Tras ver la última y decepcionante película de Daniel Craig como James Bond 007, Sin tiempo para morir (Cary Joji Fukunaga, 2021), me di cuenta que sólo había escrito en el blog sobre la sobresaliente Casino Royale (Martin Campbell, 2006), por lo que me he propuesto volver a ver todas las películas de Bond en orden cronológico para poder comentarlas. Hoy me centro en Quantum of Solace de Marc Foster (2008), la segunda película de Craig como Bond.
PUNTUACIÓN: 6/10
Traicionado por Vesper, la mujer a la que amaba, 007 se plantea su nueva misión como algo personal. Durante su investigación, Bond y M interrogan a Mr. White, que les revela que la organización que chantajeó a Vesper es mucho más compleja y peligrosa de lo que imaginan. El servicio de inteligencia forense vincula a un traidor del Mi6 con una cuenta bancaria en Haití, donde Bond conoce a la bella pero combativa Camille, una mujer que tiene sus propios motivos para vengarse. Camille pone a Bond tras la pista de Dominic Greene, un despiadado hombre de negocios y miembro importante de la misteriosa organización. Bond averigua que el objetivo de Green es controlar uno de los recursos naturales más importantes del mundo; pero, para ello, tiene que derrocar al gobierno de un país sudamericano. (FILMAFFINITY)
Quantum of Solace es la vigesimosegunda película de James Bond producida por Eon Productions y es secuela directa Casino Royale, la primera película de Daniel Craig como James Bond. Tras el éxito monumental de esta película, los productores Michael G. Wilson y Barbara Broccoli forzaron la máquina para estrenar esta continuación tan sólo dos años después de Casino Royal, para aprovechar el impulso recibido por el nuevo Bond. Para ello, contrataron a Neal Purvis, Robert Wade y Paul Haggis, los guionistas de Casino Royale, para escribieran la continuación.
El director de origen aleman y afincado en California Marc Foster fue elegido para sustituir a Martin Campbell en la silla de director. Foster adquirió reconocimiento con Monster’s Ball (2001) película con la que Halle Berry ganó el premio Óscar a la mejor actriz por su papel en esta película. Su siguiente trabajo, Finding Neverland (2004), fue nominada a numerosos premios, pero tanto Stay (2005) como Stranger than Fiction (2006) pasaron totalmente desapercibidas. Su contratación parecía indicar que buscaban a alguien que supiera combinar el drama con la acción.
La película de tan sólo 106 minutos cuenta con fotografía de Roberto Schaefer, montaje de Matt Chesse y música de David Arnold, que también realizó la música de Casino Royale. Destacar además la canción de la película, interpretada por Jack Black y Alicia Keys. El rodaje tuvo lugar en México, Panamá, Chile, Italia, Austria y Gales mientras diseños interiores fueron construidos y filmados en Pinewood Studios.
La película fue un éxito de taquilla, recaudando 590 millones de dólares en todo el mundo a partir de un presupuesto de 200. Sin embargo, fue un éxito menor que el conseguido por Casino Royale, que a partir de un presupuesto de 150 millones recaudó 600. En todo caso, el objetivo de ganar dinero para seguir haciendo películas de Bond quedaba más que asegurado.
Además de Daniel Craig como James Bond, repiten en esta película Judi Dench como M, que en esta película tiene un papel mayor de lo que un M ha tenido normalmente, Jeffrey Wright como Felix Leiter, Giancarlo Giannini como René Mathis y Jesper Christensen como el Sr. White, el miembro de Quantum al que Bond detuvo al final de Casino Royale.
Las nuevas incorporaciones de esta película son Olga Kurylenko (Camille Montes), una mujer que busca venganza hacia los asesinos de su familia, Gemma Arterton (Strawberry Fields), una agente del MI6 que trabaja en el consulado británico en Bolivia, el español Fernando Guillén Cuervo como el coronel de la policía boliviana y Joaquín Cosío (general Medrano), un general exiliado que busca provocar un golpe de estado en Bolivia que le haga con el control del país. A este reparto hay que sumar el que es el villano principal de la película Dominic Greene interpretado por Mathieu Amalric. Un miembro destacado de Quantum que se hace pasar por un empresario y filántropo ecologista que trabaja en la reforestación y fondos de caridad para ciencias ambientales.
