Crítica de The vast of night de Andrew Patterson (Prime Video)

Tras las efusivas alabanzas de Guillermo del Toro en redes sociales hacia The vast of Night, no tuve más remedio que ver esta película dirigida por el debutante Andrew Patterson, aprovechando que está disponible en Prime Video.

PUNTUACIÓN: 7/10

Nuevo México, Estados Unidos. Dos trabajadores de una radio local, un operador de radio y un pinchadiscos, descubren en la década de los años 50 una frecuencia que podría cambiar su vida y la de toda la humanidad para siempre. (FILMAFFINITY)

Andrew Patterson es un cineasta estadounidense nacido en 1982 en Oklahoma. The Vast of night es su primer largometraje y ganó el Premio del Público a la Mejor Narrativa en el pasado Festival de Cine Slamdance de 2019, siendo muy bien valorada en otros festivales en los que participó. Patterson, además de dirigir escribió el guión junto a Craig W. Sanger, bajo el pseudónimo de James Montague (también listado como productor).

Con muy poca formación académica, Patterson optó por empaparse de los maestros para ver qué funcionaba y por qué en sus películas. Según el propio Patterson, «No tenía a nadie a quien preguntar, así que traté de extrapolar todo lo que pude viendo películas de [David] Fincher y estudiando los making-ofs y comentarios de sus películas, para así poder desmenuzarla.» Por ejemplo, Patterson recuerda haber visto The Social Network, preguntándose por qué cada escena se veía de una manera, y con qué objeto.

Patterson financió él mismo la película con las ganancias de su trabajo produciendo comerciales y cortometrajes para el Oklahoma City Thunder y otros. Con un coste de 700.000 dólares, rodó la película durante casi 4 semanas en Whitney, Texas. Esta ciudad fue seleccionada al contar con un gimnasio adecuado para el periodo histórico de la película.

Patterson pasó un año editando la película, que tuvo como director de fotografía a  M.I. Littin-Menz, ¿también un pseudónimo?

La película está interpretada por Sierra McCormick como la joven telefonista aspirante a periodista Fay Crocker, y por Jake Horowitz como Everett, el locutor de la cadena de radio local.

Actualmente los espectadores disponemos que tanta oferta cinematográfica, televisiva o comiquera que es imposible verlo o leerlo todo. Es por esto que muchas veces es muy complicado ver películas «pequeñas» a no ser que alguien conocido te la recomiende. O, en este caso, una fuente autorizada como es el genial Guillermo del Toro, que la alabó efusivamente en redes sociales la semana pasada.

Esto ya por si mismo es algo muy bueno, y de hecho, si vi The vast of night fue precisamente por las palabras de Del Toro. Aunque por otro lado pone las expectativas no se si imposiblemente altas.

De hecho, aunque he empezado la reseña con la ficha técnica y los detalles del interesante director Andrew Patterson, lo cierto es que no conocía nada absolutamente de la película antes de empezar su visionado, ni siquiera la sinopsis. Lo que creo que explica en parte algunas de mis sensaciones sobre la película.

El visionado de la película sin referencias de ningún tipo hizo que me encontrara con una película pequeña que podría haber pasado perfectamente como un episodio de «Twilight Zone», y no uno de los mejores. De hecho, hay un elemento claro de homenaje de Patterson hacia estas antologías televisivas de ciencia ficción al enmarcar esta historia como un episodio del Paradox Theatre (Teatro de las Paradojas).

The Vast of night dura hasta el inicio de los títulos de crédito unos justitos 85 minutos, de forma que este «homenaje» en parte me dió la sensación de que era una forma imaginativa de ocupar algunos minutos para conseguir una duración de la película suficiente para su estreno en las salas comerciales.

Debo reconocer que este feeling de serial de ciencia ficción le va perfecta a esta película ambientada en los años 50 inspirada en las historias de OVNIs. Aunque tampoco puede evitar transmitir que estamos ante una película de muy bajo presupuesto.

Sí encuentro muy positivo el hecho que para ser la primera película de Patterson realizada sin casi medios, está repleta de estilo. Resulta notable comprobar su control del ritmo y cómo sabe rodar de forma intereante una película que en lo fundamental muestra a pocas personas hablando en un espacio cerrado. Unos diálogos que me parecen super interesantes y que consiguen mantener la atención del espectador y  crear una tensión in-crecendo.

Patterson realiza además unos larguísimos travellings durante varios momentos de la película que indican un intento de crear una obra con personalidad. Aunque esto en parte lo veo un elemento positivo, también me pareció durante el visionado una forma elegante aunque algo vacía de alargar una historia que no daba tanto de si,

Dado que vi la película en casa gracias a mi suscripción a Prime Video no me arrepiento de haberla visto y juzgándola con el vaso medio lleno creo que hay suficientes elementos para invitar a la esperanza. Entiendo que si Patterson pudo crear esta película casi de la nada, podrá crear algo realmente interesante con una producción de mayor nivel.

Comparto el trailer de la película:

The vast of night me parece una película interesante como debut cinematográfico pero poco más. En todo caso, teniendo en cuenta que Patterson realizó casi completamente la película con cuatro duros, me parece una fantástica tarjeta de presentación.

PUNTUACIÓN: 7/10

 

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Critica de Galeria Disney: Star Wars The Mandalorian (Disney Plus)

Me encanta el cine, y parte de ese amor me lleva a querer conocer los detalles de cómo se crea la Magia del Cine. Es por esto que hoy quiero recomendaros la serie documental Galeria Disney: Star Wars The Mandalorian estrenado en Disney+, en el que Jon Favreau nos hace de maestro de ceremonias mientras nos cuenta todos los detalles de cómo The Mandalorian pasó de una idea en su cabeza a la serie más importante del año.

