Crítica de Wolverine: Revenge 1 de Jonathan Hickman y Greg Capullo (Marvel Comics)

Tenía muchas ganas de leer el retorno de Greg Capullo a Marvel. Y lamento tener que decir que Wolverine Revenge, su miniserie de 5 números junto a Jonathan Hickman y que cuenta con entintado de Tim Townsend y color de Fco. Plascencia, ha resultado un chasco importante.

PUNTUACIÓN: 5/10

¡HICKMAN Y CAPULLO UNEN FUERZAS PARA UNA EPOPEYA DE LOBEZNO SIN IGUAL!

Greg Capullo hace su gran regreso a la narrativa de Marvel Comics cuando él y Jonathan Hickman enfrentan a WOLVERINE contra un grupo de enemigos que pondrán su mundo patas arriba. ¡Ha sido golpeado! ¡Ha sido ensangrentado! Y LOGAN sólo tiene un pensamiento en mente: ¡VENGANZA! No te pierdas esta prestigiosa miniserie, que se convertirá en una de las historias que definan la leyenda de Lobezno.

Mark Millar comentó hace unos meses que una de las claves para que la industria del comic mainstream americana recupere parte de su salud perdida pasaba por que Marvel y DC se dejaran de tonterías y contrataran a los mejores profesionales del medio para que hicieran trabajos con sus personajes más populares. Algo con lo que yo estoy totalmente de acuerdo, dado que esos comics no sólo serían super ventas, sino que los lectores muy probablemente aprovecharían para comprar otras cosas una vez estuvieran en la librería especializada. Tener un comic de Lobezno dibujado por Greg Capullo entra sin duda en esa categoría, al ser un artista super estrella que llevaba décadas fuera de Marvel tras trabajar en Spawn y en DC Comics. Y tener comics de este tipo, al igual que otros como Transformers de Daniel Warren Johnson y Jorge Corona, con ganchos que llevan a lectores de nuevo a las librerías, que es el primer paso fundamental para que las tiendas vendan sus productos: Que los clientes acudan.

Desde que se anunció este Wolverine Revenge con guion de Jonathan Hickman, todo el mundo sabiamos que este comic lo iba a petar, echando Marvel el resto al promocionar este comic vendiendo que iba a ser «una de las historias que definen la leyenda de Lobezno». Ahora que por fin he podido leer el primer número, tengo que reconocer que me he llevado una importante decepción por culpa del planteamiento de Jonathan Hickman, que ha provocado la desconexión total a partir que me di cuenta del giro de la historia y de lo que eso significa.

El número comienza explicando que esta historia tiene lugar 10 días después de la conclusión del evento Fatal Attractions (1993), cuando el asteroide M cayó sobre la Tierra y la muerte de Magneto provocó un pulso electromagnético masivo que dejó fuera de combate todos los sistemas del hemisferio norte. El Nick Fury original interrumpe la svacaciones de caza de Lobezno para reclutar al mutante para una misión. A bordo de uno de los tres helitransportes de SHIELD supervivientes, Furia explica a Lobezno, el Soldado de Invierno y el Capitán América que el pulso electromagnético que dejó sin luz a Occidente está provocando una escalada de muertes y catástrofes, y que necesitan toda la ayuda posible para «robar» el único reactor de fusión en frío de S.E.E.D. que se sabe que funciona. Pero ese reactor está en manos de Mente Maestra y la Hermandad de Mutantes Diabólicos en Tunguska, Rusia. A partir de ahí se inicia una misión en la que todo acabará yendo mortalmente mal.

En ese momento de la historia ya hubieron cosas que empezaron a chirriarme y que no me cuadraron, y que me estaba sugiriendo que Hickman se estaba pasando la continuidad del universo Marvel por el forro. Empezando con la pregunta obvia: ¿Por qué la Hermandad de Mutantes Diabólicos tienen el único generador de fusión fría que funciona cuando varios de los héroes más inteligentes del planeta (Tony Stark, Reed Richards, T´Challa, etc.) en condiciones normales seguro deberían tener el suyo operativo? Esto al final es la punta del iceberg, seguro no es lo más grave. Porque sin desvelar las sorpresas de este comic, el problema es que Wolverine Revenge es un comic fuera de continuidad. Y esto ha supuesto una frustración enorme.

