Crítica de The Deuce temporada 2 (HBO)

La segunda temporada de The Deuce, serie creada por David Simon y George Pelecanos y que se estrenó en HBO hace unas semanas, despega definitivamente como uno de los mejores dramas de la televisión actual.

PUNTUACIÓN: 8.5/10

Nueva York 1977. La música disco y el punk están en pleno apogeo, en un momento en a pesar de la corrupción policial, se está produciendo un cambio en la tolerancia política hacia el mundo del vicio del centro de la ciudad. Y la mafia, el primer patrocinador de la pornografía en el momento en que los tribunales declararon su legalidad, parece estar ahora en condiciones de conseguir grandes ganancias. Aunque en Los Angeles la industria del porno es más potente y profesional, está aumentando en la costa este. Y por ahora, Nueva York sigue siendo una ciudad llena de películas, música y arte, en la que la fiesta, alimentada por las drogas, no para las 24 horas.

Este excelente drama centrado en los personaje regresa con una construcción del mundo aún más envolvente y un enfoque protagonizado por sus excelente personajes femeninos, entre las que destaca el tour-de-force interpretativo de Maggie Gyllenhaal.

The Wire es una de las mejores series de la historia. David Simon y George Pelecanos se especializan en mostrarnos a personas reales que viven una vida complicada en ambientes en muchos casos hostiles. Los personajes no son buenos ni malos, sino supervivientes capaces de hacer cosas buenas y malas, y que cometen errores porque no son perfectos. Esto que se aplicaba a las duras calles de Baltimore es también perfectamente trasladable a la Nueva York de los 70.

The Deuce empezó bien en su primera temporada de presentación, pero es ahora en esta segunda en la que la acción realmente despega y empezamos a disfrutarla en toda su amplitud.

La primera temporada se centró en los personajes interpretados por James Franco, los gemelos Vincent y Frankie Martino (el serio y el cabeza loca), y el empeño de Vincent de montar su propio negocio, y como la vida sucedía a su alrededor. En esta temporada el foco varía y aunque seguiremos viendo la vida de Vincent y sus negocios, así como de las protitutas Darlene (Dominique Fishback) o Lori (Emily Meade), el verdadero protagonismo lo adquiere Maggie Gyllenhaal, cuyo personaje Candy lucha por dirigir su primera película porno, y nos ayudará a conocer los inicios de esa industria. Candy intenta unir esta faceta de su vida con la realidad que su hijo adolescente, que vive con sus abuelos, no va a tardar en averiguar a qué se dedica realmente su madre. El registro interpretativo de Gyllenhaal me ha maravillado en esta temporada.

Y mientras, la novia de Vincent, la inteligente Abby Parker (Margarita Levieva), adquiere consciencia que no es suficiente con trabajar en el bar, sino que tiene que intentar ayudar a las chicas que trabajan en la calle. Por su lado, Vincent aunque cree ser un hombre bueno y honrado que ayuda a su familia y amigos, cosa que es cierto, es también un hombre que abandonó a su mujer y sus hijos y es socio de la mafia en los burdeles del barrio que controla su primo, hechos totalmente reprobables desde un punto de vista moral. Esta dicotomía se encuentra en el alma de todos los personajes, y es lo que hace que la serie sea tan buena.

Por el bando de los chulos, también realizan un buenísimo trabajo Gary Carr (C.C., cara de ángel y actitudes de demonio), Gbenga Akinnagbe (Larry, chulo que aspira a convertirse en actor) o Method Man como Rodney. Aunque son gente despreciable, me gusta como el guión hace que también puedan hacer cosas buenas.

Otro tema que me gusta mucho de The Deuce además de todos los personajes es el tono, que huye de dramatismos efectistas y se centra en la vida de unas mujeres que a pesar de vivir controladas, también encontraban momentos para ser felices, y que luchaban para evitar ser consideradas como víctimas, aunque sin duda lo eran. Esto es vida sin artificios, algo en lo que Simon y Pelecanos son expertos.

Además, de nuevo la caracterización de la vida en los setenta está perfecta y la serie te sumerge en ese momento de grandes convulsiones sociales, entre la que encontramos la explosión de la cultura gay en la ciudad de los rascacielos. En este sentido, me ha parecido muy curioso que en contraste con la primera temporada, la serie ha mostrado ahora más desnudos masculinos frontales de forma totalmente explícita, que desnudos femeninos.

