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La industria del comic americano necesita series largas de autores TOP (Reflexiones 15/2023)

Empiezo el mes de junio con un nuevo artículo de opinión sobre algo que llevo pensando desde hace algún tiempo en relación a los problemas de ventas que la industria del comic mainstream viene sufriendo en los últimos meses y años. Y el titular lo resume perfectamente, necesitamos el siguiente The Walking Dead, la siguiente Saga creada por equipos creativos de primer nivel que atraiga lectores de forma regular a las librerías para comprar grapas y/o tomos.

En los últimos días me han pasado varias cosas en relación a mi afición comiquera. En primer lugar, leí Nemesis Reloaded de Mark Millar y Jorge Jiménez, y el final de comic con la sorpresa final me voló la cabeza. El sábado publicaré la reseña completa, pero sólo adelantaré que un giro marca de la casa Millar muestra la punta del iceberg de una inesperada interconexión de todo el universo Millarworld comiquero de cara al comic / evento Big Game, comic que Millar publicará en julio con dibujo del super estrella de Marvel Pepe Larraz. Y reconozco que incluso aunque el protagonista Nemesis no me gusta en absoluto, el hype que me ha producido esta miniserie de cara a Big Game me parece tremendo. De hecho, hace mucho tiempo que nada de Marvel o DC me ha producido esta sensación de anticipación y ganas de leer un nuevo comic.

El hype de Nemesis tuvo una doble derivada, porque además de querer comprar / leer cuanto antes Big Time, me dejó con ganas de releer otros comics del Millarverso como Night Club, Magic Order, etc… como previa y para estar al día con estos personajes antes del evento, dado que es posible que los veamos cruzarse. De forma que Millar consiguió generar retroactivamente ventas de otras colecciones de su universo comiquero. En esto tengo claro que mi faceta de fan de los universos superheroicos ha jugado una factor fundamental, porque si durante años y años compraba 20-25 grapas mensuales de Marvel o DC, ¿Cómo no comprar dos, tres o cuatro miniseries ahora?

Por cierto, hay mucho odio a Millar, pero aparte de punkarradas puntuales, sus comics son siempre blockbusters super entretenidos que cumplen de sobra su objetivo de comic mainstream. Comics que además están siempre estupendamente dibujados, con un nivel artístico superior a la media que encontramos en Marvel o DC.

Junto a esto, el pasado martes la web Panel Syndicate anunció la publicación del nuevo número de Friday de Ed Brubaker, Marcos Martín y Muntsa Vicente. Como siempre, este séptimo número se ha publicado online en la modalidad de «paga lo que quieras». Y aunque Friday es un comicazo super chulo que sin duda recomiendo, este séptimo número llega 6 meses después de publicarse el sexto número que cerraba el segundo arco. Esto me hizo recordar que cuando dentro de un año y pico salga el último volumen que cierra la serie seré el primero que hará cola para comprarlo en la librería, pero es imposible de leer y comprar en su versión online de Panel Syndicate debido a las larguísimas esperas entre número y número.

Volviendo al tema del artículo, una vez que el COVID ha desaparecido y con él el aumento de ventas que provocaron los confinamientos, desde hace meses las webs americanas publican noticias sobre cierres de librerías especializadas por todos los Estados Unidos y Canadá. De hecho, la cifra sería aún más grande si no fuera porque el auge del manga ha parado el golpe que supone para los libreros las bajadas de ventas en las editoriales mainstream como Marvel y DC.

Que las ventas de Marvel y DC están bajo mínimos es algo que poca gente duda. Empezando por un Tom Brevoort que afirmó hace unas semanas en su blog que Marvel ha cambiado su política editorial, y frente a las series regulares abiertas de toda la vida, ahora Marvel prefiere publicar miniseries sucesivas. La política de Marvel ahora es publicar dos miniseries con dos números uno antes que una serie abierta de 10 números (o más) porque el segundo número uno de la nueva miniserie siempre venderá más que el número 6 de esa misma colección. Asistir además a la cancelación sucesiva de casi todas las colecciones abiertas en cuanto supera los 20 ejemplares (o antes) es otra evidencia clarísima.

Y esto hablando de Marvel que se supone que sigue siendo la editorial número uno en ventas de Estados Unidos, porque si hablamos de DC la cosa es mucho peor en sus comics en continuidad. Fuera de éxitos puntuales como el Batman / Spawn, el universo DC sigue renovándose cada pocos años para intentar levantar las ventas de un universo que parece que interesa cada vez a menos lectores. Incluso reconociendo lo mucho que he disfrutado por ejemplo las últimas colaboraciones de Mark Waid y Dan Mora en Batman y Superman y en el relanzamiento de Shazam!