PUNTUACIÓN: 8/10

Tras la enorme decepción de Star Wars IX: El ascenso de Skywalker, la serie The Mandalorian me encantó y consiguió devolverme la fe en la franquicia galáctica creada por George Lucas propiedad de Disney. Y dado el enorme éxito creativo de Jon Favreau como Showrunner de la serie, ver este documental de 8 episodios en el que abarcan la producción de la serie desde todos los puntos de vista me ha parecido una maravilla y ha hecho que el disfrute con este serie se alargara durante varias semanas más.

En mi crítica de The Mandalorian ya expliqué en detalle por qué esta serie me encantó. Así que esta serie documental es un estupendo making-of que nos muestra la importancia del trabajo en equipo y crear un ambiente de trabajo que fomente la creatividad. Esta serie se compone de 8 episodios de 20 minutos de duración, en la que cada capítulo se centra en una faceta de la producción.

El episodio 1: Dirección, muestra una mesa redonda con Jon Favreau, el creador y showrunner de la serie, Dave Filoni, productor ejecutivo y director de un episodio, junto a los directores Rick Famuyima, Deborah Chow, Bryce Dallas Howard y Taika Waititi.

El episodio 2: El legado examina el profundo impacto que George Lucas creó en toda una generación de espectadores gracias a Star Wars, muchos de los cuales son ahora los profesionales que ahora han ayudado a crear The Mandalorian.

El episodio 3: El reparto, se centra en los actores protagonistas, Carl Weathers, Gina Carano y sobre todo Pedro Pascal como el Mandaloriano protagonista, que se enfrentó a un desafío actoral increíble al no mostrar su cara en ningún momento.

El episodio 4: La tecnología. Favreau y su equipo revelan la nueva tecnología que Lucasfilm ha creado para The Mandalorian que va a cambiar la forma en que se producen y realizan las películas de gran presupuesto. Un salto cualitativo impresionante que surge a partir de querer crear algo novedoso y no conformarse con los medios disponibles hasta ese momento.

El episodio 5: Efectos prácticos, nos muestra al equipo de producción comentando sobre las maquetas, las criaturas animatrónicas y el resto de efectos prácticos utilizados en The Mandalorian que ayudaron a crear el feeling perfecto que toda historia de Star Wars debería tener.

El episodio 6: El proceso, explica el proceso creativo para crear los diferentes episodios.

El episodio 7: La banda sonora, nos muestra cómo Ludwig Göransson compuso la música de The Mandalorian.

Por último, El episodio 8: Vínculos , sirve par recalcar los easter-eggs, sorpresas y curiosidades del rodaje, como son diversos elementos de atrezzo utilizados durante el rodaje de la serie, o la participación de la 501st Legion en el rodaje del último episodio.

Si algo queda claro tras ver estos documentales es que trabajar en Lucasfilm o en la ILM probablemente sean los mejores trabajos del mundo y un sueño hecho realidad para estos profesionales. Porque se nota en todas las declaraciones que sobre todo son fans de corazón de Star Wars, empezando por Dave Filloni, productor ejecutivo y mano derecha de Jon Favreau, que es una enciclopedia andante de todo lo relacionado con Star Wars.

Otro elemento fundamental que se resalta es que fruto de la colaboración y el trabajo en equipo se consigue que una buena idea mejore, y el equipo de Lucasfilm dirigido por Favreau y Filloni creó un ambiente de creatividad que fomentaba la tormenta de ideas entre todo el equipo con el objetivo que el producto final fuera el mejor posible. The Mandalorian en 100% Star Wars desde el primer al ultimo fotograma, pero a la vez consigue ofrecer una historia fresca y original que consiguió volarnos la cabeza a los fans de la franquicia galáctica.

Además, frente al mito de que da igual lo que se ruede porque «si está mal ya lo arreglaremos es post-producción», Favreau nos indica todo lo contrario, que un plano perfecto hace que la inserción posterior de efectos visuales sea más sencillo y el resultado final sea sobresaliente. Viendo The Mandalorian, incluso sabiendo cómo habían rodado la serie yo como espectador no sabía diferenciar donde acababa el set y donde empezaba la enorme pantalla led. De hecho, la perfección visual realmente me engañó siempre y me hizo creer que se fueron a rodar a un desierto, no que todo fue rodado en un set en California.

Además, la filosofía de trabajo de Favreau está centrada en planificar todo lo posible en preproducción, sobre todo teniendo en cuenta el complejo trabajo de efectos visuales digitales para el rodaje de los episodios. De esta forma todo el trabajo previo extra que realizaron facilitó muchísimo el rodaje físico, ya que todos los profesionales, los actores, el director de fotografía, etc… tienen claro a qué atenerse y cómo llevar a cabo lo que se espera de ellos. Viendo el resultad final, esta filosofía de trabajo no puede ser más acertado y satisfactorio.

Una corriente de pensamiento indica que el único buen cine que existe es el realizado por un AUTOR que tiene una visión propia sobre un tema y todo se plantea para llevar esa idea personal a la pantalla. Esta es  por supuesto una opción válida para hacer cine, teatro o televisión, pero The Mandalorian nos muestra que existe una alternativa igualmente válida: la de unos profesionales que creen en el trabajo en equipo y que saben que una idea ampliada por diferentes profesionales que aportan su creatividad sin luchas de egos siempre será mejor que la idea inicial.

Esto lo explican perfectamente Favreau y Filloni cuando explican que según su opinión, lo más divertido de crear The Mandalorian fue cuando tenían una idea, la comentaban con el equipo y a partir de ahí el departamento de arte empezaba a dibujar cosas guays y el equipo de ILM a pensar en técnicas para llevarlo a cabo, sugiriendo ideas y estilos que a su vez generan nuevas ideas. «La energía creativa se retroalimenta una vez aceptas que cada paso va a hacer la idea original mejor de lo que era en un principio. Alguna gente se agarra a su idea original pensando que nada será mejor que esa idea, pero lo cierto es que eso ahoga y limita la creatividad. En el cine, todo tiene que progresar, y eso es lo que creo que esta serie ha hecho realmente bien.»

