Sigo con las películas nominadas a los Oscars. Y aprovechando que estaba en proyección cenca de casa me fui a ver Sala de profesores, la película alemana dirigida por Ilker Çatak que está nominada en la categoría de mejor película internacional.
PUNTUACIÓN: 5/10
Carla Nowak, una idealista profesora de matemáticas y deportes, comienza su primer trabajo en una escuela de secundaria. Cuando se producen una serie de robos en la escuela y se sospecha de uno de sus alumnos, decide llegar al fondo del asunto por su cuenta. Carla intenta mediar entre padres indignados, colegas obstinados y estudiantes agresivos, pero se enfrenta a las implacables estructuras del sistema escolar. (FILMAFFINITY)
İlker Çatak (Berlín, 1984) es un director de cine alemán hijo de inmigrantes turcos. A los doce años se trasladó a Estambul, donde se graduó en la escuela de la embajada. Después regresó a Alemania y trabajó durante cuatro años en producciones cinematográficas alemanas e internacionales. Sala de profesores es la cuarta película de este director tras Once Upon a Time… Indianerland (2017), I Was, I Am, I Will Be (2019) y Stambul Garden (2021).
Ilker Çatak escribe el guion junto a Johannes Duncker. Sala de profesores es una película de 98 minutos de duración que cuenta con fotografía de Judith Kaufmann, montaje de Gesa Jäger y música de Marvin Miller. Aparte de su nominación a los Oscars, la película ganó 6 premios del cine alemán entre los que tenemos mejor película, director, actriz y guion original.
En el reparto de actores alemanes encontramos a Léonie Benesch como Carla Nowak, Michael Klammer como Thomas Liebenwerda, Rafael Stachowiak como Milosz Dudek, Anne-Kathrin Gummich como la Dra. Bettina Böhm y Eva Löbau como Friederike Kuhn
Sala de profesores es un drama ambientado en el ámbito escolar. Pensando en cosas positivas, el director Ilker Çatak consigue crear una buena tensión a lo largo de los 100 minutos de duración jugando con la música y el montaje de sonido. Y dado que me gusta ver películas diferentes que me saquen de mi zona de confort, no me arrepiento de haberla visto y creo que tiene elementos interesantes a nivel general.
Sin embargo, el problema principal de Sala de profesores es que no me creo nada de lo que me cuentan. Cuando se fuerzan tantas situaciones que llegan a ser absurdas, se genera una desconexión que impide que disfrute de la película. En muchas ocasiones he comentado sobre los blockbusters que los espectadores aceptamos una o dos «chorradas», faltas de lógica o casualidades imposibles, a veces como elementos imprescindibles para que la trama avance. Pero a partir de la tercera o cuarta, sientes que lo que estás viendo no funciona. Y esto mismo se aplica a todo tipo de cine, ya sea de autor o europeo, mi experiencia no es diferente en función de si es una película de gran presupuesto o indy, lo que me cuentan debe tener sentido. O no resultarme absurdo.
Y Sala de profesores está llena de situaciones que manipulan la lógica y fuerzan situaciones que de por si resultarían complejas hasta convertirla en una locura. Empezando porque la protagonista, la profesora Carla Nowak, ve a otra profesora robar monedas de la hucha del café y no hace nada ni le dice nada. (Y puede tener una explicación, esa mujer puede haber echado 2 € y querer sacar el cambio. Pero como no se hace nada, tu suposición es tan buena como cualquier otra y a lo mejor esa persona si ha robado calderilla porque puede). Cuando digo que se fuerzan situaciones hablo que ante un problema de robos en el instituto, que la dirección hable con los DELEGADOS de las clases es lo lógico y casi lo mínimo que debe hacerse, y que se intente ver como una coacción inaceptable es absurdo. Por supuesto, esto lleva a una escena de racismo institucional porque el sospechoso resulta ser un chaval de origen pakistaní, pero tal y como está contado esto es consecuencia del señalamiento del delegado, y sin embargo no se toman medidas ni se piden explicaciones cuando ese chivatazo se demuestra falso.
