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Crítica de Richard Jewell, de Clint Eastwood

Con 89 años, Clint Eastwood sigue siendo uno de los más grandes directores vivos, con una filmografía que en los últimos años está dedicada a destacar la figura de héroes anónimos de la sociedad americana. Richard Jewell es su última muestra.

PUNTUACIÓN: 8/10 

Richard Jewell era un guardia de seguridad en los Juegos Olímpicos de Atlanta 1996, el cual descubrió una mochila con explosivos en su interior y evitó un número mayor de víctimas al ayudar a evacuar el área poco antes de que se produjera el estallido. En un principio se le presentó como un héroe cuya intervención salvó vidas, pero posteriormente Jewell pasó a ser considerado el sospechoso número uno y fue investigado como presunto culpable.

La película cuenta con un guión de Billy Ray basado en un artículo periodístico de Marie Brenner «American Nightmare: The Ballad of Richard Jewell». La elegante fotografía de Yves Bélanger y la música de Arturo Sandoval nos traslada a un tipo de cine tranquilo y pausado de épocas pasadas en el que Eastwood brilla como director.

Paul Walter Hauser es el gran descubrimiento de Richard Jewell interpretando a su protagonista. La película cuenta además con los siempre excelentes Kathy Bates como Bobbi, la madre de Richard, Sam Rockwell como su amigo y abogado Watson Bryant, Jon Hamm como el agente del FBI Tom Shaw que investigó a Richard y Olivia Wilde como la periodista sin escrúpulos Kathy Scruggs que destapó la investigación del FBI en Atlanta.

Hay una evidencia estadística que indica que la mayoría de las veces el que avisa de un crimen suele estar involucrado en el mismo. Esto y no la existencia de ninguna prueba incriminatoria es lo que provocó que el FBI pusiera sus ojos en Richard Jewell, el guardia de seguridad que vió una mochila sospechosa e inició una evacuación que salvó vidas. El problema vino cuando la periodista del periódico de Atlanta Constitution descubrió este hecho y lo publicó en su diario dando como datos “contrastados” que Jewell encajaba en el perfil de terrorista que busca la notoriedad y ser considerado un héroe, causando el atentado. A partir de ahí se creó una caza y derribo con cientos de periodistas y medios intentando buscar la siguiente exclusiva de un caso que no tenía ninguna, mientras el FBI intentaba construir un caso a partir únicamente de la peculiar personalidad de Jewell.

La película no lo dice y entiendo que en parte es para no manchar la memoria de Jewell, fallecido en 2007 por un infarto relacionado con su sobrepeso con tan sólo 44 años. Pero la sensación que me transmitió la película y la interpretación de Paul Walter Hauser es que Jewell era una persona con una inteligencia limitada en el límite con la discapacidad. Esto provocaba su visión casi infantil de la vida en la que sólo quería ayudar a todo el mundo y sentirse respetado, así como sus ganas de formar parte de las fuerzas de orden público. Menudo crimen, ¿verdad?

Eastwood plantea como el FBI quiso aprovecharse de él en varias ocasiones y casi consiguen interrogarle engañándole para que renunciara a su derecho a tener un abogado. Cegado por su amor y respeto hacia las fuerzas del orden, se dejó grabar leyendo el mismo mensaje que dió el terrorista cuando llamó para avisar de la colocación de la bomba. A pesar de que era imposible físicamente que Jewell se desplazara del Centennial Olympic Park donde estalló la bomba al lugar desde donde llamaron para anunciar el atentado, el FBI obvió las pruebas físicas (o su falta de), obsesionados con solucionar el caso con el primer y más sencillo acusado a su alcance.

Si el FBI dió un clase magistral de cómo NO realizar una investigación, el papel de los medios no fue mucho mejor. La periodista Kathy Scruggs interpretada por Olivia Wilde ejemplifica las peores cualidades del periodismo actual que busca lo que sea para crear un titular que les permita disfrutar de un minuto de gloria sin importar las repercusiones para la gente a la que involucran.

Eastwood cuenta este pequeño drama que vivió la familia Jewell de forma pausada, mostrando primero algunos detalles de la vida de Jewell que nos informa de su personalidad, así como una reconstrucción del atentado en el Centennial Olympic Park, así como su transformación de héroe a villano para los medios de comunicación. Su narración es minuciosa y clara, ofreciendo siempre la información de la forma més precisa y clara posible.

