Crítica de Vidas pasadas de Celine Song

Siguiendo con la revisión de las películas nominadas al Oscar a Mejor Película hoy toca analizar Vidas pasadas, la película de la directora coreana-canadiense afincada en Estados Unidos Celine Song.

PUNTUACIÓN: 6/10

Nora y Hae Sung, dos amigos de la infancia con una fuerte conexión, se separaron cuando la familia de Nora, que entonces tenía solo 10 años, emigró desde Corea del Sur a Canadá. Muchos años después, cuando Nora está estudiando teatro en Nueva York, ambos se reencuentra con él online, y pasarán juntos una semana que les enfrentará al amor, al destino y a las elecciones que componen una vida.

Celine Song (nacida Song Ha-yeong, 1988) es una directora, dramaturga y guionista coreano-canadiense afincada en Estados Unidos. Song nació en Corea del Sur. Sus padres, ambos artistas, trasladaron a la familia a Markham (Ontario, Canadá) cuando ella tenía 12 años. Song cursó sus estudios universitarios en la Queen’s University de Ontario y estudió psicología, antes de obtener un máster en dramaturgia por la Universidad de Columbia de Nueva York en 2014. Entre sus obras destacan Endlings y La gaviota de Los Sims 4.

Vidas pasadas es la opera prima de Song, que además de dirigir también escribe su guion a partir de elementos de su propia vida. La película cuenta con fotografía de Shabier Kirchner, montaje de Keith Fraase y música de Christopher Bear y Daniel Rossen. La película de 100 minutos de duración fue estrenada en el Festival de Sundance con gran éxito. Es una producción de A24 y ha contado con un presupuesto de 12 millones de dólares. La película ha sido nominada para los Oscars a Mejor Película y Mejor Guion Original, además de haber conseguido otros galardones por todo el mundo.

En el reparto encontramos a Teo Yoo como Hae Sung (con Seung Min Yim como un joven Hae Sung); Greta Lee como Nora / Na-Young (con Seung Ah Moon como una Nora joven); John Magaro como Arthur, el marido americano de Nora, Ji Hye Yoon como la madre de Nora, Choi Won-young como el padre de Nora y Min Young Ahn como la madre de Hae Sung.

Vidas pasadas me ha sorprendido. Por la planificación de contenidos del blog, en este caso toda la parte con la ficha técnica que acabas de leer la escribí antes de ver la película. Y me ha llamado la atención como toda la historia familiar de Nora / Hae Sung es idéntica a la vida de la directora Celine Song. Lo cual no es bueno ni malo, obviamente. La clave es ver lo que hace con ello Song para plantear su historia. Y me encuentro con una película supuestamente romántica sobre el primer amor perdido creada por una persona que no cree en el amor ni desde luego en el destino, sino más bien en llevar tu ambición personal hasta sus últimas consecuencias.

La película presenta al público occidental el concepto budista coreano de In-Yun, que simboliza la conexión, el destino de dos personas nacidas para estar unidas a partir de sus «vidas pasadas», siguiendo la idea de la reencarnación. Lo malo es que en el diálogo en el que Nora / Na-Young le cuenta lo que significa In-Yun a su futuro marido Arthur, Nora le dice que en realidad eso es una chorrada que la gente cuenta para seducir a su pareja. A partir de ahí no dejo de ver una historia cínica sobre un amor utópico que la directora no cree que exista.

Na-Young debería estar triste cuando con 12 años va a abandonar a su amigo del colegio Hae Sung. Pero en lugar de ello, coge lo que es una decisión egoísta de sus padres sobre la que no tuvo opinión y la hace suya, contándole a sus amigos del colegio que aprovechará el cambio para ganar el premio Nobel de literatura, dado que nunca se lo darán a un coreano (pero si de lo pueden dar a una «americana»). Luego, con el transcurrir de los años, la americanizada Nora va cambiando sus objetivos, «conformándose» con ganar un Pulitzer y luego un Tony, peo siendo una buena profesional en su campo que parece haber tenido un éxito relativo. Cuando Arthur, su marido, se muestra inquieto con el hecho que Nora vuelva a encontrarse con su amigo de la infancia 24 años después, expone con fría objetividad que en realidad no cree que Nora esté enamorado de él, sino que le utilizó para conseguir una tarjeta de residencia para poder vivir en Nueva York. Cosa que en realidad es lo que ha pasado. Cuando Nora le dice «pero te olvidas de una cosa, y es que te quiero», el diálogo suena falso y hueco, a no ser que entiendas ese «amor» como un «te uso por mi conveniencia». No se si mi estado mental actual me sitúa un poco cínico, pero esto lo veo clarísimo a lo largo de toda la película.

Que la directora Celine Song no cree en el amor romántico no es algo limitado únicamente a la protagonista femenina. Hae Sung en Corea debería haberse casado hace varios años con su novia de allí, pero no lo han hecho porque él tiene un trabajo normal y por tradición debería tener una profesión mucho más importante que la de la mujer, por lo que expresa que lo normal para la cultura coreana es que ella busque a alguien mejor que él. De nuevo tenemos una idea utilitarista de la vida que nada tiene que ver con la idea de amor romántico, y que él pueda estar enamorado de su novia no es un factor en la ecuación de si deberían casarse. Aparte de la idea utópica del «amor de juventud», en realidad Nora nunca se ha planteado cambiar nada en su vida porque ella siempre prefirió su vida en Nueva York. Y por lo mismo que sufre en Corea, Hae Sung ni siquiera le pregunta a Nora si se iría con él porque sabe que no es digno de ella desde esta perspectiva económica de la vida, lo cual es algo tristísimo si pensamos en él. Desde el punto de vista de Hae Sung, más que una película romántica estamos ante un drama bestial que si algo refleja es la dureza de la competitiva cultura coreana para el bienestar psicológico y emocional de los hombres coreanos.

