Recordando a Carlos Pacheco

Carlos Pacheco nos ha dejado, pero su recuerdo y su obra convierten su figura en eterna. Hoy quiero rendir homenaje al que para mi es el artista de comics español más importante del mundo americano mainstream superheroico, cuya influencia se extiende mucho más allá de la página impresa.

Carlos Pacheco nació en San Roque (Cádiz) en 1961. Yo le conocí cuando empezó a trabajar en Comics Forum realizando portadas e ilustraciones en diferentes publicaciones de la editorial. En ese momento saber que un chaval español podía dibujar con esa calidad me pareció una pasada, aunque la idea que pudiera triunfar en Estados Unidos era en ese momento impensable. Dicho esto, reconozco que en ese momento y recordando algunos engendros portadas de las ediciones antiguas de Vértice, a veces me fastidiaba un poco ver su trabajo por ejemplo en la portada del especial de Patrulla X 100, ya que en ese momento me parecía que Forum dejaba de publicar la portada original de comic, en ese momento era de Jim lee, que por definición al ser la original para mi era «mejor». O al menos la que debería aparecer. Pero incluso en esos momentos iniciales, se notaba que estábamos delante de un dibujante con un estilo y un dinamismo que resultaba perfecto para el género superheróico. Para Forum creó American Soldier junto a Antonio Moreno en 1991, justo antes de dar el salto a Marvel U.K., y en esos años además creó junto a Rafael Marín las series Iberia Inc. y Tríada Vértice para Forum.

Tras publicar en una historia corta para el comic de Marvel U.K. Motormouth and Killpower, en 1993 Pacheco publicó el que fue su primer trabajo completo como profesional, la miniserie de 4 números Dark Guard con guion de Dan Abnett y tintas de Oscar Jiménez. Esto hizo que los editores de cómics estadounidenses le ofrecieran trabajo, lo que le llevó a la serie limitada de cuatro números Bishop de Marvel Comics USA en 1994, en la que trabajó con el guionista John Ostrander y el entintador Cam Smith. Ese mismo año, Pacheco realizó su primer trabajo para DC Comics en Flash 93-94 y 99-100, con el escritor Mark Waid y el entintador José Marzán Jr.

En 1995 Pacheco vuelve a Marvel firmando ya un contrato en exclusiva con ellos, publicando la serie limitada de dos partes del Universo X perteneciente a la «Era de Apocalipsis». A finales de 1995 y principios de 1996, Pacheco y Smith colaboraron con el escritor Warren Ellis en la serie limitada de Starjammers de 4 números, a lo que siguió una colaboración en Excalibur ese mismo año. En 1997 Pacheco ya era una super estrella de Marvel. Verle cada número de la revista Wizard dentro de sus listados de «Mejor Dibujante» suponía una satisfacción enorme para un españolito como yo que compraba material USA. Y ese status en seguida se empezó a notar con los encargos que recibía, ya que ese mismo año se convirtió en el dibujante oficial de X-Men junto al guionista Joe Kelly o Scott Lobdell. Aunque las historias de esos años (y las alineaciones del grupo) eran un poco raras, Pacheco dotaba a las páginas de una frescura y un dinamismo al alcance de muy pocos dibujantes, convirtiéndose en uno de esos pocos artistas que merecen la pena comprar cualquier cosa que hagan.

Después de X-Men, Pacheco publicó entre 1998/99 el que es para mi su mejor trabajo para Marvel, Avengers Forever junto a Kurt Busiek y Roger Stern, con el entintador Jesús Merino. Esta epopeya a través del tiempo con numerosos Vengadores de distintas épocas fue un ejemplo de amor por estos personajes, con un elemento gráfico inmejorable.

En el año 2000 Pachecho dió al salto a la escritura, al coescribir con Rafael Marín la miniserie Inhumans, que tuvo lápices de José Ladrönn y Jorge Lucas. Pacheco pasó a hacerse cargo de los Cuatro Fantásticos, dibujando la serie y escribiendo los guiones junto a Rafael Marín. La etapa no estuvo exenta de polémicas, al forzar Marvel que Jeph Loeb acabara coescribiendo los guiones bajo la excusa que los diálogos de Pacheco y Marín no sonaban naturales en inglés. Al final, una etapa que prometía estar al nivel de la John Byrne se quedó en apenas 20 números más un annual. Los lectores asistimos encantados a la confirmación que uno de los mejores dibujantes del medio, español para más señas, además era capaz de escribir con Marín mejores comics de superhéroes que muchos MUCHOS guionistas de la época. Un comic el de los 4 Fantásticos que se sentía actual pero también atemporal, demostrando el respeto que los españoles tenían por los autores y etapas previas de la colección.

En 2002 Pacheco dio el salto a DC y lo hizo por la puerta grande, al dibujar la novela gráfica JLA/JSA: Virtud y Vicio escrita por David Goyer y Geoff Johns. Ver su versión de la Liga de la Justicia y de la JSA fue un sueño hecho realidad, y aunque podría decirse que Pacheco era «un hombre de Marvel», realmente parecía que Pacheco hacía nacido para dibujar a Superman, y su pasión por la Golden y la Silver Age se transmitía en su representación de la JSA, que me parece brillante. Dentro que es una obra muy disfrutable, me queda la pequeña desazón que la historia de Goyer y Johns al final es demasiado formulaica y no acaba de estar a la altura del dibujo de Pacheco y Merino.

