Stranger Things es el gran estreno de Netflix de 2022, y el estreno de la primera parte de la cuarta temporada nos ha dado un espectáculo estupendo mientras volvemos al mundo pasado de 1986.
PUNTUACIÓN: 8/10
Estamos en 1986, nueve meses después de los sucesos del Starcourt Mall al final de la tercera temporada. Joyce, Will, Jonathan y Once se han trasladado a California, donde Once lucha contra la pérdida de sus poderes y sufre el acoso habitual de otros estudiantes. Joyce recibe una muñeca de porcelana en el correo, aparentemente de Rusia, y encuentra una nota oculta que dice que Hopper está vivo. En Hawkins, Mike y Dustin se han unido al «Hellfire Club» de su instituto, un club de Dragones y Mazmorras dirigido por el excéntrico Eddie Munson. Como resultado, se pierden el partido clave del equipo de baloncesto del instituto en el que juega Lucas. Mientras, Max ha roto con Lucas y sigue traumatizada por la muerte de su hermano Billy. Sin embargo, la paz en Hawkins durará poco, porque un oscuro poder se alza de nuevo.
Los creadores de Stranger Things, los hermanos Matt and Ross Duffer vuelven a escribir y dirigir esta temporada con episodios más largos de lo normal. De los 7 episodios de esta primera parte, los Duffer escriben y dirigen los dos primeros y el último, mientras Shawn Levy y Nimród Antal dirigen dos episodios cada uno y Caitlin Schneiderhan, Paul Dichter, Kate Trefry y Curtis Gwinn escriben los episodios intermedios. Unos episodios que tienen una duración mucho mayor de lo habitual en televisión, con 76, 75, 63, 77, 74 y 98 minutos cada uno. Una pasada que permite contar una historia compleja debido a la enorme cantidad de personajes que necesitan tiempo en pantalla con el ritmo más adecuado.
El enorme reparto de Stranger Things vuelve a la acción en esta segunda parte, empezando con Winona Ryder como Joyce Byers, la madre de Will y Jonathan Byers y David Harbour como Jim Hopper, el jefe del departamento de policía de Hawkins dado por muerto al final de la temporada cuando en realidad se encuentra en una prisión rusa. Millie Bobby Brown como Once / Jane Hopper, una joven con habilidades telepáticas y psicoquinéticas que creció en los laboratorios Hawkins y que tras los sucesos de la tercera temporada está viviendo con Joyce con sus hijos Will (Noah Schnapp) y Jonathan (Charlie Heaton).
Los amigos del grupo que se han quedado en Hawkins son Dustin Henderson (Gaten Matarazzo), Mike Wheeler (Finn Wolfhard), novio de Once y hermano de Nancy (Natalia Dyer), que trabaja en el periódico del instituto local, Lucas Sinclair (Caleb McLaughlin), hermano mayor de Erica (Priah Ferguson). Completaría el grupo Maxine «Max» Mayfield (Sadie Sink), la joven skater amiga de Lucas que está traumatizada por la muerte de su hermano en la tercera temporada y que tienen un papel fundamental en la trama de esta cuarta, y Robin Buckleu (Maya Hawke), la compañera de trabajo de Steve (Joe Keery).
Paul Reiser como el Dr. Samuel «Sam» Owens y Matthew Modine retomando el papel del Dr. Martin Brenner, el científico jefe del Laboratorio Hawkins de la primera temporada, completarían el reparto en sus papeles principales.
Empezando por los elementos positivos, Stranger things es una de las producciones más caras de Netflix, hasta el punto que se comenta que cada uno de estos siete episodios ha costado 30 millones de dólares cada uno. Y la verdad es que lucen en pantalla, con un diseño de producción y unos efectos especiales estupendos, además de por supuesto una perfecta recreación de los Estados Unidos de 1986. En este sentido, la fiebre anti D&D de esos años, algo que pasó realmente en USA, juega un papel muy importante en la historia y hará la delicias a los amantes del juego.
Tras la tercera temporada, la historia se ha desdoblado en 4. Por un lado tenemos a Hopper en Rusia intentando escapar de la prisión, a donde viajarán Joyce y Murray para intentar ayudarle. En segundo lugar, Once aceptará ir con los investigadores de Hawkins para descubrir elementos claves de su pasado que ha olvidado y necesitará si quiere volver a tener sus poderes. Will, Mike y Jonathan, con su nuevo amigo el fumado Argyle tendrán que hacer todo lo posible para reunirse con Once en California. Y mientras, todos los demás (Max, Nancy, Robin, Steve, Dustin y Lucas) tendrán que enfrentarse en Hawkins a una nueva ola de asesinatos provocados por un nuevo enemigo, el terrible Vecna, unos asesinatos que son atribuidos a Eddie, el lider del club de Dungeon & Dragons Fuego Infernal, pero que conectan con otros terribles asesinatos que sucedieron hace varios años en el pasado.
