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Crítica de Batman & The Joker: The deadly duo de Marc Silvestri (DC Comics)

Ha terminado de publicarse en USA Batman & The Joker: The Deadly Duo, el comic creado por Marc Silvestri dentro del sello Black Label de DC Comics. Es buen momento para analizar sus pros y sus contras.

PUNTUACIÓN: 7.5/10

El Joker hará lo que sea para recuperar a Harley Quinn después de que ésta sea secuestrada por un extraño culpable. ¿Pero quién? Misteriosos monstruos parecidos al Joker acechan las calles de Gotham recogiendo cabezas cortadas. ¿Pero por qué? Jim Gordon ha desaparecido y, tras recibir un paquete con un trozo ensangrentado del comisario de Gotham, Batman sabe que debe estar dispuesto a todo para salvarlo. ¿Pero cómo? Cuando el Joker propone una incómoda alianza con Batman, las respuestas a esas preguntas empiezan a aclararse y sacudirán Gotham City y a la Bat-Familia hasta sus cimientos. Esta historia meticulosamente elaborada del equipo más letal del Caballero Oscuro lleva años gestándose. Sé testigo de una Gotham sombría y descarnada que sólo Marc Silvestri podía ofrecerte, y vive una historia que te dejará sin aliento.

Marc Silvestri (Florida, 1958) es un dibujante, creador y editor de cómics estadounidense, director general de Top Cow Productions e Image Comics. Silvestri comenzó su carrera dibujando para DC Comics y First Comics. Se incorporó a Marvel Comics a mediados de la década de 1980 (ya había trabajado como dibujante invitado para Marvel en 1982, en el número 119 de Master of Kung Fu) y se convirtió en el dibujante de Uncanny X-Men de 1987 a 1990. Posteriormente pasó dos años dibujando el título derivado Lobezno. En 1992, Silvestri se convirtió en uno de los siete artistas originales -junto con Jim Lee, Whilce Portacio, Rob Liefeld, Erik Larsen, Todd McFarlane y Jim Valentino- que formaron Image Comics. La primera colección de Silvestri en Image fue Cyberforce, formando más adelante el sello Top Cow donde se han publicado comics super populares en su momento como The Darkness y Witchblade, así como los comics de creación propia de J. Michael Straczynski Rising Stars y Midnight Nation. Además, Top Cow se hizo con la licencia de Lara Croft, Tomb Raider.

Aunque algunos de los primeros trabajos de Silvestri en el mundo del cómic fueron para DC Comics, en números de House of Mystery, Weird War Tales, etc., a principios de los años ochenta, realmente no ha trabajado prácticamente nada para DC. Una participación en una historia corta de un Batman: Black & White en 1996 era la única colaboración previa de Silvestri con la Batfamilia.

Para esta serie de Batman de siete números editada dentro del sello Black Label de DC Comics Silvestri estuvo trabajando más de dos años. Obviamente no todo el rato, dado que mantiene su trabajo como CEO de Top Cow, pero sí se nota que lo ha dado todo para que esta primera historia suya de Barman con el Joker resultara memorable. Sobre la motivación detrás de esta historia, Silvestri comentó en la nota de prensa promocional que «Batman y el Joker son dos de los personajes más icónicos del mundo y llevan más de 80 años enfrentados. Siempre pensé que sería muy divertido tenerlos en el mismo bando, así que escribí una historia sobre ello. No hace falta decir que pasan cosas».

Leyendo Batman & The Joker: The Deadly Duo, me quedé con la sensación que estamos ante el típico tebeo que sólo su arte justifica más que de sobra la compra y el disfrute. Silvestri cuenta en este comic con la colaboración de Arif Prianto en el color, pero sus tintas son tan detalladas y potentes que el comic se hubiera disfrutado igual o más si se hubiera editado en una edición en blanco y negro.

Creo que se nota que Silvestri lo ha dado todo. Por si acaso este es su único trabajo con Batman, quería que quedara un comic del que sentirse orgulloso y que destacara dentro de la saturada parrilla editorial del Hombre Murciélago, que publica todos los meses un montón de comics protagonizados por él o su Batfamilia. Tras leer la serie en su totalidad, creo que DC tiene un bestseller que dentro de 10 años se seguirá vendiendo como churros.

En este sentido, la flexibilidad que da el sello Black Label como contenedor de historias fuera de continuidad resulta la herramienta perfecta para enganchar a autores de primer nivel que no quieren estar limitado por la continuidad de las grapas normales. Al final, tener a una mega estrella del dibujo dibujando a un personaje mega popular es garantía de éxito económico para DC, es normal que los comic Black Label no dejen de aumentar, sintiéndose a veces casi más importantes que los comics normales. Por cierto, sobre la problemática de Black Label vs DC en continuidad ya escribí hace unas semanas, te invito a que leas también esta reflexión.

El Batman de Silvestri incorpora elementos novedosos sobre todo en el cinturón, pero se siente como una versión atemporal que gustará a todo tipo de lectores, actuales y clásicos. Joker y Harley Quinn también vienen con versiones vintage, algo que se aprecia sobre todo en Harley, que ha sufrido una gran evolución en los últimos años alejada de la sombra del payaso del comic. Dentro de unas elecciones bastante atemporales, me ha sorprendido ver a Batgirl con la versión de 2014 diseñada por Cameron Stewart, Brenden Fletcher y Babs Tarr. Aunque ese traje mola tanto que entiendo que Silvestri haya elegido la mejor versión para cada personaje.

Esta versión de Silvestri creador completo nos ha traído una historia orientada a la acción en la que cada grapa tiene varios momentazos visuales alucinantes. Además, este Batman es el detective que tiene que investigar el misterio de unos seres mejorados genéticamente que muestran rasgos peligrosamente parecidos a los de Joker, además de una fuerza y capacidades regenerativas que les convierten en una amenaza capaz de destruir todo Gotham. De hecho, Silvestri transmite muy bien la sensación de peligro que obliga a Batman a tener que recurrir a Joker para intentar detenerles.