Esta política de series cortas pensadas para ser recopiladas en tomo no es exclusiva de las dos grandes. Editoriales como AWA están especializadas en publicar series de un único tomo, centrados como están en intentar vender conceptos para cine o televisión. Además, teniendo en cuenta que me da la sensación que los artistas cada vez son menos propensos a «hipotecar» su carrera muchos años en un único comic, la tendencia que parece se está imponiendo es que las series indys cada vez son más cortas. Los últimos comics de Rick Remender Una sed de venganza justificada con André Lima Araujo y Death or Glory con Bengal sólo se han extendido el equivalente de dos tomos, por ejemplo. Da la sensación que puestos a vender los derechos de un comic para una serie o película, realmente da igual si el comic es corto o largo. Por lo tanto, ¿para qué extenderse? Series como Deadly Class con Wes Craig con una duración de 56 números son cada vez más escasas, y es justo la tendencia que creo fundamental que se rompa.

Y precisamente, la mayoría de mis comics favoritos de siempre en el ámbito independiente o de creación propia fueron colecciones de larga o media duración que parecen impensables hoy en día. Aparte de The Walking Dead (193 números) o Invencible (144 números) de Kirkman, Adlard y Ottley, Scaped duró 60 números, Preacher 66 más varios especiales y miniseries, Sandman 75. Y el doble Fábulas, 150. Incluso Locke & Key, cuya primera serie duró 37 números , sería vista como una anomalía en el panorama comiquero actual. Estas series aparte de todo exigían una fidelidad en el lector, obligándonos a ir todos los meses a nuestras librería, y años después de finalizar sus tomos recopilatorios se siguen vendiendo como churros. Ofreciendo una experiencia de construcción de mundos y evolución de los personajes inigualable que los comics actuales de duración corta nunca van a poder igualar.

Hace unos meses publiqué un artículo similar argumentando que el comic americano necesitaba un revulsivo, sobre todo personalizándolo con comics EVENTOS que se sintieran importantes y trajeran público a las librerías. Pensando en qué cosas podría detener la sangría de pérdida de ventas de los comics mainstream en el canal de las librarías especializadas americanas, más que un comic evento puntual de cinco o seis números, lo que de verdad necesita la industria son más series regulares de larga duración que resulten populares. Necesita el nuevo The Walking Dead o el nuevo Saga. De hecho, no necesita una única colección popular, necesita cuantas más posible que atraigan a las librerías a clientes a comprar su dosis regularmente. Clientes que una vez allí a lo mejor piquen otra cosa y ayuden a revitalizar las ventas de todas las editoriales.

Por eso comics estupendos como Friday no sirven, al estar hablando de una serie que publica una grapa cada seis meses, un tomo cada año y medio. De hecho, aún teniendo a autores super populares en España como son Ed Brubaker y Marcos Martín y con dos tomos publicados, esta misma semana hable con un amigo tuitero que no sabía ni que esta serie existía. Necesitamos de comic que mantengan la regularidad y que sean consistentes en su salida, de forma que los lectores tengamos tranquilidad a la hora de saber que antes o después vamos a poder leer.

El problema que tiene la brevedad en las colecciones de Marvel (por ejemplo) es que muchos lectores no se animan a comprar las grapas y prefieren esperarse a comprar los tomos una vez se sepa si el comic es bueno o no. Pero claro, si una colección como Extraño de Jed MacKay y Marcelo Ferreira termina en el número 10 USA, dando inmediatamente comienzo otra «nueva» etapa que te venden que va a ser aún mejor, estoy convencido que hay mucha gente que piensa «¿Para qué empezarla si ya ha terminado y lo siguiente va a ir por otro lado?» Esta es la mentalidad del lector veterano de toda la vida, como es mi caso, que estamos acostumbrados a las historias río de los comics de los años 70 y 80. Pero estoy convencido que no soy un caso único, mucha gente que no compró un comic cuando salió al final no llega a hacerlo debido a la acumulación de oferta que tenemos todos los meses en las librerías. Y en este caso, no es que no compro Extraño porque compro otra cosa en su lugar, al final no compro Extraño y punto.

