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Crítica de Veneno 24-26 de Torunn Grønbekk y Julius Ohta (Marvel Comics – Panini)

Termina el primer arco de Natasha Romanoff como la nueva Veneno del Universo Marvel, una historia de Torunn Grønbekk y Julius Ohta que resume los problemas de esta colección.

PUNTUACIÓN: 4/10

Después de los impactantes eventos de Veneno nº 21, Natasha Romanov, más conocida como La Viuda Negra, se cruza con los simbiontes de una manera que cambiará a todos para siempre.

Este arco de tres números se publicó en USA en los números Venom 26 a 28, y se ha titulado Estado de gracia.

La actual etapa de Veneno iniciada por Al Ewing y Ram V, con dibujos del espectacular Bryan Hitch, empezó como un concepto interesante que planteaba una narrativa a la que estamos poco habituados en los comics de superhéroes. Porque establecieron una colección dividida por la mitad con dos protagonistas viviendo aventuras en paralelo. Por un lado aún tenemos a Eddie Brock intentando volver al presente viajando por el continuo espacio-tiempo, mientras que su hijo Dylan era el nuevo Veneno en el presente del Universo Marvel. Como premisa, resultaba interesante y me mantuve en este barco tras terminar la etapa de Donny Cates y Ryan Stegman.

Pero ya han pasado 28 grapas USA y este arco Estado de gracia escrito por Torunn Grønbekk confirma lo que hace ya meses sabía, creando ahora ya si el punto de no retorno. Y es que la historia interesante es, siempre ha sido, la de Eddie Brock. Y tener a Dylan y al resto de tropa de simbiontes (luego entro a ello) es un fail total que mantiene al lector alejado del comic que si quiero leer, ofreciendo historias que no están a la altura que no me interesan nada y que no saben ser interesantes.

Gran parte de la culpa de todo es de Torunn Grønbekk, la escritora noruega que parece ha encontrado un espacio en Marvel. Y que para mi desgracia no dejo de comprobar con cada nueva grapa suya que puede plantear argumentos más o menos correctos que no sabe trasladarlos a un comic que resulte interesante de leer. Lo podemos comprobar con la premisa de los Sinnombre, una organización de personas que sufrieron una desgracia provocada por grandes empresas y que buscan vengarse. Y es exactamente eso, la idea me parece curiosa, pero no hay nada interesante en el desarrollo de este comic. Además, la acción resulta confusa y no sabe plantear personajes con personalidad ni consigue que nos preocupemos por los diferentes simbiontes, lo que provoca que el fracaso sea total. Por ejemplo, la trama del joven Bren Waters a punto de morir no puede ser más intrascendente y sin interés, pero la de Natasha buscando los archivos de Alchemax puedes ser hasta peor.

Mira que la he dado oportunidades de sobra, pero hasta aquí. No pienso volver a gasta mi dinero en otro comic escrito por Torunn Grønbekk. Que le aproveche a quien le guste.

Aparte del deficiente guion de Grønbekk, el comic de Veneno tiene otro problema derivado de la idea de Marvel de hacer que los simbiontes se multipliquen, quitando el elemento de originalidad que debería tener el héroe de una colección de comics. Incluso sin tener en cuenta a Eddie Brock, que sigue a su aire, en este arco tenemos a Dylan Brock como el actual Veneno, Bren Waters como Toxina, el simbionte Durmiente y ahora la incorporación de Natasha Romanoff como la portadora de un simbionte recién nacido, adquiriendo la identidad de Viuda.

Como digo, esta idea de héroes duplicados no es nueva. Desde hace años tenemos a dos Spidermans y dos Capitanes América, y a ratos dos Thors. Y no entro a los varios Iron Man (Girl) o hasta hace pocos meses, dos Daredevils. En teoría, la idea de varios héroes de edades, sexos o razas diferentes está planteado para apelar a un rango de lectores mayor que se puedan sentir identificados con uno u otro de los personajes. Pero en la práctica lo que creo que está sucediendo es que si el héroe deja de ser único, ¿Por qué voy a querer seguir unas aventuras más o menos intercambiables?

En el caso de Natasha Romanoff (Viuda Negra), la idea de convertirla en la nueva portadora de un simbionte es una mala idea por partida doble. Por un lado tenemos el hecho que en los últimos 60 años Natasha era una heroína de pleno derecho que no necesitaba de ninguna «muleta» para demostrar su valía. Algo que se ha confirmado una y otra vez en infinidad de comics, por ejemplo en la corta etapa de Mark Waid y Chris Samnee. Que ella necesite a un simbionte para las cosas que hace en este comic es una idea de bombero torero que no tiene ningún sentido. Como tampoco necesitó llevar una armadura de Iron Man para ser una Vengadora por méritos propios. Pero es que si ahora ya no es la Viuda Negra al convertirse en la siguiente de una larga lista de portadores de simbiontes, ha perdido toda originalidad e interés. Que es justo lo que acaba de pasar en este arco. De verdad, no entiendo que nadie en Marvel se de cuenta de esto. A cambio de un shock puntual que alguien de Marvel pensó que va a provocar un aumento puntual de ventas de alguna grapa concreta, se están cargando lo que hacía interesante al personaje para empezar. Es que no hay por donde cogerlo.

