Crítica de The Bear (Disney+)

Oculta entre la avalancha de estrenos de las principales franquicias de entretenimiento, casi me pierdo The Bear, la serie estrenada en Disney+ que es una de las sorpresas de la temporada.

PUNTUCIÓN: 9/10

Un joven chef procedente del mundo de la alta cocina regresa a Chicago para llevar la tienda de sándwiches de su familia. (FILMAFFINITY)

The Bear ha sido creado por Christopher Storer, un productor, director y guionista de cine estadounidense conocido por Ramy, Eighth Grade y el especial de Netflix ganador del premio Peabody Hasan Minhaj: Homecoming King. La serie cuenta con 8 episodios de entre 20 y 30 minutos de duración, excepto el último que tienen 48 minutos, prácticamente el doble que un episodio normal. Storer dirige 6 de los 8 episodios y escribe el guion de 5, mientras que Joanna Calo dirige los otros dos episodios y escribe el guión de otros dos. El resto del staff de guionistas incluye a Alex O’Keefe, Karen Joseph Adcock, Sofya Levitsky-Weitz, Rene Gube y Catherine Schetina.

La serie cuenta con fotografía de Andrew Wehde y Adam Newport-Berra y música de Jeffery Qaiyum ‘JAQ’, además de una alucinante selección musical de temas de los 80, 90 y 2000 entre los que encontramos a Pearl Jam, Van Morrison o Radiohead que, como podréis imaginar, me han llenado de alegría.

En los papeles principales encontramos a Jeremy Allen White interpretando a Carmen «Carmy» Berzatto, una galardonado chef de alta cocina de Nueva York que regresa a su ciudad natal, Chicago, para dirigir el restaurante en decadencia de su difunto hermano Michael. Ebon Moss-Bachrach es Richard «Richie» Jerimovich, el gerente de facto del restaurante y antiguo mejor amigo de Michael, considera a Carmy su «primo» aunque no tienen relación familiar. Ayo Edebiri es Sydney Adamu, una talentosa pero inexperta chef que se une a The Beef como su nuevo sous chef a las órdenes de Carmy. Lionel Boyce es Marcus, el panadero de The Beef convertido en pastelero gracias al impulso de Carmy. Liza Colón-Zayas como Tina, una veterana y obstinada cocinera del restaurante. Por último, Abby Elliott es Natalie «Sugar» Berzatto, la hermana menor de Carmy y Michael y copropietaria reacia de The Beef, mientras que Oliver Platt es Jimmy Cicero, tío de los hermanos Berzatto y principal inversor en el restaurante al que se le debe un montón de dinero.

The Bear es una de las series más satisfactorias que he visto en bastante tiempo. Por un lado, su recreación del mundo de un restaurante de bocadillos en un barrio popular de Chicago está contada de forma vibrante y vertiginosa. Parece mentira que pueda contarse tanto en tan poco tiempo, dado que los episodios duran de media apenas 30 minutos. El frenesí de una cocina cuando hay un problema que solucionar, o ante un proveedor que entrega menos género por los problemas de pago del restaurante son elementos que se muestran de forma brillante, consiguiendo que sientas que estás en medio de la acción todo el rato.

Pero este aspecto que ya de por sí es brillante queda en segundo plano ante unos personajes que son una barbaridad y transmiten verdad por los cuatro costados. Reconozco que creo que no había visto ninguna película o serie protagonizada por Jeremy Allen White, pero su creación de Carmy me parece fascinante y nos ha dado algunos de los momentos más emocionantes del año que me han roto el roto el corazón. El joven chef estrella de Nueva York se trae un pesado equipaje de vuelta a su Chicago natal, al no poder entender que su hermano se suicidara y le dejara el negocio The Beef, con una ira y unos traumas reprimidos por años de abusos en su anterior trabajo que tiene que explotar por algún lado. El monólogo de más de 5 minutos de Jeremy Allen White en el último episodio quedará sin duda como uno de los grandes momentos televisivos de 2022.

Pero el esto de personajes no le van a la zaga. Richie, el primo de Carmy es el típico chuleta americano que se cree el no va más cuando es un don nadie, con una bocaza que expide cheques que su cartera no puede pagar, pero que tiene una complejidad y un dolor interior inesperados más profundos de lo que me podía imaginar. Un veterano acostumbrado a un sistema que cree que funciona porque nunca ha probado otra cosa. Igual de reacia al cambio es Tina, una de las cocineras de origen hispano que marca el territorio y no se deja influir por nadie. Por suerte para Carmy, al restaurante llega Sidney, una joven con ganas de trabajar y de llevar a The Beef a las cotas que ella y Carmy saben que puede alcanzar, a pesar de ser un restaurante de bocadillos.