Justo por esto me parece fundamental que todas las editoriales y autores rompan esa tendencia negativa y autodestructiva. Pensando en Robert Kirkman o Mark Millar, dos autores modélicos es su idea de negocio y su conocimiento de la industria que dirigen Skybound y Millarword, hablamos de empresas super saneadas y rentables que no tienen problemas económicos, deberían atreverse a publicar el próximo Star Wars, la próxima Canción de Hielo y Fuego confirmando desde el comienzo que son grandes historias que se desarrollarán a lo largo de años y que llegarán a su perfecto final en algún momento del futuro, creando un viaje que merezca la pena vivirlo. Millar en su canal de Youtube ha afirmado en varias ocasiones que si consigue fichar a los mejores autores del medio para unos comics que son propiedad de Netflix y por tanto son trabajos de encargo, es porque les paga más que Marvel o DC. Directamente. Y estoy seguro que tras el pelotazo de The Walking Dead, Kirkman también podría hacerlo, aparte que comparta los derechos de la obra con sus colaboradores, por ejemplo Chris Samnee en Fire Power o Lorenzo de Felipe en la inminente Void Rivals, que se estrena este mismo mes de junio en USA.

De hecho, incluso aunque las ventas de grapas fueran flojas, Millarworld o Skybound se deberían comprometer a continuar su publicación dado que todos sabemos que luego con las diferentes recopilaciones en tapa blanda, tapa dura u omnibus estos comics resultan siempre rentables. Y claro, podréis pensar que es muy bonito pedir a otro que arriesgue su dinero en algo que no está funcionando, pero el buen empresario no es el que piensa a corto plazo, sino el que se atreve a poner su mirada en el medio y largo plazo. Recordando el ejemplo de Invencible vemos un comic que sus grapas realmente nunca se vendieron demasiado bien. Sin embargo, 5 años después de terminar, sus tomos siguen vendiéndose de maravilla. Y apuesto que dentro de 10 seguirán habiendo ediciones disponibles para los lectores. Y volviendo a los años de publicación, Invencible fue un comic en el que el boca a boca entre lectores y críticos funcionó durante años, y eran recomendaciones que invitaban a leer la colección desde el principio con los tomos, pero también ofreciendo buenos puntos de entrada a las grapas. Este debería ser el ejemplo a seguir.

Hay una realidad, y es que los comics de éxito se retroalimentan con el paso de los años. Ed Brubaker comenta que las ventas de sus novelas gráficas de la serie Reckless no han dejado de crecer. Pero no es solo que la nueva vende más que la anterior, cosa que sucede, es que junto a la novedad las obras antiguas aumentan sus ventas coincidiendo con los nuevos lanzamientos, al haber lectores que descubren la obra en ese momento. La conexión entre las ventas de la novedad y del fondo editorial funciona si los editores mantienen disponibles los comics para los libreros. Este debería ser el camino, algo lógico, ¿no? Y sin embargo, todos los años descubrimos que ante un estreno por ejemplo de cine, determinados comics clave de ese personaje están agotados y son imposibles de conseguir. El mundo al revés.

Pero no es un tema de personalizar únicamente en los autores, porque es una vergüenza que Marvel o DC realmente no se atrevan a plantear una serie de 50 números aunque no venda inicialmente. No, el decepcionante y soporífero Batman de Tom King o la floja etapa de Snyder y Capullo no cuentan, porque eran comic que SI se vendían al ser Batman. (E incluso así, DC cortó por lo sano a Tom King ante una etapa que se estaba convirtiendo en ilegible). A lo que me refiero es que deberían atreverse a buscar el próximo Starman, el siguiente Miles Morales, pero dando un margen amplio a los autores para que desarrollaran una historia río rica en worldbuilding y relaciones personales que viéramos crecer a lo largo de los meses y años.

En este sentido, la franquicia mutante de Krakoa en los términos en que está planteada no va a formar parte de la solución, porque yo hablo de series abiertas de larga duración pero lo más autocontenidas posible que sean sencillas de seguir para un lector no experto. Sin embargo, aunque como decía yo me acostumbré a comprar múltiples comics de un universo para sentir la interconectividad, la realidad es que Krakoa que se convertido en un saca cuartos con historias mediocres que no terminan o que saltan de serie en serie, haciendo que esta franquicia sea ahora mismo lo menos «reader-friendly» que podemos encontrar en la actualidad comiquera. De hecho, a veces parece que te obligan a leer estos comics con la enciclopedia al lado para recordar quien es tal o cual personaje, o para darte que cuenta que el personaje X no se parece en nada a aquel del que te enamoraste cuando empezaste la afición.