El único elemento positivo de este arco de Veneno es el dibujo de Julius Ohta con color de Frank D´Armata, que reconozco muestra potencial y me ha gustado bastante. Lo malo es que ni en eso Marvel consigue darme una alegría completa, dado que Ohta sólo dibuja entero en número 26 USA. En los números 27 y 28 USA a Ohta le acompaña Rafael Pimentel, que es un dibujante bastante mediocre. De forma que tenemos un comic bastante decepcionante lo mires como lo mires.

Estuve a punto de no comprar estas grapas pero al final supongo que a mi yo completista le supo mal no comprarlas y que luego hubiera un hueco en la colección. Pero eso se acabó. Leyendo los avances de Panini en las próximas dos grapas vuelven Eddie Brock, Al Ewing y CAFU. Esas grapas las compraré seguro, ojalá resuelvan la trama de Eddie y pueda volver al presente. Pero esté como esté no compraré otro comic de Grønbekk. Desde luego, el próximo evento de Veneno y Matanza que se está anunciado y que está guionizado por ella no.

Comparto las primeras páginas de este arco:

Veneno está en caída libre. Me da igual lo que me cuenten, el próximo comic de esta colección que tenga guion de Torunn Grønbekk será el primero que no compre, está como esté la trama. Imposible aguantar más este suplicio.

PUNTUACIÓN: 4/10

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Crítica de Veneno 17-23 de Al Ewing, CAFU y vv. aa. (Marvel Comics – Panini)

Tras la marcha de Bryan Hitch de Veneno, toca repasar mis impresiones de los últimos números de Veneno de Al Ewing, con dibujos de CAFU, Ramón F. Bachs, Sergio Dávila, y otros artistas, que han supuesto una nueva vuelta de tuerca al viaje de Eddie Brock y su hijo Dylan como Veneno.

PUNTUACIÓN: 7/10

¡Locura y más allá! Eddie Brock se ha enfrentado con muchos monstruos en su vida, pero ninguno tan terrible como el que ha nacido de su propia rabia: Locura. En este número, contempla el regreso de Locura al Jardín del Tiempo y en qué se convierte Eddie tras «Red Oscura».

Los números 17 a 23 de Panini incluyen Venom 17-25 USA, más las páginas correspondientes a Veneno del especial Free Comic-Book Day 2023: Spiderman/Venom One-Shot.

Tras Bryan Hitch, el artista español CAFU (Carlos Alberto Fernández Urbano) se convirtió en artista oficioso de la colección con el color de Frank D´Armata, que colorea toda la serie. CAFU ha dibujado los números 17, 18, 20, 21 (con Pere Pérez) y algunas páginas del número 25 USA, además del especial del Día del Comic Gratis.

Además de CAFU, Rogê Antonio dibuja el número 19 USA, Ramón F. Bachs el 22, Ken Lashey con Bachs dibujan el 23, Sergio Dávila con entintado de Sean Parsons el 24 y en el especial 25 tenemos además de a CAFU a Sergio Dávila con Sean Parsons, Ken Lashey y Julius Ohta.

Junto a esto, comentar también que Al Ewing guioniza todos estos números excepto el 23 USA que cuenta con guion de Torunn Grønbekk, que se encargará de guionizar la nueva etapa que empezará a partir del 26 USA con una nueva portadora del simbionte Veneno.

Veneno de Al Ewing parece un comic salido de la Marvel de los 70-80. Y pensando que toda su trama discurre con Eddie a través del tiempo, igual no es una idea tan descabellada. Y digo esto porque frente a la tendencia del comic mainstream actual de agrupar sus historias en arcos más o menos cerrados que ofrezcan una lectura satisfactoria en tomo, Al Ewing sigue con su historia río en la que no hay puntos en inicio (más allá del obvio, el primer número de su reinicio) y, sobre todo, no se le ve un final a la vista. En lo relativo a las colecciones de Marvel y DC que sigo, suelo esperarme a tener un arco completo para reseñarla, pero en el caso de Veneno he tardado mucho en decidir a hacer este artículo precisamente porque en estos meses no me encontraba nunca ese cierre de arco que me diera la oportunidad de hacerlo. Tener el especial 25 USA este mes en la edición de Panini me ha dado por fin ese momento.