Me ha gustado mucho todo el reparto. Paul Walter Hauser es el gran descubrimiento de la película, mostrando a una persona cuyo único error fue intentar ayudar siempre a la gente y ser servicial. Además, tener a Kathy Bates y Sam Rockwell es siempre un seguro de vida. A pesar de la polémica artificiosa y la tramposa polémica que la película ha generado, sobre la que luego comentaré, me ha gustado mucho la interpretación de Olivia Wilde como la periodista Kathy Scruggs, ofreciendo unos matices que la convierten en una persona tridimensional compleja que acaba teniendo una evolución positiva como persona. Jon Hamm es el más flojo del quinteto haciendo la típica actuación de un agente del orden random muy serio pero sin ninguna personalidad.

Eastwood entrega una sólida película que busca contar la historia de Richard Jewell, un verdadero héroe que hizo lo que tenía que hacer al estar en el sitio correcto en el momento adecuado, y que siempre comentó que el acoso que sufrió por parte del FBI y la prensa le rompió la vida, hasta el punto que años después de haber detenido y condenado al verdadero terrorista aún había gente que pensaba que él tuvo algo que ver. Jewell fue una víctima de los medios y tras ser noticia durante semanas como presunto culpable no recibió la misma cobertura cuando el FBI le exoneró de cualquier relación con el atentado 88 días después. Para entonces, ya no interesaba hablar de Jewell y esta noticia fue sólo un pie de página.

Que en un momento como el actual en el que el papel de los medios de comunicación está siendo cada vez más criticado, una película como Richard Jewell creo que llega en el momento justo y ofrece un interesante ejemplo de los peligros de unos medios de comunicación más centrados en el amarillismo y en la exclusiva que en buscar la verdad. Hasta en eso, Eastwood me parece que transmite una enorme inteligencia como narrador y crítico de nuestra sociedad contemporánea.

¿Han aprovechado los medios de comunicación para pedir perdón por los excesos que cometieron en el caso de Richard Jewell? ¿Han realizado algún tipo de autocrítica con motivo de esta película? NO, todo lo contrario. De hecho, en un alarde indecente que ilustra el funcionamiento de las Fake-News, el periódico Constitution de Atlanta en el que trabajaba Kathy Scruggs,que falleció hace unos años, lanzó un ataque furibundo contra Eastwood acusándoles de machista por el retrato que hace de la periodista, al mostrar que consiguió la exclusiva acostándose con el agente del FBI.

Es decir, en lugar de hablar del TEMA CENTRAL de la película, se centran en un hecho anecdótico a pesar de admitir por otro lado que la representación de la periodista era muy fiel a como ella era en la vida real, excepto obviamente el asunto del sexo. ¿Cómo consiguió Scruggs la información? No se sabe, a pesar que si es conocido que tenía muchas relaciones con miembros de las fuerzas del orden. Así que la versión de la película es tan posible como cualquier otra opción que hubieran elegido, pero desde luego no es una versión “falsa” si no se sabe cual fue la verdadera.

Cuando los medios de comunicación no quieren que se hable de algo, optan por crear una polémica sobre otra cosa que eclipse el tema incómodo, y eso me parece que es justo lo que ha sucedido en este caso. Aparte que ofrecer este argumento en la película no significa que para Eastwood todas las periodistas usen el sexo para conseguir lo que quieren. Y por otro lado, el Constitution y otros medios han intentado transmitir que todas las mujeres periodistas son seres de luz pura que en ningún caso usan estas tácticas incorrectas para obtener réditos en su trabajo, algo refutado por numerosos casos reales que se han conocido en los USA en los últimos meses, que muestras que eso es algo que sí ha pasado en el pasado.

Hay hombres periodistas buenos y malos igual que hay mujeres periodistas con y sin escrúpulos, igual que en pasa en todos los ámbitos de la vida. Pero intentar evitar tener que dar explicaciones por su mala praxis profesional creando una polémica falsa creo que ya no cuela. El Emperador está desnudo y una vez el público se ha dado cuenta ya es muy difícil recuperar la confianza que se tenía antaño con los medios, igual que Jewell perdió su fe en el FBI tras su calvario.

Richard Jewell creo que es un gran éxito que triunfa en todo lo que plantea. Sin embargo, es una pena tener que admitir que la película ha fracasado en taquilla y va a tener una de las peores recaudaciones de la filmografía de Eastwood. No se si por culpa de la polémica y la influencia del movimiento “Me-Too”, porque el tema realmente no interesa o por la tirria que muchos medios tienen a Eastwood al ser un republicano declarado que no se asusta en dar su opinión aunque sea políticamente incorrecta. Espero que Warner siga produciendo las próximas películas de Eastwood, que me parece es uno de los más grandes directores vivos y una de las últimas grandes estrellas del Hollywood desde los años 60 y 70.

Comparto el trailer de la película:

Richard Jewell es un gran éxito creativo de Clint Easwood, que mantiene una excelente lucidez a sus casi 90 años. Ojalá conserve la salud y podamos disfrutar de su cine durante muchos años.

PUNTUACIÓN: 8/10 

 

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