vuelve a destacar en todo lo relativo a los aspectos técnicos: la fotografía, el diseño de producción y los efectos especiales tienen una calidad cinematográfica. Además, el casting al completo está entre los más acertados del panorama televisivo, así como la música. Y diría que la temporada va de más a menos, siendo los últimos tres o cuatro episodios los mejores de esta tanda.

Sin embargo, Westworld ha perdido en esta segunda temporada el equilibrio entre historia y estilo, apostándolo todo a atraparnos con su elegante estética y lo intrincado de su puesta en escena. Y lamento decir que en mi caso solo han conseguido provocar confusión e incluso aburrimiento mientras visionaba la parte central de la serie. Cuando te quedas dormido viendo un capítulo, es que no ha conseguido captar tu atención adecuadamente. Un día puede ser que sea culpa mía. Si pasa dos días seguidos, el problema probablemente sea que la serie no ha conseguido hacer click.

La narración fragmentada de la primera temporada para mí estuvo muy bien y fue parte de lo positivo y sorprendente de la serie. Además de conocer paso a paso cómo Dolores y Maeve consiguen despertar y adquieren consciencia, descubrimos el papel de los personajes humanos en la historia, en especial el Doctor Ford, su ayudante Bernard y el Hombre de Negro. Globalmente, la complejidad de la narración creaba un puzzle que deseabas que se completara. Y aunque no tenías todos los detalles, fue genial la sorpresa de conocer que William Delos (Jimmi Simpson) y El hombre de negro (Ed Harris) son la misma persona, sí estaba claro que estábamos viendo sucesos que ocurrían en el parque en dos momentos temporales diferentes. Con el añadido que la violencia y sexo explícitos eran un puñetazo al espectador para que  se entendiera la tortura que los humanos causaban a los robots y como su levantamiento estaba más que justificado.

Sin embargo, en la segunda temporada la complejidad narrativa y la fragmentación temporal no consiguen enganchar, más bien al contrario, causa confusión y desconexión. Por un lado, en esta segunda temporada seguimos desde el principio a Bernard en dos momentos temporales: Justo a continuación del final de la primera temporada en la que la muerte del Doctor Ford a manos de Dolores inicia la revolución, y en otro momento posterior en que despierta en una playa a la que llegan las fuerzas de seguridad de Westworld para intentar acabar con la rebelión de los robots. La gran duda es ¿cuánto tiempo ha pasado entre una acción y la otra? ¿Estamos hablando de horas, días o meses?

Una de las principales sorpresas de la primera temporada fue que además del despertar de Dolores y Maeve, descubrimos como Bernard era también un robot creado a partir de los recuerdos del Doctor Arnold Weber, socio del Doctor Ford, que pensaba que era humano y que era tan complejo que nadie le había detectado.

La sorpresa de esta segunda temporada, que voy a evitar spoilear, queda sepultada en medio de un montón de idas y venidas de todos los personajes por Westworld y por los laboratorios humanos, sumado todo ello a la propia narración fragmentada hacen que no entiendas por qué un personaje ha pasado de un sitio a otro, y más importante, sin hacer que la trama avance.

Un ejemplo de esto es el personaje de Maeve. Al final de la primera temporada decide quedarse en Westworld para encontrar a su hija. Pues la resolución a su arco queda totalmente anticlimática y decepcionante, con el añadido que durante varios episodios la vemos en otra parte del parque ambientado en el Japón feudal. Visualmente, esta parte está super chula, pero mientras la veía me quedaba la sensación de que esto es puro relleno que no aporta nada al arco del personaje, más allá de ver que en Japón un robot igual que ella luchaba como ella por mantener a su hija a su lado. Algo muy bonito pero vacío de contenido.

Igual que Dolores, que tras iniciar una revolución en Westworld al final de la primera temporada, en esta segunda sigue buscando venganza contra los humanos con todos los medios a su disposición. Fin. Es cierto que conocemos más detalles de su pasado y su futuro, pero ella como personaje no la vi evolucionar para nada.

La primera temporada buscaba que el espectador empatizara con los robots y aceptara que pueden ser «humano» aunque tus recuerdos no sean reales. La orgía de violencia y sexo inicial estaba justificada para entender la tortura que los humanos infringen día a día a los robots en el parque. Sin embargo, toda la violencia de la segunda temporada es vacía porque no aporta nada a los temas principales de la serie, hasta el punto de convertir en risibles la segunda o tercera vez que los robots invaden los laboratorios matando a personal de seguridad. Y es que esta temporada nos muestra como el parque realmente era un banco de pruebas avanzado oculto para la mayoría de personal. Así, los robots buscan ser humanos, los humanos buscan cómo disfrutar de atributos de los robots como la inmortalidad.

Además, aunque los 4 últimos episodios son los mejores de la temporada, se pasan tres pueblos por el exceso de giros finales en el último episodio, algunos con muy poco sentido más allá del «shock-value» que busca provocar en el espectador. Agradezco la intención de que esta temporada sea un «game-changer» que lo cambie todo de cara a la tercera temporada, pero algunas inconsistencias han hecho que este final abierto me parezca un buen final para la historia del parque Westworld, ya que no me quedaron demasiadas ganas de continuar con esta serie.