A esto se le añade la complejidad de tener a dos protagonistas, que Ewing soluciona dividiendo el comic en dos. Unas grapas están centradas en la epopeya de Eddie a través del tiempo para recuperar su cuerpo y con ello su vida, intentando derrotar a su versión oscura futura Meridius, mientras que en otras grapas diferentes intercaladas su hijo Dylan sigue con sus aventuras en Nueva York en el presente, captando amigos para que se unan a su lucha, como es el caso del nieto de Norman Osborn.

Esta narración está resultando muy exigente para el lector. O al menos, para mi. Porque en las 9 grapas USA publicadas por Panini, además de la historia del Día del Comic Gratis, nos hemos encontrado con una distribución de 2 grapas para Eddie (números 17-18 USA) con el renacimiento de Eddie tras el cruce con Red Oscura, la siguiente (no. 19) centrada en Dylan contra Duende Dorado y la presentación de Flexo, otras 2 con Eddie (20-21) en las que controla a su versión oscura y enfadada de Locura, dos con Dylan (22-23) siguiendo con Flexo y una historia con Toxina con guion de Torunn Grønbekk, y las dos últimas (24-25) centradas por Eddie buscando apoderarse de la máquina del tiempo del Doctor Muerte para ir al futuro a enfrentarse a Meridius.

Esta distribución quizá es lo menos bueno de una historia que en todo caso se nota muy pensada por Ewing. Porque aunque deberían ser igual de importantes, en realidad la historia que me interesa es la de Eddie, de forma que las grapas intercaladas de Dylan aparte de estar peor dibujadas y tener muchísimo menos interés, provocan que se pare la narración de la historia principal. Hasta el punto que cuando volviamos tras una grapa de Dylan con Eddie me tenía que volver a leer lo anterior porque me encontraba despistado por lo contado hasta ese momento. Y diría que esto mismo lo siente también Panini al agrupar en una única grapa española (nº 21) dos grapas USA con dos historias de Dylan (nos. 22 y 23), para no parar dos meses la historia de Eddie. Y tengo claro que para Ewing sus dos protagonistas son importantes en su historia, y cuando llegue la convergencia de ambos resultará fundamental haber leído el viaje de Dylan igual que el de Eddie. Pero en mi caso me está provocando una dificultad inesperada para seguir esta colección, porque como digo el interés y el disfrute no es el mismo cuando protagoniza Eddie que cuando lo hace Dylan. Nada que ver.

En la parte de Eddie Ewing plantea soluciones narrativas alucinantes, como el momento en el limbo en que la acción se desdobla en dos realidades diferentes con dos finales diferentes para Eddie, una de las cuales conectando con el cruce de hace unos meses con Thor, mientras que la otra provoca el renacimiento de la consciencia de Eddie. Ver a Ewing jugando con la realidad y el tiempo me está resultando superchulo. Sin embargo, aparte del menor interés de Dylan, ver que Torunn Grønbekk parece que ha sido contratada para escribir estas historias resulta un bajón tremendo. Porque tras haberla leído en Jane Foster: Valquiria, Thor y Jane Foster y El Poderoso Thor veo a una escritora bastante mediocre, que a pesar de sus conocimientos en cultura nórdica cuenta sus historias de una forma que no las hace interesantes.

Otro tema es el apartado artístico. Que Bryan Hitch dibujara 16 grapas consecutivas de Veneno fue un hito alucinante. Sin embargo, tras la marcha de Hitch Marvel ha recaído en sus vicios actuales, iniciando un baile de dibujantes que me parece lamentable. Empezando por lo positivo, me gusta mucho CAFU, su narrativa y personalidad ayudan a que los comics protagonizados por Eddie molen mucho, trasladando las locuras de guion de Ewing a imágenes de forma modélica. Intentando mirar en positivo la situación, que Marvel dejara a CAFU el arco de Eddie y a otros artistas el de Dylan no es mala idea en principio. Sin embargo, al final tenemos que en 9 grapas USA CAFU sólo ha dibujado 4 grapas USA, más el especial del Día del Comic Gratis y algunas páginas del especial 25 USA. Muy poca producción. De hecho, me resisto a pensar que CAFU no pueda mantener un ritmo mensual de publicación ni 3 meses seguidos, de forma que estos cambios de dibujantes son cosa de Marvel, no del artista en cuestión. Aparte que tras dibujar el 21 USA, tendría que haber dibujado el 24 USA que volvía a estar protagonizado por Eddie, y sin embargo lo dibuja Sergio Dávila, que es muuuuuuy inferior. Luego en realidad no se puede decir que CAFU sea el artista «oficial» de Eddie Brock, es uno más de los diferentes artistas de paso que han pasado por esta cabecera. De hecho, compruebo en la solicitación que las próximas tres grapas las dibuja Julius Ohta, de forma que sus páginas en el especial 25 USA han servido de presentación en esta colección.

