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Crítica de Severance temporada 2 (Apple TV)

Severance fue una de las grandes sorpresas televisivas de 2022. Y aunque esta segunda temporada se ha hecho de rogar, la espera ha merecido la pena.

PUNTUACIÓN: 9/10

Mark Scout (Adam Scott) dirige un equipo en Lumon Industries, cuyos empleados se han sometido a un procedimiento quirúrgico que separa sus recuerdos entre su ámbito laboral y su vida personal. Este atrevido experimento de «equilibrio entre el trabajo y la vida personal» se pone en tela de juicio cuando Mark se encuentra en el centro de un misterio que lo obligará a confrontar la verdadera naturaleza de su trabajo… y de sí mismo. (FILMAFFINITY)

Tras los sucesos del final de la primera temporada en la que tres miembros del equipo de Refinado de Datos escaparon al mundo «outie», Mark se despierta aterrorizado en la planta de trabajo y descubre que la sala de bienestar de la Sra. Casey ha sido desmantelada y que todo su equipo ha sido sustituido. Milchick, que ahora dirige la planta y presenta a Mark a la nueva subdirectora, la Srta. Huang -una niña-, y afirma que han pasado cinco meses desde el «Levantamiento Macrodata».

Severance ha sido creada por Dan Erickson, en el que es su primer gran trabajo profesional. Erickson escribió el piloto de la serie, y lo movió durante cierto tiempo entre varias productoras, llegando a temer que pasara a formar parte de la Blood List televisiva, el equivalente en ciencia-ficción y terror de la Black List, aquellos guiones que gustan a todo el mundo pero nunca llegan a ser producidos. La suerte cambió cuando Erickson lo presentó a Red Hour Productions, la productora de Ben Stiller, que lo leyó y apostó por el extraño concepto de Erickson.

Y aunque el nombre de Ben Stiller está asociado al género de la comedia, sobre todo en su faceta de actor, como director la cosa cambia, mostrando a un creativo ecléctico que aparte de crear películas para destacar su vena cómica, también busca probar cosas diferentes. En cine ha dirigido las comedias The Cable Guy (1996), Zoolander 1 y 2 (2001 y 2008) y Tropic Thunder (2008), pero también la historia romántica Reality bites (1994) y, sobre todo, La vida secreta de Walter Mitty (2013), mientras que en televisión dirigió el drama carcelario Escape at Dannemora (2018).

Stiller dirige 5 de los 10 episodios que componen esta segunda temporada. El resto de episodios han sido dirigidos por Sam Donovan (2 episodios), Uta Briesewitz (2) y la directora de fotografía de la serie Jessica Lee Gagné (1). El creador y showrunner Dan Erickson escribe 4 de los 10 episodios, siendo el resto de guionistas Mohamad El Masri, Wei-Ning Yu, Anna Ouyang Moench, Megan Ritchie, Erin Wagoner, Mark Friedman, Adam Countee y K. C. Perry.

En el reparto volvemos a encontrarnos a los cuatro miembros del misterioso departamento de Refinado de Datos (Macrodata Refinement) de Industrias Lumon: Adam Scott interpreta a Mark Scout, un trabajador que entró en el programa como forma de lidiar con el duelo por la muerte de su esposa Gemma. Britt Lower es Helly Riggs, una nueva empleada que entra a formar parte del departamento para cubrir la vacante creada y que no se toma bien el concepto de Severance, Zach Cherry es Dylan George, compañero de trabajo de Mark obsesionado con las promesas de premios e incentivos que la empresa ofrece a los mejores trabajadores, mientras que John Turturro es Irving Bailiff, compañero de Mark y Dylan y un firme defensor de la política de la empresa.

Los jefes de Lumon con Seth Milchick (Tramell Tillman), el supervisor de la planta donde se encuentra Refinado de Datos, y Harmony Cobel (Patricia Arquette), la dura jefa de Mark y de todo el departamento, mientras que Dichen Lachman es la Sra. Casey, la consejera de bienestar de la empresa. Además, Christopher Walken interpreta a Burt Goodman, el jefe de la división de Óptica y Diseño de Lumon. En la segunda temporada conoceremos a Sarah Bock como Eustice Huang, la nueva supervisora que es apenas una niña, otro de los muchos detalles freaks de la serie.