Puesto a ponerle un pero a este comic se me ocurren dos. Por un lado, Silvestri se tiene que parar en varias grapas para soltarnos varias parrafadas explicativas para justificar los avances en la investigación, empezando por la pseudo-ciencia que justifica el avance genético que ha creado a estas criaturas, algo que no encajan demasiado bien con la historia orientada hacia la acción.

El segundo elemento es que el último número con el climax final resulta demasiado apelotonado, pasan demasiadas cosas en muy poco tiempo, y el conjunto se hubiera beneficiado de haber contado con más páginas. El comic construye bien una tensión creciente ante el convencimiento que Joker en algún momento va a acabar traicionando a Batman. Sin embargo, aquí tenemos unos giros sobre giros que resultan un tanto absurdos. Aparte, aunque es algo que ya hemos visto en alguna ocasión, el último giro en el que Joker decide no saber la identidad de Bruce Wayne porque entonces el juego con «SU» Batman acabaría me ha parecido un elemento realmente tonto.

Hechas estas matizaciones a la historia de Silvestri, lo cierto es que The Deadly Duo es un comic super entretenido con un artista en plenitud creativa que domina como nadie el medio y sabe lo que tiene que ofrecer para dar al lector un estupendo entretenimiento. La edición americana de Black Label incluye como extra en cada grapa algunas páginas entintadas de Silvestri sin color, y el nivel de detalle que plantea me parece una locura. Este comic tiene montones de páginas que servirían como posters mega molones con imágenes que te quedarías mirando durante horas.

Pero además, la fluidez narrativa de Silvestri me parece que sigue estando a la altura de sus comics de los 80 de X-Men y Lobezno, consiguiendo contar la historia de forma modélica. Como entretenimiento escapista mainstream me parece una pasada, incluso a pesar del exceso de verborrea que encontramos en algunos momentos. Obviamente Silvestri es mejor artista que escritor, pero globalmente diría que cumple más que bien con el encargo de DC.

Comparto las primeras páginas del comic:

Batman & The Joker: The Deadly Duo es un comic que merece la compra solo por el espectacular apartado artístico de Marc Silvestri y Arif Prianto. Si Silvestri se animara a una continuación sería compra segura.

PUNTUACIÓN: 7.5/10

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Crítica de Batman/Superman: Los mejores del mundo 1-5 de Mark Waid y Dan Mora (DC Comics – ECC Ediciones)

Mark Waid y Dan Mora han obrado el milagro, Batman/Superman: Los mejores del mundo acaba de desbancar a Nightwing como la mejor colección de DC ofreciendo una aventura que nos recuerda cómo deben hacerse los comics de superhéroes. Recomiendo este comic aprovechando que ECC Comics acaba de publicar el primer arco de la colección.

PUNTUACIÓN: 9/10

El Caballero Oscuro. El Hombre de Acero. Son dos de los mejores superhéroes… ¡y están juntos de nuevo en una nueva serie mensual escrita por Mark Waid y dibujada por Dan Mora! En un pasado no muy lejano, los poderes de Superman están desatados tras un ataque perpetrado por Metalo. El único aliado al que puede recurrir el Hombre del Mañana en esta hora oscura es el Hombre Murciélago de Gotham City, la venganza encarnada: Batman.

Este primer arco de esta colección, El Diablo Nezha, se ha desarrollado en los números 1 a 5 USA.

Mark Waid es una autoridad en el mundo del comic mainstream, habiendo trabajado para ls principales editoriales, Marvel, DC, Fantagraphics, Event, Top Cow, Dynamite y Archie Comics. Su nombre está ligado a The Flash y Kingdom Come en DC, pero también a Capitán América, Los Cuatro Fantásticos y Daredevil para Marvel. Junto a estos trabajos más mainstream, entre 2007 y 2010, Waid fue Editor Jefe y posteriormente Director Creativo de Boom! Studios, donde también publicó sus series de creación propia Irredeemable e Incorruptible. Batman/Superman: Los mejores del mundo supone su retorno a DC Comics, donde está desarrollando importantes historias, como el evento de inminente publicación Lazarus Planet.

Tras sus maravillosos Klaus con Grant Morrison y Once & Future con Kieron Gillen en Boom Studios! el costaricense Dan Mora ha entrado por la puerta grande en DC Comics que nos devuelve la magia y las aventuras más grandes que la vida con la que nos aficionamos a este medio.

He comentado en alguna ocasión que excepto alguna honrosa excepción como Nightwing, llevo muchos años desenganchado de los comics de DC en continuidad. No es que no los compre, es que me da pereza hasta pensar en la posibilidad de comprar colecciones que a la larga se verán envueltas en crossovers y eventos de calidad dudosa. Y digo esto porque al final, lo único que hace falta para romper esta dinámica es un comic que combine los mejores personajes del mundo (haciendo caso al título) con autores de primer nivel que nos muestren acción impactante de personajes bien caracterizados dibujados como los ángeles. Todo eso es este comic.

Hablaba esta pasada semana de la necesidad de que hayan muchos más comics IMPORTANTES de todas las editoriales que generen interés entre los lectores, especialmente entre los no habituales, que lleven clientes a las librerías especializadas y revitalicen el medio. Ponía el ejemplo de BRZRKR o el Batman / Spawn, pero este comic de Batman y Superman entra completamente en esta categoría. De hecho, sin ánimo de ser exagerado, creo que en lo que a pijameo se riefiere, este Batman / Superman: Los mejores del mundo es perfecto, no se puede hacer mejor que lo que Mark Waid, Dan Mora y Tamra Bonvillain nos ofrecen en este comic.