Me llama la atención leer comentarios que dicen que The Wire es una serie machista por hablar claramente sobre el mundo de la prostitución y el porno. No estoy para nada de acuerdo y me parecen opiniones ridículas de gente que sin duda no han visto la serie y hablan sin saber de lo que están hablando. La serie toca temas complejos, pero deberiamos saber a estas alturas que esconderlos no va a hacer que desaparezcan, como parece que quieren el puritanismo de derechas y el feminismo radical de izquierdas que intentan controlar las redes sociales.

Además, mostrar un hecho NO significa que lo apruebes o que tú lo realices en tu vida real. Es una obviedad tan clara que me da vergüenza tener que recordarlo, pero más vergüenza da comprobar como esto lo entiende cada vez menos gente.

La serie está planeada que termine en la tercera temporada, que espero con ganas, y sinceramente me ha gustado tanto que no le encuentro ningún pero al visionado de esta segunda temporada.

Comparto el trailer de esta segunda temporada:

The Deuce es la vida abriéndose camino. Una serie alucinante que gustará sobre todo a los espectadores a los que les gusten conocer personajes complejos y que recomiendo a todo el mundo.

PUNTUACIÓN: 8.5/10

 

Crítica de El cementerio de Barcos de Paolo Bacigalupi

El cementerio de barcos es la segunda novela de Paolo Bacigalupi ambientada en el mundo de «La chica mecánica», premio Nebula (2009) y Hugo (2010) a la mejor novela de ciencia-ficción, aunque es una historia completamente autónoma que puede disfrutarse perfectamente aunque no se haya leído la anterior.

PUNTUACIÓN: 7.5/10

Cable de cobre. Planchas de hierro. Chatarra. A veces aceite o incluso un bidón de petróleo, un recurso de otros tiempos. Estos son los tesoros que el joven Nailer encuentra entre los restos de los barcos varados. En la costa de lo que una vez fue el golfo de México la gente vive de desguazar estos antiguos petroleros y buques mercantes, y malvender a las grandes empresas. Nailer y sus compañeros, la «cuadrilla ligera», afrontan el trabajo más arriesgado: meterse en las entrañas de los barcos. Es una profesión dura en un mundo duro, en el que nadie cuida de nadie y gana quien es más rápido. La única manera de salir es con un golpe de suerte. Y eso llega el día en que, tras un huracán, Nailer encuentra un hermoso velero, uno de los clípers con los que siempre ha soñado, encallado en las rocas. Si vende lo que ha quedado, podría abandonar la playa. Pero dentro también hay una chica prisionera: si la mata, será rico; si la ayuda a salvarse y regresar con los suyos, empezará la aventura.

Paolo Bacigalupi planteó en su anterior novela, La Chica Mecánica, un Siglo XXII donde el cambio climático ya se produjo, y donde casi se han agotado el petróleo, el gas y el carbón, la tracción animal ha reemplazado los motores de combustión, la ingeniería genética se aplica en cultivos, animales e incluso humanos, y las multinacionales biotecnológicas controlan la principal fuente de alimentos: las semillas transgénicas. Un mundo donde las personas han de recordar de nuevo qué las hace humanas.

El cementerio de barcos está ambientada en este mundo en un momento indeterminado, pero es una novela totalmente autónoma que se puede leer sin ningún conocimiento previo del mundo en que nos encontramos. Si la anterior novela era un tecno thriller con toques ecologistas, el cementerio es una película de aventuras que conecta con el género de piratas, las películas de Mad Max e incluso Oliver Twist.

Nailer, un chaval de 13 o 14 años, es nuestros ojos en este mundo, un mundo cruel en el que solo sobrevives si puedes trabajar. Y Nailer es muy bueno metiéndose en espacios pequeños para recuperar cables de cobre y otros elementos de los barcos que han embarrancado en la costa. Además, al riesgo diario que sufre en su trabajo se suma un padre borracho y violento que le maltrata.

