Crítica de Children of memory de Adrian Tchaikovsky (The children of time 3)

Tras las brillantes Children of Time y Children of Ruin de Adrian Tchaikovsky, tenía muchas ganas de leer la tercera novela de su saga ciencia ficción The children of time, Children of memory. Y la verdad es que la lectura no ha decepcionado.

PUNTUACIÓN: 7.5/10

Del galardonado maestro de la ciencia ficción Adrian Tchaikovsky, Hijos de la memoria es la imperdible continuación de las aclamadas Hijos del tiempo e Hijos de la ruina.

Cuando la Tierra fracasó, envió naves arca para establecer nuevos puestos de avanzada. Así, la nave espacial Enkidu y su capitán, Heorest Holt, transportaron su preciada carga humana a un nuevo paraíso potencial. Generaciones después, esta frágil colonia ha logrado sobrevivir en Imir, ganándose a duras penas la vida. Sin embargo, la vida es dura y se han perdido muchos conocimientos tecnológicos.

Entonces aparecen unos extraños, en un mundo donde todo el mundo conoce a su vecino. Poseen unos conocimientos sin parangón y una tecnología nueva y emocionante, pues han venido de las estrellas para ayudar a las colonias perdidas de la humanidad. Pero no todo es lo que parece en Imir.

A medida que los visitantes pierden la noción del tiempo y los recuerdos, descubren que los colonos temen a enemigos desconocidos y a la turbia historia de Imir. Los vecinos se enfrentan a los vecinos y la sociedad se fractura ante este terrorífico enemigo. ¿Quizás haya otra inteligencia jugando con los colonos y los científicos espaciales? Pero no todas las preguntas se responden tan fácilmente, y el precio puede ser la propia colonia…

Hijos de la memoria, de Adrian Tchaikovsky, autor galardonado con el premio Arthur C. Clarke, es una ópera espacial de largo alcance que abarca generaciones, especies y galaxias.

Adrian Tchaikovsky nació en Woodhall Spa, Lincolnshire, antes de ir a Reading a estudiar psicología y zoología. Por razones que ni él mismo conoce, acabó estudiando Derecho y ha trabajado como ejecutivo legal tanto en Reading como en Leeds, donde vive actualmente. Está casado, es un entusiasta de las partidas de rol en vivo y un actor aficionado ocasional, se ha entrenado en la lucha escénica y no tiene ningún tipo de mascota exótica o peligrosa, posiblemente a excepción de su hijo.

Al leer las anteriores novelas de Adrian Tchaikovsky en inglés, me había guardado Children of memory para mis vacaciones, y me la he leído en tres sentadas. Y lo primero a destacar es lo mucho que me gusta la forma en que Tchaikovsky consigue contar algo nuevo y diferente que conecta sin embargo con la esencia de las novelas previas. En Children of Time Tchaikovsky planteaba una evolución diferente a la humana en un mundo en el que un tipo de araña era la especie dominante y realizaba el salto evolutivo hacia la consciencia, ofreciendo uno de los mejores libros de ciencia ficción que he leído en mucho mucho tiempo. Children of Ruin presentaba esa misma evolución en una especie de pulpos con una consciencia completamente diferente a humanos y arañas, a lo que sumaba la sorpresa de descubrir a un virus que asimilaba a todos los seres vivos que tuvo que aprender a parar o de lo contrario volvería a quedarse solo en el universo sin nuevas experiencias que vivir.

En Children of memory Tchaikovsky va un paso más allá, porque además de descubrirnos los procesos mentales de un tipo de cuervo que vive, piensa y se relaciona por parejas, creando unos procesos mentales complementarios que son diferentes a todo lo anterior, analiza hasta qué punto la realidad es algo tangible físicamente o un proceso de nuestro cerebro.

La historia nos presenta a un grupo de seres humanos aterrizando en el inhóspito planeta Imir, y su dura lucha por conseguir que sea apenas habitable para un grupo reducido de personas, dado que los recursos tras años de lucha siguen siendo escasos. Aquí conoceremos a Liff, la nieta del capitán de la expedición Heorest Holt que es una joven que quiere vivir experiencia y aventuras como en los cuentos, que la alejen de la dura realidad que tiene que vivir. La llegada de unas personas extrañas (¿o siempre estuvieron allí con ellos?) romperá la lógica existencia de Liff, intuyendo que algo no funciona como debería en el planeta.

Por otro lado, una nave espacial con una tripulación formada por Portia, Paul, Fabian, la recién llegada Miranda y la siempre presente IA, Averna Kern, todos personajes de las novelas anteriores, que han partido en busca de otros planetas que puedan contener vida descubren Imir y discuten cómo deben proceder para intervenir en una colonia en decadencia. O si deberían hacerlo incluso, porque hacerlo destruirá su vida tal y como la conocen.

Intentando comentar Children of memory sin spoilers, Tchaikovsky en esta novela reflexiona sobre lo que significa ser un ser inteligente y si no hay más de una respuesta. Mientras llegamos a esa pregunta en la parte final de la novela asistimos a una parte central un tanto confusa en la que suceden cosas que no cuadran con lo que acabamos de leer, como si hubiera un glitch en Matrix. Entiendo que para algún lector esa sensación de fallo en el continuo espacio-tiempo puede resultar confuso y un poco frustrante, pero en mi caso me tenía tan interesado que me ha encantado la forma en que Tchaikovsky nos ha llevado hasta el brillante final.

La novela plantea tres narradores, que ofrecen puntos de vista super interesantes, sobre todo el de Gothi y Gethli, los cuervos con su consciencia complementaria, me ha encantado. También me ha gustado el punto de vista de Miranda y de Liff, mientras viven largas vidas contradictorias (hasta que todo se resuelve) y tienen que entender que algo terrible está sucediendo en Imir sin que ellas se den cuenta o puedan hacer nada para evitarlo.

La vida en Imir plantea similitudes históricas con nuestro planeta, al asistir a la paranoia y el miedo de los habitantes del planeta ante la existencia de (imposibles) enemigos externos, algo más fácil de digerir por el pueblo que la triste realidad que indica que a pesar de toda su lucha no hay recursos para todos en un planeta hostil que ha arrasado con toda la tecnología y ha obligado a los descendientes de los primeros exploradores a vivir una vida casi medieval. La resolución de la historia de Imir me resultó super triste y desoladora, pero casi peor fue conocer la verdad detrás de Liff, un momento super doloroso que me llegó. La forma en que sin embargo Tchaikovsky consigue darnos un final positivo y satisfactorio tras tanta desolación me ha encantado.

Children of memory igual no es perfecta, y seguro no es la mejor novela de Tchaikovsky. Pero presenta personajes maravillosos, una lectura a varios niveles que ofrece respuestas a preguntas que no sabía que tenía y una ciencia ficción sorprendente diferente a cualquier otra cosa que haya leído. Cualquiera de esos puntos por separado ya sería suficiente para leer el libro, tenerlos todos en una novela de apenas 480 páginas lo convierte en una lectura obligada para los fans de la ciencia ficción.

PUNTUACIÓN: 7.5/10

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