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Crítica de Toxic Detective de Claudio Cerdán y Sergio Carrera

Hoy llega a las librerías una de las sorpresas comiqueras de la temporada. Toxic Detective de Claudio Cerdán y Sergio Carrera es una increíble novela gráfica de 64 páginas en blanco y negro que puede mirarle de tú a tú a los grandes del género negro americano en el mundo del comic.

PUNTUACIÓN: 8,5/10

Ray padece Sensibilidad Química Múltiple (SQM). Necesita estar en un entorno controlado libre de sustancias químicas. Cualquier tóxico, desde el lacado de los muebles hasta el perfume del jabón le enferma y fatiga. Por ello lleva varios años sin salir de casa y su único contacto humano son las videollamadas que realiza con Sweet. Se podría decir que son pareja. Pero cuando Sweet desaparece sin dejar rastro Ray decide salir a la calle para averiguar qué ha pasado. En una ciudad contaminada y hostil, Ray luchará por mantenerse con vida mientras investiga una desaparición en la que parece estar implicada la propia policía. TOXIC DETECTIVE cuenta con los guiones del premiado autor de género negro Claudio Cerdán (Los señores del humo, Cien años de perdón) y el arte de Sergio Carrera (Image, DC Comics, Boom Studios), que fusionan lo mejor del cómic europeo y la historieta argentina.

Claudio Cerdán es un conocido autor de novela negra español. Sus libros más destacados son “Cien años de perdón” o “La última palabra de Juan Elías”, continuación de la serie de Telecinco “Sé quién eres”. Su obra ha recibido numerosos galardones, entre los que destacan el Premio Novelpol a la Mejor Novela Negra de 2012 y el I Premio de Novela Ciudad de Santa Cruz. Sus libros se han publicado en diez países. Su última obra se titula “Los señores del humo” (Ediciones B, 2019) y ha ganado el Premio Negra y Mortal a la mejor novela negra del año. El País y El Mundo han incluido varios de sus libros entre lo más destacado del panorama negrocriminal.

Sergio Carrera es un ilustrador argentino que ha trabajado para las editoriales estadounidenses Image Cómics, Boom Studios, IDW Publishing, Chapterhouse y DC Comics. Decidido a contar historias más personales, creó Buenos Aires Eterna, un cómic online que se pudo leer en Iphone con éxito mundial donde fue el autor completo y que en la actualidad triunfa en el portal Webtoons. Además colaboró en varios números de la revista VIVA del periódico Clarín e incursionó en el arte de discos de músicos argentinos tales como Zolvein Vixon, Psycho Side y el británico Anthony Mullen. En la actualidad trabaja para el mercado francés.

Hay muchas cosas que me llaman la atención del proyecto, antes incluso de empezar a leer la novela gráfica. En primer lugar, si esta novela gráfica es una realidad es gracias a un crowfunding con el que los autores financiaron el proyecto, consiguiendo que el resultado final sea 100% el que ellos querían. El segundo detalle es la espectacular edición “oversize” de 30x23cm, que unido a su tapa dura ayudan a que el producto tenga un empaque muy superior a otros tomos de medida normal de Marvel, DC o Image. Aparte de para destacar la calidad del dibujo de Carrera, sobre lo que luego comentaré, me parece que la decisión de aumentar el tamaño ayuda sin duda a resaltar el elemento especial que tiene esta novela gráfica.

Conocí a Claudio Cerdán de forma totalmente casual en Twitter. Que en medio de la sobrecarga de contenidos que tenemos a nuestra disposición, se puedan conocer unas novelas estupendas casi a “puerta fría” sin casi saber nada de ellas o de su autor y que te sorprendan y te flipen, es casi un milagro. Entré en el mundo de Cerdán gracias a su relato corto Disparo de Advertencia, lo que me llevó a Un mundo peor, y me pareció unas notables muestras de género negro ambientado en España (más concretamente en Alicante) que me funcionaron como un tiro. Si no tuviera una pila de novelas pendientes de lectura enorme, sin duda ya me habría leído más novelas suyas. Cuando descubrí que Cerdán estaba preparando una novela gráfica de género negro con toques de superhéroes, tenía claro que iba a comprar esta novela gráfica y que quería ver qué nos había preparado. Reconozco que no conocía al artista argentino Sergio Carrera, pero teniendo en cuenta que me gusta apoyar mis opiniones con mi cartera, puedo afirmar que no va a ser lo último suyo que entre en mi comiteca.