La novela tiene un tono aventurero que hace que la lectura sea tremendamente adictiva. Aunque la vida de Nailer y la cuadrilla ligera es dura y llena de penalidades, Bacigalupi no se recrea en esta violencia y le agradezco que el tono invita a leer la novela en positivo, pensando que una vida mejor es posible, aunque difícil. Muy difícil, en realidad.

La forma en que Nailer mira al horizonte y ve los barcos en el horizonte soñando con cambiar su vida actual es una sensación que muchos hemos tenido en nuestra vida. Además, cuando cada día es una lucha por sobrevivir, ¿qué más dan los motivos por los que la civilización se fue al traste? Sin duda, Nailer no busca cambiar nada, solo sobrevivir un día más, algo en lo que empatizamos todos los lectores.

La novela tiene una cierta sensación episódica mientras seguimos a Nailer y su grupo por diferentes espacios mientras intenta escapar, y Bacigalupi consigue transmitir mucho con una prosa directa y poco dada a las florituras. Aunque no realiza grandes explicaciones, explican perfectamente la vida en esa sociedad.

En la versión Kindle se incluye además «Un bolsillo lleno de Dharma», una historia corta ambientada en China que aporta una nueva perspectiva dentro de este mundo.

El cementerio de Barcos es una estupenda novela que nos brinda un rayo de esperanza en medio de la desolación.

PUNTUACIÓN: 7.5/10

 

Crítica de Glass, de M. Night Shyamalan

M. Night Shyamalan nos sorprendió en 2017 con Múltiple, una buenísima película excepcionalmente interpretada por James Mcavoy y Anya Taylor-Joy que además tenía una impactante sorpresa a modo de escena post-créditos. Dos años después llega Glass, la película que cierra sorprendéntemente la historia que empezó en 2000 con El Protegido.

PUNTUACIÓN: 8.5/10

Continuando desde donde lo dejó «Múltiple», «Glass» sigue los pasos de David Dunn (Bruce Willis) en su búsqueda de la figura superhumana de «La Bestia». En la sombra, Elijah Price (Samuel L. Jackson) parece emerger como una figura clave que conoce los secretos de ambos. Secuela de «El protegido» y «Múltiple», de M. Night Shyamalan.

M. Night Shyamalan cosechó un éxito arrollador en 1999 con El sexto sentido, película que revolucionó el género de suspense y que lanzó su carrera. Con un estilo muy característico a la hora de contar sus historias, estamos a un autor en el sentido más literal y claro del término.

En 2000, su siguiente película El protegido tuvo una acogida más fría de crítica y público. La película, con su visión del mundo del comic y su aproximación realista al mundo de los superhéroes resultó sorprendente para la época, en un momento que aún no se había estrenado Spiderman de San Raimi (2002), que marcó la explosión definitiva del género en el cine.

Señales en 2002 con Mel Gibson fue de nuevo un éxito de taquilla, aunque su atractivo para el público empezó a decaer en El bosque (2004), y sobre todo, con La joven del agua (2006), revisión de los mitos artúricos que significó su primer fracaso en taquilla.

Posteriores fracasos en 2010, Airbender, y 2013 After Earth parecían indicar que su carrera profesional estaba acabada. Sin embargo, supo reinventarse en 2015 con La visita, película de bajo presupuesto que financió él de su propio bolsillo y que realizó con completa libertad creativa, que le hizo volver a la senda del éxito, que se vió confirmado en 2017 con Split (Múltiple).

Tras Glass puedo decir que Shyamalan se encuentra en un excelente momento creativo, aunque hay que reconocer que tiene muchos haters en la crítica que no conectan con su tipo de cine.

Glass es una película inesperada y sorprendente que merece mucho la pena y que gustará a todos los fans del fantástico.

Empezando en lo positivo, el guión de Shyamalan es como siempre un engranaje perfecto que invierte tiempo en los tres protagonistas mientras construye la tensión, consigue que dudemos sobre lo que está pasando en realidad, y hace que nos estalle la cabeza con las sorpresas. La narración es lenta, algo habitual en su filmografía, pero incluye mucha más acción de lo que estamos acostumbrados.

