Crítica de Batman: Off-World 1-3 de Jason Aaron y Doug Mahnke (DC Comics)

Hace unas semanas compartí mis impresiones del primer número de Batman: Off-World, el primer comic de Jason Aaron en DC Comics tras finalizar su contrato en exclusiva con Marvel, realizado con dibujo del veterano Doug Mahnke, entintado de Jaime Mendoza y color de David Baron. En ese artículo exponía por qué pensaba que igual esta colección sería mejor leerla en tomo, pero tras leerme los tres primeros números USA, he tenido que escribir este artículo para exponer lo equivocado que estaba.

PUNTUACIÓN: 8/10

Una noche rutinaria en Gotham City para un joven Batman resulta ser cualquier cosa menos rutinaria cuando el luchador contra el crimen se enfrenta a un tipo de enemigo al que nunca antes se había enfrentado: ¡uno de más allá de las estrellas! Un universo de posibles amenazas alienígenas lleva a Batman a tomar una arriesgada decisión: aventurarse solo en los confines del cosmos por primera vez, ¡donde el Caballero Oscuro se enfrentará a la lucha de su vida!

Jason Aaron, guionista superestrella, nos ofrece su primera historia de Batman, en colaboración con Doug Mahnke, artista de gran éxito, en un relato único y brutal. Off-Woeld está prevista con una duración de 6 números.

Mi principal queja del primer número de Batman: Off-World, dentro que me gustó, es que me parecía que la lectura ganaría una vez publicaran el tomo, dado que no me había dejado ningún ansia de leer el siguiente número. Sin embargo, gracias a mi hermano Fernando hemos comprado las grapas USA y cada una ha sido mejor que la anterior. Aaron y Mahnke me han cerrado la boca a base de un gran trabajo. Lo mejor de todo es que a pesar de la ambientación alienígena, Aaron ha clavado a Batman, mostrándole en una versión reconocible en la que resalta su principal motivación, proteger a los inocentes y los indefensos de los delincuentes. La excusa la pone la llegada de un alien a Gotham que derrota a Batman al no conocer Batman su poder o sus debilidades. Esto le empuja a viajar a lo desconocido para conocer a las razas de aliens más peligrosas, no sólo para descubrir cómo vencerlas, sino para que aprendan a temer al murciélago.

Batman tiene una perfecta compañera de aventuras en la persona de Ione de Tamarán. Ione es el contrapunto perfecto al obsesionado Bruce Wayne, que hará las locuras más imposibles sin olvidar su norma de no matar y no usar armas de fuego. Para Bruce no hay momento para la relajación ni los sentimientos, porque hay un bien superior que proteger, a los inocentes. Y aunque en estos primeros números el foco siempre está en Gotham, el giro que me ha encantado es cuando aparentemente ha conseguido su objetivo pero se da cuenta que no puede volver a Gotham dejando a gente sufriendo en esta galaxia. Esto abre el camino a la segunda parte de la historia en la que las apuestas van a ser aún más altas, y me ha dado el toque justo de molonismo y caracterización que el comic necesitaba para volarme la cabeza. Bruce Wayne está perfecto en esta historia y es todo mérito de Aaron.

En este momento merece destacarse que Aaron ha planteado una historia que jamás habiamos visto de Batman, un personaje tan ultra utilizado que parecía que no queda nada nuevo que contar de él. Y está claro que historias de aprendizaje de Batman sí hemos tenido unas cuentas, y estoy seguro que seguirán publicándose en el futuro. Pero situarle en una ubicación tan extraña para el personaje como es el espacio era una idea arriesgada a priori que Aaron aprovecha para contarnos una historia increíble de Batman que sin embargo le muestra en su versión más icónica y reconocible.

En el apartado gráfico, el comic luce estupendo gracias al buen hacer del dibujante Dough Mahnke, con entintado de Jaime Mendoza y color de David Baron. Mahnke es un veterano con amplísima experiencia en DC, y su representación de razas alienígenas siempre ha sido excelente, con unos seres que transmiten una buena sensación de peligro y diferentes a nada que viva en la Tierra. Además, es un artista que sabe crear momentos super potentes, y su estilo de dibujo añade un toque «macarra» que clava el espíritu de la historia de Aaron y le va perfecto a este comic. Mahnke ya había dibujado a Batman en otras ocasiones, y desde la primera página queda claro que el dibujo es uno de los pluses que venden es comic y consiguen que el guion de Aaron luzca en todo su esplendor.

Tras leer estos tres primeros números, tengo claro que Aaron ha clavado a Batman, le entiende y sabe cómo conseguir que luzca como nunca. Y si a esto le sumamos un dibujo alucinante, tenemos una combinación ganadora. ¡Quiero más!!!

Comparto las primeras páginas de esta miniserie:

Jason Aaron me ha cerrado la boca en Batman Off-World con una historia original del Caballero Oscuro por la ambientación donde la sitúa pero que se siente con el ADN perfecto que tiene que tener una buena historia de Batman. Me está encantando.

PUNTUACIÓN: 8/10

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