Las Furias de Alera de Jim Butcher

Uno de mis escritores favoritos es Jim Butcher, que mezcla como nadie el noir con el fantástico en su serie de novelas protagonizadas por Harry Dresden, el único mago detective residente en Chicago.  Pero esta no es su única serie de novelas, ya que hace años que escribió la serie Codex Alera, de la que «Las Furias de Alera», es el primer volumen.

En el mundo de Carna, el reino de Alera es el estado más poderoso y todos sus habitantes tienen cierto dominio sobre las fuerzas elementales (agua, tierra, madera, fuego, aire y metal) a las que llaman Furias. Todos,excepto Tavi, que vive en una propiedad rural y es incapaz de desarrollar sus habilidades, por lo que queda relegado a tareas secundarias y a ser objeto de burla por parte de todos. La azarosa búsqueda de una oveja perdida lanza a Tavi hacia unos acontecimientos que están poniendo en peligro la paz entre los reinos y la misma supervivencia deAlera. Sin habilidad para controlar las fuerzas elementales, tendrá que confiar en su valor e inteligencia para salvara sus amigos y liberar al reino de la peor amenaza de su historia.

Las Furias de Alera es la primera parte de una serie de 6 novelas, agrupadas en 2 arcos, que Jim Butcher escribió entre 2004 y 2009.  Esta saga surge del conocido amor del autor al género fantástico y novelas como El Señor de los Anillos, que le animaron a convertirse en escritor.

Pero es muy curioso conocer el origen real de esta saga. En un taller de escritura, Butcher debatía con otros escritores sobre el concepto central sobre el que se construye una historia. Unos escritores opinaban que con un concepto sobresaliente incluso un mal escritor podía escribir una buena novela, mientras otros, entre los que estaba Butcher, opinaban que es más importante la ejecución que el concepto en si, y que un buen escritor puede sacar oro del concepto más repetitivo y trillado.

A medida que el debate fue acalorándose, Butcher fue conminado a poner a prueba sus opiniones, o como se dice en inglés, «put your money where your mouth is», expresión que me encanta. Así, frente al desafío de ver lo que podía hacer con un concepto flojo, él respondió «¿Y por qué no me das dos y los usaré al mismo tiempo?

Los conceptos que recibió fueron los Pokémon y una legión romana perdida… Así nació el mundo de Alera.

Las Furias de Alera ha sido una lectura increíblemente divertida y me ha dejado muchísimas ganas de continuar comprando estas novelas para conocer este mundo fantástico. Es lo mejor que se me ocurre decir para un producto de ocio seriado.

La primera novela se centra en Tavi, el único habitante de Alera sin contacto con una Furia, y en Amara, una Cursor recién graduada al servicio del Lord de Alera, Gaius Sextus, que viaja de incógnito con su maestro Fidelias  para descubrir pruebas de la existencia de una conspiración que amenaza al reino. Los destinos de Amara y Tavi se cruzarán para vivir una aventura mucho más peligrosa de lo que nunca hubieran podido imaginar.

La narración de Butcher es como siempre directa y sin excesivas florituras. El inicio de la novela comienza ya en pleno meollo de manera que nos enganchamos inmediatamente, dejando para más adelante las explicaciones. Además, esta primera novela tiene lugar casi completamente en el valle de Calderon donde vive Tavi, ofreciendo solo retazos del resto del mundo de Alera.

De esta forma, la novela cuenta una historia completa a la vez que marca el principio de la siguiente historia, que tendrá probablemente lugar en la capital del reino. Y me gustó mucho como la novela va a de menos a más, escalando en intensidad y en peligro para los protagonistas.

Las situaciones que han quedado abiertas prometen, y estoy seguro que las siguientes novelas van a ser igual de entretenidas.

Las Furias de Alera es por tanto una novela totalmente recomendable para todos los amantes de la literatura fantástica.

PUNTUACIÓN: 7.5 /10

 

 

Fargo Temporada 3 – Los hermanos golpean dos veces

La tercera temporada de Fargo ha sido increiblemente divertida y se mantiene como una de las mejores series del panorama televisivo. La serie creada por Noah Hawley a partir de la película de los Hermanos Cohen continúa aplicando la vieja norma de «si no está roto no cambies nada», manteniendo el esquema de contar un caso que tuvo lugar en la América profunda y protagonizado por unos auténticos inútiles. Aunque en esta temporada Hawley ha jugado con el propio concepto de lo que entendemos por una «historia basada en hechos reales».