Si te gustó The Mandalorian esta serie documental es un must-see absoluto. E incluso si no eres fan de Star Wars pero te interesa saber cómo se crea la magia del cine, no te puedes perder estea serie documental Galería Star Wars: The Mandalorian.

PUNTUACIÓN: 8/10

 

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Leyendo Vengadores 1-25 de Kurt Busiek y George Pérez (1998-2000)

Kurt Busiek y George Pérez crearon entre 1998 y 2000 una de las versiones de Los Vengadores más icónica y humana que se recuerda. Hoy quiero compartir mis impresiones durante la lectura de los primeros 25 números de esta serie.

PUNTUACIÓN: 9/10

Antes de comenzar a hablar sobre estos estupendísimos comics, merece la pena recordar cómo los años 90 fueron, desde un punto de vista empresarial y comercial, un autentico desastre para Marvel Comics. Tras la marcha de sus dibujantes estrella Jim Lee, Todd McFarlane, Marc Silvestri, Rob Liefeld, etc… para crear Image Comics en 1991, la calidad media de los comics Marvel era paupérrima mientras que en contraste, debido a la burbuja especulativa, Marvel publicaba cada vez más comics.

Tras la declaración de bancarrota de 1995 provocada principalmente por la compra de la distribuidoras Heroes World y de empresas de cartas como ToyBiz en un momento en que las ventas de comics sufrieron una implosión, Marvel se encontraba en una decisión desesperada y necesitaba una acción rápida que diera un giro de 180º a la situación.

La solución que encontraron para aumentar las ventas no pudo ser más polémica, al entregar 4 de las principales comics de la editorial a Jim Lee y Rob Liefeld para que a modo de franquiciados los relanzaran a su gusto al menos durante un año. Los damnificados fueron Los Vengadores y Capitán América, a cargo de Rob Liefeld y Jeph Loeb entre otros, y Los 4 Fantásticos e Iron Man, realizados por Jim Lee y su equipo de Wildstorm. La iniciativa: Heroes Reborn, que tuvo lugar entre 1996-97, en un momento en que decenas de trabajadores del staff editorial y cretivo de Marvel fueron despedidos.

En cuanto se vio que las ventas de Heroes Reborn no acompañaban como se esperaba y que cretivamente el experimento tampoco estaba funcionando, Marvel optó por no renovar el acuerdo con Jim Lee (Rob Liefeld fue despedido a mitad por sus retrasos en las entregas y su infumable calidad), y relanzar estas cuatro comics con lo mejor de lo mejor de Marvel en ese momento, buscando además transmitir una sensación de clasicismo y de vuelta a los orígenes.

Este es a grandes rasgos la situación que explica el fichaje de Kurt Busiek y George Pérez para el relanzamiento de VENGADORES, que crearon una etapa que más de 20 años después los fans aún recordamos, en el buen sentido. George Pérez es uno de los grandes artistas del mundo del comic americano que no necesita presentación: Vengadores, Nuevos Titanes, Crisis en Tierras Infinitas, Wonder Woman… sus lápices son historia viva tanto de Marvel como de DC Comics.

Kurt Busiek (Boston 1960), era un escritor poco conocido hasta que su MARVELS en 1993 junto a Alex Ross revolucionó el mundo del comic. No solo por las páginas pintadas de Ross mediante la técnica del fotorealismo, sino porque el concepto de mirar a los superhéroes desde el punto de vista del hombre corriente de la calle nos devolvió un «sense-of-wonder» perdido durante años por la moda del «grim-n-gritty» que triunfaba en esa década.

Su gusto por el clasicismo pudo verse en su icónico Astro City junto al dibujante Brent Anderson, comic que empezó a publicarse en 1995. Además, durante el año del Heroes Reborn, Busiek junto al dibujante Mark Bagley creó el mejor comic de Marvel en ese momento: Thunderbolts.  Este curriculum tan brillante confirmó que era el guionista perfecto para este relanzamiento.

El volumen 3 de Los Vengadores inaugurado por Busiek y Pérez fue sin duda un retorno a los orígenes en toda regla. Los enciclopédicos conocimientos de Busiek le permitía emplear a todos los personajes sin problema, mientras que estas páginas multitudinarias eran perfectas para el estilo de Pérez, que para esta etapa contó con Al Vey como entintador e incluso terminando sus bocetos en algunos números. Tom Smith a los colores completaba el equipo creativo de este comic.

Lo primero que puede comprobarse al empezar a leer estos Vengadores es cómo ha cambiado el mundo del comic en estos años. En los últimos 10 años nos hemos acostumbrado a que los comics agrupen sus historias en arcos más o menos cerrados de 4, 5 o 6 números de cara a su posterior recopilación en tomo. Tomos que en sus versiones softcover, hardcover o en edición Omnibus siguen disponibles para los lectores años y años después de haberse editado la grapa.

Sin embargo, a finales de los años 90 esta realidad del tomo recopilatorio casi no existía, de forma que los escritores planteaban sus historias de forma completamente diferente. Debido quizá a la influencia de Chris Claremont y sus X-Men, estos comics plantean arcos cortos de dos o tres números en los que además de grandes batallas, Busiek va desarrollando a sus personajes, de forma que los lectores vamos viendo como crecen delante nuestro a modo de lo que ahora se ha popularizado como una historia-río.

De esta forma, el primer arco de esta serie fue una historia de 3 números en la que Busiek y Pérez reúnen literalmente a todos los miembros que alguna vez fueron Vengadores, e incluso alguno que aún no lo era, para enfrentarse a Morgana LeFey.