La verdad es que todo el reparto está muy bien en unos personajes que han crecido con ellos y que forman parte de su ADN. Sin embargo, hay que reconocer que Millie Bobby Brown juega en otra liga respecto a los demás, al igual que un David Harbour al que los momentos torturados por los errores de su pasado le permiten lucirse en varios episodios.
Esta sobrecarga de personajes y la necesidad que hacer que la nueva trama empiece a andar provoca que tienen que pasar prácticamente dos horas de serie para que la historia de verdad empiece a cobrar fuerza, dado que casi los primeros 90 minutos son apenas utilizados para informarnos qué ha sido de cada uno de los personajes. Sin embargo, el ritmo pausado de la serie no significa que sea aburrido, y las diferentes sorpresas consiguieron impactarme y tenerme super intrigado.
La amenaza de Vecna y los misterios del pasado de Once están planteados desde una vertiente de terror puro, con un montón de referentes del género de los años 70 y 80. En este sentido, un cameo de un actor super popular de esos años tengo que reconocer que me dio especial pareció super chulo, por lo que supuso dicho actor para el género de terror de los 80. Pero más allá de lo anecdótico que este cameo supone, la atmósfera que se crea en estos siete episodios me resulta super carismática y me flipa completamente.
El gran problema de esta temporada es que de las cuatro tramas, hay dos que no están al mismo nivel y que me sobran en su gran mayoría. Por un lado, toda la trama rusa y en especial el rescate de Joyce y Murray (a pesar de lo bien que está David Harbour), y sobre todo, la trama en California de Will, Mike y Jonathan, que empezarán a viajar por todos los Estados Unidos. Y es una pena, porque toda la parte de Once y sobre todo la forma en que encaja con lo que está pasando de Hawkins y la amenaza de Vecna me parece una pasada y creo que es uno de los grandes momentos de toda la serie. Esta revelación que conecta con los primeros episodios me ha volado la cabeza y me ha parecido brillante.
Stranger Things además de ser super entretenida por si misma, resulta un contenedor de nostalgia y elementos retro demasiado grande como para poder comentarlo en esta reseña. De hecho, tendría que haber realizado una reseña de cada episodio y me habría seguido faltando espacio, porque todo es una referencia. Desde la ropa, la música, los sets como la pista de patinaje, o las innumerables películas y series que homenajea, es un sueño para todo fan que creció en los años 80.
Por otro lado, el estreno en Netflix de Stranger things permitió que viera estos 7 episodios razón de un episodio al día, motivo por el que publico esta reseña más tarde que el resto de blogs. Tener una vida en el mundo real y querer alargar la experiencia y el disfrute hicieron que no me planteara (ni tuviera oportunidad) hacer un maratón durante el fin de semana de estreno. Esto pone de relevancia lo que era la principal ventaja de Netflix en su momento, poder ver sus contenidos a tu aire sin estar forzado a la programación impuesta por las cadenas. Antes claro de que la propia Netflix te inundara todas las semanas de estrenos montoneros que eran vendidos como «la siguiente serie de visionado obligado». Cuando la serie es buena, agradezco esta opción aunque provoque que la serie esté «en la conversación» menos tiempo que cualquier serie de HBO o Disney+ sobre la que comentamos episodio a episodio durante semanas. Está claro que Netflix algo ha aprendido y busca capitalizar el éxito de su principal serie al haber decidido romper en dos esta cuarta temporada, dejando para primeros de JULIO los dos episodios restantes.
Esta decisión tengo claro que va a provocar que millones de espectadores estén pendientes que llegue julio y podamos conocer el final de la historia. Dicho esto, pensaba que esta cuarta temporada era la última y he descubierto hace poco que los Duffer y Netflix han planteado una quinta temporada que esa ya si significará el final de la historia. Lo cual reconozco que me ha sabido como un jarro de agua fría, ya que por tanto lo que veamos en julio va a ser un punto y seguido.
En todo caso, disfrutar de la cuarta temporada de Stranger Things me recordó también lo largo se me hicieron los casi tres años que transcurrieron desde el final de la tercera temporada en el verano de 2019. Espero que no haya retraso y el estreno sea seguro en 2023, porque seguro que el final de esta temporada nos va a dejar con un cliffhanger importante.
Comparto el trailer de esta temporada:
Stranger Things nos ha dejado con la miel en los labios con estos 7 primeros episodios. Espero que el mes que falta para disfrutar de los dos episodios finales pase lo más pronto posible.
PUNTUACIÓN: 8/10
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