Si hablamos del guion, Mark Waid confirma una vez más que la experiencia es un grado. Waid plantea un primer arco modélico creado desde la acción, ofreciendo numerosísimos momentos para el lucimiento de Mora (que luego él aprovecha) en la que los héroes se enfrentan a amenazadas conocidas y desconocidas que les pondrán a prueba como nunca antes, con el destino del mundo en juego si fracasan. Las apuestas del juego están claras desde el minuto uno, lo que obliga a unos usos originales de las habilidades de los diferentes personajes.

Desde la primera portada en la que vemos a Batman con el traje de los 70 y 80 con el logo del murciélago dentro del círculo amarillo queda claro que estamos ante una aventura vivida en el pasado de los personajes. Pero la realidad es que este detalle es anecdótico ante un comic que se siente atemporal y perfectamente disfrutable por todo tipo de lectores. Este comic sirve para que veamos el gran conocimiento del universo de DC por parte de Waid, que usa con acierto a un montón de personajes, como es la Patrulla Condenada que pudimos ver en la portada del número 2. El comic acierta al presentarles a posible lectores que no les conozcan, consiguiendo que conectemos con ellos igual de bien que lo que sentimos al ver al joven Robin o a Supergirl. Y esto lo consigue con detalles super sutiles de caracterización, que sirven para resaltar lo principal de todos ellos.

Entiendo que hay muchas formas de hacer un comic de superhéroes. Hay estilos populares como el de Tom King o Scott Snyder que no los aguanto y me echaron de las colecciones que guionizaron. Sin embargo, Waid condensa en estas páginas todo lo que yo pido a un comic de superhéroes. ¡Muy bien, Waid!!

Y si el guion de Waid me parece buenísimo, el dibujo de Dan Mora con color de Tamra Bonvillain es impresionante. Las caracterizaciones de todos los personajes son perfectas, acertando con los trajes de diferentes épocas. Los héroes tienen carisma y personalidad, no son cachas sin más, y Mora los dota de fluidez y complicidad en los diálogos y sus interacciones. Ya desde que conocí a Mora en Klaus sabía que estaba destinado a triunfar en el comic mainstream, ya que en este arco demuestra que puede dibujar sin problema a cualquier personaje de DC probablemente mejor que los artistas titulares de sus colecciones.

Pero junto a una caracterización perfecta de los héroes, los villanos de este arco transmiten verdadera sensación de peligro, ofreciendo escenas de acción super potentes en las que sientes que el destino del mundo está en juego. Si a todo ello le sumamos una narrativa increíble, podemos afirmar que Dan Mora es el artista perfecto para el género de superhéroes.

Otra fuente de alegría es disfrutar de Dan Mora en todo este arco de 5 números, algo que también me parece una pasada. De hecho, Mora se toma un descanso el mes que viene en una historia derivada de este arco paro que se plantea como un número autoconclusivo, de forma que espero y deseo que el siguiente arco de la colección pueda estar dibujado por Mora en su totalidad. Dentro que es pronto para juzgar, si comentaba al principio que esta colección ha destronado a Nightwing es precisamente por el exagerado baile de dibujantes que estamos sufriendo en la colección de Tom Taylor, que sigue teniendo a Bruno Redondo de dibujante, pero cada vez dibuja un poco menos.

Cuando empecé a comprar comics de superhéroes en los 80, me enganché a unas aventuras más grandes que la vida protagonizadas por héroes con personalidad que hacían muy fácil empatizar con ellos. Todo ello dibujado por los mejores dibujantes del medio. Me parece una pasada encontrarme en 2022-23 con esa misma sensación leyendo un comic de superhéroes de DC Comics, editorial a la que había dado durante muchos años por perdida.

La calidad de Waid, Mora y Bonvillain me ha recordado que el problema no son los personajes o las editoriales, sino la calidad y el cariño que transmiten en la página los autores. Y dentro que leer este comic me ha parecido una pasada, habría que preguntarse porqué no hay más comics de esta calidad disponibles en las librerías. Y no es un tema sólo de DC, porque hace tiempo que siento un poco lo mismo leyendo los comics de Marvel. Mientras Waid y Mora se mantengan en esta colección estamos ante una compra segura.

Comparto las primeras páginas de este comic:

Batman/Superman: Los mejores del mundo es un comic perfecto que me recuerda porqué me aficioné a los superhéroes hace 40 años. Muchos más comics así, por favor.

PUNTUACIÓN: 9/10

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Crítica de Batman – Spawn de Todd McFarlane y Greg Capullo (DC Comics)

DC Comics y Todd McFarlane se han vuelto a poner de acuerdo 29 años después para realizar un nuevo crossover entre Batman y Spawn, un especial realizado con guion y tintas de McFarlane, dibujo de Greg Capullo y color de Dave McCaig. Y este especial me ha devuelto al macarrismo de los años 90 de los que McFarlane era uno de sus principales exponente.

PUNTUACIÓN: 7/10

El acontecimiento de la década ya está aquí: Todd McFarlane y Greg Capullo se han reunido para Batman/Spawn.

Dos héroes oscuros, maldecidos por la tragedia, vuelven a cruzar sus caminos… ¡pero no por elección propia! ¿Qué siniestro enemigo está enfrentando al Caballero Oscuro con los Hellspawn? Desde las sombras de Gotham City hasta la ciudad de Nueva York, este épico acontecimiento es el éxito de taquilla que has estado esperando durante casi dos décadas.

Batman / Spawn es un especial de 48 páginas publicado por DC Comics.

Recuerdo perfectamente comprar en 1994 los crossovers Spawn – Batman de FRANK MILLER y Todd McFarlane editado por Image, y el mes siguiente el Batman – Spawn de DC Comics de Doug Moench, Chuck Dixon, Alan Grant y Klaus Janson. Estábamos en un momento en que Image seguía en la cresta de la ola y estábamos a punto de vivir la implosión de la industria, con Marvel declarando concurso de acreedores en 1995. Y en ese momento el comic de Miller y McFarlane lucía muchísimo mejor que el de DC. De hecho, parecía que no jugaban en la misma liga, quedando el pobre Klaus Janson en muy mal lugar comparado con McFarlane.