Todo el reparto está increíble. James McAvoy es de nuevo el gran protagonista y vuelve a realizar un despliegue interpretativo bestial ampliando el número de personalidades, con algunos cambios en plano alucinantes. Bruce Willis y Samuel L. Jackson, a pesar de tener papales más contenidos, están también muy bien, sobre todo al haber visto la película en V.O.  Pero es que además las secundarias Sarah Paulson como la psiquiatra Dra. Staple y Anya Taylor-Joy de nuevo como la joven Casey están geniales. Y Spencer Treat Clark y Charlaine Woodard repiten los papeles del hijo de David Dunn y la madre de Elijah ¡19 años después! algo alucinante para mi.

Visualmente la película es sobresaliente y parece imposible que sólo haya costado 20 millones. Con una fotografía chulísima de Mike Gioulakis, utiliza diferentes gamas cromáticas para distinguir a los protagonistas.  Además, el montaje de Luke Ciarrocchi y Blu Murray aprovecha escenas descartadas de El protegido de forma excelente. Pero además, Glass es la demostración del excelente momento creativo de M. Night Shyamalan, que maneja perfectamente los tiempos y visualmente ofrece varios momentazos espectaculares.

Otro elemento muy positivo es que no se qué esperaba de esta película, pero Glass destroza mis expectativas previas, en mi opinión para bien. Estamos ante una película de superhéroes que reconoce los convencionalismos del género, como el climax final con el enfrentamiento definitivo del héroe con el villano, pero que a la vez plantea situaciones novedosas y originales a partir de ellos. Y que realiza un certero análisis de lo que significa ser especial en el mundo real actual.

Además, incluso cuando nos sorprende con varios giros y sorpresas anticlimáticas que resultan, hay que reconocerlo, un inesperado bajonazo  emocional, Shyamalan consigue terminar la película dando un rayo de esperanza, no solo a los personajes, sino a nosotros espectadores que vivimos en nuestro cínico y descreído mundo real. Y quizá esa sea la clave de las malas críticas.

Otro elemento a destacar es que a pesar de su pequeño papel, en minutos en pantalla, del personaje de Mr. Glass (Jackson), Glass es el título perfecto para la película porque ofrece la clave de toda la historia. McAvoy aporta los fuegos artificiales con su interpretación de La Bestia, pero la motivación de Elijah es el corazón que da gasolina y esperanza al final.

Glass no es perfecta. Tras un arranque de 10 presentando a David Dunn y a La Bestia, la película parece que pierda un poco el ritmo al llegar al psiquiátrico, cuando empieza a contarnos de qué va en realidad la película. Y tras 19 años de El Protegido, uno esperaría un papel más importante para David Dunn (Willis), el héroe de la película, del que realmente tiene. Además, aunque la película hila bien todos los elementos del guión, su desarrollo es lento como en otras películas del director, lo que puede hacer que algún espectador incauto no conecte con la película.

Todos estos aspectos pueden correctamente merecer una crítica razonada, y entiendo que haya gente a la que le pueda gustar más o menos la película, por estos motivo u otros compeltamente diferentes. Y las opiniones pueden ser todo lo variadas que se quiera. Lo que no entiendo para la nada es la enmienda a la totalidad que hacen algunos críticos contra la película.

Hay un mensaje muy potente en Glass sobre la necesidad de tener fe en que luchando podemos convertirnos en personas extraordinarias, aún cuando tenemos enfrente a una sociedad que machaca al diferente. Un tema con el que los lectores de cómics sin duda conectamos. Y  precisamente por eso creo que Glass va a conectar con fans del fantástico de todo tipo, y no con personas cínicas y descreídas.

Las pelis Marvel son geniales y las disfruto una barbaridad. Son historias fantásticas que no se avergüenzan de su origen ni de su imaginación y nos trasladan a un mundo en el que los héroes nos enseñan importantes valores morales. Glass arriesga porque apuesta por creer en lo fantástico aunque estemos en el mundo real. El personaje de Elijah (Jackson) ya lo dice: «Un hecho extraordinario puede tener una explicación racional. Pero eso no significa que sea la única respuesta, ni la correcta». En los tiempos que corren, hay que ser muy valiente para dar esa visión del mundo moderno.