En 2003, Pacheco se volvió a reunir con Kurt Busiek para realizar la primera miniserie de Arrowsmith, comic de creación propia publicado por el sello Cliffhanger de WildStorm, que en ese momento ya era propiedad de DC Comics. El arco «Absolute Power» en Superman/Batman 14-18 (2005) con Jeph Loeb, los primeros números de la nueva serie Green Lantern escrita por Geoff Johns (2005) y una nueva colaboración con Kurt Busiek en Supeman (2006-2007) serían algunos de los trabajos más destacados de Pacheco durante estos años, además de realizar las portadas de Trinity en 2008-09 y algunos números de Final Crisis con Geoff Johns.

En 2009 Pacheco volvió a Marvel firmando un nuevo contrato en exclusiva. Su primer trabajo fue la miniserie Ultimate Comics: Avengers con Mark Millar, a los que siguieron Ultimate Comics: Thor con Jonathan Hickman, Uncanny X-Men con Kieron Gillen, Capitán América con Rick Remender, en el que realizó el rediseño del traje de Sam Wilson como nuevo Capitán América o algunos números de Age of Ultron con Brian Michael Bendis. En 2015 como parte de las Secret Wars dibujo la miniserie Sinister Squadron con el guionista Marc Guggenheim, y a partir de ahí ha ido alternando trabajos puntuales como portadista o dibujando números concretos de diferentes colecciones y/o especiales, siendo la miniserie The life of Captain Marvel de 2018 con Margaret Stohl, Marguerite Sauvage y Rafa Fontériz su último trabajo destacable en Marvel.

Esta segunda estancia en Marvel me provoca sentimientos encontrados. Por un lado entiendo que para Marvel, Pacheco era una super estrella y le utilizaba de reclamo para promocionar la serie de turno que más les interesaba en ese momento, haciéndole saltar de un comic a otro sin llegar a tener estabilidad en ninguna serie, con la excepción quizá de su etapa en Uncanny X-Men con Gillen. Y probablemente Pacheco ya no podía mantener el ritmo de publicación mensual de sus grapas, en un momento en el que a partir del Marvel Now!, Marvel empezó a publicar 18 grapas al año en muchas colecciones. O simplemente a Pacheco no le interesaba sufrir el stress de los plazos de entrega y prefería dibujar etapas cortas y portadas. Pero ya sea por una cosa o por otra, me quedo con la sensación que Pacheco en esta segunda etapa en Marvel se quedó sin hacer el GRAN COMIC que podía haber dibujado si los astros hubieran confluido y se hubiera reunido con un guionista de su confianza para hacer 8/10 números del personaje que fuera.

Este 2022 nos llegó además la continuación de Arrowsmith junto a Kurt Busiek dentro de Image Comics. Arrowsmith: Behind enemy lines fue una miniserie de 6 números que puede ser considerado el último gran comic del artista gaditano.

Más allá de su modélica carrera profesional de casi 30 años trabajando para Marvel o DC, y de su enorme calidad humana, algo que todos los que le han conocido en persona atestiguan, el mayor impacto que para mi Pacheco ha significado para el mundo del comic en España fue la confirmación que era posible que un dibujante español que además era lector y fan del medio triunfara en el exigente mundo del mainstream americano. Pacheco obviamente no fue el primer dibujante español que trabajó en Estados Unidos, pero recordando casos como los de los geniales José Luis García López o Sergio Aragonés, se trataba de artistas nacidos en España que emigraron a México y acabaron estableciéndose familiar y profesionalmente en Estados Unidos. Pacheco nos mostró que no solo era posible crearse una carrera exitosa dentro del mundo del comic trabajando desde España, sino que era posible que un español ganara a los americanos jugando en su terreno. Junto a Pacheco, otros artistas como Salvador Larroca, Pascual Ferry y Oscar Jiménez, entre otros, también dieron el salto y trabajaron con las principales editoriales americanas, pero de entre ellos diría que Pacheco es de largo la mayor figura de esos años. Luego hay otras figuras cómo Carlos Ezquerra que también triunfaron en su momento trabajando en comics como Judge Dredd, pero reconozco que yo le conocí años después, y su impacto emocional para mi es mucho menor, sin restarle obviamente importancia.

Leyendo el impacto que la muerte de Pacheco ha tenido en tanta gente me doy cuenta que si Pepe Larraz, Iban Coello, Mikel Janin, Jorge Jiménez, Álvaro Martínez-Bueno y tantos y tantos artistas españoles triunfan desde hace años en el mainstream comiquero fue gracias a que gente como Pacheco rompieron moldes y mostraron que era posible que un fan lector de comics español consiguiera triunfar, siempre que tuviera ilusión, mucho trabajo duro y ganas de hacerlo bien. Además de un poco de suerte y de poder mostrar su trabajo a la persona justa en el momento idóneo, claro.

Además, durante los peores excesos de los 90, Pacheco significaba un remanso de paz y de trabajo de primer nivel que se mostraba respetuoso con los comics más clásicos, mostrando que no era necesario cambiar tu estilo para amoldarte a las modas de la época y parecer hot. En muchos sentidos Pacheco conecta con la mejor tradición de George Pérez, otro grande que se nos fue este año, mostrando a los personajes en su versión más icónica y reconocible. Y recordando a George Pérez, en estos momentos de dolor, entiendo que el mayor consuelo que le va a quedar a la familia y amigos íntimos de Pacheco es saber que Carlos es historia viva del mundo del comic, y su trabajo seguirá siendo disfrutado por lectores de todo el mundo ahora y siempre.

D.E.P. Carlos Pacheco. Uno de los más grandes. Gracias a su obra, nunca se irá del todo.

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