Empezando a valorar la película, Quantum of Solace es la primera película de Bond que es continuación directa de la anterior. Hasta ese momento cada actor que interpretó a un 007 tenía misiones que eran historias más o menos autónomas que podían ser prácticamente intercambiables. Es cierto que Sean Connery se enfrentó varias veces a Espectra, pero no había un orden claro de visionado más allá del cronológico. Sin embargo Quantum empieza prácticamente cinco minutos después del final de Casino Royale, con un Bon perseguido por unos sicarios tras detener a Mr.White. Esto es un hito en el mundo de Bond pero no tanto en otras series como por ejemplo las películas de Bourne, e inició una narrativa serializada que ha culminado tras cinco películas.
El Quantum of solace es una película entretenida, eso por delante. Sin embargo, su gran problema no fue tanto con lo que nos cuenta (aunque en parte si, luego lo comento), sino sobre al ser comparada con Casino Royale, película excelente bajo todos los puntos de vista que marcó un nuevo standard de calidad para la franquicia que esta película no supo igualar. Si no existiera Casino, Quantum sería una película más de Bond, no de las mejores pero tampoco de las peores. Del montón. Sin embargo, al ser la segunda, está universalmente considerada como la peor película de la serie protagonizada por Craig.
Siguiendo la estela de Casino Royale, los guionistas mantuvieron la idea de mantener a Bond en un mundo realista alejado de gadgtes y elementos fantásticos. Mantener al equipo de guionistas es sin duda un acierto para mantener la continuidad en la historia y a ser posible en el tono. Sin embargo, la sensación que me queda es que la urgencia de rodar cuanto antes y de querer estrenar tan sólo dos años después de Casino provocó una historia sobre todo en lo referido al plan del villano que no estuvo suficientemente trabajada y queda como lo más flojo de la película.
Como toda película de 007, Bond viaja por medio mundo para llevar a cabo su misión, lo que ofrece la escala y localizaciones que se espera en una película suya, haciendo que visualmente luzca genial. Y sin llegar al nivel de brillantez de Casino, las escenas de acción y las persecuciones están también muy bien, sobre todo las dos primeras de la película en Italia, una con coche y otra en Siena por los tejados, con un Craig que es una bestia en sus enfrentamientos físicos contra los diferentes esbirros que se va encontrando. Su nivel de sutileza en cero, pero ofrece una potencia física que es de agradecer como espectador.
Otro elemento que me gusta de Quantum que resalta la intención de dotar al mundo de Bond de la complejidad del mundo real es la forma en la que muestran la situación socio-económica mundial, con unos recursos naturales cada vez más escasos que obligan a los gobiernos a hacer tratos con dictadores y organizaciones amorales. En este sentido, es interesante el diálogo del Primer Ministro británico con M en la que dice que si Inglaterra sólo tuviera que hacer negocios con países “buenos”, no tendría con quien hacerlos. (Dejando aparte claro la propia consideración moral de UK como buena, pero esa es otra historia). Ante la falta de petróleo, los paises harán tratos con quien sea y este elemento sí me parece interesante, como el papel de la CIA, a la que mientras ellos exploten los recursos de Bolivia, les da igual si el presidente es un dictador.
Un detalle que visto con ojos de 2021 me ha hecho mucha gracia es que el villano Greene es un miembro de Quantum que oculto bajo la respetabilidad del activismo ecológico y sus llamadas a ayudar a “Salvar el planeta” pone en marcha un plan que busca conseguir un enorme poder económico controlando un recurso escaso como el agua, provocando el sufrimiento y la muerte de la población local de Bolivia. Ver el plan de este villano tras llevar años sufriendo la matraca de los ecologistas y sus emergencias climáticas y medioambientales, con unos expertos que hace 30 años que llevan avisando que hay que hacer algo o en 10 años la civilización terminará, me ha parecido buenísimo.