Han pasado casi 30 años des esos comics, pero casi parece que fue ayer. Tras crecer como artista con Quasar y X-Force, Greg Capullo afinó su estilo en los años 90 gracias a una larga estancia en los comics de Spawn. Si no se convirtió ya entonces en un superestrella probablemente fuera porque la sombra de McFarlane imponía mucho, pero su dibujo me gustaba muchísimo más que los de Todd. A partir de su Batman con Scott Snyder, Capullo es una de las grandes estrellas del comic americano, y tiene todo el sentido que sea el elegido por McFarlane para dibujar este comic, dada la relación del dibujante con ambos personajes.

McFarlane se encarga del guion y de ponerle tintas a Capullo, además de contar con Dave McCaig en el color, comentando que ha sido un trabajo super gratificante para él al recuperar su colaboración con Capullo, que se interrumpió hace más de 10 años cuando Capullo dio el salto a DC. La historia no inventa ninguna rueda, solucionando de forma correcta los aspectos fundamentales que necesita la historia, empezando por la forma de conectar los mundos de ambos personajes, la elección del villano y cómo disminuir el nivel de poder de Spawn para que su pelea con Batman esté competida. En lo demás, tenemos la típica estructura de personajes que se enfrentan por una confusión provocada por el villano, hasta que se dan cuenta que tienen que unir sus habilidades para derrotarle, todo ello decorado con las características dosis de macarrismo de McFarlane.

He leído una entrevista con Capullo y no se muestra demasiado satisfecho con el resultado final del comic. De alguna manera se intuye que McFarlane estuvo meses negociando con DC el crossover, y cuando le dieron el OK, el plazo de entrega del trabajo fue muy corto para un comic de 48 páginas como éste. Y el caso es que leí esta entrevista después de leer el comic, y en el momento de la primera lectura la sensación que me dejó era que era un buen comic muy bien dibujado, pero también que NO es uno de los mejores trabajos de Capullo. Y por supuesto Capullo es un seguro de vida y sus splash-pages son super espectaculares, además que nadie como él para recrear callejones lúgubres. Pero también hay algunas figuras mostradas de la forma más básica posible, con una planificación de página que está bien, pero sin pasadas narrativas.

En todo caso, cuando uno compra un Batman – Spawn, creo que sabe a lo que viene, y en esto el comic da lo que se espera de él. Incluso la verborrea de McFarlane con varios narradores que se intercambian durante el comic y que no ayuda a que la lectura sea fácil. Por suerte, incluso no siendo el mejor trabajo de Capullo, su consistencia y calidad está a prueba de bombas y consigue que el resultado final sea más que satisfactorio.

Por cierto, no puedo evitar comentar que mi hermano y yo hemos comprado la edición americana con la espectacular portada de Jorge Jiménez que podéis ver arriba. Este comic nos costó 7.99 €uros en su edición USA. Y asisto asombrado a la noticia que ECC Ediciones ha anunciado esta grapa como un tomo en cartoné con un precio de ¡20.00 €uros!! Me parece un atraco a mano armada, incluso aunque lo hayan ampliado a 64 páginas entiendo que para incluir en su edición todas las portadas alternativas (muchas de las cuales son super chulas, las cosas como son) que DC ha lanzado con este comic. Es cierto que ECC es más barato que Panini en las grapas sencillas, pero en cuanto ven que pueden exprimir algo, se pasan tres pueblos. Es por esto que recomendaría que todo el que pueda compre este comic en su edición americana. Tengo claro que no todo el mundo tiene acceso a una librería especializada con material USA, aparte que no todo el mundo sabe inglés. Pero ante escándalos de este tipo de ECC merecería que nadie comprara este comic al escandaloso precio que plantean. Es una pena que no vaya a pasar, porque tengo claro que la gente tiene ganas de este comic.

Esto me lleva a mi reflexión de este pasado domingo sobre que la industria del comic americano necesita de más comics como este crossover que generen interés en los aficionados. Yo compré en su momento los dos crossovers de los 90, pero hace ¿más de 25 años? que no compro nada de Spawn. Y sin embargo, en cuanto se anunció sabía que lo terminaría comprando. Batman / Spawn creo que es también ese tipo de comic y me alegra que haya tenido unas ventas importantes. Como pasa con los blockbusters palomiteros del cine, que Avatar triunfe entre el público significa que los cines están llenos y son rentables. Pues eso mismo necesitan ahora mismo las librerías de comics.

Dentro que este comic es una historia cerrada, McFarlane ha dejado elementos abiertos de cara que en algún momento se decidiera hacer una continuación. Dado el éxito de ventas, no me extrañaría que de cara a 2024 se publicara una segunda parte, en este caso publicado por Image.

Comparto las primeras páginas de este comic:

Batman / Spawn de McFarlane y Capullo te da exactamente lo que esperas de un comic de este tipo, algo que para mi NO es un problema.

PUNTUACIÓN: 7/10

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Black Label vs. el Universo DC

Mi hermano Fernando no pudo evitar comprar Batman & The Joker – The Deadly Duo #1 de Marc Silvestri al verlo en una librería de Barcelona. Y no hay duda que Batman + Marc Silvestri = COMBINACIÓN GANADORA. El hecho de ser un comic típico de la línea Black Label de DC Comics en la que la editorial da mayor libertad creativa al autor para crear la historia que prefiera fuera de continuidad, me ha llevado a reflexionar ante el estado de DC Comics en la actualidad.