Que David Galán Galindo escriba el prólogo me parece, además de un detalle muy chulo por su parte, casi la guinda del pastel. Orígenes Secretos fue para mi un descubrimiento maravilloso, teniendo en cuenta que como tantos otros fans de los comics, he tenido que aguantar siendo chaval las guasas de mis conocidos por mi afición comiquera, y ya de adulto a “artistas” que nos miran por encima del hombro como si ellos o su obra fueran más inteligentes que sus consumidores (no lo son). Si, os miro a vosotros, los James Mangold o Todd Phillips del mundo. Por contra, tanto la novela y la película de Orígenes Secretos se notaba que estaban hechas por un fan y que, incluso en la broma o la crítica al fandom, eran momentos escritos desde la verdad porque ¡Galán se estaba criticando a sí mismo!! En ningún momento se veía ninguna superioridad sino a un fan escribiendo sobre lo que ama y el mundo “real” en el que vivimos los fans, mirando a los lectores de tu a tu. Esta verdad con ADN español es precisamente lo que encuentro en Toxic Detective. Cerdán es un estupendo escritor de género negro, eso no es noticia, pero le descubro también como un gran conocedor del género superheroico, y me parece un acierto total la forma en que combina ambas sensibilidades y juega con los tópicos de ambos géneros.

Y ya entramos en Toxic Detective. Porque está genial el crowfunding, la estupenda edición en tapa dura, la introducción de Galán Galindo, la recomendación de Mark Waid o que las novelas de Cerdán me gusten. Pero como se suele decir sobre el mundo del cine “eres tan bueno como la recaudación de tu última película”. Si el envoltorio es muy bonito pero el contenido falla, todo lo anterior carecería de importancia. Y me alegra poder decir que Toxic Detective me parece un triunfo total, y una de las grandes sorpresas comiqueras del año.

Empezando por la historia de Cerdán, estamos ante lo que sería una historia de origen del héroe a priori super evidente y previsible. Y como el título sugiere, que un detective busque desentrañar el misterio de una desaparición no puede ser más típico dentro del noir. Sin embargo, la narración consigue desde el primer momento sacarnos de nuestra zona de confort superheroica al meterla de lleno en el género negro. Y al mismo tiempo, que Reick sea un protagonista enfermo de una enfermedad rara, la Sensibilidad Química Múltiple (SQM), le convierte más en una víctima en potencia que en un Steven Seagal buscando justicia, lo que también rompe muchos de los clichés del género. La forma en que conocemos su mundo y el patetismo de su solitaria vida, al comprobar que la única relación que tiene con el mundo exterior no es ni siquiera real, me parece diametralmente apuesto al ideal superheroico y dolorosamente realista, teniendo en cuenta cómo el COVID ha provocado que mucha gente se aisle del mundo y viva encerrado en sus casas. El propio uso del SQM, una enfermedad rara recién descubierta que para algunos ni siquiera es real, añade otro elemento que se siente contemporáneo, en este mundo en el que estamos valorando todos los días cómo el calentamiento global o los pesticidas están afectando a nuestra sociedad.

Cerdán conoce todos los clichés del género noir y además de usarlos con habilidad, sabe también aportar una personalidad que diferencia el comic de tantas y tantas películas de género que te las sabes de memoria desde el minuto uno. Sin embargo, me gusta que la ciudad sea tan peligrosa como el Bronx en una película de Charles Bronson, y reconozco que la primera salida de Ray me recordó el episodio de Daredevil de Frank Miller y David Michelinie en el que Matt se mete en el metro persiguiendo a Bullseye y se ve golpeado por una sobrecarga sensorial. Obviamente, no hay mayor halago que comparar algo con un comic de Frank Miller.