Y frente a las voces que buscan la homogeneización de nuestras sociedad y del ocio que consumimos, está genial poder disfrutar una obra de un autor personalísimo que tiene una visión propia de la narrativa audiovisual, y también de la fuerza de las historias para moldear nuestra realidad. Por mi parte, lo único que puedo hacer es seguir apoyándole con mi dinero, pagando mi entrada para ver sus películas en cine.

Dado que Shyamalan sólo gastó 20 millones en hacer la película, que en parte ha conseguido mediante autofinanciación, y ha recaudado 45 millones en USA y otros 45 millones en el resto del mundo solo en el primer fin de semana, ya podemos decir que la película es un éxito y va a ser muy rentable para Shyamalan y Blumhouse, la productora de Glass.

Sinceramente, me alegro mucho que un autor como Shyamalan vaya a poder seguir haciendo un tipo de cine que solo él hace y que en ese sentido es tremendamente original. Y me sorprende el odio que parece que tanta gente (críticos) le tienen. Ahora mismo, Glass suspende claramente en Rotten Tomatoes con un 36% de aprobación.  Y no lo entiendo. Es una película bien interpretada y dirigida con un guión que cuadra a la perfección y con un poderío visual innegable. Puedo entender que gente diga «no es lo que esperaba», «no conecté con la historia», o incluso «no me gusta». Pero no que un «profesional» de la crítica diga que es mala.

Y, de nuevo, la clave es que Shyamalan repite en Glass un tema recurrente en su filmografía: Hay que tener fe. Según sus diferentes películas, indicaba que tener fe en la suerte ¿el destino?, en lo mitológico, en lo sobrenatural o en lo extraordinario. Incluso aunque eso choque con la realidad científica observable. Y entiendo que ese mensaje repetido de Shyamalan no encaja con las élites culturales «serias». ¿Os sorprende que mucha gente que opina que Infinity War no es cine «de verdad» diga que no le gustó Glass? A mí no. De hecho, explica muchas cosas.

He llegado a leer a un estúpido argumentar en una web americana, a partir de decir que no le gustó Glass, por qué no le deberían producir más películas a Shyamalan. Obviando que costeó de su bolsillo La Visita y Split antes de venderlas al productor. Y que de hecho, ¡son películas que han dado beneficios!! Whaaaat!!! Es decir, en lugar de decir que como no me gusta un tipo de cine no lo veo, intenta que no vuelva a poder rodar una película un autor que no encaja con el tipo de cine que ese indocumentado quiere ver. Penoso, aunque ilustrativo del estado del mundo actual. Incluso negando la realidad objetiva que Glass va a ser una película rentable que de beneficios aunque a él no le guste.

Comparto el trailer, que reconozco que no vi hasta después de ver la película para que nada me spoileara:

Glass no es lo que esperaba, pero lo que Shymalan me ha ofrecido es algo mucho mejor y con unos matices super interesantes. Una película que creo va a encantar a todos los fans del fantástico que continúa con muchos de los temas comunes de su filmografía

PUNTUACIÓN: 8.5/10

Batman 23-27 de Tom King: La boda y más allá

La etapa de Tom King como escritor de Batman llega a su ecuador con La Boda, el especial nº 50 de la edición americana de DC Comics que ECC Ediciones ha publicado recientemente en España. Voy a comentar mis impresiones sobre este especial y los últimos números publicados.

PUNTUACIÓN: 7/10

¡Ha llegado el momento! La historia de amor de Bruce Wayne y Selina Kyle llega a su punto culminante en La Boda, especial al que Tom King nos ha ido preparando desde hace meses y en el que por fin descubriremos si un personaje tan atormentado y oscuro como Batman está hecho para los finales felices.

Voy a intentar escribir una primera parte totalmente libre de spoilers con mi opinión de los últimos números publicados, porque creo que es una pena chafar a los fan del murciélago las sorpresas que tiene este número y merece ser leído sin conocimiento previo.
En la segunda parte del artículo, daré mi impresión con spoilers, ya que las sorpresas son tan clataclísmicas que es inevitable comentarlas.

Una de cal y otra de arena. Tom King nos está regalando algunos de los mejores números del personaje en años unidos con otros números no tan buenos. Y aunque la historia continúa de forma lógica y coherente las semillas plantadas en números anteriores, lamento decir que este especial de la boda es de lo más flojo hasta la fecha, además de totalmente anticlimático.