Y aquí viene lo negativo, porque Rogê Antonio, Ramón F. Bachs, Ken Lashey, Sergio Dávila con entintado de Sean Parsons y Julius Ohta dibujan el resto de números e historias de esta etapa. Y me gusta el estilo de Ramón F. Bachs, pero los demás artistas están a un nivel muy inferior al de CAFU. En especial, Ken Lashey es terrible. Y todo lo chulo que tenía la lectura inicial de esta colección con su consistencia artística se ha convertido en un sin-dios en el que no sabes lo que te espera en la siguiente grapa. Lo cual es la realidad actual en Marvel, pero no deja de ser un bajón que hace que la lectura no sea tan satisfactoria como antes.

Marvel ha decidido que Bryan Hitch siga realizando las portadas de Veneno, que he acompañado al artículo. Y dentro que las portadas me parecen modélicas y en general me gustan, en realidad me generan cierto rechazo. Porque Marvel intenta transmitir una consistencia artística que en realidad no existe en el interior. Y además, porque el Eddie Brock de Cafu tiene un feeling diferente al de Hitch, y sin embargo Marvel de alguna manera le desmerece al seguir anclados en lo que de facto es el pasado del personaje que no va a volver a páginas interiores. De hecho, no me sorprende que la portada del 25 USA (nº23 de Panini) sea la última de Hitch. (Por cierto, por eso mismo, que Cafu vaya a hacer las portadas de los números de Grønbekk y Ohta me genera la misma duda que estas de Hitch).

En general el Veneno de Al Ewing me gusta. Pero se me plantea un importante dilema de cara a los próximos meses. Y es que compruebo que Torunn Grønbekk se va a encargar de guionizar las tres próximas grapas USA, con dibujo de Julius Ohta, con una historia de Dylan que servirá de presentación de la Viuda Negra como la nueva Veneno. Y por lo visto hasta ahora ya digo que no conecto nada con Grønbekk, no creo que esta historia sea nada del otro mundo como ya no lo fue el número 23 USA. ¿Qué hago? ¿Me salto estas tres grapas y vuelvo para el 29 USA en el que Ewing y CAFU vuelven para seguir contando la historia de Eddie enfrentado a Meridius en el Jardín del Tiempo? La duda está ahí, aparte del problema de comprobar que tras las dos grapas de Ewing y CAFU empieza un crossover de Veneno y Matanza de nuevo con guion de Grønbekk y dibujo del terrible Lashey. Si empezamos con eventos mal vamos, la verdad.

Me resisto a no ver cómo cierra Ewing su historia. Eso me interesa. Pero la idea de comerme un montón de comics mediocres de Grønbekk con otros personajes que no sean Eddie me reconcome también. No tengo claro qué voy a hacer, pero que entre dentro de las posibilidades dejar de comprar Veneno ya muestra el problema que ha surgido en los últimos meses. Y ahora mismo no tengo respuesta.

Comparto las primeras páginas del número 17 de Panini:

Veneno de Al Ewing es un buen comic cuando tenemos a Eddie Brock de protagonista y cuando lo dibuja CAFU. Pero cae muchos enteros cuando la historia se centra en Dylan. Y sobre todo cuando no guioniza Ewing.

PUNTUACIÓN: 7/10

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Wes Anderson adapta los cuentos de Roald Dahl en Netflix

Gracias a Netflix he podido ver la adaptación que el inclasificable Wes Anderson realiza de varios cuentos e historias cortas de Roald Dahl, realizado con un reparto estelar en cuatro cortometrajes.

Si hablamos de cine de autor que muestra una visión única de la vida, Wes Anderson (Texas, 1969) es uno de los nombres que automáticamente vienen a la cabeza. Director, guionista, productor y actor estadounidense, es conocido por sus películas Ladrón que roba a un ladrón (1996), Academia Rushmore (1998), The Royal Tenenbaums (2001), Vida acuática (2004), Viaje a Darjeeling (2007), Fantástico Sr. Fox (2009), Moonrise Kingdom (2012), El Gran Hotel Budapest (2014), Isla de Perros (2018) y La crónica francesa (2021) y este año, Asteroid City.

Anderson fue nominado al Premio Oscar en las categorías de mejor guion original por The Royal Tenenbaums, Moonrise Kingdom y The Grand Budapest Hotel. Además, tanto Fantastic Mr. Fox como Isle of Dogs fueron nominadas en la categoría de Mejor película animada. Durante su carrera ha ganados un Globo de Oro, el Oso de Plata de la Berlinale o un Premio Bafta a Mejor guion original.