En Toxic Detective tenemos un caso de personas desaparecidas, policías corruptos y un montón de momentos en los que empiezas pensando que sabes lo que está pasando o tal vez no. Porque un elemento clásico del noir es la narración en primera persona del detective mientras hace sus pesquisas e investiga su caso. Pero ¿qué sucedería si el narrador no fuera de fiar? Hay varios momentos durante toda la historia en este sentido que añaden elementos ambiguos muy chulos, y varios giros que me han gustado. El típico momento en el que los “villanos” conocen que han matado el perro del hombre equivocado, por poner un símil de John Wick, me parece una escena estupenda que resalta una calculada ambigüedad mezclando lo real con lo inventado, y saca todo el partido a las posibilidades narrativas que el comic ofrece a sus autores.

También me gusta que aunque esta obra es ante todo una obra de entretenimiento, aprovechando el SQM se cuele una crítica a nuestra sociedad en la que los depredadores buscan aprovecharse de los más débiles escapando del control de las autoridades. O aprovechando su amparo. Donde hay alguien que sufre es más fácil encontrar a alguien que busca aprovecharse que a alguien ayudando. Este detalle también lo vi muy interesante.

Toxic Detective es una novela gráfica que en tan sólo 64 páginas con una historia completa autoconclusiva que va al grano y resulta super satisfactoria, con una última viñeta perfecta que resalta el elemento ambiguo de lo que acabamos de leer. En este sentido, obviamente este mundo deja abiertas todas las puertas, pero en caso que Toxic Detective se quedara como una obra cerrada, te va a dejar con buen sabor de boca sabiendo que lo principal ya está incluido en la novela gráfica.

Sobre el dibujo de Sergio Carrera, podría terminar rápido y decir que me parece una pasada y ya. Pero me alucina lo bien que plasma en la página no sólo lo que está pasando en la historia con una fluidez narrativa soberbia, sino además el feeling que cada escena necesita para que el momento funcione. Desde la opresión de la vida diaria de Ray confinado en el interior de su casa al comienzo de la historia, la ciudad de Nueva York como un enemigo palpable en lo que cada cosa está dañando al hiper sensible protagonista, o incluso la paranoia en un determinado momento en el que no tenemos claro si nos podemos fiar del narrador porque igual algo no funciona bien en su cabeza. Las sensaciones cambian mientras van leyendo esta novela gráfica y es todo mérito suyo.

Su estilo utiliza grandes manchas que transmiten el ambiente recargado y opresivo en el que se mueve Ray. Pero también sabe adaptarlo a cada momento, y en ese sentido quiero también destacar el momento en el que Ray visita una granja en la afueras, un espacio libre de contaminación, que es contado con unas viñetas con unas líneas muy finas y con grandes espacios blancos, transmitiendo la asepsia y liberación que siente el protagonista en ese momento. Es un detalle menor, si se quiere, pero importante para dotar a la página de lo que la historia necesita, confirmando lo bien que se ha plasmado el sentimiento perfecto en cada momento.

Toxic Detective tiene un feeling a álbum europeo más que a comic-book americano. El gran formato de la novela gráfica ayuda a que disfrutar de las páginas de Carrera en las que destacan además de la narrativa, unos decorados estupendos que nos trasladan al peor New York de los años 70 y 80, un mundo peligroso repleto de lobos. Todo el apartado artístico me parece una pasada, e incluso me parece que el hecho que Toxic Detective sea en blanco y negro ayuda a que todo tenga el feeling noir que mejor le encaja a la historia. Desde luego, no eché de menos el color en ningún momento.