Desde el traslado de DC Comics a Burbank (California) en 2015 desde su sede de toda la vida en Nueva York, las cosas no acaban de funcionar del todo bien para la editorial de Batman y Superman. Previamente a eso, el reinicio de toda su línea editorial de 2011 (Los Nuevos 52) empezando desde cero casi todas las colecciones ofreciendo versiones más jóvenes y cool de los personajes clásicos, provocó un aumento de ventas puntual durante unos pocos meses a lo que siguió un enorme abandono de lectores enfadados por unos cambios que no mejoraban lo existente y que en la mayoría de los casos demostraba muy poco respeto de DC Comics por su propia historia y algunos de sus personajes más queridos.

Mi hermano Fernando y yo aprovechamos precisamente el traslado de las oficinas de DC a California en 2015, dos meses que fueron ocupados por el «evento» Convergencia que no era más que un gran fill-in sin interés, para abandonar el barco definitivamente y dejar de comprar series regulares de DC en continuidad. Eso no quiere decir que no compremos o leamos comics de DC, gracias a varios amigos hemos podido leer lo que nos ha interesado en cada momento, a lo que hay que sumarle el auge del sello Black Label que ofrece historias fuera de continuidad de autores TOP trabajando en sus personajes favoritos. Por ejemplo, Wonder Woman Dead Earth de Daniel Warren Johnson es uno de mis comics favoritos, y reconozco que compramos mensualmente el Nightwing de Tom Taylor y Bruno Redondo y que acabo de leer el Hawkman de Robert Venditti y Bryan Hitch y me ha gustado mucho.

Pero eso no quita que las ventas de DC Comics no han parado de disminuir, al menos en el canal de las librerías especializadas que hasta hace dos años distribuía Diamond. (Inciso, se que no es el único canal de ventas, pero de momento sigue siendo el principal para la venta de grapas mensuales). Si en 2011 durante el reinicio de los Nuevos 52 DC llegó a superar en ventas a Marvel durante dos meses, lo cierto es que en los últimos años ya no existe competencia, llegando Marvel en algunos meses de 2019 a doblar las ventas de DC. Actualmente el cambio en la distribución de los comics de Marvel y DC ha hecho que ya no hayan cifras de ventas como las que en su día recopilaba todos los meses Comichron, haciendo que el análisis y la comparación sean casi imposibles. (Otro inciso, también se que lo importante no es estar en un puesto u otro en un ranking sino si tus comics son rentables y la empresa tiene beneficios vendiéndolos). Los comentarios de libreros sugieren que Marvel sigue manteniendo un dominio arrollador, aunque no exento de problemas, con DC con unas ventas cada vez menores (nada se vende fuera de la Batfamilia) en un lejano segundo puesto más interesado en no ser superado por Image Comics, la tercera editorial del mercado USA, que en intentar acercarse a Marvel.

La actualidad del universo DC en continuidad, hasta donde yo se, es que se ha apostado y ampliado el Multiverso comiquero como marco donde desarrollar sus historias. Varios multiversos, en realidad. Esto es su forma de decir que todas las historias jamás publicadas existen y tienen su importancia, pudiendo situarlas si no en la Tierra principal, seguro si en alguno de estos universos. Esta decisión que en si misma me parece correcta y que es lógica con la historia de los comics de DC a lo largo de las décadas anteriores, viene lastrada por un problema fundamental de falta de calidad de los autores de DC, a nivel general. Y no me malinterpretéis, en DC trabajan estupendos guionistas como Tom Taylor, Robert Venditti, Mark Waid o Geoff Johns, a cuyos comics no les pongo un pero. Pero aparte de esta minoría, el resto en un páramo desértico terrible para los lectores: Tini Howard, Joshua Williamson, Matthew Rosenberg, Leah Williams, Evan Narcisse… la lista de escritores incapaces que no solo no consiguen crear historias interesantes sino que parece que no conocen ni habían leído nada previo del personaje que se supone escriben, es abrumadora. Convirtiendo el intento de leer un comic de DC actual en una misión imposible.

Justo en este momento, el auge de estos comics Black Label pone de alguna manera en cuestión la importancia de los comics de DC en continuidad, en mi opinión resaltando su condición de «secundario o menos importante», cuando debería ser completamente al revés. Por ejemplo, en un momento en el que los comics de Batman estaban de capa caída, Sean Murphy ofreció una interesante vuelta de tuerca a sus mitos en su comic Batman: Caballero Blanco, que dio lugar a la creación de un Murphy/WhiteKnightverso con varias miniseries sucesivas. En general, cada vez que un equipo creativo TOP es anunciado en una miniserie Black Label con libertad creativa y pudiendo dar su versión de su personaje favorito en una historia autoconclusiva, de alguna manera se desmerece los comics «normales» en continuidad indicando que los Black Label son los comics buenos del personaje o grupo en cuestión. ¿Quién quiere comprar el comic mensual de Batman con dibujantes intercambiables y que muy probablemente te va a obligar a compras que no quieres cada pocos meses al involucrarle en crossovers y eventos sucesivos, cuando puedes comprar un comic de Batman dibujado por Marc Silvestri, Andrea Sorrentino o Dustin Nguyen, que ofrecen una lectura completa y satisfactoria en si misma? Por poner dos ejemplos más o menos recientes de artistas de gran personalidad que están trabajando o han trabajado recientemente en comics Black Label del Caballero Oscuro. En un momento en que Aquaman languidece en la mediocridad, tenemos una versión Black Label llena de personalidad de Ram V y Christian Ward. O un Swamp Thing de Jeff Lemire y Doug Mahnke. Y la lista sigue y sigue…

Y está claro que el objetivo de DC es vender comics, y es más probable que un lector compre un comic de Batman de Marc Silvestri que de cualquier otro dibujante. (Y eso que al menos en lo referido al dibujo Batman no tiene queja en los comics mensuales, al tener a Jorge Jiménez, Mikel Janín y tantos otros artistas estupendos, sin duda lo mejor de lo mejor de la DC actual). Pero al final el lector no puede comprar todo y DC parece que prioriza y pone por delante a los comics Black Label frente al resto de ofertas normales. Entre otros motivos por su indudable gancho comercial y que los tomos recopilatorios de estas historias tienen una rotación enorme en el canal de las librerías generalistas, lo que puede suponer mayores ventas que las del canal de librerías especializadas de comic. Pero lo sorprendente no es tanto que DC busque a autores TOP para su línea Black Label, sabiendo que estos comics se van a vender estupendamente, sino que el nivel de calidad de los autores que trabajan en la DC normal sea tan mediocre y tras varios años en esta situación, parece que los editores no les importe que sus comics se vendan cada vez menos.