La producción por parte de Netflix de estos cortometrajes tiene su explicación a partir de la compra por parte de la compañía de streaming de la Roald Dahl Story Company por 686 millones de dólares (500 millones de libras) en 2021, buscando además tener acceso prioritario a los siguientes proyectos de Anderson, un enamorado de la obra del escritor inglés. A continuación repaso brevemente cada uno de estos cortometrajes.

La maravillosa historia de Henry Sugar

Una historia de Roald Dahl sobre un hombre rico que se entera de la existencia de un gurú que puede ver sin usar los ojos y se propone dominar esa habilidad para hacer trampas en el juego. (FILMAFFINITY)

Este cortometraje de 41 minutos cuenta con guion y dirección de Anderson, basado en el cuento de 1977 «La maravillosa historia de Henry Sugar» de Roald Dahl. Se trata de la segunda adaptación cinematográfica de una obra de Dahl dirigida por Anderson, tras Fantastic Mr. Fox (2009). El corto cuenta además de fotografía de Robert Yeoman, montaje de Barney Pilling y Andrew Weisblum.

En el reparto encontramos a Benedict Cumberbatch como Henry Sugar / Max Engelman, Ralph Fiennes como Roald Dahl / El Policía, Dev Patel como Dr. Chatterjee / John Winston, Ben Kingsley como Imdad Khan / El Repartidor, Richard Ayoade como Dr. Marshall / El Gran Yogui y David Gant como Croupier del Casino.

Este cuento de Roald Dahl se ajusta como anillo al dedo de los gustos narrativos de Anderson, al tratarse de un cuento en el que encontramos una historia dentro de una historia dentro de otra historia. En positivo, el cortometraje tiene la perfección estética esperable en una obra de Anderson, con una puesta en escena teatral con escenarios que cambian a la vista del espectador para llevarnos de una escena a otra.

Tener a un reparto con Benedict Cumberbatch, Ralph Fiennes, Dev Patel y Ben Kingsley me parece una pasada. El rodaje de los diferentes cortometrajes se realizó en Londres, por lo que entiendo que el rodaje no les supuso ningún trastorno, más bien al revés, al estar cerca de sus domicilios. Estos actores tienen la presencia esperable en ellos, si bien los personajes que interpretan están super acartonados y limitan tremendamente sus posibilidades.

Esto me lleva al problema principal que tengo con la adaptación de Anderson de estos cuentos. Y es que Anderson es literal en la adaptación, haciendo que los actores sean los narradores del cuento, mirando hacia la cámara y utilizando una voz neutra expresada a gran velocidad para contar la historia. Esto provoca que todo se sienta super frío, y además enfatiza el elemento falso y teatral de todo. Si los actores se expresaran con un tono más normal habría una cierta empatía, pero Anderson claramente busca enfatizar esa sensación de frialdad y de lejanía respecto al espectador.

Si a todo esto le sumamos una historia de Dahl que cuenta una historia que no es ni buena ni mala sino que simplemente sucede, me queda una sensación de maravilla en lo estético pero con una historia que me ha dejado frío y casi diría que desaprovecha a los enormes actores que trabajan con Anderson.

Veneno

Cuando una serpiente venenosa se desliza por el estómago de un inglés en la India, su socio y un médico corren para salvarle.

Veneno es un cuento de Dahl de 1950. El corto de 17 minutos tiene a Robert Yeoman como director de fotografía, y está protagonizado por Benedict Cumberbatch, Ralph Fiennes, Dev Patel y Ben Kingsley.

Este cuento de Dahl tiene un toque de humor negro que me ha hecho bastante gracia, al tener a un Benedict Cumberbatch inmóvil en una cama obligando a hacer al resto de personajes un montón de peripecias para intentar quitarle del pijama una serpiente super venenosa que él afirma le ha entrado mientras dormía. Las diferentes acciones son infructuosas, por lo que la resolución es plantearse si no se lo habrá imaginado todo.

Otro elemento que me gustó es la duración de apenas 17 minutos, dado que la historia era más bien una peripecia entretenida pero que no da más de si. En todo caso, estamos ante una historia prácticamente contada en una localización, cosa que ayuda a la sensación teatral del conjunto. Con el reparto de excepción que tiene esta historia, este corto queda como una anécdota peculiar, más un divertimento para los actores que una historia profunda con una moraleja potente, cosa que no existe. Y a veces, esa falta de pretensiones es más que suficiente para proporcionar un buen entretenimiento. Pero al mismo tiempo diría que este es el corto que menos me ha gustado de esta colección.

El cisne

Dos abusones tan corpulentos como cretinos acosan sin piedad a un niño brillante y bajito. Adaptación del relato homónimo de Roald Dahl.