Comparto el trailer de esta segunda temporada:

Globalmente, esta segunda temporada me ha parecido bastante peor que la primera, más confusa y confiando en que los numerosos giros finales dejen a la audiencia con ganas de más. En mi caso creo que han pinchado en hueso, aunque sí creo que este es un buen final para la historia. Recomendable para fans de ciencia-ficción y de obras de narrativa enrevesada.

PUNTUACIÓN: 6.5/10

 

El adiós de Mark Waid y Humberto Ramos a los Campeones de Marvel

La lectura de los comics Marvel de este mes de julio que publica Panini en España trajo una inesperada sorpresa, el final en el número 18 de la etapa de Mark Waid y Humberto Ramos en la serie Campeones. Una etapa corta, en mi opinión, y en parte lastrada por los cruces con varios eventos, que sirve de paradigma de la actual situación que viven los comics de superhéroes, en especial los de Marvel.

PUNTUACIÓN: 7/10

Parece que fue hace media vida, pero esta nueva versión de Los Campeones nació hace menos de dos años, lo que indica el ritmo vertiginoso de publicación actual, donde todo lo que importa es el ahora y el tebeo “hot” del momento. Tras los acontecimientos vividos en “Civil War II”, los miembros más jóvenes de Los Vengadores, Ms. Marvel, Nova y Spider-Man, abandonan el grupo buscando su propio camino. Un camino que pasa por inspirar a las nuevas generaciones y no simplemente a reaccionar ante el último ataque del villano de turno. A ellos se les unirán Cíclope, Viv Vision y el Alucinante Hulk, decididos a cambiar el mundo y convertirlo en un mundo mejor del que se encontraron.

Si algo quedó claro desde la primera página de Campeones es que esta es la serie que Waid tenía más ilusión de escribir, siendo su etapa inicial en Vengadores una previa que pusiera el foco en los chavales de cara a darles su propia serie unos meses más tarde. Lo mejor de esta serie, junto al dibujo de Ramos, fue la caracterización de todos los protagonistas y sus entretenidísimos diálogos. Los Campeones tienen la chispa que le ha faltado a los Vengadores, que quedará como una etapa solo correcta y por debajo de las expectativas que se habían creado.

Mark Waid y Humberto Ramos vuelven a trabajar junto más de veinte años después de conocerce en el comic Impulse de DC Comics. El estilo fresco y juvenil del mexicano Ramos aporta la chispa que necesitan los héroes más jóvenes de los Comics Marvel (con permiso de Power Pack). Reconozco que el estilo de Ramos me encanta, y consigue que mis páginas favoritas sean las «tranquilas» de desarrollo de personajes y sus diálogos, gracias a su expresión corporal, sus divertidas caras y el carisma que se transmite en cada viñeta. Y encima, sus splash pages son como siempre super dinámicas.

Destacar además que junto a Ramos, sus colaboradores habituales Victor Olazaba (tinta) y Edgar Delgado (color) también se han mantenido durante toda la etapa, todo un hito en el mundo comiquero actual.

En los 18 números de este volumen hemos disfrutado de 5 arcos, que paso a resumiros a continuación:

 

Volumen 1 – Cambiar el mundo. Números 1-5.

En el que conocemos los motivos por los que los chavales abandonan los Vengadores, y cómo tienen que aprender a llevarse bien antes de intentar salvar el mundo. En este tomo mola sobre todo la forma como Waid presenta las diferentes personalidades, de forma que es normal que hayan choques y diferencias entre ellos.

 

Volumen 2 – El modo de vida de los Autónomos (6-9)

En esta historia se presenta la contrapartida oscura de Los Campeones: Los Autónomos, unos jóvenes engreídos, egoistas y que son mercenarios al mejor postor. Y aunque parece mentira, el final no será el esperado.

Además, el número 9 estuvo centrado en Viv, personaje que al igual que su padre Vision han sido muy importantes para Mark Waid tanto en esta serie como en la de Los Vengadores. Obviamente, Waid no puede cambiar a personajes con series propias como Spiderman o Ms. Marvel, cosa que sí puede hacer con Viv.

 

Cruce con Imperio Secreto (10-12)

En este cruce con el evento marvelita de 2017/2018. los Campeones se enfrentarán a su prueba definitiva, al enfrentarse a una Hydra que domina los Estados Unidos. ¿Serán capaces los chicos de abandonar todas sus creencias con tal de vencer al enemigo? ¿O sin principios no puede haber una victoria real?

 

Volumen 3 – Los mundos chocan (13-15) Cruce con Vengadores

El inicio del Marvel Legacy vino marcado con el crossover “Los mundos chocan” entre Campeones y Vengadores, ambas series guionizadas por Waid. Desde su separación, era inevitable que los héroes volvieran a encontrarse, pero esta historia en la que ambos grupos se enfrentarán al Alto Evolucionador quedó, como en general toda la etapa de Waid, en una historia sólo correcta.