Y es curioso, pero esta apuesta editorial por los Elseworlds frente a los comics normales en continuidad es algo que de alguna manera se ha visto trasladado al mundo del cine, con un Universo compartido de DC Comics en imagen real que no llegó nunca a despegar por culpa del desastre de Zack Snyder, mientras que la trilogía de Batman de Christopher Nola, el Joker de Todd Phillips o el reinicio de The Batman de Matt Reeves triunfan en la gran pantalla siendo historias sin conexiones con otras películas que forman sus propios universos autónomos. O tal vez es al revés, dado que los ejecutivos de DC Comics ven como las películas de directores de prestigio usando a sus personajes como ellos prefieren sin interferencias triunfan, eso mismo es lo que habría que plantear en los comics.

Aunque las comparaciones son odiosas, es curioso como Marvel Comics ha construido toda su narrativa de estos 60 años a partir de las ventajas de la continuidad y como todas las historias realmente cuentan y son importantes. De momento, justo como el MCU. Sin embargo, con la apuesta de DC Comics por los comics Black Label y con sus comics en continuidad en la UVI creativa, los editores de DC parece que manejan la continuidad como un lastre del que hay que desembarazarse lo antes posible. Y lo cierto es que no hay una única opción correcta y la otra es errónea. Al final todo se reduce a un problema de calidad de los autores y editores que deciden las líneas maestras de los comics, y lo cierto es que en ese aspecto los comics actuales de DC en continuidad son muy deficientes. De nuevo, recordando que dentro de todo el catálogo de DC por supuesto hay comics muy buenos como Nightwing de Taylor y Redondo, o Batman y Superman: Los mejores del mundo de Mark Waid y Dan Mora. Pero la calidad media restante es super deficiente.

En este sentido, tiene narices que los mejores comics de Wonder Woman de los últimos cinco años no estén en sus numerosos comics regulares, sino en la versión de Daniel Warren Johnson. Ni me acuerdo cuando fue la última vez que Flash tuvo un comic leíble, y lo mismo podría decirse de la Liga de la Justicia y un sinfín de personajes, con el añadido en este caso que NO me gusta el estilo o el tipo de historias que nos cuentan guionistas como Scott Snyder, Tom King o un Brian Michael Bendis que ya abandonó la editorial.

Si los autores que trabajan en Black Label son mejores y tienen más libertad creativa que los que trabajan en el universo DC tradicional, la única ventaja que le quedaba a estos comics era la propia experiencia de pertenecer a un universo compartido de héroes e historias entrelazadas. Pero en el momento en que los editores de DC se cargaron esta experiencia puteando durante años a héroes muy queridos como fue el caso de Wally West y desmereciendo la historia de los personajes al reiniciarlos una y otra vez, consiguieron que los lectores desconectáramos completamente del universo DC. Y da igual las llamadas al legado y a recuperar el espíritu clásico, prefiero volver a mis grapas de Mark Waid de Flash que comerme el marrón de los comics actuales del velocista. Porque alguno he leído, y madre mía… Aparte de estar desenganchado de la actualidad en continuidad, excepto cosas puntuales, es que cuando leo un comic de DC no encuentro nada que me invite a querer leer el siguiente número, con historias deficientes en la mayoría de los casos. Y cada vez es más difícil que nada de lo que hagan me interese, ya que cuando abandoné la compra mensual de DC descubrí que no lo echaba de menos porque sigue habiendo buenísimos comics que disfrutar, lo que ya fue el último clavo en el ataúd.

En el caso del dibujo, la verdad es que gracias al nivel de los artistas españoles la media sube respecto al guion, pero excepto casos super puntuales como Jorge Jiménez en Batman, no lo suficiente como para comprar el comic únicamente por el dibujo. Que es precisamente lo que SI hicimos en el caso de Marc Silvestri, comprar un comic sin saber nada de la historia simplemente porque él lo dibujaba. Y que nos ofrece en su primer número en Batman y Joker un dibujo super potente. Y entiendo que en cierto sentido es super injusto comparar un comic mensual en el que artistas competentes sufren por cumplir los plazos de entrega mensuales, lo que obliga a múltiples fill-ins al cabo de un año, con un comic como el antes mencionado Batman & Joker – The Deadly Duo en el que si las crónicas no nos engañan Silvestri ha empleado varios años para poder terminarlo (aunque seguro que no estuvo trabajando sólo en eso, sigue siendo como es el dueño de Top Cow), momento en el que DC ha empezado a publicarlo. Pero, por otro lado… ¿Cómo no compararlos? Ambos son productos de entretenimiento mainstream, y ambos tienen un precio elevado teniendo en cuenta el contenido que ofrecen que demandan mi tiempo y dinero para consumirlo. ¡Claro que deben ser comparados!

El lector ocasional no sabe nada de continuidades y sólo quiere ser entretenido aquí y ahora con una buena historia con un buen dibujo a un precio razonable. Unido a esto, la idea de tener que volver a una librería cinco o seis veces en meses sucesivos para conocer el final de la historia es visto como una locura imposible en unos tiempos en los que Netflix te lo da todo a la vez de golpe. Este cambio cultural me apena, porque yo crecí en los 80 con los comics como principal afición, y la parte de la búsqueda del tesoro era una parte importante de dicho hobby. (Dicho esto, benditas librerías y bendito Previews en su día que evitaban que me perdiera ningún comic que me interesaba). La proliferación de los tomos recopilatorios va en esta dirección y ofrece una lectura completa a nuevos y viejos lectores, y creo que es el futuro en el que los lectores nos vamos a sentir más a gusto.