El Cisne es un cortometraje de 17 minutos con guion y dirección de Anderson adaptando el cuento de Dahl de 1977. El corto está protagonizado por Rupert Friend, Ralph Fiennes y Asa Jennings, y cuenta con la fotografía de Roman Coppola, hijo de Francis Ford Coppola y que ya ha trabajado con Anderson en Asteroid city.

Este corto también me ha resultado sorprendente, al contar la historia de unos bullies que torturan a un chaval cuyo único pecado es ser inteligente y llevar gafas. Las acciones de los abusones son terribles, pero de alguna manera quedan amortiguadas por la narración fría que Anderson plantea para todos los cortos. La acción se produce en la campiña británica, y el diseño de producción elegido resalta el elemento teatral con campos de trigo de quita y pon, al igual que unas vías de tren y un lago. Dentro de lo tremendo de las acciones de los abusones, el final que Roald Dahl planteó para esta historia me gustó mucho, al irse por una idea fantástica que rompe con lo visto hasta ese momento, dejando al espectador con buen sabor de boca ante un final super redondo.

El desratizador

En un pueblo inglés, un reportero y un mecánico escuchan a un cazador de ratas explicar su astuto plan para burlar a su presa.

The ratcatcher es una cuento de Dahl de 1953. El corto de 17 minutos tiene a Robert Yeoman como director de fotografía, y está protagonizado por Ralph Fiennes, Rupert Friend y Richard Ayoade.

Ralph Fiennes realiza una estupenda interpretación de este desratizador que tiene muchas similitudes con las propias ratas que tiene que exterminar. Y en este último cuento de Dahl tenemos otra vez una historia con un estupendo humor negro al conocer a este especialista que llega a un pueblo para realizar un trabajo y acaba marchándose de ese pueblo sin haber hecho pero habiendo ganado dinero igualmente.

En este corto Anderson plantea de nuevo casi una única localización, dejando clara la vocación teatral de estas historias. El elemento diferenciador en este claro sería los efectos especiales para la creación de las ratas. Unas ratas que lucen geniales sin ser realistas, usando un tipo de animación que me recordó el de otras obras previas suyas como Fantastic Mr. Fox o Isle of Dogs. Al ser un corto de apenas 17 minutos la historia va al grano, y gracias a lo sorprendente de la caracterización de Fiennes me ha tenido fascinado de principio a fin.

En resumen, me alegra haber visto estos cortometrajes en Netflix, incluso sea para decir que están bien sin más. Entre otros motivos porque los cuentos de Dahl son los que son y tampoco se las puede exigir cosas que no son. En todo caso, creo que son unos cortos sorprendentes e imaginativos que gustarán a la legión de seguidores del director. La propia existencia de estos cortos que son unos contenidos super minoritarios de nicho justifica la existencia de Netflix y en general de los canales de streaming, que deberían ofrecer no productos homogeneizados buscando un público masivo, sino un producto más especializado para conectar con públicos de todas las sensibilidades. Critico mucho a Netflix por sus contenidos mediocres, pero en este caso, no puedo más que estar agradecido de su existencia.

Comparto el trailer de La maravillosa historia de Henry Sugar:

PUNTUACIÓN: 6.5/10

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Crítica de Veneno 11-16 de Al Ewing, Ram V y Bryan Hitch (Marvel Comics – Panini)

Termina la etapa de Bryan Hitch en Veneno tras dibujar 16 grapas ininterrumpidamente, una cifra que está al alcance de muy pocos artistas actuales. Es buen momento para analizar los últimos números de la colección guionizada por Ram V y Al Ewing.

PUNTUCIÓN: 8/10

El comienzo de «Demonización». Tras las explosivas revelaciones del número anterior, arranca el aterrador tercer arco argumental de nuestra etapa con Dylan Brock a merced de Locura. Pero ¿Dónde está el padre de Dylan, el Veneno original? ¿Dónde está Eddie Brock?

Y después, asistiremos a la conexión de Veneno al evento arácnido «Red Oscura». Madelyne Pryor tiene planes para Eddie Brock y los simbiontes que éste controla. A su vez, los secretos salen a la luz. Todos los temores del Protector Letal desde el inicio de la actual etapa se hacen realidad, en este punto de inflexión de la colección.

Estos números de Panini incluyen Venom 11-16 USA.

Hay que reconocer que la etapa de Ram V y Al Ewing como guionistas rotatorios en Veneno está quedando super maja. Con la finalización del tercer arco de la colección se confirma la naturaleza dual del comic, al asistir a la confirmación del origen de las habilidades de Dylan y su nueva identidad superheroica con el nombre de Codex. Estos nuevos poderes añaden unas posibilidades muy chulas al nuevo héroe, que en estos números va a contactar con varios aliados venomizados.