Comentaba que necesitamos el próximo TWD o Saga. Pero justo pensando en Saga nos damos cuenta de la importancia de la PERIODICIDAD, de mantener tu presencia en las librerías. Porque Saga fue un comic superventas durante su publicación, pero tras 3 años y medio de parón para que Fiona Staples recargara las pilas, las ventas no han vuelto a los niveles de 2018. Tras un parón tan grande, los lectores parece que han pasado página, o al menos parece que se van a esperar hasta estar seguros que cuando retomen el comic, este se publicará ahora si hasta su final. Porque el miedo a que una obra quede colgada está super presente en el entretenimiento mainstream. Que se lo digan a los suscriptores de Netflix o a los fans de George R.R. Martin.

Por eso estos comics deben mantener una periodicidad estable que haga que seguir estas colecciones sea una tarea confiable que no va a generar quebraderos de cabeza en el lector. En este sentido, los comics de Kirkman y en general de Image resultan el camino a seguir, publicando un arco completo mensualmente, para dejar un mes o dos de descanso al dibujante que es aprovechado para la publicación del tomo. Es normal que un dibujante no se quiera alargar en exceso en un comic, sobre todo si no genera suficientes ingresos, como parece es el caso en cada vez más comics de creación propia. Pero si la tarifa por página realmente si les sale rentable, estoy convencido que muchos problemas desaparecerían.

Tener un comic como Oblivion Song dibujado en su totalidad por Lorenzo de Felipe, o Gideon Falls por Andrea Sorrentino y Dave Stewart ofrece un plus de personalidad, calidad y consistencia artística al lector que ningún comic de Marvel o DC con cuarenta dibujantes diferentes puede igualar. Este es también el camino en mi opinión. Mientras Marvel transmita que el dibujo es secundario y que da igual si un comic lo dibuja Stuart Immonem o C.F. Villa, más y más lectores irán abandonando sus colecciones cansados de artistas mediocres y nula consistencia en un medio que plantea contar historias mediante imágenes.

El mundo del comic siempre ha sido cíclico. No espero tener razón con esta reflexión, pero si me gustaría pensar que las modas cambiarán y en poco tiempo podamos ver la inversión de la tendencia actual, con unas editoriales planteando historias más ambiciosas no limitadas a la espada de Damocles que son las ventas actuales de las grapas. Seguro que si eso pasa, saldremos todos ganando.

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Crítica de Shazam! 1 de Mark Waid y Dan Mora (DC Comics)

Tras el éxito monumental de Mark Waid y Dan Mora en la colección Batman – Superman, Los mejores del mundo, verles encargándose de relanzar a Shazam era una combinación ganadora cuyo primer número no decepciona. Hoy comento mis impresiones de su estupenda primera grapa recién publicada en USA.

PUNTUACIÓN: 8.5/10

Los mejores creadores del mundo presentan al mortal más poderoso del mundo en una deslumbrante serie en solitario. ¡Dinosaurios del espacio! ¡El Club de la Eternidad! Gusanos homicidas y tigres parlantes. Robots atómicos, mundos alienígenas, científicos locos, maldiciones siniestras y villanos de todo el Universo DC. ¡Bienvenidos a las salvajes aventuras de Billy Batson, cuyo gran alter ego rojo defiende la Tierra de sus amenazas más extrañas y salvajes! ¿Quieres detener a Lex Luthor y al Joker? Llama a Superman y Batman. ¿Crisis internacionales? Llama a Wonder Woman. Pero cuando Garguax, Emperador de la Luna, pone sus ojos en Ciudad Gorila, ¡es entonces cuando gritas Shazam! El equipo favorito de los fans, formado por Mark Waid y Dan Mora (Batman/Superman: Worlds Finest), nos trae la magia.

Mark Waid es una autoridad en el mundo del comic mainstream, habiendo trabajado para ls principales editoriales, Marvel, DC, Fantagraphics, Event, Top Cow, Dynamite y Archie Comics. Su nombre está ligado a The Flash y Kingdom Come en DC, pero también a Capitán América, Los Cuatro Fantásticos y Daredevil para Marvel. Junto a estos trabajos más mainstream, entre 2007 y 2010, Waid fue Editor Jefe y posteriormente Director Creativo de Boom! Studios, donde también publicó sus series de creación propia Irredeemable e Incorruptible. Batman/Superman: Los mejores del mundo supuso su retorno a DC Comics, donde está desarrollando importantes historias, como el evento de inminente publicación Lazarus Planet. Visto lo visto además, Waid parece que ha nacido para escribir las aventuras de Shazam!

