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Crítica de Blood train de Adam Glass y Bernard Chang (Image Comics)

Tras leer el primer numero de nuevo sello Ninth Circle de Garth Ennis y Mike Perkins, Freddie The Fix, he comprado Blood train, el segundo one-shot creado por Adam Glass (Supernatural) y Bernard Chang (Deadpool, Superman).

PUNTUACIÓN: 7/10

28 días después se encuentra con Las ruinas en esta historia de terror de alto riesgo.

Después de recorrer Asia como mochileros, un grupo de amigos sube a bordo del Expreso de Siberia para emprender el viaje de vuelta a casa. Lo que no saben es que han comprado un billete de ida al infierno, ya que uno de ellos ha sido infectado con un arma biológica que lo convertirá en un monstruo que masacrará a todos los que viajen en el tren. Y el arma biológica iniciará la Tercera Guerra Mundial si llega a su destino en Europa. Ahora, estos amigos deben tomar una difícil decisión: matar a alguien a quien aman para salvar el mundo o morir en el intento.

De NINTH CIRCLE, que te trae cada mes el MEJOR terror de la mano de los mejores creativos de la industria. NOTA: este one-shot estará perfectamente encuadernado, tendrá un tamaño de revista (8,5 x 10,875) y una cubierta de cartulina.

Ninth Circle es una nueva editorial cofundada por el veterano escritor Garth Ennis (Preacher, The Boys, Punisher), Marguerite Bennett (DC’s Bombshells, Animosity), Joe Pruett (Negative Burn, Cable),  Ram V (The Many Deaths of Laila Starr, Detective Comics, The Swamp Thing), y Adam Glass, showrunner y productor ejecutivo de Hollywood (The Equalizer, Supernatural, The Chi) y novelista gráfico (Suicide Squad, Deadpool, Luke Cage, Teen Titans). El principal inversor de Ninth Circle es Kimberly Steward (productor de Manchester frente al mar, Suspiria), y su productora K Period Media se asociará con Ninth Circle para producir determinados títulos.

Inspirándose en Dante, que creó nueve círculos del Infierno en Inferno, Ninth Circle se propone redefinir la narrativa de género combinando la creatividad visionaria y la experiencia de estos narradores de increíble talento. Sin capas, sin mallas y sin romance (a menos, por supuesto, que ese romance incluya asesinatos, sangre y caos). Adam Glass, guionista de Blood train nos cuenta que «Ninth Circle trata de abrazar el género de terror en todas sus formas. Con la incomparable habilidad de Garth para crear mundos inolvidables; el atrevido ojo de Ram, Marguerite y Joe para traspasar los límites del medio; y mi propia experiencia en la narración a través de múltiples medios, estamos impacientes por compartir estas historias con los fans.»

Ninth Circle se lanzará como un sello de Image Comics. A partir de diciembre cuando se publiquen Freddie the Fix y Blood train, los planes de la editorial pasan por publicar cada mes varios especiales independientes entre si con principio, nudo y desenlace. Como empresa fundada por artistas para artistas, Ninth Circle pretende ser un hogar (o quizá una casa encantada) para todos los artistas; un centro creativo donde escritores y artistas consagrados y prometedores puedan poner a prueba su imaginación para ofrecer al público relatos nuevos, emocionantes y terroríficos.

Blood train es un buen comic que me ha recordado sobre todo a Train to Busan en la parte de tener un monstruo en un espacio cerrado como es un tren lleno de pasajeros que son víctimas propiciatorias. Adam Glass escribe el guión a partir de una historia suya y de Andrew Dabb, y presenta a un grupo de 5 amigos viajando por el mundo en tren, que en la última etapa de su viaje en el Transiberiano se verán envueltos en una pesadilla. La historia da los detalles justos para que empaticemos con los protagonistas, sobre todo las jóvenes Amy y Kara. Los otros tres jóvenes, Stevie, Diego y Ryan, el alocado hermano de Kara, tienen menos protagonismo pero también tienen su momento a lo largo de la historia.

Blood train me parece una historia modélica que todo lo hace bien. En la caracterización, el ritmo, las sorpresas y sobre todo, los momentos gores cuando el virus eclosione y comience el infierno entre los viajeros. Dado que tenemos siempre el punto de vista de los jóvenes, tiene sentido que no sepamos el motivo detrás de que alguien quiera que ese virus terrible se extienda en el tren, o que los soldados rusos sepan del mismo y lleguen al tren para acabar con el virus y con todo el que entre en contacto con él. Esos detalles y otros como que el silbido del tren afecte al monstruo no se sabe por qué, sumado la sorpresa final que es impactante pero un poco tramposo, hace que la historia esté bien pero no sea una pasada.

En la parte del dibujo me pasa un poco lo mismo. Creo que Bernard Chang es un buen dibujante que hace un trabajo estupendo con el diseño de los personajes, consiguiendo que sean reconocibles en todo momento. Además la creación del monstruo de aspecto impactante y peligroso me parece también un acierto. Chang dibuja y colorea el comic, ayudado en el color por Nelson Zorzetto y Ace Dibbs. Y creo que es un buen comic bien dibujado, pero al mismo tiempo igual los momentos gores hubieran podido ser mucho más impactantes y sangrientos, algo en lo que el color no ayuda a vender el terror y el salvajismo.

Quizá por ponerle un pero, este one-shot casi parece un storyboard para poder vender la historia para Hollywood. De hecho, pensar que el principal inversor de Ninth Circle es un productor de Hollywood sin duda muestra la clave para la creación de este sello. Y que quede claro que todo lo que signifique que los autores cobren más y tengan más ingresos me parece genial. Pero al mismo tiempo, creo que el comic podría haber sido mucho más over-the-top de lo que es si no hubieran querido mantenerlo en un tono ¿realista? ¿barato? de cara a la adaptación cinematográfica. Dentro de tener un virus que convierte a jóvenes en maquinas de matar casi inmortales.

De hecho, tras leer los dos one-shots publicados por Ninth Circle, me sabe mal tener que decir que producir comics «correctos» en realidad no es suficiente para que esta editorial pueda tener un futuro viable en el mundo del cómic. En ese sentido, el propio concepto de one-shot provoca que la historia sea correcta pero su duración sea demasiado justa, no habiendo espacio para desarrollar realmente nada. Para ser una historia tipo Train to Busan, los momentos gores son demasiado cortos para lo que se esperaría en un comic de este tipo. En todo caso, con vender un par de comics a Hollywood seguro que la editorial habrá cumplido su objetivo, económicamente hablando. Y me sabe mal que siendo un buen comic, siento que este Blood train podría haber estado mucho mejor.

Comparto las primeras páginas del comic:

Blood train podía haber resultado mucho más divertido de los que lo ha sido debido a un dibujo con el que no he conectado y creo que no era del todo adecuado.

PUNTUACIÓN: 6.5/10

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