Los personajes, todos, me parecen memorables y ayudan a construir un ecosistema alrededor de Carmy que me parece sobresaliente, porque al final The Beef es una historia de cocina, pero sobre todo de la familia (en el sentido más general del término) y de aceptar la ayuda de los que nos quieren y aceptarles como son como clave para poder ser feliz haciendo lo que te gusta, jugando con la comedia y el drama en todo momento.

The Bear es también un carta de amor a la ciudad de Chicago y la serie consigue hacer que sintamos que este restaurante sólo podría existir en esa ciudad. Junto a esta ambientación, la serie me parece que ofrece uno de las series mas potentes visualmente de los últimos meses. No es sólo la sensación de que estás en medio de la cocina junto a los personajes, es que el montaje y la selección musical hace que todo tenga un frenesí y una personalidad alucinante.

Hablaba del monólogo del último episodio, pero antes tenemos antes un alucinante séptimo episodio de apenas 20 minutos de duración que tras el emocionante tema Chicago de Sufjan Stevens cuenta con 18 minutos increíbles rodados en una única toma que me ha volado la cabeza a todos los niveles y es lo más grande que voy a ver este año. La buena televisión a veces se encuentra en los lugares más inesperados y The Bear es alucinante.

Y tras esa explosión, el último episodio de 48 minutos consiguió hacerme llorar y emocionarme casi a la vez con un episodio casi perfecto que añade además del realismo y la verdad que tiene la serie una cualidad casi como de cuento de navidad que me dejó en lo más alto con un final perfecto que me tiene maravillado.

Me acabo de enterar que FX ha aprobado una segunda temporada de The Bear que por un lado me alegra porque esta serie me ha maravillado, pero a la vez entiendo que es imposible que pueda igualar la perfección de lo que esta serie me acaba de hacer sentir en esta temporada.

The Bear es la perfección. A una historia brillante con unos diálogos magistrales se suman unos actores maravillosos que crean unos personajes que se sienten reales y me han llegado al corazón, todo ello rodado de forma sorprendente y alucinante. Buff, no se puede hacer mejor.

Comparto el trailer de la serie:

The Bear es la sorpresa de la temporada, una serie sorprendente y emotiva que no debes perderte bajo ningún concepto.

PUNTUACIÓN: 9/10

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Crítica de Wonder Woman: Historia 2 (de 3) de Kelly Sue DeConnick y Gene Ha (DC Comics – ECC Ediciones)

Tras el maravilloso primer volumen de Wonder Woman: Historia de Kelly Sue DeConnick y Phil Jiménez, DC Comics decidió que este segundo volumen fuera dibujado por Gene Ha, un artista que palidece en la comparación.

PUNTUACIÓN: 6.5/10

La segunda entrega de la asombrosa y ambiciosa historia de las Amazonas encuentra a su futura reina, Hipólita, atravesando el mundo de los hombres, desesperada por reunirse con las increíbles mujeres que le salvaron la vida… pero, por desgracia para ella, son difíciles de encontrar. Tal vez sea voluntad de las diosas que vuelvan a cruzar sus caminos… pero antes de ese momento, Hipólita reunirá a su propia tribu y descubrirá que los corazones de todas las mujeres no arden necesariamente con una llama tan justa como la suya.

Este comic incluye Wonder Woman Historia Book Two: The Amazons USA, un comic en cartoné de 72 páginas.

A pesar de la redundancia, el primer volumen de Wonder Woman: Historia fue una experiencia histórica gracias al trabajo increíble de Phil Jiménez que creó el que probablemente sea el mejor trabajo de su carrera. Historia tenía una cualidad mitológica y casi mística que lo elevaba respecto al cualquier comic maintream publicado por DC este año, y consiguió que nos volara la cabeza a todos los que lo leímos. Pero ya en mi reseña de dicho comic expresaba mi decepción al enterarme que Jiménez no dibujaba toda la miniserie sino tan sólo el primer volumen, dejando a Gene Ha y Nicola Scott los dibujos de los números dos y tres. Entonces comenté que esto iba a plantear una situación muy incómoda e injusta para Ha y Scott, porque aunque son grandes artistas y a priori perfectos para el mundo de Wonder Woman, siempre van a palidecer en la comparación con Jiménez.