La acción está centrada en los hermanos Stussy, Emmit y Ray. El primero es conocido como “el Rey de los Parkings de Minnesota”, un hombre de familia exitoso que se ve a sí mismo como un ejemplo para su comunidad. Por su parte, Ray es un oficial de libertad condicional, barrigudo y medio calvo, que culpa a Emmit de todos sus problemas. Su rivalidad desencadenará una serie de acontecimientos que tendrán a unos peligrosos mafiosos como protagonistas.

El principal elemento de esta temporada es la decisión de que Ewan McGregor interprete a los dos hermanos Stussy. Lo cierto es que escuchándole en V.O., la diferencia entre ambos hermanos está muy clara, no solo es gracias al maquillaje y vestuario. McGregor hace que cada uno se mueva y se comporte diferente, y tenga ticks marcados. No es que sea una interpretación de Oscar / Emmy, pero consigue salir airoso de esta prueba. Además, McGregor es un actor con carisma, y en Fargo consigue trasmitirlo por partida doble.

Fargo siempre ha sido una serie de crímenes cometidos por inútiles e investigados por paletos que solo buscan alejarse de problemas. En medio de este mundo, dos mujeres se alzan intentando aportar un poco de sentido común. En primer tenemos a las Agente de Policía Gloria Burgle (Carrie Coon), que sufrirá en su familia un crimen que hará que para ella el caso tenga un cariz personal. Gloria piensa con lógica e investiga en la dirección en que las evidencias la dirigen, sin prejuicios previos, lo que debería ser el standard de investigación policial. Lástima que esto la convierta en el bicho raro de un departamento formado por hombres gordos y machistas que solo buscan cerrar los casos para trabajar lo menos posible, inventando excusas increíbles que provocan situaciones super divertidas.

La otra gran protagonista de esta temporada es Nikki Swango (Mary Elisabeth Winstead), una exconvicta en libertad condicional que se va a juntar con el hombre equivocado. Nikki no es ninguna eminencia, pero al lado de su novio el agente de la condicional Ray Stussy parece una Premio Nobel. Lo cual me lleva a comentar que en esta temporada prácticamente todos los hombres norteamericanos son estúpidos, mientras que las mujeres son relativamente normales, lo que las sitúa en peligro de extinción en medio de tanta mediocridad.

El hombre con el gran plan esta temporada en V.M. Varga (David Thewlis), criminal hombre de negocios que va siempre acompañado por sus dos esbirros de origen ucraniano y asiático, respectivamente, formando un grupo de lo más pintoresco. Algo que llamaría la atención en cualquier otra serie, pero que se mueven como pez en el agua en Fargo. Curiosamente en esta temporada, los únicos hombres inteligentes y poderosos no son americanos, no se si esto es otra indirecta muy directa a los vicios de la sociedad americana.

La temporada tiene un prologo en la alemania oriental comunista que indica la clave de la temporada, aunque a primera vista podria no entenderse la conexión con el resto de historia. Un prisionero le cuenta al policia que le interroga que se han equivocado y que él no es el hombre que buscan, ofreciendo datos que lo corroboran. Ante eso el policia le dice que para él solo hay una realidad: que alguien tiene que pagar, y le tienen a él. Todo lo que cuenta no es la realidad, es solo una historia más. La realidad la dicta él, y eso marca lo que va a pasar, sea justo o no.

La clave de hasta qué punto podemos jugar con las historias se verá a lo largo de la temporada, y de hecho, muchas de las expectativas que tenemos con los personajes y sus arcos se harán añicos a medida que avance la serie. La forma en que van rompiendo las expectativas, incluido el ambiguo final es otro de los puntos positivos de esta temporada que hicieron que la disfrutara mucho más.

Comparto a continuación el trailer de esta tercera temporada:

Fargo ha mantenido el nivel en esta divertidísima tercera temporada. Cada episodio es mejor que el anterior y el nivel de locuras y estupidez de los personajes roza niveles épicos. Estos 10 episodios se han terminado demasiado pronto y nos han dejado con ganas de más. Si mantienen este nivel, ya pueden hacer 8 temporadas como Juego de Tronos, o todas las que quieran.