Fruto de la narrativa de ese momento, estos comics están llenos de textos que hacen que sepamos sin problemas quien es quien, que personalidad tiene y los planes del villano. Hoy en día los aficionados nos quejamos por algunos autores que fruto del «decompressing storytelling» publican comics que se leen en 3 minutos y te dejan con sensación que no ha pasado nada (¿he oído Bendis?). No es el caso con estos comics. Leer un comic de estos Los Vengadores lleva su tiempo, dicho esto en el mejor sentido posible, y Busiek y Pérez nos dejan siempre con una sensación satisfactoria, al haber encontrado tiempo para grandes batallas y para desarrollar a los personajes principales.

Es este primer número destaco, aparte de la propia reunión de todos los miembros de los Vengadores, pequeños momentos alucinantes como la llegada de Ojo de Halcón a la mansión, que transmite la confianza y un poco la chulería de Clint Burton, un humano sin ningún super poder que sin embargo se convirtió en Vengador por méritos propios, llegando a mirar de tú a tú a cualquier otro miembro. Este sí es mi Ojo de Halcón, y no la versión «torpe» que años más tarde popularizó Matt Fraction y David Aja, un Hawkguy penoso que para mi no representa al héroe que se convirtió en uno de mis personajes favoritos. En ese comic, se nota demasiado que para hacer a Kate Bishop (la nueva Hawkeye de la época) super capaz y hábil optaron por desmerecer a Clint para que ella ganará siempre en la comparación.

No quiero alargarme demasiado, o este post se me va a hacer eterno. Solo comentar que esta sensación que una sola página me transmitió de Ojo de Halcón sería trasladable para casi todos los personajes, en mayor o menor medida, sensación aumentada aún más si cabe por los maravillosos lápices de Pérez que nos muestran a los héroes en su momento más icónico.

Otro elemento muy destacable de este primer arco es su capacidad de ir al grano desde el minuto uno, siendo un milagro de síntesis. Estos 3 números hoy en día darían para un arco de 6 u 8 números contando lo mismo.

Tras la primera aventura contra Morgana LeFay, el cuarto número es otro clásico del grupo, ya que los héroes fundadores deben elegir cual será la nueva alineación oficial del grupo, ya que 20 personajes no son operativos en una batalla. Fruto del análisis de cada héroe, la alineación queda formada por Capitán América, Iron Man, Thor, la Bruja Escarlata, Visión (en ese momento herido), Ojo de Halcón y Ms. Marvel. Los jóvenes Justicia y Firestar, procedentes de los New Warriors, entrarán a formar parte del grupo en modo de entrenamiento, y además, en el número anterior asistimos a la resurrección del Hombre Maravilla (Simon Williams), otro de los personajes clásicos de los Vengadores de los años 80. Como veremos más adelante, Busiek parece que utiliza estos comics para enmendar algunas injusticias cometidas contra los héroes, empezando por la muerte de Simon en comics anteriores.

Otro elemento que me parece muy chulo de la Marvel de ese año es que diseñaron en la contraportada una página doble informativa sobre quienes son los héroes y villanos que veremos en este número y el resumen de lo que habíamos visto en números anteriores, de forma que cada número de este primer año es completamente «reader-friendly». Este resumen inicial es una forma genial de conseguir que cualquier posible cliente accidental pueda coger cualquier número y subirse a la historia sin problemas.

El segundo arco de la serie es el enésimo enfrentamiento contra el Escuadrón Supremo, contado en los números 5, 6 y en el Annual 1998 dibujado por nuestro Carlos Pacheco, que a continuación colaboró con Busiek en otro de los grandes comics de la época, la maxiserie de 12 números Avengers Forever (otro comic genial que en algún momento tendré que repasar. Este segundo arco es otra vez modélico. Busiek no inventa nada, y el argumento de unos héroes combatiendo entre si por culpa de un malentendido es algo super trillado que hemos leído sientos de veces. Dicho esto, la forma en la que nos mete en la cabeza de cada personaje y conocemos sus miedos, problemas personales e inseguridades muestra que está más interesado en desarrollar a los protagonistas que en hacerles combatir. Aunque de hecho con Pérez a los mandos, las escenas de pelea son geniales.

El número 7 es la conclusión del Crossover Live Kree or Die junto a Iron Man, Capitán América y Mercurio (si, tuvo serie propia en esa época), cruce centrado en Carol Danvers, que se encuentra en un momento de crisis tras haber perdido los poderes cósmicos de Binaria y haber vuelto a su identidad de Ms. Marvel.

Este arco marcó la salida momentánea de Ms. Marvel del grupo, y llamadme mal pensado, pero no creo que hoy en día hubiera podido publicarse este argumento con El Juicio de Carol Danvers. Este arco es un «fall-from-grace» de libro, debido a sus problemas con la bebida y por mentir sobre la pérdida de poderes. Pero esto hoy en día sin duda hubiera sido calificado de «machista».

Los números 8 y 9 son una aventura en 2 partes en la que se presenta a Triathlon y Silverclaw, además de marcar la salida del grupo de Ojo de Halcón, que tras haber liderado los Vengadores Cosa Oeste se encontraba cada más incómodo dentro del grupo al tener que seguir las órdenes del Capi.

El número 10 es un especial doble que sirve de celebración del 35 aniversario de los Vengadores, y marca el retorno de Grim Reaper, hermano de Simon Williams,  y algunos miembros caídos del grupo que volverán para combatir a la nueva alineación.

Este aniversario sirve para que Pérez se luzca con unas splash-pages maravillosas, como por ejemplo las centradas en los héroes y los villanos.