Empezando en lo positivo, Tom King está creando una gran historia de 100 números en la que todo está conectado y tiene repercusión. La boda marca el ecuador de esta etapa, y el giro de este número va a provocar unas repercusiones que efectarán a Bruce Wayne durante mucho tiempo, posiblemente incluso hasta el final. Es alucinante comprobar el nivel de planificación y ambición que King plantea para su historia. Solo el tiempo dirá si esta etapa es una de las más importantes para el personaje como así parece, pero si incluso el final no fuera todo lo satisfactorio que deseamos, habría que alabar a King por su audacia y atrevimiento.

En el anterior artículo llegué hasta el número 43 americano, unos números en los que Bruce y Selina forman un gran equipo mientras informaban a sus conocidos de sus planes de boda y tienen aventuras por todo el globo. Destacaría por ejemplo los excelentes números con Superman y Lois Lane dibujados por Clay Mann o el sobresaliente annual dibujado por Lee Weeks. Bruce y Selina se quieren y Bruce parece decidido a intentar ser feliz, sin renunciar a seguir siendo el héroe que Gotham necesita. Esta ya es uno de los cambios mas grandes del personaje en décadas.

Pero ahora que la boda se acerca, parece que se acercan los nubarrones. Tras un hermoso número dibujado por Joëlle Jones en el que nos presentan el traje de la novia (número 23 español / 44 americano), las cosas empezarán a torcerse en El regalo, arco de tres números dibujado por Tony Daniel, (Nos. 23 y 24, 45-47 USA). Una aventura por el continuo espacio tiempo provocada por Booster Gold, que ya empieza a indicar la clave para La Boda.

Tras este arco, el Joker no podía faltar a la fiesta y protagoniza el siguiente número (25 español, 48 y 49 USA) dibujado por Mikel Janin. Descubriremos como se toma el Joker el inminente enlace de Batman y Catwoman y qué opina sobre la posibilidad de que Batman pueda ser feliz. La historia tiene dos partes claramente diferenciadas, la primera parte de Batman y el Joker y la segunda con Catwoman y el Joker.

Este arco refleja el problema que a veces estoy detectando en la etapa de King. La clave de estos números es una frase del Joker, frase que King necesita para justificar lo que veremos a continuación. Por ello, aparte que toda la situación que presenta para justificar el enfrentamiento me pareció ridícula, la historia no tiene una conclusión potente porque está planteada como un capítulo más de un historia mayor.

Y llegamos a la boda. Decir que es anticlimático se queda muy, muy corto para explicar mis sensaciones y decepción al terminar de leer este tebeo. No es solo lo que cuenta y el giro final, es que la forma elegida por King para contarlo no ayuda a que la lectura sea fluida y resta más que suma. La mitad del comic son splash-pages de artistas invitados por DC Comics para que den su visión del enlace, entre los que encontramos a Frank Miller, Rafael Albuquerque, Tim Sale, Neal Adams, Greg Capullo, Jose Luis García López y muchos más. Para darle un sentido a estas splash-pages, King las utiliza para enseñar los votos matrimoniales de la pareja, y las intercala entre la historia principal dibujada por Mikel Janin. De forma que tenemos durante todo el comic 2 páginas de historia, 2 splash pages, una con la carta de Bruce y otra con la de Selina. Aparte que las ilustraciones gusten unas más que otras, tras acabar de leer el comic tuve que volver a leer por separado los votos de Bruce y Selina para entenderlos plenamente. Y aunque leídos de un tirón muestran poesía y amor, intercalados dentro del comic parecen un relleno que interrumpe la lectura.

Aunque luego me extenderé en la parte con spoilers, sobre el final de este comic sólo diré que King ya introdujo elementos en los arcos de Booster Gold y el Joker que justificaran este giro. De hecho, realmente ni siquiera se si debería calificarlo como giro. Pero aunque superficialmente pueda parecer que este cambio está justificado, rompe la evolución de la relación de Bruce y Selina de forma deficiente. Una cosa es qué se cuenta y otra cómo lo hace, y en lo referido a este segundo aspecto, la ejecución me ha parecido bastante deficiente.

