Crítica de Ascensión de Potencias de X 2 de Kieron Gillen y R.B. Silva (Marvel Comics – Panini)

Segundo número de Ascensión de Potencia de X de Kieron Gillen, R.B. Silva y David Curiel, y seguimos con la trama fuera del tiempo protagonizada por Charles Xavier y sus aliados.

PUNTACIÓN: 7/10

La última esperanza para los mutantes se encuentra fuera del espacio y del tiempo. Flotando entre dimensiones, escondiéndose de un Dominio que quieren destruirlos, ¿Sobrevivirán Xavier y los suyos? Y cuando conozcamos su plan, ¿querremos que lo hagan?

En la Caída de la Casa de X, los mutantes se enfrentan a una doble amenaza. Por un lado los humanos de Orchis y en paralelo las Inteligencias Artificiales de Nimrod y la Centinela Omega que en realidad quieren destruir a mutantes y humanos y quedarse con todo, algo que vimos intentar evitar al comienzo de todo en las Potencias de X originales de Jonathan Hickman. Pero Kieron Gillen añadió una tercera amenaza en Inmortal X-Men que está en el centro de esta miniserie. Mister Siniestro y los otros clones de Nathaniel Essex se hicieron con el control de la habilidad de Moira MacTaggert de reiniciar la realidad y está destinado a crear ENIGMA, una I.A. super poderosa que si se activa, lo destruirá todo. Charles Xavier y sus aliados Cifra, Rasputín IV y Rachel Summers intentarán evitarlo desde su base de operaciones fuera del tiempo del Lugar Nulo. Para ello van a usar a Madre Justa, que no tengo quien es pero diría que es una de los clones de Nathaniel Essex.

La historia de Gillen es un galimatías que cuesta seguir, al acompañarla de viñetas que provienen de momentos del futuro que puede que sucedan o no, y otros del pasado contados desde otra perspectiva. Además, en el primer número nos contaba que el plan último de Xavier si todo lo demás fallaba era matar a Moira Mactaggert en su infancia antes de que se activaran sus poderes, como única forma de evitar que Siniestro se haga con esos poderes y cree a Enigma. Sin embargo, eso no llega a pasar en esta grapa, lo que es un pequeño bajón, sobre todo si pensamos que el gran giro de Moira sucedió en el segundo número de Potencias de X. No, la historia va a otro ritmo, y Gillen la llena de detalles de difícil comprensión, como que Cifra ¿sea también un clon de Nathaniel Essex? (Esto puede entenderse si pensamos que viene del futuro, o tal vez lo contaron en Inmortal X-Men, no tengo ni idea). Qué es la Sala Blanca es también otra gran duda y genera una escena que no acabo de entender tampoco. Lo cual hace que en conjunto me resulta muy difícil conectar con este comic aún cuando le reconozco a Gillen una intención que espero de una recompensa a la altura al final de la miniserie. Por cierto, el final del comic protagonizado por Moira me da esperanza en que Gillen arreglará uno de los grandes problemas de la Era de Krakoa, convertir a Moira en villana en Inferno, la miniserie que marcó el final de Jonathan Hickman en la franquicia. Pero eso será si Charles Xavier no la mata antes en el pasado, algo que sucederá el próximo número.

Si ayer comentaba sobre Caída de Dinastía de X que no conecto con el dibujo de Lucas Werneck, tengo que decir que la sensación es toda la contraria viendo las páginas de R.B. Silva. Silva estuvo aquí al comienzo de todo dibujando Potencias de X de Jonathan Hickman, y es una pasada verle dibujar este comic. La historia de Gillen es muy complicada, pero Silva consigue, junto al colorista David Curiel, que todo luzca super espectacular, a pesar que la mayoría del tiempo tenemos a personas hablando y vemos retazos de momentos de otros momentos temporales que no acaban de tener sentido. Y cuando nos muestra a Rasputin IV en acción, un personaje que de nuevo nos recuerda el comienzo de todo, la escena de acción es super espectacular. Si el dibujo debe provocar que tengas ganas de leer el comic, Silva lo consigue con nota.

Quiero leer cómo termina la Era de Krakoa, así que voy a comprar esta miniserie hasta el final. Espero que Gillen consiga darle un sentido a todo, aunque las cosas se están complicando no se si demasiado. Veremos.

Comparto las primeras páginas del comic:

Kieron Gillen está contando una historia sumamente enrevesada por la corriente temporal. Igual demasiado. Por suerte, el dibujo de R.B. Silva consigue que todo luzca espectacular. A ver qué nos cuentan el próximo mes.

PUNTUACIÓN: 7/10

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