Crítica de La vida de Chuck de Mike Flanagan

Tenía ganas de ver La vida de Chuck, la película de Mike Flanagan adaptando un relato de Stephen King que está protagonizada entre otros por Tom Hiddleston.

PUNTUACIÓN: 8/10

Basado en el relato de Stephen King, cuenta tres historias relacionadas con el personaje Charles Krantz, en orden inverso: desde su muerte por un tumor cerebral a los 39 años hasta su infancia en una casa supuestamente encantada.

Mike Flanagan es uno de los grandes nombres del terror en televisión y un especialista en la obra de Stephen King, al que ha adaptado en numerosas ocasiones. Para televisión creó, escribió, produjo y fue showrunner de las series de terror de Netflix La maldición de Hill House (2018), La maldición de Bly Manor (2020), Misa de medianoche (2021), El club de medianoche (2022) y La caída de la casa Usher (2023). Para el cine hizo lo propio con Absentia (2011), Oculus (2013), Hush, Before I Wake, Ouija: Origin of Evil (todas de 2016), Gerald’s Game (2017) y Doctor Sleep (2019).

Flanagan adapta la novela del mismo nombre de Stephen King. Como en otras ocasiones, Flanagan produce y ha realizado el montaje de esta película de 111 minutos de duración, que cuenta además con fotografía de Eben Bolter y música de The Newton Brothers.

Como su nombre indica, en esta película conoceremos la vida de Chuck, que está interpretado por Tom Hiddleston en su edad adulta. Jacob Tremblay, Benjamin Pajak y Cody Flanagan también interpretan a Chuck en diferentes etapas de su vida.

Chiwetel Ejiofor como Marty Anderson, un profesor de instituto y exmarido de Felicia (Karen Gillan), una enfermera que se enfrenta al fin del mundo; Mark Hamill como Albie Krantz, abuelo de Chuck que también es contable; Mia Sara como Sarah Krantz, la abuela de Chuck que inspira el amor de Chuck por la danza, Nick Offerman como el narrador, Carl Lumbly como Sam Yarborough, un anciano dueño de una funeralia, Annalise Basso como Janice Halliday, una joven que se recupera de una ruptura sentimental y que se convierte brevemente en la pareja de baile de Chuck y Taylor Gordon como Taylor Franck, una percusionista callejera y artista callejera, completarían el reparto en sus papeles principales.

Flanagan guarda pequeños papeles para Kate Siegel, Samantha Sloyan, Rahul Kohli y Carla Gugino, habituales de su filmografía. La actriz mito del cine de terror Heather Langenkamp (Pesadilla en Elm Street), David Dastmalchian , Harvey Guillén y Matthew Lillard completan el reparto.

Más que una historia convencional, lo primero a destacar es que La vida de Chuck es un cuento. Tener a un narrador con la voz de Nick Offerman como voz neutra que nos acompaña a lo largo de todo el relato es una primera clave que hace que no haya demasiadas dudas al respecto. También me ha parecido muy curioso encontrarme una película de estructura poco habitual. Digo esto porque hace nada vi Weapons de Craig Zeggler, una buena película que se apoya en una narración fragmentada divida en varios capítulos cada uno de los cuales está dedicada a ver el punto de vista de uno de los personajes. En el caso de La vida de Chuck tenemos una historia en 3 partes contada en orden cronológico inverso. La primera parte presenta de forma brillante un argumento de terror existencial que plantea un misterio que tendrá que ser aclarado a lo largo de los otros dos capítulos. Unos capítulos ahora sí protagonizados por Chuck Krantz.

Mike Flanagan es un director brillante y un estupendo guionista. Cuando terminé de ver la película y pude pensar en ella en su totalidad, me encantó lo claro que tenía el mensaje humanista que pretendía transmitir, consiguiendo que la película me dejara con buen sabor de boca. Dentro que no me flipó, cosa que luego comentaré. Técnicamente, la película es también de 10, con un montaje, una música y una producción perfectas que transmiten de forma modélica lo que Flanagan quería mostrar al público.