Y tras la lectura de esta segunda parte con dibujo de Gene Ha y color de Wesley Wong se confirman peores previsiones. El caso es que desde que le descubrí en Top Ten junto a Alan Moore, Ha es un dibujante que me gusta mucho, destacando en esa historia de policías futuristas por el increíble y loquísimo nivel de detalle que creó para ese comic. Por desgracia, en este comic no encontramos a ese Ha detallista hasta niveles imposibles, sino uno nuevo mucho más funcional con una sorprendente falta de fondos y localizaciones que nos muestren donde está sucediendo la acción, perdiéndose el elemento preciosista de obra de arte que tenían las páginas de Jiménez. A pesar que Ha intenta lucirse en algunas dobles splash-pages que nos recuerdan el primer volumen y creo que están bastante conseguidas, el conjunto queda desangelado, casi como si estuviera a medio dibujar, lo cual no puede ser más injusto para el trabajo del dibujante nacido en Chicago.

Pero ojo porque parece que todo es problema del dibujo y casi más problemático es la historia de DeConnick. Si la primera parte prometía una historia mitológica a la altura de las grandes epopeyas, la historia de este comic podría resumirse en «Hyppolita se va de viaje y se encuentra a gente», planteando un soufflé que se ha desinchado a las primeras de cambio. Un comic que llegué a pensar que podría mirar de tu a tu a los grandes clásicos de DC se ha transformado de golpe en una historia que si se hubiera publicado en la grapa normal de Wonder Woman me parecería una de sus historias más descafeinadas. De hecho, para ser un volumen de casi 64 páginas de historia (descontando los extras del proceso creativo), podría decirse sin equivocarse que realmente no ha pasado casi nada interesante que destacar. Ese es el nivel de la decepción que me ha producido este volumen, y esto es problema del guion, no del dibujo.

Probablemente con Nicola Scott dibujando el tercer volumen la sensación final mejore y consiga dejarnos con mejor sabor de boca que tras esta segunda parte. Pero me resulta incomprensible la decisión de DC de mutilar una obra con vocación de clásico absoluto si Jiménez la hubiera dibujado en su totalidad, quedando ahora mismo como otro comic «entretenido sin más» de la editorial, desde luego no algo que recordar y atesorar.

Comparto las primeras páginas de este comic, que realmente no son representativas del comic en su totalidad:

La decisión de DC de hacer que Jiménez no dibuje toda la serie de Wonder Woman: Historia me parece incomprensible y un bajonazo monumental, a pesar del intento de Gene Ha de mantener el nivel, cosa que no consigue por la intrascendente historia de DeConnick. Qué pena de comic.

PUNTUACIÓN: 6.5/10

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Crítica de Lobezno 24 y X-Force 26 de Benjamin Percy, Adam Kubert y Robert Gill (Marvel Comics – Panini)

Hoy recupero las reseñas de los comics de Benjamin Percy en la franquicia mutante, Lobezno con Adam Kubert y X-Force con Robert Gill que Panini ha publicado este mes de octubre.

LOBEZNO 23 de Benjamin Percy, Adam Kubert y Frank Martin

¿En quién puedes confiar? Lobezno está atrapado en una prisión de adamántium, y probablemente sea culpa de Masacre. Pero la traición de Rebelde duele más que ninguna. ¿Qué puede haber tan valioso en ese maletín, que lanza a los mutantes contra los mutantes… y contra la CIA?

Esta grapa contiene Wolverine 22USA.

El primer número de este arco de Logan con Deadpool reconozco que me pareció divertido, sobre todo comparado con lo que el comic había sido hasta ese momento. El contraste entre ambos personajes prometía mucho, la verdad. Pero tras varios números de arco Benjamin Percy ha convertido a esta colección en una parodia de si misma con la que no conecto nada de nada. Más que un comic Marvel, este Lobezno parece un cartoon del correcaminos o similar, con unos gags a costa de ver a Logan desmembrando a Deadpool que me parecen penosos. Han repetido tantas veces que Logan se cura pero que siente el dolor del desgarro que provocan sus garras en su carne cuando salen de su antebrazo que no puedo entender la tortura a la que le somete Logan durante el comic. Pero no es el único elemento cartoon que encontramos en este comic, ya que hay unas persecuciones que parecen sacadas de Tom & Jerry y que no me pegan para nada con lo que debería ser una aventura ambientada en el universo Marvel. ¿El mundo al otro lado de tu ventana? Esto desde luego no.