Fuera de Lumon tenemos a Jen Tullock interpretando a Devon Hale, la hermana embarazada de Mark, mientras que Michael Chernus interpreta a Ricken Hale, el marido de Devon que es autor de un libro de autoayuda que acaba de publicar. Karen Aldridge como Asal Reghabi, una antigua cirujana de Lumon que realiza reintegraciones. Michael Siberry como Jame Eagan, el actual director ejecutivo de Lumon, Darri Ólafsson como el Sr. Drummond, un intimidante ejecutor de Lumon que se ocupa de las operaciones de despido, Merritt Wever como Gretchen George, la esposa de Dylan en el mundo real, Robby Benson como el Dr. Mauer, un médico de la planta de pruebas de Lumon y Gwendoline Christie como Lorne, completan el reparto de esta segunda temporada.

La segunda temporada de Severance tenía las expectativas en lo más alto, y me alegra poder decir que el visionado ha estado a la altura. Voy a intentar hacer esta reseña libre de spoilers en la medida de lo posible, pero si no has visto la primera temporada, probablemente todo lo que vaya a decir es un spoiler. Por este motivo te recomiendo que NO leas esta reseña hasta no haber visto la primera temporada de Severance, porque merece la pena descubrir las sorpresas al ritmo que Dan Erickson quiere. Creo que me lo agradecerás.

Severance es una historia compleja que coge muchos elementos de diversos tipos de ciencia ficción para hacer una crítica alucinante al mundo de las grandes empresas que no quieren personas trabajadoras sino clones o miembros de una secta que se adhieran a todos los principios de la empresa sin capacidad crítica. La frialdad del mundo corporativo actual que se llena la boca de palabras como «familia» para describir a sus trabajadores cuando quiere drones me parece una pasada. También hay mucha filosofía en la serie, por ejemplo la caverna de Platón es un referente clarísimo, con unos innies cuya realidad entera se condensa en las cuatro paredes de Lumon, no conociendo otra realidad que esa.

El foco de esta segunda temporada es resaltar que los innies, los trabajadores de Lumon son también personas que tienen sus propios intereses y deseos, que pueden ser opuestos a los de sus contrapartidas «outies» que viven en el mundo real. Y aunque su vida está condensada en las oficinas de Lumon, ellos quieren ser felices igual que sus contrapartidas outies. Y merecen poder serlo. La conversación de los dos Marks del último episodio me parece uno de los ejercicios televisivos más brillantes del año, como también lo es la carta que el Dylan outie le escribe a su innie en la que le dice que no puede dimitir de su trabajo. El análisis que hace la serie de los cuatro protagonistas me parece brillante.

El «problema» de hacer una reseña general de toda una temporada es que no puedes destacar como se merecen todos los momentazos y sorpresas que hemos conocido a lo largo de la serie, que son demasiados como para condensarlos en este artículo. Siguiendo con mi intención de hacer la reseña lo más libre de spoilers posible, me flipa la forma en que empieza la temporada y que me recuerda al recurso del «narrador mentiroso», al despertarse Mark en Lumon y sólo conoce lo que pasó tras el final de la temporada anterior porque su jefe le cuenta lo que le interesa contarle, que obviamente no tiene que ser verdad.

La serie comenzó porque Mark aceptó someterse al tratamiento Severance que le desdobló en dos como forma de lidiar con el trauma por la muerte de su mujer Gemma. Los giros alucinantes que tuvo la serie al final de la primera temporada en relación a esto es el hilo conductor de una gran parte de la serie, y lo que ha motivado el aumento de la tensión a medida que avanza la serie. Mark fue el gran protagonista de la primera temporada y el único innie al que conocimos fuera de Lumon hasta que llegó el brillante final de la temporada anterior. Con los sorpresones alucinantes que no voy a develar. En esta segunda temporada me ha gustado muchísimo todo lo relativo a Helly, y cómo los intereses de su outie no están alineados con los suyos. La relación de Helly y Marc me parece increíble, con montones de momentos emocionantes. Las revelaciones que iremos conociendo acaban destacando la idea que los innies son también personas, y no puedes desconectarles como si nada, porque estarás de facto matándolos. Y comentaba que los intereses de la Helly Innie no están alineados con los de su outie, pero en realidad la mujer del mundo real también quiere alguien que la ame, cosa que no ha encontrado nunca en la figura de su padre. Las historias de Dylan e Irving Bailiff (John Turturro) me parece que están muy bien también, mostrando de alguna manera que el mundo real en un mundo triste en el que los finales felices no parecen posibles.

