Crítica de El viaje del Superhéroe de Patrick McDonnell (Marvel Arts – Panini)

Me regalaron hace años dos tomos con las tiras de prensa de Mutts de Patrick McDonnell. Así que descubrir que este autor es fan absoluto de los comics Marvel y que había realizado El viaje del Superhéroe, una novela gráfica para Abrams planteada como una carta de amor al comic de superhéroes, lo convirtió en una compra segura.

PUNTUACIÓN: 5/10

El segundo volumen de la línea Marvel Arts de Abrams presenta a Patrick McDonnell, el genial creador de Mutts, en una mirada diferente al Universo Marvel. Una carta de amor a La Casa de las Ideas que sintetiza la sensibilidad inspiradora de su autor. Utilizando el Universo Marvel como avatares, McDonnell reflexiona sobre cómo los cómics cambiaron su vida y lo inspiraron a convertirse en dibujante, inculcándole una sensibilidad moral que transmite a lo largo de su trabajo y su vida. Visualmente impactante, El viaje del superhéroe incorpora viñetas de cómics clásicos de Marvel como un tributo de McDonnell a sus héroes (Stan Lee, Jack Kirby, Steve Ditko y los demás creadores de la factoría) junto con citas inspiradoras de Eckhart Tolle, Thoreau y otros, presentando una aventura como ninguna que hayas leído.

Patrick McDonnell (Nueva Jersey, 1956) es dibujante, autor y dramaturgo. Es el creador de la tira cómica diaria Mutts, que sigue las aventuras de un perro y un gato, publicada desde 1994. Antes de crear Mutts, fue un prolífico ilustrador de revistas, y ha ganado ocho veces el premio Harvey a la mejor tira cómica, además de recibir cuatro premios de la National Cartoonists Society.

Me regalaron Mutts hace años y lo releo cada cierto tiempo porque me gusta mucho. Este fue el principal factor que justificó la compra de esta novela gráfica de 112 páginas, cuya edición en tapa dura con sobrecubierta de Panini me parece fantástica. Creo que este comic va a ser muy vendido y regalable por parte de los lectores que puedan verlo en una librería generalista o FNAC, que es el público objetivo de las obras editadas por Abrams Comic Arts. Por cierto, esta es la segunda novela gráfica de Abrams que publica Panini en España tras esa maravilla que es Los Cuatro Fantásticos. Círculo cerrado de Alex Ross.

Patrick McDonnell realiza un interesante ejercicio narrativo y nostálgico al insertar en el comic numerosas viñetas (y hasta páginas enteras) de comics clásicos de la editorial, incluyendo los textos originales de Stan Lee. Estas páginas están realizadas por figuras históricas de Marvel como Stan Lee, Jack Kirby, Steve Ditko, Don Heck y Vince Colleta. Pensando que llevo un año y pico comprando la Biblioteca Marvel de Panini, de alguna manera este comic me ha parecido un complemento ideal a la experiencia lectora de los últimos meses, porque la mayoría de imágenes, en concreto las de Los 4 Fantásticos y Los Vengadores, las he leído recientemente. Aparte de ver estas viñetas de comics de los años 60, el viaje de Reed Richards por otras dimensiones y llegando a la de los comics de romance femenino que también publicaba Marvel en esos años me parece otro detalle super curioso que ayuda a dar a esta historia una sensación «viejuna» en ocasiones. En otros momentos cambio el viejuno por atemporal, pero no siempre. Creo que tiene mérito ensamblar una historia propia utilizando casi a modo de puzzle multitud de imágenes clásicas, incluso cuando no he conectado con el resultado final.

Hay dos ideas principales que McDonnell quiere transmitir con este comic, en mi opinión. Por un lado, hay un clarísimo homenaje al Universo Marvel de los años 60, unos comics que le enamoraron de niño y cuyo impacto busca recrear colocando estas viñetas originales de los comics de los años 60. Por otro lado, creo que MacDonnell pretende decirle al lector que la fórmula para ser feliz reside en recrear la alegría por la vida y el sense of wonder que sentimos cuando fuimos niños y abrimos un comic Marvel por primera vez. Frente a los comics con temas adultos importantes que pueblan las librerías, la idea que el AMOR es la fuerza más poderosa que existe y que tenemos que luchar por ella me parece una idea potentísima, dentro de su simplicidad. En este sentido, el trabajo de McDonnell en las tiras de prensa le obliga por la propia limitación de las tiras a presentar mensajes sencillos, algo que entiendo ha aplicado a una obra larga como esta.

