Crítica de Ultimate Invasion 4 de Jonathan Hickman y Bryan Hitch (Marvel Comics – Panini)

Termina Ultima Invasion, la miniserie que sirve de plataforma de lanzamiento de un nuevo universo Ultimate, realizada por Jonathan Hickman, Bryan Hitch, Andrew Currie y Alex Sinclair. Hoy comento con spoilers mis impresiones del último número.

PUNTUACIÓN: 5.5/10

¡Las líneas del tiempo y los Universos chocan! Iron Man debe elegir entre el menor de dos males: El Hacedor o Kang. Pero ¿qué secreto conoce sobre los hombres detrás de las máscaras? Al final de todo, el mundo fuera de tu ventana cambiará para siempre. No te pierdas esta conclusión gigantesca y llena de acción, ¿o es sólo el comienzo…?

Este último número es una grapa doble con 56 páginas.

Me sabe mal, pero Ultimate Invasion me ha parecido un bluf. Pero Marvel ya tiene lo que quería. Porque la primera idea que me deja este comic es que lo importante era el objetivo, tener una nueva realidad alternativa que poder llamar «Ultimate», y el como hacerlo era completamente secundario. Sin embargo, el objetivo de presentar no un nuevo mundo sino personajes que te interese saber qué van a hacer no lo han conseguido en absoluto. De hecho, ya confirmo que me bajo del carro y no compraré ninguna de las nuevas colecciones que ya se anuncian para los próximos meses con el renovado sello «Ultimate».

Pero por no ser cenizo, tengo que decir que me parece un lujo poder disfrutar de un Bryan Hitch con la plenitud creativa alucinante que estamos viendo en los últimos años. Y si Hitch es muy bueno de normal, verle en un comic con tiempo suficiente hace que su dibujo, junto al entintado de Andrew Currie y el color de Alex Sinclair, cuenta con un nivel de detalle como el que le recordaba en Ultimates o Authority. Por el nivel de detalle, pero también por la personalidad. Abajo tenéis unas páginas de muestra para que flipéis. Aunque la historia de Hickman no me ha gustado, reconozco que Hitch es uno de esos artistas que hacen que merezca la pena leer cualquier cosa que publiquen. Así de bueno es. Y sólo por él no me sabe mal haber comprado este comic.

Sin embargo, la historia de Hickman me ha parecido un bluf de grandes dimensiones. Empezando que para sorpresa de nadie, lo importante para Hickman es el high-concept, con unos personajes que podrían ser así o al contrario y no lo notaríamos porque no tienen ninguna personalidad. Hickman plantea un comic protagonizado por Howard Stark en el que su destino te da igual porque no es ni habla como una persona real. como siempre en Hickman, es la pieza del engranaje que tiene que hacer lo que hace para que el final deje el tablero donde Marvel quiere. Y lo mismo para el Hacedor, el villano super listo que es una versión oscura de Reed Richards del universo Ultimate original que es el constructor de este mundo al jugar con su pasado y que pierde al final porque otra persona acaba siendo más listo que él y inventa un objeto mejor que el objeto todopoderoso creado antes por él. Por muy bueno que sea Hitch, es el guionista el que tiene que insuflar personalidad a los personajes, y por eso este comic falla de forma tan estrepitosa. Y al no enganchar nada, por muy bonitos que sean los dibujos de Hitch, son todo fuegos de artificio sin chispa.

Reconozco que aparte de la necesidad de crear el high-concept que justifique la creación de este mundo, leyendo este comic me da la sensación que la pregunta «¿no sería molón si…? es lo que ha movido todo su análisis de lo que quería incorporar a este universo Ultimate:

– ¿Por qué no convertir al Reed Richards del Universo 6160 en una especial de Doctor Muerte con armadura porque si? Hecho.

– Aunque su carisma sea menos mil y tampoco voy a plantear que tenga personalidad, ¿por qué no hacer que un Kang aún más plano de lo normal construya un ejército de centenares de clones de Vengadores que no existen en esa realidad y no pintan nada en la historia? A por ello.

– Me sabe mal que mi primera etapa en el Universo Ultimate se cancelara porque no interesó a casi nadie. ¿Por qué no reciclo detalles de esa etapa para esta, como la ciudad de tiempo nulo del Hacedor? (Elemento que por otro lado Hickman ya recicló para X-Men en la figura de los Hijos de la Cámara). Total, casi nadie leyó esos comics Ultimate, nadie lo notará. SIN PROBLEMAS.

Otro tema que me parece aburrido y sin interés es que el principal cambio del Hacedor en este mundo ha sido convertirlo en una autarquía superpoderosa que se ha repartido el mundo. (Una idea que ya vimos mejor desarrollada por Mark Millar hace 20 años en la Fraternidad de Wanted). De forma que el mismo Hickman que hace unos años reinició la franquicia mutante con el inicio de la saga de Krakoa ahora ha convertido a los mutantes en los principales villanos de este mundo, al controlar Fuego Solar (y sus ayudantes) Japón y parte de Asia, Emmanuel DaCosta Sudamérica y los hermanos Rasputín Rusia y los países anexos del este de Europa. Esta miniserie se supone debe plantear un tablero que resulte interesante al lector, pero en mi caso no me puede dar todo más igual dado que estos personajes no son gente con carisma o personalidad, sino sólo arquetipos y malas versiones de los personajes «normales» del 616 que han convertido en malos como en un What if? deficiente. Que al final, es lo que esto es, un What if? malo a los que los editores de Marvel han dado ínfulas de importancia.

De hecho, algunos momentos de Hickman molan porque los dibuja Bryan Hitch y porque en realidad aluden a otros comics previos. Por ejemplo, la splash page de Iron Man contra el Hacedor que recuerda la página de Esad Ribic en Secret Wars con Reed Richards y Victor Von Doom enfrentados. Pero emociona porque Hitch es un crack, no por ver a unos personajes que son cáscaras vacías. De hecho, para ser un comic vendido por Marvel como extremadamente «importante», no he dejado de ver momentos que se inspiran peligrosamente en otros comics previos de la Casa de las Ideas. Comics que son mucho mejores que este, claro. Desde el momento en que el propio Hickman se construyó el salvavidas de «Los buenos artistas copian» al principio de la miniserie, no podía salir nada bueno de Ultimate invasion, al ser una historia de Hickman en la que todo vale.

Como comento siempre, el objetivo de cualquier comic mainstream de pijameo es dejar al lector con ganas de leer el siguiente. En el caso de este Ultimate invasión, esto no se cumple. De hecho, lo malo de leer un comic sólo por el dibujo es que cuando Bryan Hitch deja de dibujar, con él se va todo el interés. Marvel ha dejado a Hickman como el creador de los comics «importantes» de la editorial, pero en parte simboliza perfectamente porqué los comics Marvel enganchan a cada vez menos lectores, al plantear una y otra vez crear versiones «mejores» de los héroes clásicos que sin embargo los lectores no les reconocemos y por tanto no nos enganchan. A los mutantes me remito. Visto lo visto, hay que echarse a temblar con lo que Hickman va a plantear en G.O.D.S., la miniserie dibujada por Valerio Schiti en la que Hickman va a reordenar todo el panteón cósmico de Marvel con nuevos conceptos. Conceptos que me temo no van a ser mejores que los que había, pero probablemente si serán más «molones». Y así seguirá las cosas mientras no haya un cambio de guardia editorial.

Comparto las primeras páginas del comic:

Marvel ya tiene lo que quería, un nuevo universo Ultimate con el que jugar. Lástima que la forma de conseguirlo ha sido a costa de los personajes.

PUNTUACIÓN: 5.5/10

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