Otra de las cosas que más me han gustado de Severance es la forma en la que han roto las expectativas y la narración con unos giros increíbles. Por ejemplo, el episodio en el que los 4 protagonistas salen al mundo real para hacer un ejercicio de «hermanamiento» mientras conocer la historia de la empresa, me parece alucinante. Como también lo es el episodio 7 en el que conoceremos el pasado de Mark y Gemma antes del accidente, o el episodio 8 centrado en Ms. Cobel (Patricia Arquette) en el que conoceremos detalles clave que afectan a la creación de Cobel. La historia es tan compleja y tiene tantas aristas que me parece una pasada.

La idea de empresa-secta de Lumon es algo que no se limita a los innies, porque la forma en que tratan los jefes al Sr. Milchick, por ejemplo quejándose porque usa palabras muy largas o porque no pone bien los clips de los informes, refleja la idea que secta que no quiere personas sino drones que hagan todo lo que les piden los jefes sin objeciones. Hay una parte de racismo que queda implícito que creo que es el detonante psicológico que hace que veamos que Milchick es también una víctima de un sistema corrupto. La parte de Eustice Huang, una niña a la que están formando para ser supervisora, refleja la parte más inhumana de las grandes empresas, mientras te vende la mentira de la «familia». Hay tanto elementos interesantes en Severance que me sabe mal dejármelos sin mencionar.

El descubrimiento de que hay otras plantas dentro de Lumon donde la empresa lleva a cabo otros experimentos con otros conejillos de indias, o la forma en que el trabajo de Refinado de Datos en realidad afecta a esos otros departamentos, son otras de las sorpresas de una historia que en realidad ha dejado muchas cuestiones todavía abiertas. En ese sentido, el final de la temporada me parece otro emocionante ejercicio narrativo que resalta que los intereses de los innies y los outies no tienen por qué estar alineados. La idea de final con reminiscencias a Butch Cassidy and the Sundance Kid de Robert Redford y Paul Newman me parece uno de los finales más acojonantes que veré este año. Un final que además deja todo completamente abierto de cara a la tercera temporada. Una temporada que tras las revelaciones que hemos conocido, ya no podrá ser igual para los innies.

No quiero terminar sin destacar la brillantez del diseño de producción de la serie, la perfecta fotografía que resalta la deshumanización y la frialdad del mundo de los innies, y una música que hace que el conjunto sea sobresaliente. Y aunque la narración y en general el mundo de Lumon es frío, las interpretaciones de todos los actores son lo que elevan el conjunto. Adam Scott como Mark sigue siendo el protagonista y sobre el que recae gran parte del peso dramático, pero Britt Lower como Helly me parece que está fantástica también su doble vertiente innie-outie. Y lo mismo para el resto de actores.

Severance ha conseguido darnos una segunda temporada a la altura de la primera. De lo mejor que podemos ver en televisión ahora mismo.

Comparto el trailer de esta segunda temporada:

Severance es una gran serie. Espero que la tercera no se demore tanto y la podamos ver el año que viene.

PUNTUACIÓN: 9/10

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Crítica de Severance temporada 1 (Apple TV)

Mi mujer me comentó si nos suscribiamos un mes a Apple TV porque había un par de series que le apetecía ver. Y me ha venido genial, porque he aprovechado la suscripción para ver la serie de la temporada, Severance, una historia absorbente a caballo entre la ciencia ficción y la crítica social, todo ello decorado con elementos filosóficos que te volarán la cabeza.

PUNTUACIÓN: 8,5/10

Mark Scout (Adam Scott) dirige un equipo en Lumon Industries, cuyos empleados se han sometido a un procedimiento quirúrgico que separa sus recuerdos entre su ámbito laboral y su vida personal. Este atrevido experimento de «equilibrio entre el trabajo y la vida personal» se pone en tela de juicio cuando Mark se encuentra en el centro de un misterio que lo obligará a confrontar la verdadera naturaleza de su trabajo… y de sí mismo. (FILMAFFINITY)

Severance ha sido creada por Dan Erickson, en el que es su primer gran trabajo profesional. Erickson escribió el piloto de la serie, y lo movió durante cierto tiempo entre varias productoras, llegando a temer que pasara a formar parte de la Blood List televisiva, el equivalente en ciencia-ficción y terror de la Black List, aquellos guiones que gustan a todo el mundo pero nunca llegan a ser producidos. La suerte cambió cuando Erickson lo presentó a Red Hour Productions, la productora de Ben Stiller, que lo leyó y apostó por el extraño concepto de Erickson.