McDonnell cuenta con la colaboración de su hermano Robert en el color de sus páginas, y comenta que no realizó bocetos previos sino que dibujó directamente porque buscaba recrear el feeling infantil como cuando empezó a dibujar comics siendo niño. El resultado es super curioso, porque frente a las primeras páginas del comic, que podéis ver abajo que si están más elaboradas (por decirlo de alguna manera), el 90% del comic si parece estar dibujado por un niño pequeño. Y esto genera una sensación extraña, única y no siempre positiva. Única por la parte del homenaje a su niñez y lo que los comics Marvel le hicieron sentir, algo que tengo claro que es una decisión consciente y meditada por McDonnell a la hora de realizar este comic. La parte extraña es también esa, porque aunque sea algo buscado, el comic parece dibujado por un niño de 9-10 años, no es lo que te esperas de una tapa dura que cuesta casi 30 euros.

El caso es que llegué con muchas ganas de que me gustara El viaje del Superhéroe. Pero el resultado final me ha dejado frío. Por un lado por este detalle del dibujo. Incluso entendiendo intelectualmente que la intención de McDonnell se transmite en la página, ver dibujos «de niño» casi con calidad amateur no me ha llegado. Igual soy un viejo descreído que no cree en el poder del amor, o vete su a saber. Pero más allá del interesante elemento gráfico, no he sentido leyendo este comic lo que se supone que debía sentir. O lo que McDonnell quería que los lectores sintieran. Y como digo, entiendo lo que quiere conseguir, pero no me ha emocionado.

Peor incluso que el dibujo he encontrado la inserción en el comic en casi cada uno de los diálogos del Vigilante, protagonista del comic junto a Reed Richards, de frases filosóficas y citas inspiradoras de autores como Eckhart Tolle, Thoreau y otros. Y esto si que no me ha funcionado en absoluto, al no ser intercambios reales entre dos personajes que se comunican, sino una filosofía de Hacendado colocada de forma forzada que me ha matado completamente. Y aparte que compendio de frases inspiradoras me parecen totalmente fallidas, estos no-diálogos suman una segunda vertiente negativa, y es que me han enseñado la trampa, el intentar que parezca que un niño ha realizado este comic cuando lo ha realizado un adulto que ha meditado cada una de las imágenes y textos que incluye. Estas frases de galletas de restaurante chino me han resultado de largo lo peor del comic, y el principal motivo de la desconexión que he tenido.

Otro elemento que posiblemente haya condicionado mi NO conexión con este comic es el hecho que yo me aficioné al Universo Marvel con los comics de los 70 y 80 de gente como John Byrne, George Pérez, Chris Claremont, Jim Shooter o Frank Miller. Incluso cuando era niño los comics de Lee y Kirby de los 60 ya me parecían «viejunos» y anticuados. Aunque ahora esté comprando la Biblioteca Marvel y esté redescubriendo de alguna manera estos clásicos, no tengo ninguna conexión emocional con estos comics. Podría entender que algún lector más veterano que yo que compró los comics de Vertice lea este comic y termine casi llorando de emoción. Pero seguro no es mi caso.

Y esto me lleva a una cosa que he comentado antes. Creo sinceramente que este El viaje del superhéroe tiene muchas opciones para que ser un superventas en FNAC y similares, lo veo un comic super «regalable». Pero a la vez, puedo equivocarme pero este comic no creo que pueda gustarle en absoluto a un niño pequeño. Empezando por el elemento viejuno de los comics de los 60 con los recargados diálogos de Lee, que son una de las cosas que peor han envejecido. Y es muy posible que lectores no comiqueros compradores en FNAC vean este comic y lo compren para ellos o para regalo, pero el aspecto viejuno unido al dibujo «infantil» puede ser una losa insalvable. El hecho de ser una carta de amor a los comics Marvel de los años 60 puede limitar el público que pueda conectar con esta obra, lo cual me parece otro detalle curioso de este comic.

Y la verdad es que apreciando los elementos positivos que tiene este comic, me sabe muy mal no haber conectado con esta propuesta de Patrick McDonnell. Desde luego, NO recomendaría a nadie que se comprara este comic a no ser que lo ojee ampliamente y tenga claro lo que va a comprar. Porque no cabe duda que igual yo no lo tenía.

Comparto las primera páginas de esta novela gráfica que son los que yo vi en su momento y que en realidad no reflejan lo que el comic es en realidad en lo referido al dibujo infantil:

El viaje del Superhéroe de Patrick McDonnell es un experimento interesante en la parte del homenaje a los comics Marvel, pero reconozco que no he conectado demasiado con las citas filosóficas de mercadillo ni con un dibujo que mi hijo podría hacer mejor, incluso siendo esa la intención del autor. En todo caso, es una lectura distinta a todo que entiendo que si entras en el rollo, pueda emocionar a algún lector veterano.

PUNTUACIÓN: 5/10

Gracias por leer este post. Espero tus comentarios. Y si te gustó el artículo, te invito a que lo compartas en redes sociales y que te suscribas para que te lleguen las notificaciones de las próximas publicaciones. Y si quieres, puedes invitarme a un café.

¡Saludos a todos!

Deja un comentario

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.