Ewing y V se muestran como unos perfectos jugadores de equipo, dado que aprovechan la inclusión de Veneno en el evento Red Oscura de Spiderman para crear una historia que sigue construyendo el drama de Eddie a través del tiempo, mientras intenta regresar a su presente con su hijo. El elemento de espada de Damocles sobre su cabeza está super bien, al conocer que su yo futuro está predestinado a convertirse en Meridian, un villano que controla el tiempo. Además, estos números muestran la transformación de Eddie en Locura, el villano que conocimos en números anteriores, debido a los planes de Madelyne Pryor (Reina Duende) y Ben Reilly (Abismo). Teniendo en cuenta las cartas que les ha dado la editorial, creo que han realizado un trabajo muy bueno.

Una cosa que me parece muy interesante es que Ewing y V no escriben juntos, sino que cada número está escrito por uno de los dos. Obviamente estarán en permanente comunicación, pero no siento cuando leo las grapas que haya dos escritores. Estos 16 números han estado muy bien, y además de la sensación satisfactoria me gusta que todo apunta que lo que está por venir puede ser aún mejor. Querer comprar el comic del mes siguiente es la primera obligación de cualquier comic mainstream, y en eso el éxito es total.

En el apartado artístico, hay que quitarse el sombrero y levantarse a aplaudir a Bryan Hitch, que ha dibujado los 16 números de esta colección con la colaboración de Andrew Currie en las tintas y Alex Sinclair en el color. Marvel le ha necesitado en encargos de más enjundia para la editorial, como el primer número especial de Vengadores Reunidos, el final de la etapa de Jason Aaron en Vengadores, o la inminente Ultimate Invasion junto a Jonathan Hickman, por lo que este número 16 marca su final en la serie (al menos de momento). Pero hay que destacar que ahora mismo ningún otro artista de Marvel, y ni casi de ninguna editorial, es capaz de ofrecer esta regularidad con la calidad y consistencia que nos ha ofrecido Hitch durante estos meses.

Como puede verse en las páginas que incluyo a continuación, Hitch mantiene su fuerza a la hora de crear las escenas de acción, con una composición de páginas super dinámicas. Dentro de tener un dibujo impecable, tengo que reconocer que algunas caras de Dylan o Eddie de vez en cuando se ven raras, y que dibujar niños pequeños no es lo suyo. y lo mismo con algunas páginas se notan apresuradas entiendo que a lo mejor en alguna ocasión que los plazos de entrega le pillaron el terreno. Pero en realidad esto son pequeños elementos que no empañan un trabajo fantástico durante estos meses.

Sobre el tema de la consistencia, intuitivamente puedo opinar que me gusta más el dibujo actual de Pepe Larraz. Pero cuando vemos que en la colección de Patrulla X con Gerry Duggan Larraz sólo dibujó 7 de los 12 números de la serie, teniendo a Javier Pina o C.F. Villa de artistas fillineros, si tengo que elegir, me quedaría siempre con Hitch para cualquier serie en la que mantenga esta regularidad y calidad media. Porque Larraz es muy bueno, pero Villa es flojo no, lo siguiente.

Tras el evento Red Oscura, el mes que viene las cosas volverán a la normalidad para Eddie y Dylan. Si a normalidad se entiende tener tu mente perdida en el continuo tiempo y tener que luchar contra una versión futura malvada de ti mismo, claro. La etapa de Donny Cates t Ryan Stegman fue una pasada, pero me gusta que ofreciendo otra cosa, Ewing, V y Hitch hasta ahora hayan sabido crear una historia apasionante que abre nuevos caminos manteniéndose fiel a la historia del personaje. Esto es un ejemplo modélico de buena narrativa superheróica. Me tienen muy arriba con esta etapa, y lo mejor es que creo que aún hay margen para muchas sorpresas y para que la historia siga yendo a más.

Comparto las primeras páginas del comic:

Veneno sigue con paso firme con una etapa que está quedando la mar de maja. Esperemos que Cafu a partir del próximo mes nos haga olvidarnos rápido de Hitch. Un Hitch que por otro lado ha hecho algo histórico en Marvel Comics.

PUNTUACIÓN: 8/10

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Crítica de Thor 27-28 de Donny Cates, Al Ewing y Salvador Larroca (Marvel Comics – Panini)

La actual etapa de Donny Cates en Thor se toma un respiro con una historia en dos partes que nos trae la aparición estelar de Veneno, a cargo del español Salvador Larroca en el dibujo, con color de Edgar Delgado, y la ayuda de Al Ewing en el guion.

