Menudo sorpresón me he llevado con la adaptación en imagen real de One Piece, el mítico manga de Eiichiro Oda que ha realizado Netflix. Una de las series más locas y satisfactorias que he visto este año.
PUNTUACIÓN: 9/10
Serie de TV (2023). 8 episodios. El joven pirata Monkey D. Luffy y su variopinta tripulación emprenden un viaje épico en busca de un tesoro. Versión live-action de la serie anime «One Piece», basada en el manga creado por Eiichiro Oda, también productor de esta adaptación.
One Piece es una serie de televisión desarrollada por Matt Owens y Steven Maeda para Netflix. La serie es una adaptación en imagen real del manga de Eiichiro Oda, uno de los más populares de los últimos años, con Oda además actuando como uno de los principales asesores creativos de la serie. Está producida por Kaji Productions, Tomorrow Studios y Shueisha (que también publica el manga). La primera temporada de One Piece ha contado con 8 episodios que han sido dirigidos por Marc Jobst, Emma Sullivan, Tim Southam y Josef Wladyka. Sonya Belousova y Giona Ostinelli fueron contratadas para componer la partitura de la serie, mientras que los guiones han sido realizados por, además de los creadores Matt Owens y Steven Maeda, por Ian Stokes, Damani Johnson, Tiffany Greshler and Tom Hyndman, Laura Jacqmin, Diego Gutierrez, Allison Weintraub & Lindsay Gelfand
Iñaki Godoy es Monkey D. Luffy, un muchacho capaz de estirarse como la goma, y que sueña con convertirse en el Rey de los Piratas. Mackenyu es Roronoa Zoro, un espadachín que lucha usando tres espadas, y tiene el propósito de convertirse en el mejor espadachín del mundo. Emily Rudd es Nami, una chica experta en robos y en navegación. Jacob Gibson es Usopp, un chico cobarde con afición a las mentiras, pero con una gran puntería. Taz Skylar es Sanji, un cocinero mujeriego que sueña con encontrar el legendario mar All Blue. Morgan Davies es Koby, un muchacho que fue secuestrado por la pirata Alvida y entabla amistad con Luffy, posteriormente uniéndose a los Marines. Vincent Regan como Monkey D. Garp, un peculiar Vicealmirante de los Marines que se convierte en el mentor de Koby y tiene una sorprendente conexión con Luffy. Por último, Jeff Ward es Buggy, el capitán de una tripulación pirata que tiene la apariencia de un payaso.
One Piece me ha volado la cabeza. Con esto ya podría terminar mi reseña, porque voy a estar dándole vueltas a esta idea en todos los aspectos. Empezando por el reparto, como comentaba no he leído el manga, pero todos los actores tienen una frescura y una personalidad bestial. Empezando por Iñaki Godoy como Monkey D. Luffy. Su personaje inocente pero con las ideas muy claras sobre lo que quiere ser me parece brillante. Esta inocencia provoca diálogos espectaculares, como cuando explica que «los piratas no tienen que dar miedo» para incredulidad del resto del grupo.
Luffy es genial, pero su química con el resto de la tripulación formada por el espadachín Roronoa Zoro, la ladrona Nami, el cobarde Usopp y el cocinero experto en artes marciales Sanji es otra de las razones del éxito de esta serie. Tener a personas tan diferentes y hacer que todos encajen de maravilla me flipa, algo que se consigue gracias a unos orígenes llenos de dolor y corazón, y un tono casi de comedia con estadillos de drama que te llega hasta el corazón..
Y aparte de la tripulación tenemos a unos villanos carismáticos que ofrecen una brutal sensación de peligro, y una conexión familiar con Luffy como es el caso del Vicealmirante Garp ,que añade un elemento aún más extraño a todo el conjunto.
El guion me parece una pasada. Empezando por la forma de condensar las historias originales en episodios de una hora. Uno de los problemas en general del manga es que su narrativa alarga los argumentos hasta el infinito debido a su forma de mostrar por ejemplo un combate entre dos personas. Pensar que por ejemplo el arco del pirata Buggy el payaso se solucione en dos episodios mientras que en el manga seguro se alargó cuatro a cinco volúmenes (o más) me parece un acierto fundamental.
Aparte de la capacidad de síntesis, los guionistas lo hacen todo bien cuando consiguen que en cada episodio haya desarrollo de personajes además de acción, y planteen una situación super emocionante que te deja siempre al borde de la lágrima, al descubrir que todos los protagonistas esconden un drama en su pasado que les impulsa a hacer lo que hacen. Al terminar la temporada, esta tripulación se ha convertido en casi forma de la familia. Aunque en principio estamos ante una aventura con grandes dosis de acción, lo cierto es que hay momentos muy dramáticos a lo largo de la narración, y este contraste creo que es otro de los motivos del éxito de la serie.
One Piece está construido a partir de grandes personajes y una absoluta falta de vergüenza a la hora de hacerlo todo cuanto más loco mejor. Entiendo que justo como es el manga. Y esto me recuerda la chorrada del «realismo» aplicado a la fantasía o las historias de género forzada por productores acomplejados que no se atreven a trasladar a imagen real lo que hizo grande la obra original, bajo la idea errónea que los espectadores no lo aceptarán. Gran parte del éxito es negar esta afirmación e ir a tope con la locura máxima del manga.
Toda la locura de la historia se convierte en imagen real gracias a unos buenos efectos especiales que NO intentan hacer pasar como «realista» la habilidad de estirarse de Luffy. Los piratas Buggy, Arlong, Dracule Mihawk o Klahadore tienen todos un toque freak por un motivo u otro, y funcionan dentro del contexto de esta historia.
El diseño de producción me parece brillante con la creación de los diferentes puertos y pueblos que vamos conociendo, así como el barco de Luffy, el Going Merry, que es una reproducción perfecta de un navío pirata. A este aventura pirata hay que sumar la brillante banda sonora de Sonya Belousova y Giona Ostinelli, que tienen su propia personalidad, pero tiene reminiscencias a títulos míticos de piratas empezando con Piratas del Caribe.
Normalmente siempre comento cosas buenas y menos buenas de cada comics, película o serie que reseño, pero en el caso de One Piece el éxito ha sido total. He disfrutado muchísimo y he conectado con el humor, el drama y la aventura de principio a fin. Ojalá todas las series fueran tan satisfactorias como One Piece. Y ahora, a esperar que rueden pronto la segunda y no tengamos que esperarla mucho.
Comparto el trailer de esta serie:
One piece ha sido una pasada. Ojalá todas las series tuvieran el corazón en el sitio correcto como este primera temporada de One Piece.
PUNTUACIÓN: 9/10
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