El conflicto surge cuando Carla deja su ordenador grabando apuntando a su chaqueta y graba como una persona le roba el bolso, una mujer que para más inri es madre de un alumno de su clase. (Hablando de forzar situaciones). Entra dentro de lo normal que incluso cogida con las manos en la masa la ladrona sea una caradura que plantea una huida hacia delante para evitar pagar por sus actos. Lo que no es tan normal es que tal y como está contada la película, no puede inferirse que Carla grabe durante días hasta que pilla a la ladrona sino que es una grabación puntual. Sin conocer la legislación alemana entiendo que una grabación sistemática sin permiso es ilegal, pero dejarse un móvil grabando puntualmente supongo que no. Y sin embargo, que esta grabación no autorizada parece ser el centro de atención frente a lo importante que es que se ha pillado a una ladrona in-fraganti. De nuevo, forzando unas escenas que acaban siendo ridículas, como por ejemplo la reunión con los padres.
Había leído comentarios como que la actriz Léonie Benesch hacía un trabajo fantástico como la protagonista Carla Nowak. Pero una vez vista en realidad no me parece que sea nada excepcional. Si hace bien el transmitir que la profesora intenta mantener la compostura cuando está sufriendo tensión por algunas situaciones, pero en general es un personaje bastante inexpresivo. Creo que está bien, pero sin más. Como todo el funcional reparto de esta película. Una parte importante de la película supongo que era mostrar la tensión que sufren los profesores por culpa de alumnos, padres, otros profesores y en general, por el ecosistema que existe en los centros educativos. Pero aunque la intención sea loable, mi experiencia no ha sido buena debido a una ejecución que considero como mínimo cuestionable.
Quizá mi problema no es tanto con la actriz sino por una historia buenista con la que no he conectado y me fue echando poco a poco del visionado. Me genera perplejidad que una persona adulta aparentemente inteligente no sepa responder cuando los chavales del periódico del instituto la recriminan que el instituto pensara que el ladrón podía ser un alumno, cuando estadísticamente si por ejemplo hay 1000 alumnos en el centro, 50 profesores, 5 bedeles y 10 personas de limpieza, ¿Quién es más probable que sea el ladrón? Aparte que es absurdo que la profesora acepte ser entrevistada estando en mitad del problema, como también lo es que se imprima el periódico sin que un adulto lo supervise antes. Eso no pasaría.
La moraleja de la película es que al final da igual el problema que surja en el centro escolar, los que acaban pagándolo son los niños. Y esta idea me parece hasta correcta. Pero eso es una cosa a nivel general. Y otra cosa es que por mucho que el niño sufra porque su madre ha sido acusada de robar, rompe un cristal, agrede a Carla y le roba y destruye su ordenador, donde se supone está el video de su madre robando. Tras realizar estos actos, tiene que ser castigado y suspendido. No hacerlo, por muy buenista que sea sea Carla, no sólo es imposible sino indeseable, porque también los niños deben aprender que los actos tienen consecuencias. Esta muy bien lo de «siempre sufren los niños», pero en esta situación no hay otra alternativa, y no es culpa de instituto.
A menudo he comentado que las duraciones de las películas de dos horas y media o tres se están yendo de las manos a los estudios. Sin embargo, en realidad el problema no son tanto los minutos de la película sino si conectas con lo que te están contando. En el caso de Sala de profesores, miré el móvil para ver cuanto faltaba cuando se cumplía la hora de proyección. (Estábamos 3 personas en la sala, estoy seguro que no molesté a nadie). La película se me hizo larguísima. Y al final esto sucedió porque no me creía nada de lo que me contaban.
Comentaba al principio que Sala de profesores había ganado 6 premios del cine alemán. Si esta es la mejor película alemana, la industria germana está hecha polvo, menudo desastre deben ser las otras. O claro, cabe la posibilidad que como pasa tantas veces, se aúpe a una película que no es para tanto debido a su tema «importante». Lo que si estoy detectando es que la calidad media de estas películas «de festivales» se ha desplomado en los últimos años. Aparte del auge del streaming, es casi normal que el público generalista poco a poco deje de ver este tipo de películas en pantalla grande.
Comparto el trailer de la película:
No me he creído nada de lo que me han contado en Sala de profesores. Normal que no me haya gustado.
PUNTUACIÓN: 5/10
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