PUNTUACIÓN: 5/10

Donny Cates vuelve a escribir una aventura con Veneno, acompañado del artista invitado Salvador Larroca. En esta agrupación de reyes, Thor, rey de Asgard, y Eddie Brock, el Rey de Negro, deben dejar de lado sus diferencias si quieren salvar lo que más aman: La Tierra. Cómo impactarán en Asgard los acontecimientos actuales de la serie del Protector Letal?

Estos dos comics se corresponden con Thor v6, 27-28 USA, y han sido publicados en España en noviembre de 2022 y este mes de enero, con un mes de descanso entre ambos.

Donny Cates no está bien. Aunque no se sabe exactamente qué le pasa, los retrasos en cascada en todos sus comics y el hecho contado por él de haber estado ingresado hace años por algo grave hace que me preocupe por su estado de salud, y le desee que se mejore y pueda volver pronto a estar a tope. En el caso de Thor tenemos una historia en dos partes con la aparición estelar de Veneno, Veneno de Asgard, que cuenta con argumento de Cates y Al Ewing, con Ewing realizando el guion completo.

Y la verdad es que me ha sorprendido para bien. Ya he comentado antes que me encanta la actual etapa de Ewing, Ram V y Bryan Hitch en Veneno. De hecho, una de las señas de identidad de esta etapa es la complejidad de una historia desarrollada por el continuo especio-tiempo, con la sensación de tener Ewing y V la historia perfectamente planteada desde el inicio hasta su inevitable final. Ewing ha encontrado la forma de conectar su Veneno con Thor, planteando unos sucesos que conectarán con esta historia que no veremos en su colección hasta dentro de unos meses, en el nº 17 de Veneno, jugando con la idea de los viajes en el tiempo y como hechos futuros afectan al presente de otros personajes. Esto la verdad es que me ha gustado mucho, la verdad. Además del hecho de la incertidumbre que hay mientras lees el comic sobre qué versión de Veneno estamos viendo.

Por la parte de Thor, tenía la sensación que estábamos ante una historia fill-in, pero nada más lejos de la realidad. Tras el decepcionante cruce con Hulk, el retorno a la narración normal ofrece una aventura cuyas repercusiones van a ser muy importantes para Asgard, para nada es un relleno sin importancia. En este sentido, Cates y Ewing muestran un gran conocimiento de la historia del Dios del Trueno al utilizar a un personaje de segunda fila como Darkoth como villano de esta historia, un demonio que apenas tuvo un par de pariciones previas que es recuperado para esta historia. Al estar super metida en el arco de Cates, Thor Odinson sigue siendo un protagonista desagradable, resaltando una vez más el pecado original de esta etapa de Thor, que es comprobar que Cates no ha sabido pillarle el toque al personaje. Dicho esto, tengo que decir que la historia de estas grapas están bien, desde luego mucho mejor que el cruce Bandera de Guerra que cruzó a Thor con Hulk.

En el lado del dibujo, nunca me ha gustado el cambiante estilo de Salvador Larroca. Y en el momento en que se olvidó de dibujar y se dedicó a copiar con el photoshop fotogramas de películas o cualquier cosa que se le pasara por delante, el desastre fue aún mayor. Y es un caso curioso digno de estudio, porque al menos el Larroca de su primera época sabía narrar y presentaba imágenes que tenían cierta fluidez en la página. El Larroca actual de photoshop presenta viñetas deslavazadas con poca o ninguna conexión con las demás mostrando una nula fluidez narrativa.

En estos dos números de Thor con color de Edgar Delgado se une el hecho que Larroca dibuja a los personajes de forma desagradable, por ejemplo con las enormes narices que añade a Thor, Loki y los demás. Está claro que es un aspecto totalmente subjetivo, pero su estilo actual me gusta aún menos que su obra del siglo XX. En este sentido, es interesante que la sensación de copiar imágenes reales de photoshop entrega un comic que no invita a ser leído, al no entender que los comics NO son el mundo real, y por tanto optar por el foto-realismo crea imágenes que no funcionan.

El dibujo debe contar de forma atractiva la historia de los personajes, y en el caso de Larroca, la verdad es que no lo consigue. De hecho, es más un lastre que otra cosa, lo peor que le puedo decir a un artista mainstream. Qué pena.

Comparto las primeras páginas del número 27:

Thor no se encuentra en buen momento. Aparte de la situación personal de Cates, el comic no acaba de cuajar con su planteamiento de un Thor Odinson super antipático, cosa que Ewing no consigue mitigar en esta historia.

PUNTUACIÓN: 5/10

Y tras este número, tenemos dos meses de parón por los problemas de periodicidad que está sufriendo la serie. En abril vuelve Nic Klein, con lo que la cosa sin duda mejorará, con una historia con guion de Torunn Gronbekk en sustitución de Cates, «El legado de Thanos». A ver qué tal está!

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