Gracias a Netflix he podido ver la adaptación que el inclasificable Wes Anderson realiza de varios cuentos e historias cortas de Roald Dahl, realizado con un reparto estelar en cuatro cortometrajes.
Si hablamos de cine de autor que muestra una visión única de la vida, Wes Anderson (Texas, 1969) es uno de los nombres que automáticamente vienen a la cabeza. Director, guionista, productor y actor estadounidense, es conocido por sus películas Ladrón que roba a un ladrón (1996), Academia Rushmore (1998), The Royal Tenenbaums (2001), Vida acuática (2004), Viaje a Darjeeling (2007), Fantástico Sr. Fox (2009), Moonrise Kingdom (2012), El Gran Hotel Budapest (2014), Isla de Perros (2018) y La crónica francesa (2021) y este año, Asteroid City.
Anderson fue nominado al Premio Oscar en las categorías de mejor guion original por The Royal Tenenbaums, Moonrise Kingdom y The Grand Budapest Hotel. Además, tanto Fantastic Mr. Fox como Isle of Dogs fueron nominadas en la categoría de Mejor película animada. Durante su carrera ha ganados un Globo de Oro, el Oso de Plata de la Berlinale o un Premio Bafta a Mejor guion original.
La producción por parte de Netflix de estos cortometrajes tiene su explicación a partir de la compra por parte de la compañía de streaming de la Roald Dahl Story Company por 686 millones de dólares (500 millones de libras) en 2021, buscando además tener acceso prioritario a los siguientes proyectos de Anderson, un enamorado de la obra del escritor inglés. A continuación repaso brevemente cada uno de estos cortometrajes.
La maravillosa historia de Henry Sugar
Una historia de Roald Dahl sobre un hombre rico que se entera de la existencia de un gurú que puede ver sin usar los ojos y se propone dominar esa habilidad para hacer trampas en el juego. (FILMAFFINITY)
Este cortometraje de 41 minutos cuenta con guion y dirección de Anderson, basado en el cuento de 1977 «La maravillosa historia de Henry Sugar» de Roald Dahl. Se trata de la segunda adaptación cinematográfica de una obra de Dahl dirigida por Anderson, tras Fantastic Mr. Fox (2009). El corto cuenta además de fotografía de Robert Yeoman, montaje de Barney Pilling y Andrew Weisblum.
En el reparto encontramos a Benedict Cumberbatch como Henry Sugar / Max Engelman, Ralph Fiennes como Roald Dahl / El Policía, Dev Patel como Dr. Chatterjee / John Winston, Ben Kingsley como Imdad Khan / El Repartidor, Richard Ayoade como Dr. Marshall / El Gran Yogui y David Gant como Croupier del Casino.
Este cuento de Roald Dahl se ajusta como anillo al dedo de los gustos narrativos de Anderson, al tratarse de un cuento en el que encontramos una historia dentro de una historia dentro de otra historia. En positivo, el cortometraje tiene la perfección estética esperable en una obra de Anderson, con una puesta en escena teatral con escenarios que cambian a la vista del espectador para llevarnos de una escena a otra.
Tener a un reparto con Benedict Cumberbatch, Ralph Fiennes, Dev Patel y Ben Kingsley me parece una pasada. El rodaje de los diferentes cortometrajes se realizó en Londres, por lo que entiendo que el rodaje no les supuso ningún trastorno, más bien al revés, al estar cerca de sus domicilios. Estos actores tienen la presencia esperable en ellos, si bien los personajes que interpretan están super acartonados y limitan tremendamente sus posibilidades.
Esto me lleva al problema principal que tengo con la adaptación de Anderson de estos cuentos. Y es que Anderson es literal en la adaptación, haciendo que los actores sean los narradores del cuento, mirando hacia la cámara y utilizando una voz neutra expresada a gran velocidad para contar la historia. Esto provoca que todo se sienta super frío, y además enfatiza el elemento falso y teatral de todo. Si los actores se expresaran con un tono más normal habría una cierta empatía, pero Anderson claramente busca enfatizar esa sensación de frialdad y de lejanía respecto al espectador.
Si a todo esto le sumamos una historia de Dahl que cuenta una historia que no es ni buena ni mala sino que simplemente sucede, me queda una sensación de maravilla en lo estético pero con una historia que me ha dejado frío y casi diría que desaprovecha a los enormes actores que trabajan con Anderson.
Veneno
Cuando una serpiente venenosa se desliza por el estómago de un inglés en la India, su socio y un médico corren para salvarle.
Veneno es un cuento de Dahl de 1950. El corto de 17 minutos tiene a Robert Yeoman como director de fotografía, y está protagonizado por Benedict Cumberbatch, Ralph Fiennes, Dev Patel y Ben Kingsley.