Por ponerle un pero a un dibujo que me ha parecido espectacular, me ha sacado un pelín del comic ver a Rick dibujado como Christian Bale y al doctor Rurger Janssen vestido con la cara de Ed Harris, algo que de alguna manera da indicios de por donde pueden ir los tiros. Esto obviamente es un pero pequeñito, además que si Marvel Comics lo hizo en The Ultimates para conseguir fichar años más tarde a Samuel L. Jackson para el papel de Nick Fury en Vengadores, ¿quien soy yo para decirles a Cerdán y Carrera que no sueñen con lo que podría llegar a ser?

Toxic Detective está desde hoy en las librerías. Me ha gustado mucho esta novela gráfica y sin duda te la recomiendo. En caso que tu librero habitual no la haya pedido, puedes también comprarla en la web de Claudio Cerdán. Hasta ahora, cuando pensábamos en noir y superhéroes, era obligado pensar en Brian Michael Bendis, Greg Rucka, Michael Lark, Ed Brubaker o Sean Phillips, entre otros. A este listado de nombres ilustres del comic americanos se puede añadir por méritos propios a Claudio Cerdán y a Sergio Carrera. ¡Qué guay que un comic editado en España me haya dejado tan buen sabor de boca!

Toxic Detective me ha gustado mucho, te la recomiendo completamente. No lo dudes y dale una oportunidad . Te va a gustar.

PUNTUACIÓN: 8,5/10

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Crítica de Disparo de advertencia y Un mundo peor de Claudio Cerdán

He descubierto por esas casualidades tuiteras al escritor de género negro Claudio Cerdán, y hoy quiero recomendar las dos obras suyas que acabo de leer: la historia corta Disparo de advertencia y la novela Un mundo peor.

PUNTUACIÓN: 7.5/10

Disparo de advertencia

El robo a un narcotraficante amenaza con terminar en guerra de bandas. La mafia marroquí contrata al Chino Nájar para que resuelva el asunto antes de que se les vaya de las manos. Sin embargo, todo se complica y el propio Chino se convierte en un objetivo.

CLAUDIO CERDÁN (Yecla, 1981), es un escritor de novela negra español. Sus obras han ganado diversos galardones, como el Premio Novelpol a la Mejor Novela Negra de 2012, el Premio Negra y Mortal 2019 o el I Premio Ciudad de Santa Cruz. Ha sido además finalista del XIII Premio Lengua de Trapo, del Silverio Cañada de la Semana Negra de Gijón 2013, en los Premios LeeMisterio.com 2013 como Mejor Novela, el II Premio de Novela Pata Negra USAL. del II Premio Valencia Negra. Firmó con el seudónimo de Arthur Gunn la novela El club de los mejores (Ediciones B, septiembre de 2016), publicada en varios países simultáneamente. En 2017 publicó La última palabra de Juan Elías (Ediciones B, 2017), continuación de la exitosa serie de televisión Sé quién eres, emitida por Telecinco, HBO, BBC4 y vendida a media docena de países. La acogida de este libro fue tan entusiasta que llegó a situarse entre los más vendidos de Amazon, Fnac, Corte Inglés y Casa del Libro.

También escribió Nunca mires atrás (Menoscuarto Ediciones, febrero de 2018) y es la cuarta entrega de la detective Sonia Ruiz, serie iniciada por Lorenzo Silva y Andreu Martín entre otros reconocidos autores. Su última obra lleva por título Los señores del humo (Ediciones B, 2019), una ambiciosa novela coral aclamada por la crítica por la que ha obtenido el Premio Negra y Mortal 2019 y es finalista del Premio Novelpol y del V Premio Tenerife Noir. En la actualidad compagina su actividad literaria con la de colaborador con distintos medios como Zenda o el diario ABC, para el que cubrió el juicio de Ana Julia Quezada.

Disparo de advertencia en una estupenda novela corta de apenas 53 páginas que se lee en menos de una hora y que sirve de genial introducción al mundo criminal creado por Cerdán ambientado en la ciudad de Alicante.