El número 11 marca el final del arco y muestra como el núcleo emocional del grupo siempre fue el triángulo formado por Wanda, Visión y Simon Willians.

Tras esta historia, la pregunta ¿dónde está Ojo de Halcón? tiene una inesperada respuesta: ¡Uniéndose a los Thunderbolts!!! Clint quiere ayudar a que estos antiguos villanos puedan rehabilitarse, y Marvel creó un numero 0 publicado por la todopoderosa revista Wizard para presentar a Clint en el grupo. Además, dado que Busiek era el guionista de ambas series, todo fluye orgánicamente y se nota que existía un plan desde el principio para dirigirnos hacia este momento.

Que todo fluya no significa que no tengamos en el final de fiesta para este primer año de serie un número de enfrentamiento entre ambos grupos, hasta que se unen para combatir una amenaza mayor. Este número 12, que también fue especial con más páginas de lo normal, es otro comic con aroma clásico que marcó un final del primer año imperial, confirmando que estos Vengadores eran el mejor comic de la Marvel de 1998-99.

Narrativamente, en estas páginas vemos a un Pérez desatado, con páginas con 8-10 viñetas que permiten que veamos lo que hacen todos los personajes en cada momento, además de mostrarnos a personas físicamente muy diferentes.

El segundo año de Kurt Busiek y George Pérez en Vengadores (1999-2000) sirvió para que recordáramos las relaciones de los miembros de Los Vengadores con el resto del Universo Marvel. Así, en el número 13 Justice y Firestar volverán a vivir una aventura con los New Warriors, que harán dudar a Justice sobre su valía para pertenecer a los Vengadores.

En el número 14 tenemos el maravilloso reencuentro de Bestia con Wonder Man, que nos confirma que el gran valor de los comics Marvel no está en las batallas, sino en las relaciones personales de los héroes. Además, en estos números veremos la presentación de nuevo villano, Lord Templar, y de la organización Triune Understanding, que van a tener una gran importancia en próximos números.

Durante estos números me gusta una idea que Busiek ya presentó en los primeros números, y es que incluso los Vengadores pueden perder si los héroes no trabajan en equipo o no están 100% concentrados en lo que hay que hacer, sobre todo cuando todos tienen problemas personales que les preocupan.

Y por eso, el momento de Wanda en este número tomando el control del grupo en combate y coordinando a todos es un puntazo fantástico que no se había visto antes. Por supuesto, con Pérez todo luce mucho mejor, pero merece la pena resaltar el hecho que Busiek no escribe sólo nostalgia y repetición de esquemas, sino que sabe crear situaciones completamente nuevas que no habiamos leído en sus 35 años de historias que además con congruentes con esa misma historia.

Tras 15 meses ininterrumpidos con varios números especiales entre medio, Busiek y Pérez se tomaron 3 meses de descanso mientras preparaban su siguiente arco, posiblemente el más celebrado de esta etapa. Para ello, Jerry Ordway tomó el relevo con un arco de transición. En este arco, Ordway recupera a Photon, Ms. Marvel, Caballero Negro y Arkon para una historia contra el Equipo de Demolición y Doomsday Man. Son comics correctos, pero la comparación le hace mucho mal a estos comics y a Ordway como artista.

Tampoco queda muy bien parado el Annual 1999 de John Francis Moore y Leonardo Manco. El guión está bien, pero el estilo de Manco no le pega nada a los Vengadores y crea unas escenas de acción super confusas con las que no conecté. Manco era un gran artista para historias oscuras tipo Hellblazer o westerns, pero no encaja en estos superhéroes puros.

Y entonces, cuando parecía que el comic de Los Vengadores se estaba estancando en este segundo año, y que no podrían igualar el nivel inicial…

Ultron Unlimited es el arco más largo de Busiek y Pérez hasta la fecha y se desarrolló entre los números 19 a 22, una historia que ha tenido una enorme importancia en la historia del grupo y sirvió de inspiración a Joss Whedon para escribir el guión de Vengadores: Age of Ultron.

De nuevo, Busiek y Pérez consiguen condensar un montón de elementos en tan sólo 4 números. Así, en este arranque vemos más desarrollo del trío Wanda / Simon / Visión y los crecientes problemas de los Vengadores con la prensa.

El guión consigue crear una tensión creciente al hacer que Ultron no aparezca hasta las últimas páginas de este primer número, teniendo que enfrentarse primero a Alkhema. Además, el comic es súper «reader-friendly», explicando quién es Ultron y todo lo que necesitas saber.

El número 19 termina con un cliffhanger antológico, al descubrir los Vengadores la masacre que Ultron está cometiendo en el país europeo de Slorenia.

El número 20 es la segunda parte del arco, «This evil unfolding». Por un lado, el grupo principal de Vengadores asistirá al plan de Ultron tras masacrar a todos los habitantes de Slorenia. Cap, Iron Man, Thor, Black Panther y Firestar se prepararán para el combate.

Por otro lado, un segundo grupo de Vengadores formado por La Avispa, Wanda, Visión y Hombre Maravilla investigan el secuestro de Hank Pym a manos de Ultron, lo que permite a Busiek contarnos la complicada historia de Pym.

Este grupo es atacado por una horda de Ultron es que les hacen prisioneros y les trasladan a Slorenia, mostrando que todos ellos tienen una importancia fundamental en el plan de Ultron.

«Los Vengadores van a la guerra.» No podía ser un mejor resumen de lo que nos vamos a encontrar en esta tercera parte, «This evil unveiled», mientras vemos a los héroes dirigir el contraataque en Slorenia, unas páginas repletas de splash pages que quitan el hipo y acción más grande que la vida como sólo los Vengadores pueden ofrecer.

Sin embargo, lo más interesante no sucede en el campo de batalla, sino en la base de Ultron, donde conoceremos su plan de crear una raza de seres robóticos usando los patrones cerebrales de los héroes secuestrados, que forman su «familia».