Adam Kubert con color de Frank Martin se encarga del apartado gráfico y creo que se mantiene a gran nivel, con un dominio sobre todo de la estructura de página que hace que el comic se lea en un suspiro. En este caso, el problema es la historia, el dibujo me parece que está realmente bien y veo a Kubert muy cómodo con el formato mensual de publicación.

El actual arco de Lobezno y Deadpool terminará en mes que viene, y se me plantea el momento perfecto para abandonar esta serie, dado que justo a continuación el comic se meterá de lleno en el evento El Día del Juicio que enfrenta a Mutantes, Eternos y Vengadores. Tengo curiosidad por el evento central planteado por Kieron Gillen pero los tie-ins no me llaman nada, así que creo que el futuro de este comic pinta muy negro.

Comparto las primeras páginas de esta grapa:

PUNTUACIÓN: 5/10

X-FORCE 25 de Benjamin Percy, Robert Gill y Guru-eFX

¡La última resistencia… contra Krakoa! Mientras Cerebrax captura y vuelve a los mutantes contra los suyos, el mutante más grande de todos salta a primer plano… ¡la propia Krakoa! Una batalla como ésta requerirá de todo el poder de X-Force.

Esta grapa contiene X-Force 29 USA.

Buen final al arco de Cerebrax que hemos estado leyendo en X-Force en los últimos meses. Benjamin Percy ha utilizado a Quentin Quire como el foco emocional de la colección al ser el personaje que más ha variado a los largo de estas 29 grapas americanas, y la forma en que este número hace que él sea el protagonista del climax final me ha gustado mucho. La historia de Cerebrax que plantea Percy la verdad es que no tiene mucho sentido si se piensa en ella (¿un back-up de la memoria de Xavier que cobra vida y adquiere los poderes de los mutantes que se come? Whaaaat ?!!) pero globalmente enlaza con la idea de aventuras over-the-top que esperas ver en un título como X-Force, así que no tengo grandes quejas sobre el estado del comic como sí me pasa en Lobezno.

Quizá el problema principal de este comic es es apartado gráfico a cargo de Robert Gill con color de Guru-eFX. Y es curioso, porque es el mundo al revés comparado con Lobezno, porque la historia me parece correcta pero la verdad es que Gill es un segunda o tercera fila dentro del staff de Marvel. Con el añadido que le estoy viendo ya varias grapas seguidas en X-Force y no veo que evolucione a mejor, parece bastante cómodo con su rigidez y su narrativa funcional.

No creo que vaya a dejar de comprar X-Force porque me lo paso bien leyendo sus aventuras, que al final es de lo que se trata en lo relativo a los comics de superhéroes. Pero si me da un poco de pena ver cómo se ha bajado el nivel en el apartado gráfico.

Comparto las primeras páginas del comic:

PUNTUACIÓN: 8.5/10

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Crítica de El club de la medianoche de Mike Flanagan (Netflix)

Una nueva serie de Mike Flanagan es siempre un acontecimiento, y El Club de Medianoche llega en el momento justo previo a Halloween en el que nos apetece disfrutar de historias de terror.

PUNTUACIÓN: 7/10

Serie de TV basada en las novelas de Christopher Pike. Siete pacientes terminales que viven en el hospicio Brightcliffe empiezan a reunirse a medianoche para contar historias de miedo. (FILMAFFINITY)

El Club de la Medianoche es una serie de televisión de terror y misterio creada y escrita por Mike Flanagan y Leah Fong, y en la que Flanagan ejerce de director y productor ejecutivo junto con Trevor Macy. Se trata de una adaptación de la novela homónima de Christopher Pike de 1994, junto con otros libros del autor, que sigue a ocho pacientes de un hospicio que se reúnen cada medianoche para contar historias siniestras. Los dos primeros episodios de la serie están dirigidos por Flanagan, mientras que otros capítulos serán dirigidos por Axelle Carolyn, Emmanuel Osei-Kuffour, Michael Fimognari, Morgan Beggs y Viet Nyugen