En lo referido a la dirección de actores, lo primero a destacar es que el reparto me parece que está increíble. Chiwetel Ejiofo, Karen Gillan, Mark Hamill y Mia Sara están increíbles dentro de lo pequeños que son sus papeles, demostrando lo buenísimos actores que son y lo bien que están en facetas dramáticas. Dentro del trabajo de actores de Flanagan, me encanta que todos los secundarios tengan una escena para lucirse actoralmente. Desde sus amigos con los que trabaja en todas sus series a los más inesperados como Matthew Lillard o la actriz Heather Langenkamp. En la parte actoral, están todos de 10. Y lo mismo los jóvenes actores que interpretan a Chuck de niño y adolescente.

Con Tom Hiddleston me pasa algo curioso. Creo que lo hace muy bien, pero su participación destaca sobre todo por un baile increíble de un montón de minutos junto a Annalise Basso, que me gustó mucho. Aunque el baile también se me hizo un pelín largo, las cosas como son. Sin embargo, y reconociendo lo difícil que es que unos actores bailen tanto rato y tan bien, por la parte actoral la participación de Hiddleston se me hizo muy corta. Pensando que él es el gran reclamo en el poster de la película, que aparezca apenas un tercio del metraje me supo a muy poco.

La historia busca plantear una historia humanista que destaque la importancia de intentar vivir la vida de la mejor forma posible ahora, sin dejarnos nada para el futuro porque no sabes si te vas a morir mañana. Sin embargo, en muchos momentos hay un sentimiento melancólico, al ver la infancia y adolescencia de un niño al que en su edad adulta hemos visto morir previamente. Una muerte extraña al estar conectada con el misterio del primer acto, que en ese momento no sabes qué es pero opaca este drama.

Comentaba que los tres actos de la película están contados en orden inverso cronológicamente. «Gracias, Chuck», es el tercer acto pero es el primero que vemos. «Músicos callejeros para siempre», con el baile de Tom Hiddleston, es el segundo. Y «Yo contengo multitudes», una referencia a una frase del poema «Song of myself» de Walt Whitman que es la clave de la película, es el primer acto, pero lo vemos el último. Un primer acto en el que veremos la infancia de Chuck en la que aprenderá las claves de la vida.

Cuando el Chuck niño descubre lo que significa de esta frase «Yo contengo multitudes» y de alguna manera se descubre el pastel que aclara el enigmático primer arco, la película de alguna manera se me desinfló. Y es que todo el primer arco fue un gran truco un poco tramposo para llamar nuestra atención de algo que no era de lo que iba la película en realidad. Tras esta respuesta aún queda otro misterio que el joven Chuck tiene que descubrir y que no hará hasta justo el final de la película: Lo que hay en el ático de casa de sus abuelos que aterrorizó a su abuelo cuando lo vio hace un montón de años. Esto es un elemento que conecta con el elemento fantástico que tan bien ha utilizado Stephen King en sus historias.

Mi problema principal con La vida de Chuck es que el tono de cuento y la figura del narrador en off hizo que toda la película me resultara demasiado plana. Aunque hay buenos momentos actorales, al final son una parte del engranaje planteado por Stephen King en su novela. Y no llegó a emocionarme en ningún momento. Y es curioso que intelectualmente entienda que todo en la película funciona de maravilla, hasta el punto que no le pueda poner ni un pero. Pero al mismo tiempo la frialdad del conjunto impidió que existiera esta conexión emocional.

Por otro lado, dentro de ser una historia «bonita», cuando pienso en la vida que llevó Chuck después de descubrir lo que descubre de joven con 17 años, de alguna manera pienso que no ha cumplido el propósito que vivir una vida plena, pensando lo aburrida que es su vida en el segundo acto antes del baile. Igual sobreanalizo las cosas y le doy vueltas a algo que no toca, pero me supo mal no haber salido del cine flipado con la película de Mike Flanagan.

En todo caso, creo que es una buena película que en realidad si consigue dejarte con un buen sabor de boca, así que ni tan mal.

Comparto el trailer de la película:

Me ha gustado La vida de Chuck, pero aún sabiendo que es una película estupenda bajo todo punto de vista, no me ha llegado.

PUNTUACIÓN: 7.5/10

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