Mientras, en Nueva York, el herido Justice, que tuvo que quedarse atrás al tener una pierna rota, estudia todos los archivos sobre Ultron para intentar encontrar una clave para derrotarle.

En este número también noto que algunas páginas no están igual de bien acabadas que el resto, y me da la sensación que Pérez solo abocetó y fue Al Vey, acreditado en todo el arco como «acabado», el que hizo la mayor parte del trabajo. Demasiado trabajo, incluso para Pérez.

Llegamos al clímax de Ultron Unlimited, «This evil triunphant», publicado en el número 22.

¿Os suena está splash-page? Me pregunto de dónde sacó Joss Whedon la inspiración para el clímax de Age of Ultron…

Y aunque a todos nos encantan las grandes batallas y las splash-pages más grandes que la vida de Pérez, me flipa que al final la clave para derrotar a Ultron sea la inteligencia. Además, Busiek usa este arco para reivindicar a Hank Pym, «maltratado» en años anteriores por los autores previos que no supieron qué hacer con el personaje. A pesar de reconocer que está lleno de problemas y miedos, la forma en que se levanta frente a la adversidad nos muestra un Pym con el coraje y determinación necesaria para ser un Vengador.

Ultron Unlimited es sin duda una de las mejores historias de Ultron que recoge toda la grandeza de los Vengadores, y además muestra a unos héroes muy humanos con dudas y miedos a los que enfrentarse. Espectacular se queda muy corto.

Pero en el mundo del comic «the show must go on», y el siguiente mes volvemos a Nueva York con nuevos y viejos problemas. Mientras que por un lado este número 23 está centrado en la relación entre Visión y su hermano Simon Williams, en este número encontraremos una amenaza inesperada para Los Vengadores: los medios de comunicación y la sociedad civil.

Tras intentar encontrar a Lord Templar en las instalaciones de la fundación Triune Undertanding en el número 15, parece que alguien ha puesto a los medios de comunicación contra los Vengadores. El Capitán América decide no hacer nada, confiando como siempre que sus acciones hablen por el grupo, en un momento en que la sociedad ha cambiado y esto ya no es suficiente.

Además, se produce una polémica muy interesante en este número 23, al ver cómo manifestantes afroamericanos se quejan que no hay miembros de color en el grupo. El Capi afirma como ya sabemos que los Vengadores nunca han discriminado a nadie por motivos de su raza, ese nunca ha sido un factor, sino que ellos valoran sólo la habilidad de la PERSONA. En este sentido, Black Panther afirma que él no quiere ser el Vengador Negro que cubra una cuota, ya que es un Vengador de pleno derecho por sus cualidades. Y junto a estos manifestantes, otros se quejan porque los Vengadores admiten a mutantes mientras que no cuentan con miembros de otras etnias o razas.

El punto de vista del Capi es sin duda el correcto, y los lectores y cualquier persona normal que leyera estos comics en 1999-2000 entendería que esto es así. Pero si pensamos en los cambios sociales que se han producido en los últimos años, podría decirse que las demandas de los manifestantes de este comic sí tuvieron su efecto después de todo en la editorial, al convertirse la «diversidad» en el elemento central de la gestión de Axel Alonso en la Marvel de 2010, una época en la que se crearon nuevos personajes de razas, géneros y orientaciones sexuales variadas, buscando que todas las minorías tuvieran un héroe en el que verse reflejado: el Hulk coreano de Amadeus Cho, la Ms. Marvel musulmana, Miles Morales, el nuevo y genial Spiderman afroamericano, la antes mencionada Ojo de Halcón Kate Bishop y muchos más.

Mientras el problema con los medios de comunicación y los manifestantes aumenta, Nueva York se verá atacada por un grupo de seres superpoderosos, los Exemplars, 7 personas que adquirieron el poder de elementos místicos de gran poder que fueron presentados en el evento The eighth day y que buscan a Juggernaut, poseedor a su vez del poder del cristal de Cittorak, para vengarse por su traición en el citado evento.

Esto nos lleva hasta el número 25 que marca el segundo aniversario del comic y que nos llevará a la pelea definitiva de los Vengadores y otros héroes como Hercules, Nova y Spiderman frente a los Exemplars. De nuevo, tras una gran batalla, la inteligencia vuelva a ser la clave para detener esta amenaza, mostrando al Capitán América que no todas las peleas se pueden vencer con los puños.

Este hecho, sumado a los problemas con la opinión pública marcan un final de ciclo que provoca un nuevo e importante cambio en la alineación de Vengadores que Busiek presentarían el mes siguiente en un número con Stuart Immonem como dibujante invitado.

Estos dos años están entre lo mejor de lo mejor de la historia de los Vengadores. Aunque George  Pérez aún dibujó 8 números más, abandonó este comic en el número 34 y la serie empezó a resentirse por el baile de dibujantes primero, y quizá por un cierto agotamiento por parte de Busiek, cuyos guiones ya no estuvieron tan frescos y acertados como en estos primeros 25 números.

Estos comics son el ejemplo perfecto de por qué nos enamoramos de los comics Marvel. Una perfecta combinación de caracterización de personajes con los que conectas y de los que te preocupas, unido a acción más grande que la vida. En lo referido a comic mainstream de superhéroes no se puede hacer mejor.

Los Vengadores de Kurt Busiek y George Pérez es una etapa soñada que ningún fan de los comics Marvel debería perderse.

PUNTUACIÓN: 9/10

 

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Crítica de Gran Torino de Clint Eastwood (HBO)

Me he dado un homenaje para mi despedida a mi suscripción a HBO del último mes, y he aprovechado para volver a ver Gran torino, el clásico de Clint Eastwood de 2008, aprovechando además que acabamos de celebrar su 90 cumpleaños.