PUNTUACIÓN: 8.5/10

Moon Knight – Encarnaciones

Panini ha publicado el segundo tomo de la etapa de Jeff Lemire al cargo de Moon Knight (Caballero Luna), en la que seguimos conociendo más detalles de su enfermedad mental y sus diferentes personalidades.

Este tomo contiene los números 6 al 9 de la actual serie (el Volumen 8!), y el 2º número de la serie original, publicado en 1980, obra de Doug Moench y Bill Sienkiewicz. En él, ¡conoceremos a todos los hombres que viven dentro de la cabeza del Caballero Luna!  Steven Grant ha despertado en Nueva York listo para producir el siguiente éxito de taquilla de Marvel, mientras Jake Lockley conduce su taxi por las calles de la ciudad. Pero ¡espera! El Capitán Marc Spector se enfrenta en la luna a una invasión de hombres-lobo que se han apoderado del planeta… ¿Qué está pasando? ¿Se ha vuelto definitivamente loco o está ocurriendo todo esto de verdad? Y la pregunta principal… ¿Donde está el verdadero Marc Spector? Aunque, ¿acaso existe esa persona?

Para este arco, Jeff Lemire está acompañado por varios artistas que narran los arcos de cada personaje, de manera que cada aventura tiene una personalidad diferenciada. Wilfredo Torres (Jupiter´s Circle) se encarga de Steven Grant el productor, Francesco Francavilla (The Black Beetle, Afterlife with Archie) del taxista Jake Lockley, mientras que James Stokoe (Orcstain, Alien: Dead orbit) nos traslada a la Luna. Y Lemire guarda para Greg Smallwood, el dibujante del anterior arco, unas pocas pero fundamentales páginas que marcarán el desarrollo de la historia que veremos en el próximo tomo.

¿Lo mejor del tebeo? El salto de personajes trasmite perfectamente la sensación de vértigo por la situación de Marc Spector, de forma que no sabemos qué es real y que es parte de su mente perturbada. Además, la historia fluye y se lee en un instante, y resulta realmente entretenida.

Mola también disfrutar de cuatro artistas tan diferentes como Wilfredo Torres, Francesco Francavilla, James Stokoe y Greg Smallwood. El feeling de cada uno es totalmente diferente, y realizan composiciones de páginas interesantes que mantienen el interés durante todo el relato.

Incluso hay varias páginas en que varios dibujantes comparten páginas, como veremos a continuación, lo que acrecienta la sensación de locura del protagonista. Globalmente, el cambio constante de artista podía haber provocado una sensación de caos chungo, pero no es el caso, y al menos en el apartado artístico, este volumen aprueba con nota.

¿Lo peor?

Hay dos cosas que me han molestado de este volumen. La primera es la inclusión en este volumen del segundo número de la serie original publicada en 1980,  obra de Doug Moench y Bill Sienkiewicz. La excusa es que en el arco de Jake Lockley dibujado por Francavilla aparecen personajes que se presentaron en ese número, lo que serviría para comprobar las dotes de archivo de Lemire. Sin embargo, la sensación que me queda es que a Panini los 4 números de esta historia eran pocos para un tomo de su colección 100%, por lo que optaron por colocar este número de relleno que ayudara a justificar el precio que pagamos. Sacacuartos total con poca o ninguna justificación.

La segunda cosa que empieza a gustarme cada vez menos es el propio guión de Lemire. La locura de Marc Spector está bien trasmitida, eso no lo dudo. Pero empiezo a darme cuenta que Lemire utilizar el mismo «truco» narrativo una y otra vez, por lo que la sensación de «esto ya lo he visto» estuvo presente en toda la lectura.

Lemire suele contar varias historias simultáneamente, alternándolas. Esto ya se lo leí en Green Arrow, en la que nos contaba el origen secreto de Oliver Queen en la isla y como estas revelaciones afectaban su situación en el presente. En esta serie, ambas líneas narrativas eran fundamentales para entender al personaje y la historia globalmente era fluida y se sentía importante para su evolución.

Tras su desembarco en Marvel, ha continuando usando este estilo narrativo en series como Hawkeye y Old Man Logan. Y en estas series ya no vemos dos argumentos con el mismo peso e importancia narrativa, sino una historia principal y una secundaria que es casi relleno. Esto lo sufrí en Hawkeye, con una historia en un futuro que no va a producirse, y en Old Man Logan con unas historias en Los Baldíos sin demasiado interés.