Hay varios elementos que lastran la película y que hacen que siendo entretenida Quantum no acabe de cuajar. El primer elemento es el propio Daniel Craig. Ya lo comentaba referido a Casino Royale, me parece un error de casting y en mi opinión no ha estado a la altura del personaje. Y físicamente y de cara a las escenas de acción es una bestia, pero es un témpano de hielo del que es imposible extraer el más mínimo sentimiento. Lo vimos en Casino Royale cuando le declaró su amor a Vesper (“no soy nada sin ti”) convirtiendo lo que deberías ser una una escena intensa de gran emoción en un frío monólogo sobre las fructuaciones de Wall St. Y que vuelva a pasar en Quantum durante toda la película con un Bond que solo tiene un registro, el frío asesino. Lo cual es una pena y a la larga un problema. No uno muy grande, porque como digo la serie de 007 es ante todo cine de entretenimiento de acción en el que están pasando un montón de cosas todo el tiempo y no nos deja un segundo de respiro entre tanto cambio de localizaciones y presentaciones y muertes de personajes. Pero si a la hora del sentimiento y la empatía que también debe generar.
En este sentido, es paradigmático que frente al “nuevo Bond” que nos vendieron en Casino Royale, a pesar de estar dolido por la muerte de Vesper, Bond se acueste con la primera chica que pasa por delante suyo, en este caso la bella Gemma Arterton, como hemos visto en cualquier película anterior de la serie, dejando a Olga Kurylenko como compañera de misión cuya sed de venganza refleje la de Bond.
Unido a esto, el climax resulta totalmente fallido al situarlo en una base secreta en medio del desierto de Bolivia que estalla porque sí cuando llega Bond sin mediar un plan previo. Esta base secreta en una localización singular recuerda demasiado a los finales de cualquiera de la anteriores películas y rompe completamente con la ilusión de estar viendo a un “nuevo Bond”, al vivir situaciones muy similares a lo más clásico del personaje.
Y en este sentido, Quantum tiene un enorme problema con el villano Dominic Greene interpretado por Mathieu Amalric. Amalric realmente no da la talla, aunque leyendo entrevistas al director Marc Foster precisamente buscaban a alguien que no pareciera un villano al uso. Sin embargo, una cosa es eso y otra que el antagonista de Bond parezca un dentista que pasaba por allí. La diferencia de carisma entre Amalric y Mads Mikkelsen es abismal, pero también en lo referido a los personajes que interpretan. Le Chiffre era un banquero con una necesidad de ganar la partida de poker para recuperar el dinero que había perdido de terroristas internacionales, una necesidad muy humana que aportaba una novedad frente a los típicos villanos de Bond de “TENGO UN PLAN MALÉFICO PARA DOMINAR AL MUNDO”. Algo que es precisamente el plan de Greene, encima con una escala ridícula al tratarse de controlar las reservas de agua ¿de Bolivia? Como digo, el problema que suscita todo lo referido al personaje de Greene es indicativo de la premura de tiempo con que contaron los guionistas para escribir este guión.
Otro elemento que también contribuye a que la sensación tras ver Quantum of Solace no sea todo lo buena que debería es su duración. En este caso los 100 minutos juegan totalmente en contra de la narrativa, ya que comentaba pasan demasiadas cosas y no hay un segundo de respiro, pero eso también provoca que los personajes entres y salgan, muchas veces asesinados sin que haya habido tiempo de construirles lo suficiente para que su muerte impacte. A parte que como inmediatamente hay otro set de acción, realmente la historia no ofrece esa pausa para que la pérdida nos pese.
Además, también resulta ilustrativo que Casino Royale acabara con Bond deteniendo a Mr. White, que a priori puede poner al MI6 en la pista de Quantum (la organización en la sombra), y esta película que empieza con la huída de White, termine exactamente igual, con la detención de otro miembro de la organización de Quantum. Quantum of Solace ofrece una aventura entretenida pero narrativamente no ha aportado casi nada a la amenaza de Quantum (que luego se convertirá en Spectre). De hecho, excepto por la huida de Mr. White al comienzo de esta película y detalles menores como cuando Bond identifica a varios miembros en la opera, realmente un espectador podría saltarse esta película y no sentiría que se ha perdido nada importante a este respecto.
Por todo lo anterior, realmente no se puede decir que sea una mala película, empezando por el objetivo cumplido de entretenimiento, pero tampoco es una gran película ni aporta elementos interesantes al mundo de Bond más allá del propio concepto de narrativa continuada.
Comparto el trailer de la película:
Quantum of Solace es entretenida pero se queda muy lejos del nivel exhibido por Casino Royale. En todo caso, cumple de sobra el objetivo de entretenimiento.
PUNTUACIÓN: 6/10
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