PUNTUACIÓN: 8.5/10

Walt Kowalski (Clint Eastwood), un veterano de la guerra de Corea (1950-1953), es un obrero jubilado del sector del automóvil que ha enviudado recientemente. Su máxima pasión es cuidar de su más preciado tesoro: un coche Gran Torino de 1972. Es un hombre inflexible y cascarrabias, al que le cuesta trabajo asimilar los cambios que se producen a su alrededor, especialmente la llegada de multitud de inmigrantes asiáticos a su barrio. Sin embargo, las circustancias harán que se vea obligado a replantearse sus ideas. (FILMAFFINITY)

En 2008 Gran torino significaba la despedida de la interpretación de un Eastwood que es ese momento tenía 77-78 años, lo que convirtió la película en un autentico acontecimiento para los fans del actor y director. Dicho esto, el año pasado, 11 años después, pudimos volver a disfrutarle en la notable The Mule.  Eastwood dirige, produce, protagoniza y escribe la música junto a Michael Stevens.

Nick Schenk escribe el guión a partir de una historia suya y de Dave Johannson. La película cuenta con Tom Stern como director de fotografía, que contó con el montaje de Joel Cox y Gary D. Roach.

Además de Eastwood como Walt Kowalski, la película está interpretada por Bee Vang como Thao Vang Lor, un joven de la comunidad Hmong de Detroit (Michigan) vecinos de Kowalski. Ahney Her es su hermana Sue Lor, que se harán amigos del anciano de malas pulgas. Por último, Christopher Carley interpreta al Padre Janovich.

¿Quién son los Hmongs? Se trata de una comunidad que vive/vivía en el sudeste asiático, Vietnam, Tailandia y el sur de China entre otros. Durante la guerra de Vietnam esta comunidad se unió con el Vietnam del Sur aliado de los Estados Unidos, y cuando terminó la guerra, ante las inminentes represalias del Vietcong, hubo un importante éxodo de esta comunidad a los Estados Unidos.

Aunque el guión inicial estaba ambientado en Minnesota, finalmente se rodó en Detroit debido a las ayudas fiscales que ofrecía este estado. Para el rodaje de Gran Torino, Eastwood a través de su productora Malpaso contrató a numerosas personas de la comunidad local Hmong para realizar trabajos de producción y asesoramiento para la película. Además, Eastwood contrató a actores Hmong no profesionales para la película, entre los que estaban los propios protagonistas Bee Vang y Ahney Her.  Así que frente a los activistas de salon que se lucen en Instagram, Eastwood optó por ayudar a esta comunidad de la única forma que vale, dándoles trabajo y haciendo esta película que ofrece una visión mayoritariamente positiva de esta comunidad.

Grand Torino del maestro Clint Eastwood es ya un clásico que reúne en esta historia crepuscular muchos de los mitos de la filmografía de Eastwood. Walt Kowalski simboliza a todos los papeles de Eastwood, un tío duro que odia a todo el mundo porque no se ajustan a su inflexible moral y valores. Empezando por su propia familia, que son quizá los que peor parados salen. La mala baba de Eastwood ante la sociedad americana actual que está creando chavales pusilánimes y caprichosos es indudable, y la muestra con unas estupendas dosis de humor negro. En este aspecto, toda la película es oro puro.

Sobre las crítica de racismo de gente que claramente no entendió la película, no hay duda que para Eastwood los personajes buenos y positivos de la película son los 2 hermanos de la comunidad Hmong vecinos de Kowalski. Hermanos que además consiguen que Walt acabe mejorando como persona al conocerles, evolucionando más allá de los estereotipos creados a lo largo de toda una vida.
El final es triste pero lógico, ya que si el viejo luchador no tiene sitio en este mundo políticamente correcto, al menos que su muerte sirva para algo. Entiendo que este final es una metáfora sobre la visión que Eastwood tenía de si mismo en el negocio del cine. Eastwood es un autor con una voz propia diferente a todos, y cada vez más se ha convertido en un director que parece sacado de otro tiempo.
Gran Torino está contada desde el clasicismo más absoluto. Todos los planos y las escenas están planteados para contar la película de la forma clara y fluida. La música ayuda también a dotar a Gran Torino de una cualidad atemporal que la hace perfectamente actual y a la vez sientes que podría haberse rodado perfectamente en los años setenta u ochenta. Eastwood consigue expresar muchísimo con su personaje a partir de una interpretación super minimalista en la que los tics de su cara y sus gruñidos cuentan más que cualquier línea de diálogo. Eastwood nunca  fue un actor de gran expresividad, pero sí creo que es un estupendo actor que consigue maximizar la potencia de su interpretación, lanzando su carisma hasta la estratosfera.

A partir de un presupuesto de 30-35 millones de dólares, la película recaudó 270 millones, lo que significó un enorme éxito de taquilla y mostró que sigue existiendo público para sus películas, como hemos seguido viendo con otros peliculones suyos posteriores, como Richard Jewell este mismo año.

Comparto el trailer de la película:

Gran Torino es un clásico dentro de la excelente filmografía de Eastwood, un maestro del cine del siglo XX y XXI que ningún fan del autor debería perderse.

PUNTUACIÓN: 8.5/10

 

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Crítica de Peaky Blinders temporada 3 (Netflix)

¡Madre mía de mi vida, Peaky Blinders!! El drama histórica creado por Steven Knight para la BBC disponible en Netflix inspirado en la historia real de una familia de criminales británicos consigue en su tercera temporada ser aún más apasionante y adictiva.

PUNTUACIÓN: 8.5/10

«En un futuro próximo, el Señor Churchill querrá hablar con usted en persona, señor Shelby. Tiene un trabajo para usted. Estaremos en contacto.»