Y aunque el nombre de Ben Stiller está asociado al género de la comedia, sobre todo en su faceta de actor, como director la cosa cambia, mostrando a un creativo ecléctico que aparte de crear películas para destacar su vena cómica, también busca probar cosas diferentes. En cine ha dirigido las comedias The Cable Guy (1996), Zoolander 1 y 2 (2001 y 2008) y Tropic Thunder (2008), pero también la historia romántica Reality bites (1994) y, sobre todo, La vida secreta de Walter Mitty (2013), mientras que en televisión dirigió el drama carcelario Escape at Dannemora (2018).

Stiller dirige 6 de los nueve episodios además de realizar funciones de productor ejecutivo. Los otros tres episodios han sido dirigidos por Aoife McArdle. El creador Dan Erickson escribe los guiones de los dos primeros episodios y del último, mientras que los otros seis episodios han estado escritos por Andrew Colville, Kari Drake, Anna Ouyang Moench , Amanda Overton, Helen Leigh y Chris Black. Es interesante leer entrevistas a Erickson y comprobar cómo aunque muchos elementos, y sobre todo la base de la serie, los tenía claros desde que escribió el piloto de la serie, otros muchos elementos han evolucionado o se han creado directamente a partir de las conversaciones en la sala de escritores, empezando por algunas de las principales sorpresas que conoceremos al final de la temporada.en relación a las historias de los compañeros de Mark en el mundo real fuera de Lumon.

Severance tiene su foco en el departamento de Refinado de Datos (Macrodata Refinement) de Industrias Lumon, en el que trabajan cuatro personas: Adam Scott interpreta a Mark Scout, un trabajador que entró en el programa como forma de lidiar con el duelo por la muerte de su esposa Gemma. Al comenzar la serie, descubre que ha sido ascendido al puesto de responsable por la baja del Petey, el anterior responsable. Britt Lower es Helly Riggs, una nueva empleada que entra a formar parte del departamento para cubrir la vacante creada y que no se toma bien el concepto de Severance, intentando saber por qué está ahí, qué trabajo desempeñan y el significado del mismo. Zach Cherry es Dylan George, compañero de trabajo de Mark obsesionado con las promesas de premios e incentivos que la empresa ofrece a los mejores trabajadores, mientras que John Turturro es Irving Bailiff, compañero de Mark y Dylan y un firme defensor de la política de la empresa.

Dentro de Lumon conoceremos a Seth Milchick (Tramell Tillman), el supervisor de la planta de Lumon donde se encuentra Refinado de Datos. Patricia Arquette interprteta a Harmony Cobel, la dura jefa de Mark y de todo el departamento, mientras que Dichen Lachman es la Sra. Casey, la consejera de bienestar de la empresa. Además, Christopher Walken interpreta a Burt Goodman, el jefe de la división de Óptica y Diseño de Lumon, que busca entablar amistad con Refinado de Datos aunque la empresa incentiva la separación de los distintos departamentos.

Fuera de Lumon tenemos a Jen Tullock interpretando a Devon Hale, la hermana embarazada de Mark, mientras que Michael Chernus chace de Ricken Hale, el marido de Devon que es autor de un libro de autoayuda que acaba de publicar. La sorpresa la encontramos con Yul Vázquez, que interpreta a Peter «Petey» Kilmer, el ex trabajador de Lumon y mejor amigo de Mark que fue despedido (o abandonó la empresa) en circunstancias misteriosas.

Empezando al revés de lo que suelo hacer al escribir mis reseñas, el principal problema de Severance es lo extraño de su premisa y lo pausado de su desarrollo, que puede volar la cabeza a espectadores no aficionados a la ciencia ficción, al empezar en mitad de la acción con poco o ningún contexto de lo que sucede dentro de Lumon. El ritmo pausado de la serie en el que la información y sobre todo la falta de ella nos llega en dosis muy pequeñas puede provocar que más de un espectador abandone la serie . Y al ejemplo de mi mujer me remito. Esto me indica que Severance NO es una serie para todos los espectadores, lo cual no implica una connotación negativa ni para la serie ni por supuesto para los espectadores a lo que este tipo de serie no les llame. Porque realmente, tiene que haber contenidos de todo tipo porque igual de variados son los espectadores.