Vidas pasadas es una película americana, producida en Estados Unidos creada por una directora afincada en Nueva York con una actriz protagonista Greta Lee nacida en Los Ángeles, obviamente de padres coreanos emigrantes. Por su parte, el protagonista Teo Yoo nació en Alemania de padres coreanos, aunque en este caso en la actualidad si vive y trabaja en Corea. Sin embargo, la película está narrada el 90% del tiempo en coreano, obligando al público americano a verla con subtítulos, algo poco habitual. Es evidente la similitud con Minari, una película nominada a los Oscars de forma ridícula al apostar por el elemento identitario de mostrar la dificultad de una familia de inmigrantes coreanos en Estados Unidos para salir adelante. Sin embargo, lo que sí encuentro interesante de Vidas pasadas es que la directora Celine Song utiliza la película no para mostrar la dificultad de Nora para amoldarse a su vida americana, cosa que hace sin problemas debido a su personalidad individualista y ambiciosa, sino para mostrar lo lejos que está de sus raíces coreana y ya no cree ser un coreana «pura».

De hecho, Nora afirma que ya sólo habla en coreano con su madre, afincada en Canadá, y luego con Hae Sung, y sólo él la nombra con su nombre coreano Na-Young durante sus conversaciones por Skype. Y cuando piensa en Hae Sung, no deja de ver en él elementos de la cultura coreana que ella ya no siente como suya. Podría pensarse que Nora se siente desubicada, pero en realidad ha abrazado el individualismo americano sin problemas, hecho que se puede ver cuando 12 años después de separarse, tras reestablecer el contacto online, Nora decide parar las comunicaciones con Hae Sung para centrarse en su vida y en su carrera americana, sintiendo que estas charlas la anclan a un pasado del que no quiere saber nada. Una decisión que lleva a los siguientes 12 años de salto temporal en el que no tienen contacto.

Por cierto, aunque es un elemento no mencionado, en la película Nora y Hae Sung tienen 36 años cuando se reencuentran en Nueva York. Y me parece curioso que Nora parece estar super centrada en su profesión hasta el punto de haber decidido no haber tenido hijos con su marido a pesar de llevar 7 años casados. Otro elemento que muestra el egoísmo / individualismo de la sociedad que marca todo en esta película.

Pensando en otros elementos de Vidas pasadas, me ha gustado la composición que Celine Song plantea para contar su historia, llena de planos con los dos protagonistas cerca pero siempre separados. Visualmente la película tiene elementos muy muy interesantes, como los planos de Seúl que parecen planteados para mostrar un pasado casi mítico para Nora que ya no es su vida. Aunque tenga reparos en la historia, Song como directora creo que ha hecho un trabajo estupendo.

Los dos protagonistas me parece que están espectaculares, sobre todo Teo Yoo, que muestra de forma minimalista pero claramente entendible su dolor ante el convencimiento que amor de su vida siempre ha estado fuera de su alcance. La película muestra pequeños detalles que muestran como a pesar de tener 36 años es un niño nervioso ante la reunión, con detalles como que lleve aún mochila o que se mire en el estanque para ver si está bien peinado. De alguna manera la película está contada desde el punto de vista de ella, y lo que queda claro es que para Nora, Hae Sung es «demasiado coreano» para ella, no se amolda a lo que necesita.

Greta Lee como Nora / Na-Young creo que está también muy bien, aunque diría que el punto de vista cínico hacia el amor de la historia que plantea la directora provoca que su impacto sea menor dado el utilitarismo con el que ha comandado su vida. La penúltima escena en la que ella deja ir a Hae Sung y luego llora desconsolada en el hombro de su marido Arthur queda un poco para la galería, al querer mostrar que abandona sus sueños de infancia por la comodidad de su vida actual. El momento en que le dice a Hae Sung que ella ahora es Nora y ha dejado su pasado atrás, pero que Na-Young existió y él la mantuvo vida en sus recuerdos, si me parece un momento emocionante.

Por cierto, aunque tiene un papel muy secundario, me ha gustado mucho también la interpretación de John Magaro como Arthur, el marido de Nora. Y como de forma también muy minimalista expresa muy claramente que sabe que en realidad Nora no le ama y sólo le utiliza. Aparte que es imposible competir con la figura idealizada de un amor de juventud. Desde luego, Nora no le ama usando el concepto occidental de amor. Aunque a lo mejor lo que hace Nora con su marido si es amor desde una concepción coreana de la vida, y resulta que ella sí es más parecida a la cultura que creía dejar atrás de lo que ella quiere reconocer. Momentos como cuando Arthur le dice a Nora que sueña en coreano, y por tanto existe un elemento que la mantiene alejada de él, o la escena en el bar en el que los dos amigos se ponen a hablar en coreano desplazándole completamente es otro momento doloroso para él, que creo que acepta porque él si está enamorado de ella, y con tan de estar juntos puede aceptar el hecho que ella no le ame.

Ver Vidas pasadas me ha parecido muy interesante. En realidad, me alegro que gracias a los Oscars haya visto una película que claramente se sale de mi zona de confort, aunque me sorprende ver que tanta gente no entienda la película con la claridad que la veo yo y la alabe como una gran película romántica que diría que nunca pretendió ser.

Comparto el trailer de la película:

Vidas pasadas me parece la anti-película romántica. Me quedo muy muerto pensando que o yo no entiendo nada o el resto del mundo no ha entendido lo que ha visto.

PUNTUACIÓN: 6/10

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