El casting de esta serie incluye un reparto de jóvenes actores entre los que encontramos a Iman Benson como Ilonka, una adolescente con cáncer de tiroides que se inscribe en el hospicio Brightcliffe con la esperanza de encontrar una cura poco convencional. Igby Rigney es Kevin, un miembro del Club de Medianoche junto a los otros jóvenes del hospicio que tiene leucemia terminal. Ruth Codd es Anya, la compañera de habitación de Ilonka con una amputación de la pierna derecha, por lo que utiliza una silla de ruedas para moverse. Annarah Cymone es Sandra, que tiene cáncer terminal y es una cristiana devota. Chris Sumpter es Spencer, que tiene SIDA. Adia es Cheri, con padres ricos que se han olvidado de ella y que es una mentirosa patológica. Aya Furukawa es Natsuki, miembro del Club con depresión y cáncer terminal y Sauriyan Sapkota es Amesh, que tiene cáncer terminal y es el segundo recién llegado a Brightcliffe.

El resto de reparto adulto lo forman Heather Langenkamp como la Dra. Georgina Stanton, la enigmática doctora que dirige el hospicio de Brightcliffe. Zach Gilford como Mark, un enfermero del hospicio de Brightcliffe, Samantha Sloyan como Shasta, una mujer que vive en una comuna cercana al hospicio de Brightcliffe y Matt Biedel como Tim, el padre adoptivo de Ilonka.

Me encanta Mike Flanagan. Todas sus series en Netflix me parecen una pasada: Misa de medianoche, The haunting of Blu Manor o The haunting of Hill House están entre mis series favoritas. Y me encantaron también sus películas Doctor Sueño, Gerald´s Game o Oculus. Digo esto porque cuando se anuncia una nueva propuesta suya se convierte en visionado obligado y el hype es máximo. Y en este caso, quizá el problema no es que El club de medianoche sea una mala serie que no lo es, aunque seguro no tan redonda que su obra previa, sino que se compara con series que son increíbles, lo que hace que si esta serie «sólo» está muy bien, parezca una pequeña decepción.

El Club de Medianoche me parece una historia muy chula en la que unos jóvenes con enfermedades terminales se cuentan historias de miedo que sirven para que les vayamos conociendo, al conectar aspectos de estas historias con su pasado antes de llegar a la residencia. Lo mejor de la serie para mi es esta construcción emocional y como las historias sirven para unir aún más a los chavales en unos momentos muy duros para ellos. En este sentido, el poder de las historias y como estas pueden llegar a conformar la realidad de los protagonistas son elementos muy interesantes de una serie que he disfrutado bastante a lo largo de sus 10 episodios.

Creo que el casting de la serie está muy bien, creo que todos los actores clavan sus papeles y lo que Flanagan pedía de ellos. Hay que decir que el contraste que tienen los 7 protagonistas entre ellos convierte al grupo en una delicia, y se transmite de maravilla el vínculo que se va formando entre ellos. Dado que hablamos de jóvenes que van a morir, el tema de la muerte está tratado con suma delicadeza y de forma muy elegante. En un episodio en el que hay un comentario sobre el suicidio hay luego un teléfono de emergencias para todo aquel con pensamientos suicidas pueda llamar a pedir ayuda. Ante los temas polémicos, lo fácil sería evitarlos, y me alegra que esta serie exista de la forma en que se ha creado. Hay que decir que esta no es una serie de sustos fáciles sino más bien de creación de atmósferas, algo esperable a poco que conozcas la obra previa de Flanagan, con un ritmo pausado pero interesante que consigue atrapar al espectador. Todo lo que les pasa a los chavales me perece super interesante y me tenía super intrigado por sus historias y sus posibles finales.

Quizá el problema que tiene la serie es que me gusta muchísimo la construcción psicológica de los chavales que viven en el hospicio Brightcliffe (de todos los personajes en realidad) y los vínculos que se van formando entre ellos, pero la historia en el presente y el misterio que existe sobre la propiedad y la posibilidad que tenga cualidades milagrosas acaba resultando un poco chof, con un climax que acaba no siendo tal y que al menos a mi no me funciona. Junto a esto hay que decir que el personaje de Ilonka que es la gran protagonista y la que pone en marcha los principales hechos del presente resulta en algunos momentos bastante cargante y un poco gilipollas. Entendiendo que está dolida y que sufre una enfermedad terminal, a veces demuestra tener muy poca empatía por los demás y ser bastante egoísta. Narrativamente las historias tiene que unir trama con personajes interesantes, y aunque este segundo aspecto me parece exquisito, la verdad es que la trama a nivel general se queda a mitad en todos los aspectos.