Y sin embargo, tras el bajonazo de la boda, King con Lee Weeks nos vuelven a ofrecer en el número 27 (51-53 USA) una historia impresionante deudora del género de tribunales y películas como 12 hombres sin piedad. Lee Weeks se encuentra en una madurez creativa envidiable y está colaborando con King en algunos de los mejores números de toda la etapa. En este caso, la historia de King hace un certero análisis de quién es Batman y cómo es percibido por los habitantes de Gotham.

Este brillante comic me devuelve toda la confianza en que King va a saber terminar la historia de forma satisfactoria, aunque tenga que solventar algunas piedras en el camino.

En resumen, estos 5 números españoles, 10 americanos, han tenido de todo, historias muy buenas, momentos emocionantes, y alguna que otra decepción. Sin duda King no deja a nadie indiferente, y yo voy a seguir su etapa hasta el final.

PUNTUACIÓN: 7/10

A partir de aquí, voy a empezar a comentar la boda CON SPOILERS. Sigue leyendo bajo tu responsabilidad.

NO sigas leyendo si no has leído el Batman 50 y quieres hacerlo. SPOILERS!!!

¿Seguís aquí? Bien.

“Él no puede ser feliz. Y seguir siendo Batman.” Esta es la frase clave del Joker. Se la dice a Selina durante su encuentro en el nº 49 USA, y sus repercusiones se harán visibles cuando Selina decide plantar a Bruce y no casarse con él. Esto se añade a la historia previa de viajes temporales, en la que Booster Gold provoca que visiten una realidad en la que al cambiarse el pasado Bruce fue feliz, pero en cambio Gotham se convirtió en un lugar mucho peor del actual.

King nos presenta a una Selina que ama tanto a Batman que rechaza ser feliz junto a él para que pueda seguir siendo el héroe que el mundo necesita. Y lo hace porque deja que la opinión del Joker, ayudado con la traicionera ayuda de la “amiga” de Selina Holly Robinson que hace de dama de honor, crezca en su cabeza.

El problema es que esto era cierto en el primer número de esta etapa, o en el 95% de los comics del personaje, cuando incluso rechazaba la familia que formaba con los diferentes Robins, Dick Grayson, Damian Wayne, etc.

Pero King ha empleado 50 números para hacer evolucionar a Bruce Wayne y él ya no es ese hombre. Y Selina ha sido testigo de esta evolución, salvando juntos el mundo de la amenaza de Poison Ivy. Y en ese momento Bruce era feliz y estaba enamorado de Selina, y eso no le impidió salvar al mundo utilizando su inteligencia y su habiildad. Por ello no me ha gustado este cambio de última hora. Y Selina, que ha vivido junto a Bruce toda esta etapa no debería haberlo creído en ningún caso.

Menos aún me ha gustado la última página del comic que muestra que todo es un plan de Bane para romper al hombre murciélago, un plan con el que ha contado con la ayuda de Joker, Riddler, Hugo Strange o la amiga de Selina, Holly. No dudo que Tom King lo va a justificar, pero Joker jamás trabajaría para Bane. Como sorpresa increíble y cliffhanger para dar que hablar cumple su función, pero me ha roto los esquemas para mal sobre la historia. Aparte, ¿en serio nos quiere hacer creer que Bane tras ser brutalmente derrotado por Batman y Catwoman en “I am suicide”, supo que iban a casarse y planeó unir a todos los villanos para provocar su ruptura? Lo siento, pero de momento, no compro.

Además, nos venden ahora que Batman está roto por el golpe que le ha provocado este desengaño. Bruce se atrevió a abrir su corazón, y ha pagado el precio. Sin embargo, ¿acaso no fue siempre es su estado? La angustia y el dolor por la muerte de sus padres es lo que define todos los aspectos de Batman. La pérdida de sus padres fue el combustible de convertía a Batman en imparable, un héroe desconfiado y cascarrabias que no acaba de confiar en nadie y que traza planes de contingencia incluso contra sus compañeros de la Justice League.