Creo que la popularidad de los diferentes comics Black Label están diluyendo y perjudicando al universo tradicional, porque cuando un lector va a una FNAC a comprar un comics de Batman, ¿quién le dice qué comic es el bueno? ¿Dónde pone que un comic está en continuidad y el otro no? Ambos están ahí disponibles para su compra. Y al final, el «bueno» será el que esta persona acaba comprando, que se ajusta a sus gustos. De esta forma, la importancia y la preponderancia de las historias «en continuidad» irá disminuyendo a medida que aumenten los Black Label, creando un efecto que se retroalimenta a si mismo y que seguirá perjudicando a las colecciones de grapas tradicionales. En este contexto, entiendo que los comics Black Label ofrecen historias y el formato perfecto para estas ediciones recopilatorias, de forma que no veo que vayan a disminuir en el futuro. Más bien al contrario, lo normal es que DC apueste por los comics que se venden y veamos cada vez más más historias Black Label.

Por todo lo anterior y puesto a especular, aunque me apenaría por lo que supondría para mi yo lector de toda la vida, realmente no me extrañaría si Warner Discovery, propietarios de DC, anunciaran dentro de uno o dos años ante ventas cada vez menores que cierran el universo DC tradicional y centran la actividad de DC (con un staff super reducido) en publicar arcos de los diferentes personajes fuera de continuidad con versiones icónicas más o menos reconocibles. Los comics Black Label, vamos. Esperemos que esta especulación no llegue a suceder, pero tengo claro que en caso de tener que elegir, los dueños de DC optarán sin duda por los comics que se venden por encima de los que no lo hacen.

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Crítica de Jorge Jiménez: La Guerra del Joker (DC Comics – ECC Ediciones)

Gracias a una oferta pudimos hacernos a buen precio con el volumen que ECC Ediciones ha dedicado a la super estrella Jorge Jiménez aprovechando el último arco de Batman: La Guerra del Joker, con guion de James Tynion IV y color de Tomeu Morey.

PUNTUACIÓN: 7.5/10

Batman y el Joker son inseparables. No podrían existir el uno sin el otro. Es por esto por lo que el Príncipe Payaso del Crimen nunca ha querido de verdad destruir a su archienemigo. No obstante, ahora, la cosa ha cambiado. Tras apoderarse de Empresas Wayne, está dispuesto a tomar la ciudad con su fortuna, con una toxina mejorada y con un ejército del que forma parte su nueva novia, Punchline. El Caballero Oscuro lo va a tener más difícil que nunca; pero por suerte, va a tener de su parte a la única persona que detesta al Joker tanto como él: Harley Quinn.

Llega La guerra del Joker, dibujada por Jorge Jiménez y escrita por James Tynion IV, en una recopilación centrada en la labor del artista granadino con una entrevista y abundante material adicional.

Este volumen recopila los números  de Batman 95-100 USA.

En el panorama actual de artistas del noveno arte, Jorge Jiménez destaca como uno de los grandes dibujantes del cómic de superhéroes. Jorge nació en Cádiar, localidad de la Alpujarra Granadina, en junio de 1986. A los 24 años, dio un giro radical en su vida al dejar su formación como profesor de educación física en el INEF para perseguir su carrera como dibujante.

El esfuerzo que dedicó al dibujo le granjeó su estreno en el mercado americano, con la adaptación de la novela de Ray Bradbury All Summer in a Day. Su estilo artístico atrajo la atención de la editorial IDW, donde le ofrecieron nuevos encargos, adaptando licencias como Transformers: El lado oscuro de la luna y Jurassic Park: Dangerous Games. Fue el paso previo a su participación en el cómic basado en la serie de televisión Fringe de Warner Bros., que supuso su puerta de entrada a DC. Su primer trabajo para la major fue la continuación en formato cómic de otra conocida serie de la pequeña pantalla, Smallville.

En sus primeros años en DC, Jorge dejó su huella en títulos como Superboy y Tierra 2. Con un estilo influenciado por el shōnen manga japonés, se granjeó rápidamente un contrato de exclusividad con la editorial, a la edad de 28 años. Su labor posterior en series de referencia como Superman, Superhijos y Liga de la Justicia, así como en especiales de la talla de Batman perdido para Noches oscuras: Metal, le han catapultado hasta convertirlo en una referencia.

A lo largo de los años, Jorge Jiménez ha dado forma a diseños de personajes tan relevantes en el reciente universo DC como el nuevo Superboy (hijo de Superman), los actuales Jóvenes Titanes (incluida Crush, la hija de Lobo), Perpetua o el renovado Jor-El. En su etapa reciente en la serie regular Batman ha cocreado junto al guionista James Tynion IV un elenco de personajes que han llegado para quedarse en la mitología de Gotham, entre los que destacan Punchline, Ghostmaker, Clownhunter y Miracle Molly. De la colaboración con Tynion IV surge también el arco argumental La guerra del Joker, su último éxito. Una saga que hace tambalear el futuro del Hombre Murciélago y de Bruce Wayne en un descenso a la locura elevado por el arte de Jorge Jiménez.

En 2022 sigue al frente del apartado gráfico de Batman, esta vez junto al escritor Chip Zdarsky.

La lectura de este tomo de Batman: La Guerra del Joker me recordó la típica pregunta ¿qué es más importante en un comic, el guion o el dibujo? Y dentro que ambos elementos son consustanciales y uno no puede vivir sin el otro, siempre he creído que una historia mala o normalita puede ser salvada y mejorada por un buen dibujo, y a la vez que un mal dibujo puede convertir en ilegible un buen guion, de forma que en mi valoración tendría un 45% guion y un 55% dibujo.