Pero si aguantas los dos primeros episodios y permites que la serie te introduzca por la madriguera de conejo para conocer el mundo laboral de Lumon al mismo tiempo que los protagonistas, la experiencia va a ser bestial. Empezando por un mundo laboral tan distinto y, a la vez, tan similar a lo que existe en el mundo real, con empresas como Starbucks afirmando «Do we make coffee? Or do we make a better world?», o unos manuales de empresas que supuestamente tratan a sus empleados como “familia” cuando lo que en realidad buscan son drones sin pensamiento crítico que quieren que hagan lo que se les pida y que acaban siendo individuos más cercanos a una secta.

En la premisa de Severance pueden encontrarse reminiscencias a Brazil (Terry Gillian) o a Being John Malkovich (Spike Jonze). Incluso la idea central de Matrix (Hermanas Wachowski) de una humanidad atrapada en una realidad virtual en la que las máquinas explotan a la raza humana puede entenderse que comparte una clara conexión con la idea de una empresa que divide la mente de sus empleados para que las 8 horas de su jornada laboral sean más productivos, al centrarse al 100% en el desempeño profesional olvidándose de los problemas o relaciones del mundo real.

Dan Erickson comenta además que se considera hijo de la ciencia ficción especulativa de los últimos años que se cuestiona la realidad actual, citando además de las obras ya mencionadas El Show de Truman, Dark City o Black Mirror. Incluso clásicos como American Beauty con su idea de estar atrapados en un mundo que impone normas y convenciones sociales de la que el protagonista busca escapar, o la serie Office Space, que aunque no tiene un elemento de ciencia ficción si trata de estar atrapado en un sistema grotesco del que, de nuevo, los protagonistas quieren escapar, son citadas por Erickson como influencia clara en su trabajo. Y junto a todo lo anterior, encontramos conceptos filosóficos de Platón, Descartes o Kant, obras de teatro como Esperando a Godot, de Samuel Beckett o Cat´s Craddle de Kurt Vonnegut. Como véis, mucha tela que cortar hay aquí.

Todos los que trabajamos sabemos que no somos la misma persona cuando estamos en casa con la familia o con amigos, y cuando trabajamos. Cada empresa tiene unas normas que exigen a los empleados comportarse de una determinada manera, empezando por la ropa que se puede llevar al trabajo. Es por esto que la premisa central de personas que separan ambas facetas de sus vidas hasta el punto de convertirse en dos entidades autónomas (compartiendo eso si cuerpo) es algo que entiendo que todos igual hemos pensado alguna vez. Otro elemento interesante es conocer los motivos que llevan a alguien «normal» a querer que le hagan una operación quirúrgica para permitirlo. En Severance, en esta temporada seguimos los pasos de Mark y es al único que conoceremos en ambas facetas de su vida. Y aunque el duelo por la muerte de su mujer explica esta decisión, tenemos a tres personas más que son un papel en blanco sobre los que no conocemos nada aparte de su desempeño dentro de Lumon. Tres personas que obviamente son tres misterios que habrá que desentrañar a lo largo de esta serie, entiendo que en las próximas temporadas.

La parte filosófica de la Caverna de Platón está muy clara en Severance, ya que los «innies», término como se conoce a los trabajadores de Lumon frente a los «outies» que viven fuera, sólo conocen el mundo por lo que saben de su trabajo, que obviamente no es el mundo real en su totalidad. La fidelidad de Irving a las normas establecidas con una fe rayando la secta es buena prueba de los problemas de aceptar una parte pequeña del mundo como si fuera la totalidad, con todo lo que supone de cosas que uno se está perdiendo sin ni siquiera saberlo. Algo que vemos en muchos aspectos de la sociedad, sobre todo americana pero no sólo, con grupos amplios de gente que no quieren escuchar nada que ponga en cuestión aspectos de sus creencias o valores aunque sean fácticamente falsas.