Además, visto en perspectiva, este cruce se ve raro teniendo en cuenta que el argumento de “Los mundos chocan”, los héroes se transportan a un mundo diferente para enfrentarse a una amenaza que puede destruir el planeta,  es prácticamente igual al de «Sin Rendición», el actual arco de Vengadores que reúne a todos los grupos existentes para una última lucha que servirá de cierre de la etapa de Waid en el título y que sirve de preludio del relanzamiento de los vengadores a manos de Jason Aaron.

 

Campeón por un día (16-18)

Tras la terrible pérdida sufrida durante “Los mundos chocan”, Los Campeones se proponen continuar con su misión de hacer del mundo un lugar mejor, pero no pueden hacerlo solos: ¡necesitan nuevos miembros!

Tras varias mega sagas, este último arco sirvió para que los chavales recuerden por qué deben seguir juntos y deja el campo libre para que el nuevo equipo creativo, formato por Jim Zub y Sean Izaakse tengan listos todos sus juguetes para continuar sus historias.

Globalmente estos 18 números forman una buena etapa. El principal hecho a destacar es que Humberto Ramos haya podido dibujar todos los números, algo poco habitual hoy en día en un comic Marvel y que permite que la serie sea visualmente mucho mejor de la media.

Sin embargo, aunque la primera mitad fue muy chula estableciendo las dinámicas del grupo y las relaciones entre personajes, a partir del cruce con Imperio Secreto se perdió parte del encanto de la serie al estar metidos en líos ajenos. Waid consiguió que la serie no se resintiera en exceso, pero me hubiera gustado que los chavales hubieran podido ir a su aire durante toda esta etapa. Cosa que entiendo que es imposible en la Marvel actual.

A pesar de lo anterior, creo que Campeones supone la mejor obra de Mark Waid de los últimos años en Marvel, con un Humberto Ramos que saca lo mejor de si mismo en estas páginas. Un tebeo que gustará a todos los fans de los comics Marvel.

PUNTUACIÓN: 7/10

 

 

Crítica de Steelheart de Brandon Sanderson (Reckoners I)

Cuando un escritor está en un momento de efervescencia creativa, la lectura de sus obras es obligada. Es el caso de Brandon Sanderson, que en Steelheart, novela que da comienzo a la trilogía de Reckoners, se atreve a contarnos una historia de superhéroes en un mundo distópico.

PUNTUACIÓN: 7/10

Diez años atrás, Calamity irrumpió en la ciudad en la forma de una explosión en el cielo que otorgó a algunos seres poderes extraordinarios. A estos se los empezó a llamar Épicos, y pronto subyugaron a la población empleando sus increíbles poderes con el afán de gobernar la voluntad de los hombres y conquistar el mundo. Ahora, un tirano y furioso Épico llamado Steelheart se ha proclamado dueño y señor de la ciudad de Chicago Nova. De él se dice que es invencible; ninguna bala puede hacerle daño, ninguna espada puede atravesar su piel, ningún fuego quemar su cuerpo. Nadie se atreve a desafiarlo Nadie salvo los Reckoners, un grupo clandestino que no goza de poderes pero sí de una férrea disciplina, conseguida tras pasarse la vida estudiando el comportamiento de los Épicos con el objetivo de hallar sus puntos débiles y poder así exterminarlos.

Brandon Sanderson es un escritor estremadamente hábil, cosa que se nota en todas sus novelas. Y su aproximación a los superhéroes es la misma que para Mistborn, creando unas leyes claras que expliquen este mundo poblado de seres superpoderosos. Los Épicos tienen poderes muy variados, pero también una debilidad que puede destruirles. Su kryptonita, para entendernos. Y es la búsqueda de esta debilidad el hilo conductor de esta primera novela de la trilogía de los Reckoners.

Además, Sanderson escribe en primera persona para ponernos en la piel de David, un chaval que vio morir a su padre hace diez años y que ha dedicado su vida a estudiar a los Épicos para poder matar a Steelheart, el sanguinario asesino que domina Chicago Nova. Esta narración en primera persona es perfecta y nos mete de lleno en el mundo de Chicago Nova a través de un joven con determinación pero también con inseguridades.

Como toda novela de Sanderson, la lectura es super fluida gracias a unos personajes con carisma que tienen una historia interesante que contar sobre ellos. Además, hay un montón de acción, sorpresas y giros que hacen que te leas esta novela casi de una sentada.

Y por encima de todo, la gran pregunta: ¿Qué es Calamity? ¿Hubo un motivo en dar poderes a personas al azar o fue pura casualidad? Conociendo a Sanderson, no creo que dé puntadas sin hilo, y diría que este será el tema principal para las próximas novelas de esta trilogía, que empezaré a leer en breve.

Steelheart es una novela super entretenenida que gustará a todos los fans de comics de superhéroes, pero también a los lectores de fantasía y ciencia ficción en general. Una estupenda lectura para este verano, que hoy quiero recomendarte.

PUNTUACIÓN: 7/10