En Moon Knight, Lemire lleva esta dispersión narrativa a su máxima expresión, contando tres líneas narrativas paralelas a la vez. Aunque la historia es entretenida, dado que sabemos que ningún arco es real, no consigue que nada de lo que cuenta con estos tres personajes tenga la más mínima fuerza dramática. Y al final, estos números quedan casi como relleno mientras esperamos que termine la historia. Aunque es un relleno muy bien dibujado.

Hace unos días comentaba en mi reseña de American Gods que Neil Gaiman escribe el mismo tipo de historia una y otra vez. Pero como solo leo una obra suya cada al año, o cada más tiempo, la sensación final es siempre positiva. Obviamente, Lemire no es Gaiman, en este aspecto, el escritor canadiense sale siempre perdiendo.

En todo caso, esta sensación la tengo porque he leído muchas obras de Lemire en los últimos meses. Para un lector que empiece a leer esta serie sin haber leído antes a este autor creo que la historia le resultará original y entretenida.

Moon Knight avanza hacia el final de la historia planteada por Jeff Lemire a buen ritmo, y confío que al final podamos decir que esta etapa se cierra de la mejor manera. Un tebeo especialmente recomendado para todos aquellos que buscan leer historias que se salgan de lo habitual en el género superheróico.

PUNTUACIÓN: 6.5/10

 

Thirst, de Park Chan-Wook

Tras disfrutar recientemente The Handmaiden de Park Chan-wook, tenía ganas de ver otras películas de la filmografía de este director coreano. Así, llegó la hora de Thirst, película estrenada en 2009 que ganó el Premio del Jurado de Cannes  y el Premio a la Mejor Actriz del Festival de Sitges. Sin duda, mis expectativas estaban por todo lo alto con esta película que prometía un acercamiento al mito del vampirismo, pasado por el tamiz coreano.

 

Sang-hyun (Song Kang‑ho) es un caritativo sacerdote que vive atormentado por las dudas y la desesperación que le provoca un mundo dominado por el sufrimiento y la muerte. El deseo de salvar vidas lo lleva a África, para participar en un proyecto cuyo objetivo es encontrar una vacuna contra un virus letal. Aunque las esperanzas de sobrevivir son casi nulas, él sobrevive milagrosamente, volviendo a su ciudad natal. Tratado casi como un hombre santo, tras curar supuestamente una enfermedad de su amigo de infancia Kang-woo (Shin Ha Kyun), será acogido en su casa, en la que vive su madre y su joven esposa, Tae Ju (Kim Ok‑bin).
Thirst está basada en la novela Thérèse Raquin, de Émile Zola. El guión del propio Park Chan-Wook y su colaborador habitual Jeong Seo-Gyeong coge el triángulo amoroso de la novela de Zola como marco sobre el que construir una película totalmente diferente a todo lo visto hasta la fecha, centrada quizá en un deseo mucho más fuerte que el sexual, el deseo de morir, utilizando un marco de historia de vampiros. Nada más y nada menos.
Lo mejor y lo peor de la película es que intenta ser muchas cosas a la vez. No es solo una película de terror centrada en el mito del vampiro, sino que también es un triángulo amoroso un tanto bizarro y una lucha por controlar nuestras pasiones o dejar que nos ahoguen y nos lleven más allá.
En lo positivo, los personajes principales, el cura Sang-hyun y la esposa dominada Tae Ju, son como dos caras de la misma moneda. La relación carnal es realista y sus motivaciones y objetivos se comprenden dentro de la lógica de sus personajes. Ambos actores realizan estupendas interpretaciones, en las que el peso de sus pasiones marcarán su existencia.
Visualmente la película se sale hasta niveles máximos. La fotografía de Chung-hoon Chung (Old Boy, Stoker, The Handmaiden), es sobresaliente, y se nota un entendimiento entre ambos tan estrecho que parecen casi hermanos siameses. Hay varias escenas en las que claramente hay un intento consciente de presentar todo lo contrario a los que esperamos de una película de vampiros, como las escenas en las que el blanco puro satura la imagen.
Otros momentos muy buenos son cómo nos enseñan el peso de la culpa, (no digo más), o la visualización de las habilidades sobrehumanas del cura.
Hay sin embargo elementos menos buenos, precisamente porque desde cierto punto de vista la película se queda a medio camino en estos argumentos. Y es que la película no es de terror y no hay un auténtico triángulo amoroso. Y algunos personajes tienen las ridiculeces típicas de las caracterizaciones del cine coreano, con una nula profundidad.
Sin embargo, el deseo que domina a los protagonistas y tira de ellos hacia lados opuestos sí me gustó mucho. Y siempre preferiré al artista que lo intenta aunque no acierte al 100% frente al acomodado que va sobre seguro en temáticas y esquemas conocidos.
Quizá el problema de Thirst no sea tanto de la propia película, sino del hecho que Stoker y The Handmaiden me alucinaron brutalmente cuando las vi, y en este caso quizá mis expectativas no se cumplieron.
A continuación comparto el trailer de la película en castellano:
Thirst de Park Chan-Wook me impactó mucho menos que Stoker o The Handmaiden, que vi durante este año. Sin embargo, hay momentos cinematográficos tan potentes y tan diferentes a lo que podemos ver en una película occidental que su visionado se convierte en una obligación para todos los fans de las películas asiáticas entre los que me encuentro.
PUNTUACIÓN: 7/10