Ante la posibilidad de ser feliz, King ha optado de momento por pegarle una puñalada en el corazón. Fruto de este golpe, hemos disfrutado de la siguiente historia con Lee Weeks. Y sin duda un Batman emocionalmente roto va a permitirle crear historias geniales. Sin embargo, dado que ya hemos leído centenares de historias así, realmente hubiera preferido la historia que se nos prometía, que resultaba mucho más original, novedosa e interesante: Batman luchando contra el crimen siendo feliz. Posiblemente, desde Marshall Rogers no hemos visto una etapa similar.

Es una pena que de momento no la vayamos a tener, aunque aún espero que podamos leerla al final de la etapa de King, dentro de otros 45 números.

Creo firmemente que hay que aplaudir cuando un escritor se atreve a sacar a un personaje de su zona de confort. E incluso aunque estos 53 números no hayan sido todos perfectos, creo que Tom King tiene muchas posibilidades de crear una etapa para el recuerdo.

PUNTUACIÓN: 7/10

 

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Saludos!!

Crítica de El método Kominsky, de Chuck Lorre (Netflix)

El método Kominsky fue una de las grandes sorpresas en la pasada entrega de los Globos de Oro, al ganar el premio a Mejor Serie de Humor y Mejor Actor de Comedia Michael Doulas. La serie de Netflix creada por Chuck Lorre y con unos excepcionales Michael Douglas y  Alan Arkin me ha encantado y creo que merece todas las alabanzas que está recibiendo.

PUNTUACIÓN: 8.5/10

Una comedia dramática sobre un veterano actor, Sandy (Michael Douglas), cuya carrera nunca llegó a funcionar del todo, y que se gana la vida dando clases de interpretación, y su agente Norman (Alan Arkin), recientemente enviudado y muy pesimista con todo lo que le rodea… De, Chuck Lorre, creador de ‘Big Bang’ y ‘Dos hombres y medio’.

La serie es un gran triunfo gracias por la pareja protagonista formada por Michael Douglas y Alan Arkin, que son oro puro y  trasmiten carisma en cada plano.

Mientras el personaje de Arkin lleva felizmente casado 40 años, aunque con una hija conflictiva, Douglas ha sufrido tres matrimonios fallidos, y trabaja con su hija en su academia de interpretación. Sus clases y las diferentes formas de ser de sus alumnos nos brindan también situaciones super divertidas, mientras que se habla y analiza de forma muy inteligente la función del actor en el mundo del espectáculo.

La amistad entre ambos nos regala algunos diálogos antológicos, en los que ambos luchan por ser más cascarrabias. Las réplicas y contraréplicas me tuvieron sonriendo durante todo el visionado. Solo con el brillo de sus miradas, estos dos actorazos me ganaron desde el primer fotograma. Además, es una serie que obligatoriamente debe verse en V.O. para disfrutarse al 100%,

Inteligencia es el adjetivo que más repito a la hora de valorar esta serie. Las situaciones son divertidas aunque siempre tienen un toque dramático, como es la vida misma. Incluso en los peores momentos es posible sacar una sonrisa, y en las escenas más divertidas nos recuerdan que los protagonistas son personas que están llegando al final de sus días y que sus mejores momentos hace años que quedaron atrás.

Otro detalle muy chulo es el de los cameos, que convierte a la serie en un «quién es quién» de Hollywood, con figuras muy conocidas como Jay Leno, Danny de Vito y muchos más.

Destacar además que la duración de los episodios de 30 minutos me parece la dosis justa de diálogos increíbles y situaciones graciosas. Es muy difícil hacer buena comedia y más si está adornada de momentos dramáticos como en esta serie. Así que me ha gustado disfrutar de dosis pequeñas pero concentradas de buena televisión.

Si tengo que ponerle un pero al visionado de El método Kominski, es que me hubiera visto los 8 episodios de esta temporada de una sentada, y tuve que obligarme a dejar de verla para dosificarme el disfrute durante varios días. Espero que confirmen lo antes posible una segunda temporada, y a ser posible, que tenga más episodios.

Comparto el trailer de esta serie:

El método Kominsky muy probablemente va a ser la mejor comedia que vea este año. Una serie inteligente sobre como afrontar la vida cuando nos hacemos mayores, y los amigos en los que nos apoyamos. Totalmente recomendable.

PUNTUACIÓN: 8.5/10