Aparte del orgullo que nos tiene que dar a los fans comiqueros que numerosos artistas españoles como Mikel Janin, Daniel Sempere, Bruno Redondo o el protagonista de este volumen, Jorge Jiménez, estén triunfando actualmente en DC Comics y se encarguen de los principales comics de la editorial, la realidad que puede comprobarse tras la lectura de este volumen es que sólo por el dibujo de Jiménez merece la pena comprar este comic.

Jiménez es un crack. Batman luce super reconocible y sus páginas tienen una fuerza alucinante que harán las delicias de los fans de los comics de superhéroes en general y de Batman en particular. Con el color de Tomeu Morey, las páginas de esta Guerra del Joker lucen como deben lucir las mejores historias de Batman, resaltando este arco otro de los puntos fuertes de Jiménez como es la composición super dinámica de sus páginas. En este comic tuve la oportunidad de disfrutar del diseño de Punchline del propio Jiménez, y la verdad es que nueva aliada de Joker luce estupenda y super amenazadora, me gusta como añadido al panteón de enemigos de Batman. Aparte de esto, el granadino se atreve a pequeños cambios estéticos como zombificar a las víctimas del gas de Joker que la verdad es que añade un elemento que queda muy bien en este contexto.

Como digo, sólo por el dibujo de Jiménez merece la pena la compra y la lectura no decepciona, ofreciendo momentazos visuales en todas las grapas que me parecen estupendos.

Dentro de todo lo anterior, quizá lo menos bueno del comic sea la propia historia de James Tynion IV. Y el caso es que no diría que sea mala en absoluto, pero como lector veterano de comics que soy, todo me suena a leído. Incluso elementos originales como Punchline son empleados de forma muy predecible, envenenando primero a Batman para luego protagonizar el esperado combate con Harley Quinn. Por no hablar que nos intentan vender que estamos ante el enésimo «combate definitivo» entre Batman y Joker cuando sabemos que no va a ser así y todo se va a quedar en un inevitable continuará. Dejando aparte el estupendo dibujo, otros elementos como el envenenamiento de Batman que deja vía a libre a Joker a controlar Gotham, o el propio hecho de ver la ciudad controlada por criminales, son otros elementos que he leído numerosas veces en Batman y diría que mejor.

Diría que es la primera vez (o al menos que recuerde ahora mismo) que un villano se hace con la fortuna de Bruce Wayne y la utiliza para destruir Gotham, dejando a Batman más o menos indefenso. Y reconozco que es un elemento necesario e imprescindible para que la historia pueda suceder, hasta el punto que sin ello no hay historia. Pero la ejecución del golpe como hecho consumado al comienzo del tomo me rompió la suspensión de credulidad. Aceptando que Batman no es alta economía, sino entretenimiento ligero, no podía dejar de pensar que igual que el villano tenía una montaña de abogados para torpedear a la policía y ayuntamiento de Gotham con el dinero de Wayne, ¿acaso Bruce no tiene los mismos abogados que impedirían que este «robo» llegara a producirse? No acabé nunca de creerme esta parte de la historia, la verdad, lo cual fue un problema.

La Guerra del Joker fue además un mega evento en la batfamilia, con numerosos tie-ins relacionados fuera de la serie principal de Batman. Y en ese sentido sí que agradezco que con la lectura de estos 6 números el lector tiene el núcleo de la historia sin necesidad de leer los comics anexos. De hecho, la capacidad de síntesis de Tynion y contar todo en apenas seis grapas es algo que yo al menos agradezco un montón, sobre todo teniendo el terrible ejemplo reciente de la etapa de Tom King en el personaje. A pesar de no encontrar la historia.

Hay otro elemento de fondo que quiero comentar en relación con la lectura de este tomo y si esta Guerra del Joker me ha dejado con ganas de seguir comprando los comics de Batman. Desde el inicio de mi afición comiquera en los años 80, durante 30 años compré prácticamente todos los comics de Batman en continuidad que publicaba DC (también los Elseworlds), pero entre el reboot de los Nuevos 52 de 2011, la fallida etapa de Scott Snyder en el personaje (eso si, con el genial dibujo de Greg Capullo), y aprovechando los dos meses de Convergencia en 2015, aproveché para bajarme del carro del Universo DC. Y quitando algunas cosas puntuales fuera de continuidad como Wonder Woman Dead Earth o DCsos, y más recientemente la estupenda etapa de Nightwing de Tom Taylor y Bruno Redondo, no he encontrado hasta ahora alicientes suficientes para volver a querer meterme en el meollo de volver a la continuidad DC que me va a obligar a múltiples compras a menudo indeseadas.

Lamento decir que incluso con el dibujo de Jiménez, tampoco esta Guerra de Joker me hace cambiar de opinión. Tengo claro que el enorme fondo de catálogo de Batman que tengo comprado y leído a lo largo de todos estos años en este caso puede jugar en mi contra, porque como digo no he acabado de encontrar elementos realmente originales en la historia de Tynion a los que aferrarme que me dejen con ganas de comprar más comics suyos.

En todo caso, si ECC se anima a publicar tomos de este tipo centrados en Jiménez y encuentro ofertas como la que encontramos con este tomo, tampoco diré que no vaya comprar nuevos comics del artista español. Aprovecho el momento para destacar unos extras muy chulos como una entrevista a Jiménez y el proceso de creación de algunas de las páginas de este arco, que me parecen elementos muy destacables que también quiero destacar de esta edición.

Comparto las primeras páginas del comic:

La guerra del Joker ha sido una aventura estupenda para que Jorge Jiménez se luzca en su faceta de dibujante de la serie emblema de DC Comics, aunque reconozco que no ha conseguido que me quiera reenganchar de nuevo a los comics de DC en continuidad.

PUNTUACIÓN: 7.5/10

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