American Gods de Neil Gaiman, viajando por la América profunda

Tras leer Los Hijos de Anansi, me tocaba releer y recomendar American Gods, la más premiada obra de Neil Gaiman, en la que seguimos disfrutado muchas de las temáticas habituales del escritor británico, ya que disfrutamos en Sandman, su obra maestra.

Se acerca una tormenta…

Sombra va a salir de la cárcel tras cumplir su condena, y sus planes son simples. No volver a chirona y pasar el resto de sus días junto a su amada esposa Laura, viviendo una vida sencilla y normal. Lástima que el destino parece conspirar contra él, ya que Laura y el mejor amigo de Sombra mueren en un accidente de coches días antes de su liberación. Con sus planes destruidos y su familia muerta, conocerá de camino a casa a un anciano enigmático llamado Sr. Wednesday, un timador que tiene un plan y que necesita a Sombra para llevarlo a cabo.

El viaje del Sr. Wednesday a través de la América profunda descubrirá a Sombra un mundo de Dioses, Mitos, Totems, Leyendas y Sueños que desafía todo lo que Sombra pensaba que era real. Un viaje más necesario que nunca, ya que la guerra entre los Viejos Dioses y los Nuevos Dioses del Siglo XXI parece inevitable.

American Gods (2001) ganó todos los premios del ámbito fantástico en los Estados Unidos: Los premios Bram Stoker (2001), Hugo (2002), Locus (2003) y Nebula (2002) entre otros, confirmando que su voz se ha convertido en una de las narrativas mas influyentes del panorama fantástico.

Durante el viaje del Sr. Wednesday y Sombra iremos conociendo seres que entran y salen en la historia a los que no contextualiza. Algunos los conocía con las pistas que daba, otros no. En todo caso, aunque en parte sientes que te estás perdiendo cosas al no conocer qué Dios / Deidad / Leyenda / etc… es tal o cual personaje, lo cierto es que Gaiman tiene el acierto de escribir de tal manera que realmente no conocer estos detalles no obstruyen la comprensión de la trama principal, ni su disfrute.

Además, me gustó como incide Gaiman en que además de los propios Dioses, los lugares son casi más sagrados que estos seres y acumulan también poder y significados superiores.

Volver a leer American Gods tras más de 10 años de la primera lectura me ha gustado pero no me ha enamorado. Vuelvo a leer una historia en la que la vida de la gente normal se ve afectada por seres mitológicos superiores que se encuentran entre nosotros. Dioses y Mitos que no son buenos ni malos, sino que simplemente se comportan según su naturaleza. ¿Os suena? Claro, porque en parte este argumento sería aplicable a Sandman, Neverwhere, Los hijos de Anasi, etc… En todo caso, como Gaiman se ha convertido en un género en si mismo, mola leer un libro suyo cada año o cada dos años, ya que nadie escribe sobre estos temas con la calidad del autor británico.

American Gods es una buena lectura que te recomiendo que leas en lugar de perder el tiempo con la decepcionante serie de televisión de la cadena Starz que está emitiendo en España Movistar+ adaptando esta historia.

PUNTUACIÓN: 7/10