Sólo hay dos opciones. O es un comic fuera de continuidad en el que todo es una locura y por tanto todo te da igual, o estamos ante una historia tipo «Kulan Gath» en Patrulla-X en la que al final todo vuelve al punto de inicio. En cuyo caso, las repercusiones o importancia de este comic quedan totalmente en entredicho. Pensando en que estamos en la primera posibilidad, Wolverine Revenge es una historia fuera de continuidad que Marvel NO ha querido vender como tal porque sabía que este detalle restaría lectores. Y creo que este tipo de historias no se le dan especialmente bien a Hickman. Desde luego, no es Tom Taylor. Y es que el escritor de DC consiguió en Injustice o DCsos que aunque haya montones de muertes de personajes claves de DC, cada una de las muertes te impacta y te duele. Porque la forma en que se plantean provoca la conexión con el personaje que van a morir. Por eso los comics de Taylor son tan entretenidos y satisfactorios. Sin embargo, Hickman presenta unos cameos para morir a las primeras de cambio sin que hayan hecho nada que justificara la aparición de esos personajes en primer lugar. Aparte de ser unas situaciones que de nuevo rompen con la continuidad Marvel porque esos personajes no deberían ser derrotados con la facilidad que se muestra en este comic. El supuesto shock nunca llega a producirse por la forma tan ridícula como se plantea todo. En este sentido, este primer número de Wolverine Revenge me parece lo más flojo que ha escrito Hickman en la última década o más. Porque incluso en otros comics en los que he conectado menos, por ejemplo las miniseries Ultimate Invasion o D.I.O.S.E.S., al menos la historia planteaba un misterio que me hacía querer saber cómo lo iba a resolver Hickman. En este Wolverine Revenge, la sensación de What if? con ínfulas de importancia ha arrasado con todo.

Pero no es sólo Hickman, porque tampoco he visto a un Capullo a gran nivel en esta primera grapa. Y eso que Hickman plantea el arranque de la historia en la Tierra Salvaje para que Capullo pueda dibujar dinosaurios, algo que le encanta. Igual es porque la propia historia de Hickman no plantea hitos para su lucimiento, pero Capullo con sus equipo habitual de Tim Townsend en el entintado y Fco. Plascencia en el color están bien. Pero no sobresalienteS. Me gusta ver a Capullo dibujando a Nick Furia o al Capitán América, por no hablar de villanos como Deadpool (si, en este mundo es malo), Omega Red o Dientes de Sable. Pero luego en realidad lo que hacen y lo que les pasa no provoca precisamente mi emoción. Porque como comentaba antes, todo me ha resbalado, y ni siquiera el dibujo de Capullo ha conseguido engancharme a esta historia.

Wolverine Revenge es una miniserie de cinco números. Tras leer el primer número, me da la sensación que Marvel está intentando copiar el éxito del sello Black Label de DC, que plantea comics fuera de continuidad, o con una continuidad indefinida, que se venden como rosquillas en el canal de librerías generalistas tipo FNAC a un público al que la continuidad no le importa ni la conoce. Pensando en la importancia de los autores Hickman y Capullo, y del gancho de Lobezno, creo que estamos ante un comic que Marvel quiere que tenga vocación de super venta que dentro de 10/15 años siga reimprimiéndose y vendiéndose como rosquillas. Sin embargo, tras leer un comic tan exagerado y over-the-top en el que todo resbala al lector, veo muy difícil que este comic vaya a ser bien valorado por los lectores o la crítica especializada. De momento yo me he quedado tan chafado que no quiero saber cómo sigue la historia, es que me da todo igual. Y acepto que Marvel plantee un entretenimiento exagerado «sin más», pero una parte fundamental del éxito de Marvel fue que las historias importaban. En el momento en que te pasas al mundo del What if?, la diversión puede conseguirse, claro que si. Pero la forma tramposa en la que Marvel lo ha planteado todo me deja la sensación que me ha engañado a sabiendas que lo estaban haciendo. Y la sensación como lector no puede ser peor.

Comparto las primeras páginas del comic:

Wolverine Revenge ha sido un importante jarro de agua fría. Ni siquiera el arte de Capullo puede salvar un comic que prometía mucho pero que el planteamiento de Hickman ha dejado herido de muerte.

PUNTUACIÓN: 5/10

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