Dentro de un climax que no me funciona está un final con sorpresa final que no acabé de entender y no se si no tiene mucho sentido. Aparte, que deja un final abierto a una serie que me parece que tenía un final razonablemente satisfactorio que deja a los personajes en un buen momento emocional y vital. Dentro que no ha explicado nada de las visiones fantasmales que los chavales ven en el hospicio, claro. Dado que lo único que puede pasar en caso de que Netflix diera luz verde a una eventual segunda temporada es empezar a ver morir a más de ellos, lo cual sería un bajón dado que me han encantado los chicos, el final me valía tal cual. Parece ser que Flanagan había pensado en una historia de dos temporadas, habrá que ver si consiguen terminar la historia todo lo bien que no ha podido ser esta primera temporada.

En todo caso, creo que Flanagan ha preparado un contenedor de historias en lo que lo importante son como hacen sentir a los personajes y a los espectadores, así como los conocimientos que vamos adquiriendo por el camino. La parte del misterio que desentrañar queda en un segundo término porque claramente esta es una historia de «vivir el camino» y no tanto de llegar al destino lo antes posible.

Comparto el trailer de esta serie:

El club de medianoche puede sentirse como un ligero traspiés en la carrera de Mike Flanagan pero en realidad es una serie super disfrutable sobre la amistad y el poder de las historias que me ha gustado mucho.

PUNTUACIÓN: 7/10

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Crítica de Giant Days vol. 5 de John Allison y Max Sarin (Fandogamia)

Quinto volumen de Giant Days, el comic editado por Fandogamia a medio camino entre la comedia y el slice of life creado por John Allison y con dibujos de Max Sarin y color de Liz Fleming.

PUNTUACIÓN: 7.5/10

Su primer año en la universidad ya está llegando a su final y Daisy, Susan y Esther le dicen adiós a Catterick Hall para siempre. Literalmente, para siempre. Va a ser demolido y reutilizado como dormitorio de lujo el próximo semestre. Pero así, como una puerta se cierra, otra se abre y, entre líos amorosos de fin de semestre, festivales musicales y mudarse a su primera casa juntas, las experiencias vitales no han hecho más  que empezar.

Escrito por John Allison e ilustrado por las artistas Max Sarin y Liz Fleming, el volumen 5 de Giant Days finaliza el primer año con estilo, recogiendo los números 17-20 de esta serie ganadora de dos premios Eisner en las categorías de Mejor Serie Regular y Mejor Cómic de Humor.

Me cuesta ponerme con los tomos de Giant Days, pero cuando los termino siempre me dejan con una sonrisa en la cara y una sensación super satisfactoria. En este quinto volumen asistimos al final del primer curso de universidad para nuestras protagonistas, cerrando un capítulo en sus vidas. La verdad es que me he reído con todas las situaciones que se plantean, empezando por la trama de falsificación de tesis, la excursión botánica o la actividad de arqueología, todas estas peripecias son super divertidas. Luego asistimos a un verano genial con la asistencia a un festival musical que tiene también momentos estupendos, permitiendo a las chicas coger aire ante el comienzo de un nuevo curso en el que su primera actividad será tener que buscar piso.

La parte de la vida universitaria de las protagonista aún enfatizadas por las situaciones humorísticas tienen un feeling a vivencias reales, y la sensación es que John Allison o su círculo de amistades vivieron situaciones similares. De hecho, por lo que mis amigos que se fueron de Erasmus me contaron en su día, muchas de las situaciones son totalmente idénticas, por lo que entiendo el éxito que está teniendo el comic y como tanta gente se ve representado por él.

Allison plantea unas situaciones super divertidas, pero diría que la All-Star de Giant Days es la maravillosa Max Sarin en el dibujo, con la colaboración de Liz Fleming al color. Sarin hace que todo tenga una frescura genial y las protagonistas son todo corazón y nos enamoran en cada viñeta. El estilo cartoon de Sarin permite enfatizar las expresiones faciales de los personajes de forma que todo es aún más divertido, pero además domina las expresión corporales de los personajes, ayudando a que los gags funcionen prácticamente siempre y la lectura sea estupenda.

Leer este quinto volumen me ha hecho querer seguir leyendo más Giant Days. Por suerte, mi hermano ya me ha traído el sexto volumen, así que el disfrute va a ser total.

Comparto las primeras páginas del comic:

Giant Days se mantiene super divertido en este quinto volumen y me ha dejado con la sonrisa en la boca. No se le puede pedir más.

PUNTUACIÓN: 7.5/10

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