Este cuento de Dahl tiene un toque de humor negro que me ha hecho bastante gracia, al tener a un Benedict Cumberbatch inmóvil en una cama obligando a hacer al resto de personajes un montón de peripecias para intentar quitarle del pijama una serpiente super venenosa que él afirma le ha entrado mientras dormía. Las diferentes acciones son infructuosas, por lo que la resolución es plantearse si no se lo habrá imaginado todo.
Otro elemento que me gustó es la duración de apenas 17 minutos, dado que la historia era más bien una peripecia entretenida pero que no da más de si. En todo caso, estamos ante una historia prácticamente contada en una localización, cosa que ayuda a la sensación teatral del conjunto. Con el reparto de excepción que tiene esta historia, este corto queda como una anécdota peculiar, más un divertimento para los actores que una historia profunda con una moraleja potente, cosa que no existe. Y a veces, esa falta de pretensiones es más que suficiente para proporcionar un buen entretenimiento. Pero al mismo tiempo diría que este es el corto que menos me ha gustado de esta colección.
El cisne
Dos abusones tan corpulentos como cretinos acosan sin piedad a un niño brillante y bajito. Adaptación del relato homónimo de Roald Dahl.
El Cisne es un cortometraje de 17 minutos con guion y dirección de Anderson adaptando el cuento de Dahl de 1977. El corto está protagonizado por Rupert Friend, Ralph Fiennes y Asa Jennings, y cuenta con la fotografía de Roman Coppola, hijo de Francis Ford Coppola y que ya ha trabajado con Anderson en Asteroid city.
Este corto también me ha resultado sorprendente, al contar la historia de unos bullies que torturan a un chaval cuyo único pecado es ser inteligente y llevar gafas. Las acciones de los abusones son terribles, pero de alguna manera quedan amortiguadas por la narración fría que Anderson plantea para todos los cortos. La acción se produce en la campiña británica, y el diseño de producción elegido resalta el elemento teatral con campos de trigo de quita y pon, al igual que unas vías de tren y un lago. Dentro de lo tremendo de las acciones de los abusones, el final que Roald Dahl planteó para esta historia me gustó mucho, al irse por una idea fantástica que rompe con lo visto hasta ese momento, dejando al espectador con buen sabor de boca ante un final super redondo.
El desratizador
En un pueblo inglés, un reportero y un mecánico escuchan a un cazador de ratas explicar su astuto plan para burlar a su presa.
The ratcatcher es una cuento de Dahl de 1953. El corto de 17 minutos tiene a Robert Yeoman como director de fotografía, y está protagonizado por Ralph Fiennes, Rupert Friend y Richard Ayoade.
Ralph Fiennes realiza una estupenda interpretación de este desratizador que tiene muchas similitudes con las propias ratas que tiene que exterminar. Y en este último cuento de Dahl tenemos otra vez una historia con un estupendo humor negro al conocer a este especialista que llega a un pueblo para realizar un trabajo y acaba marchándose de ese pueblo sin haber hecho pero habiendo ganado dinero igualmente.
En este corto Anderson plantea de nuevo casi una única localización, dejando clara la vocación teatral de estas historias. El elemento diferenciador en este claro sería los efectos especiales para la creación de las ratas. Unas ratas que lucen geniales sin ser realistas, usando un tipo de animación que me recordó el de otras obras previas suyas como Fantastic Mr. Fox o Isle of Dogs. Al ser un corto de apenas 17 minutos la historia va al grano, y gracias a lo sorprendente de la caracterización de Fiennes me ha tenido fascinado de principio a fin.
En resumen, me alegra haber visto estos cortometrajes en Netflix, incluso sea para decir que están bien sin más. Entre otros motivos porque los cuentos de Dahl son los que son y tampoco se las puede exigir cosas que no son. En todo caso, creo que son unos cortos sorprendentes e imaginativos que gustarán a la legión de seguidores del director. La propia existencia de estos cortos que son unos contenidos super minoritarios de nicho justifica la existencia de Netflix y en general de los canales de streaming, que deberían ofrecer no productos homogeneizados buscando un público masivo, sino un producto más especializado para conectar con públicos de todas las sensibilidades. Critico mucho a Netflix por sus contenidos mediocres, pero en este caso, no puedo más que estar agradecido de su existencia.
Comparto el trailer de La maravillosa historia de Henry Sugar:
PUNTUACIÓN: 6.5/10
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¡Saludos a todos!




He leído algunos cuentos de Dahl y me animas, con tu entrada, a ver esas adaptaciones.
Saludos.
Me alegra saberlo, gracias!!! Si tienes Netflix la verdad es que es un pecado no verlos. Además, su duración los hacen perfectos para ver en cualquier momento tonto.