Me gusta cómo a partir de un hecho real que sucedió hace años en Alicante, Cerdán crea su propia historia que sirva de presentación de su mundo criminal. Podría parecer que no es posible crear una buena historia de género negro en España si no está ambientada en Madrid o Barcelona, pero estas dos historias confirman que no es el caso. La prosa de Cerdán es seca y directa, y nos lleva de un lugar a otro y de un personaje a otro de forma fluida y sin que nada suene a forzado. Con un final impactante que trasmite el toque justo de cinismo que suele acompañar a toda buena historia de género.

Esta historia me ha recordado los clásicos número 0 del mundo del comic en el que te cuentan la historia de los protagonistas de forma en que te enganches para seguir leyendo los comics de ese personaje. De hecho, aparte que la historia está chula, una parte fundamental de esta novela es la presentación de varios personajes y luego tras terminar la novela Cerdán nos explica en qué novelas suyas previas un lector como yo puede disfrutar de Chino Nájar, Tuerto Durán, Mierda de Perro, Farlopero López y los demás. De ahí elegí mi siguiente novela de Cerdán, Un Mundo Peor, que fue la que localicé a buen precio en el kindle. Desde el punto de vista lector y desde el de negocio, ya que la historia es casi como una previa de su trabajo, esta novela corta es un éxito total.

Un mundo peor

Roberto Cusac, expolicia reciclado a detective, alcoholizado y solitario, vive obsesionado por un caso que destrozó su carrera, su matrimonio y su alma: la desaparición de su hijo de 6 años, Jaime, al que nunca encontró. Ha repasado mil veces las pistas y siempre le llevan a ninguna parte. Cuando le encargan que busque a una chica desaparecida, sus heridas parecen reabrirse, pero un halo de esperanza y la sensación difusa de que el destino le brinda una segunda oportunidad avivan de nuevo su instinto para jugar una última partida a doble o nada. Con ese lenguaje directo que acaricia la soledad de sus protagonistas y desnuda sus almas, Claudio Cerdán nos ofrece una historia reflexiva sobre el abandono y la pérdida, una novela policiaca que ahonda sin miedo en el dolor y la imposibilidad del olvido.

Un mundo peor es género negro de la vieja escuela. Roberto Cusac, el protagonista, es un ex-policía alcohólico traumatizado por la pérdida de su hijo que fue secuestrado y nunca volvió a ver. Aunque ahoga sus penas en el alcohol y pasa sus días con trabajos de poca monta, tendrá que enfrentarse a los traumas del pasados al tener que hacerse cargo de un caso que reabrirá viejas heridas. Cusac es un gran personaje y la forma en que nos cuenta en primera persona el drama de perder a un hijo se siente real en todo momento y consiguió que conectara completamente con su drama personal.

En todo buen noir, a partir de un hecho conoceremos cosas que no estaban previstas y las cosas no siempre son lo que parecen. Además, el final feliz tampoco está garantizado para nadie, ni siquiera para Cusac. Mientras leía la novela sentía un feeling familiar al seguir la narración muchos de los clichés o las estructuras esperables en una historia de género negro. Sin embargo, ya sea por la ambientación en Alicante o por la estupenda construcción de Roberto, la novela me tuvo enganchado de principio a fin.

En este sentido, los giros de la novela son interesantes, la historia nos lleva por caminos inesperados y me gustó la forma en que la historia acaba siendo diferente a lo parecía en un primer momento. Además, volvemos a tener un punto de vista cínico sobre nuestra sociedad en la que se cometen actos horribles todos los días y los inocentes sufren y no siempre encuentran reparación mientras que los poderosos no pagan ningún precio por sus actos. No le puede pedir nada más a un primera novela de un autor que no conocía hasta ahora.

Tengo un montón de novelas pendientes en la pila de lectura, pero Un mundo peor, al igual que Disparo de advertencia antes, me han dejado con ganas de leer más obras de Claudio Cerdán. Entiendo que eso es lo mejor que se le puede decir a un novelista de su obra, ¿no?

PUNTUACIÓN: 7.5/10

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