Dos años más tarde, en 1924, durante la boda de Tommy Shelby y Grace Burgess, el trabajo solicitado por Churchill meterá a los Shelby en una red de intriga y peligro al encontrarse en el centro de un complot político internacional del que será muy difícil escapar con vida. Acorralado contra la pared, Tommy deberá decidir cual es el menor de dos males, al tener por un lado a la exclusiva Liga Económica que posee todo el poder económico, político y policial de Gran Bretaña por un lado, y la violencia y locura de unos exiliados rusos con un ejército de cosacos a su servicio.

Stephen Knight vuelve a escribir los seis episodios de esta tercera temporada, que han sido todos dirigidos por Tim Mielants, ampliando el foco con un argumento más grande e internacional respecto a las anteriores temporadas centradas en Birmingham primero y Londres después.

En esta tercera temporada, volvemos a encontrarnos con los miembros de la familia Shelby, encabezados por un espectacular Cillian Murphy como Tommy. Junto a él, tenemos a Helen McCrory como la tía de Tommy,  Elizabeth «Polly» Gray, Paul Anderson como Arthur Shelby, Jr., el hermano mayor de Tommy, Sophie Rundle como Ada Thorne (antes Shelby), la única hermana de la familia, Joe Cole como John Shelby, el hermano pequeño de Tommy, y Finn Cole como Michael Gray, el hijo perdido de Polly encontrado en la temporada anterior forman el núcleo duro de la familia.

Junto a ellos encontramos a Annabelle Wallis como Grace Burgess, la futura esposa de Tommy, así como el gran Tom Hardy como Alfred «Alfie» Solomons, el lider de una banda mafiosa judía de Camdem Town. Nuevas incorporaciones de esta tercera temporada son Paddy Considine como el Padre John Hughes, portavoz de la Sección D anticomunista de la Liga Económica, así como Gaite Jansen como la Gran Duquesa Tatiana Petrovna, una aristócrata que huyó de Rusia tras la revolución comunista con su familia y que aspira a crear una revolución en su pais con ayuda británica que les devuelva al poder.

Lo mejor de Peaky Blinders es lo entretenida y adictiva que es mientras realiza una maravillosa recreación del mundo criminal de la Inglaterra de la década de 1920. Y como en cada episodio la sensación de escalada del peligro y la tensión es palpable, dejándonos además con un climax monumental al final de la temporada.

Cilliam Murphy es el gran protagonista, y borda su interpretación de Tommy Shelby, el jefe de la familia mafiosa de los Peaky Binders que se va a dar un baño de fría realidad en esta temporada. Murphy construye a un extraordinario Tommy y transmite de maravilla todo el rango de intensas emociones que sufrirá en esta temporada. Y es que, si algo queda claro en esta temporada es que nadie está a salvo, y cualquiera puede morir de la forma más cruel y despiadada posible.

Otro elemento brutal de Peaky Blinders es que la duración de seis episodios por temporada me parece perfecta. Además de que pasan un montón de cosas, este formato permite que todos los miembros de la familia tengan su importancia y crezcan dentro de la serie.  Y a la vez, al ser sólo seis episodios, Steven Knight tiene que ir siempre al grano sin desperdiciar ni un segundo, de forma que la sensación de «minutos de la basura» que lamentablemente se hace muy presente en otras series actuales nunca aparece durante el visionado de esta tercera temporada.

El aumento de la escala y del peligro nunca fue tan palpable como en esta termporada, así como la sensación de soledad de Tommy, al no tener a nadie que le pueda ayudar sin querer antes apuñalarle por la espalda. Esto se hace muy presente en la breve pero antológica aparición de Alfie Solomon, el genial personaje interpretado por Tom Hardy. Aparte su loquísimo acento en la versión original, Solomon es alguien super peligroso sin necesidad de portar él mismo ninguna arma. Y además articula una de las frases claves de esta temporada, al recordarle a Tommy que a pesar de sus intentos de convertirse en un hombre de negocios honrado, es y siempre será un hombre cruel y malvado que ha matado a cientos de inocentes sin motivo. Tommy es igual de malvado que Alfie, y cuando le llegue el final será más que merecido.

Otro elemento importante es que frente a la realidad que los Shelby son malas personas, no hay duda en este respecto, se alza contra ellos otra fuerza que a pesar de vestirse de respetabilidad, es igual de mala que ellos: La Liga Económica, la personificación de los poderes políticos y económicos que son los que realmente gobiernan en Inglaterra. Los Shelby son mafiosos y criminales, pero esta sociedad en la sombra de la que el Padre John Hughes es su portavoz es igual de malvada y merece caer, igual que los Shelby. Aunque dado que ellos tienen el «stablishment» de su parte, es poco probable que vaya a suceder.

Además, la parte de la trama rusa ayuda a transmitir la idea que hay personas incluso peores que los Shelby a quien temer. Además, los cosacos son aún más locos e impredecibles que los son la familia gitana de los Shelby.

Otro elemento importante que me ha gustado en la forma como el guión encuentra la forma de colocar en la historia elementos reales de la época como fue la lucha de las mujeres por conseguir mayores derechos en la machista sociedad británica, O las intrigas políticas derivadas de la caída del Zar en Rusia y el alzamiento del comunismo, visto como una amenaza real e inminente para los países democráticos.

En resumen, esta tercera temporada de Peaky Blinders ha sido un gran triunfo que convierte a esta serie en una de las imprescindibles del panorama televisivo.

Comparto el trailer de esta tercera temporada:

La tercera temporada de Peaky Blinders ha sido estupenda y encima nos ha dejado en todo lo alto. Teniendo en cuenta que de momento ya se han estrenado 5 de las 7 temporadas previstas, me queda diversión para rato.

PUNTUACIÓN: 8.5/10

 

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