El «pienso luego existo» de Descartes en el siglo XXI parece haberse transformado en un «consumo, luego existo» debido a la obsesión consumista de la sociedad occidental. Y en el mundo laboral, podría decirse que para las empresas y sobre todo las grandes corporaciones, la clave se traslada a «trabajo, luego existo», intentando con métodos más o menos sutiles o directamente dictatoriales que los empleados no trabajen para vivir, sino que vivan para trabajar y empleen cada vez más parte de su vida sirviendo las necesidades de las Corporaciones. Y no al revés como se supondría en una sociedad utópica. Que una serie de entretenimiento plantee estas cuestiones de forma tan interesante me vuela la cabeza, la verdad.

La serie triunfa por la construcción de los personajes, empezando por la perfecta y minimalista interpretación de Adam Scott como Mark S., el protagonista al que debajo de la seriedad y frialdad no evita que se note la tristeza que existe en si interior. También está muy bien Britt Lower como la nueva incorporación Helly R., que simboliza la parte rebelde que todos llevamos dentro y que no aceptamos la cosas como nos dicen que son sin una buena explicación que en la serie no acaba de recibir nunca. Estos personajes tienen un complemento perfecto con sus compañeros Dylan y Irving, que representan dos facetas del trabajador tipo actual, el competitivo y el crédulo seguidor. Las interacciones entre este grupo son geniales y aunque en muchos momentos parece que no está pasando nada, si analizas lo que se está diciendo ves que todas las situaciones tienen una mayor complejidad de lo esperado, y darían para un tratado más largo de lo que puedo escribir en esta reseña.

En general, las interpretaciones me parecen todas estupendas, y me parece una pasada es tener a John Turturro, Christopher Walken o Patricia Arquette juntos en esta serie, aunque sólo Turturro y Walken compartan escenas. Porque todos los personajes dentro o fuera de Lumon aportan una faceta interesante a este crisol de personas con comportamientos muy diferentes.

Junto a la historia y las interpretaciones, hay que destacar además un brillante diseño de producción sobre todo dentro de Lumon, que destaca la frialdad y deshumanización de los centros de trabajo, con escenarios con numerosos planos simétricos con una composición perfecta. Además, las largas escenas en la que los personajes caminan por interminables pasillos con paredes blancas neutras resaltan el laberinto deshumanizador en que se ha convertido el trabajo y como los innies son unos conejillos de indias sujetos a un experimento del que no conocemos ni la metodología ni el objetivo que buscan obtener. Además, la fotografía de Jessica Lee plantea una iluminación con tonos fríos dentro de Lumon mientras que en el mundo real, vemos a Marc en su casa y su mafilia en múltiples escenarios mostrados con tonos cálidos. La música de Theodore Shapiro resalta también el elemento extraño y perturbador que subyace en toda esta situación.

No es mi intención contar más de la cuenta porque las sorpresas que se irán conociendo sobre todo a partir de la segunda mitad de la temporada son increíbles y me gustaría que llegarais a descubrirlas a vuestro ritmo. Lo interesante es que aunque el misterio sobre las intenciones de Lumon está siempre presente, realmente Severance triunfa gracias a la conexión que hacemos con los protagonistas, que consiguen ser importantes para nosotros. En todo caso, sí destacar que el noveno episodio que cierra esta primera temporada hace un ejercicio antológico de la tensión, las revelaciones y in cliffhnager de los seguiremos hablando durante mucho tiempo. Dado que Apple TV ha confirmado la segunda temporada, espero que se pongan pronto y podemos conocer cómo continúa la historia al comienzo de 2023.

Tengo que reconocer que los dos primeros episodios fueron un WTF? total debido al concepto general de la serie y la lentitud del desarrollo. Pero una vez me cogí cada episodio fue a más y el final me ha volado la cabeza. Pero incluso mejor que todo esto son todas las ideas que esta serie me ha provocado y como aún hoy sigo dándole vueltas a los diferentes elementos que la serie ha planteado de forma sutil y elegante. Aparte del aspecto de entretenimiento que es lo mínimo que le pido a un producto de ocio, me parece una pasada lo inteligente que es todo. Y aunque no me da la vida, se que si volviera a verla, captaría un montón de cosas que me pasaron desapercibidas debido a la falta de contexto y que ahora añadirían una nueva capa que mejoraría aún más la experiencia de Severance.

Comparto el trailer de Severance:

Queda todavía mucho año y espero disfrutar de muchas series que me encanten en los 7 meses y medio restantes. Pero todo apunta a que Severance va a acabar siendo una de las series más importantes de 2022. Te la recomiendo.

PUNTUACIÓN: 8/10

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