Tras sus maravillosos Klaus con Grant Morrison y Once & Future con Kieron Gillen en Boom Studios! el costaricense Dan Mora ha entrado por la puerta grande en DC Comics, primero con Batman – Superman Los mejores del mundo y ahora con esta colección de Shazam!, que nos devuelve la magia y las aventuras más grandes que la vida con la que nos aficionamos a este medio.

Jo, qué pasada ha resultado el primer número de la nueva colección de Shazam! Empezando por Mark Waid, acierta de pleno con esta presentación del personaje. El comic es totalmente «reader-friendly«, se nota que se han esforzado muchísimo para crear un comic que sea atractivo para nuevos lectores, pero también para los lectores veteranos como yo. En esta grapa tienes toda la información necesaria para empatizar con Billy Batson, Shazam! y su familia ampliada, de forma que jamás tienes la sensación de «debería haber leído antes el comic X». Como grapa de presentación me parece modélica.

Un aspecto clave de este nuevo comic es que Waid deja claro que cualquier cosa puede pasar. Al estar ante un ser sobrenatural conectado al mundo de la magia, no hay ninguna idea lo bastante tonta como para que no pueda ser utilizada si así lo estima Waid. De hecho, mientras que en etapas previas se obviaba por ejemplo al tigre Tawny, Waid lo presenta sin el más mínimo problema en estas páginas. Y esto es clave, porque muchas veces notas que un guionista no toca un personaje o temática porque notas que él mismo no se la cree o no sabe qué hacer con ella. No es el caso para nada de Waid, se nota que ha pensado muchísimo Shazam! y tiene claro lo que necesita.

Junto a las locas aventuras de Shazam!, otro motivo de alegría es la gran presentación que hacen Waid Y Mora en Billy Batson, un chaval que se siente del siglo XXI y a la última en la tecnología, una persona decente que ante todo quiere ayudar. Es curioso que por ejemplo en el comic de Jerry Ordway se optaba por hacer un comic ambientado en el pasado, o al menos se trata de una aventura atemporal, como forma de utilizar elementos mágicos que podrían ser considerados «tontos» por algunos lectores acomplejados. Waid y Mora abrazan la locura y nos regalan un comic para todos los públicos en el sentido más amplio y positivo del término.

Y encima, tras una presentación super carismática y super chula, Waid nos plantea un cliffhanger super potente que me dejo con ganas de más, al encontrarnos las acciones de un villano que apuesta por dañar a Shazam! en la parte que más le puede doler, su reputación.

El guion de Shazam! es perfecto, pero lo que de verdad lo eleva a la grandeza es el maravillosos dibujo de Dan Mora. Si sentimos el «sentido de la maravilla» es precisamente gracias a Mora, que nos regala páginas llenas es imaginación y emoción. El positivismo de Shazam! se sale de la escala, y sus personajes tienen una expresividad que también me ha parecido excelente, como podéis ver en las muestras del comic sin diálogos que tenéis a continuación. Tras haber crecido como artista con el Klaus de Grant Morrison, no hay duda que cualquier cosa que dibuje nos va a flipar, sin importar lo loco o absurdo que podría parecer sobre el papel.

Junto a Mora tenemos al colorista Alejandro Sánchez, que se convierte en el complemento perfecto del arte del costarricense. El dibujo de Mora se sale, pero también hay que reconocer que Waid se lo pone en bandeja con su historia, ofreciéndole un montón de elementos para su lucimiento que Mora aprovecha de forma brillante. Pero otra cosa que para mi tiene mucho valor de Mora es que no es un artista pinup-ero, su narrativa me parece una barbaridad, y también ayuda a que la lectura del comic sea un placer y te los fundas en un suspiro.

Si juntamos un personaje necesitado de cariño y sobrado de carisma con un equipo creativo sobresaliente, el resultado tan sólo puede ser exitoso. Shazam! me ha encantado y me ha dejado con ganas de más, no se le puede pedir más a esta nueva serie de DC Comics.

Comparto las primeras páginas del comic:

Estupendo arranque para Shazam. Waid y Mora nos prometen el regreso a la grandeza de un personaje que merece tener una etapa significativa en DC Comics. ¡Qué ganas de leer el segundo número!

PUNTUACIÓN: 8.5/10

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Crítica de Batman & The Joker: The deadly duo de Marc Silvestri (DC Comics)

Ha terminado de publicarse en USA Batman & The Joker: The Deadly Duo, el comic creado por Marc Silvestri dentro del sello Black Label de DC Comics. Es buen momento para analizar sus pros y sus contras.

PUNTUACIÓN: 7.5/10

El Joker hará lo que sea para recuperar a Harley Quinn después de que ésta sea secuestrada por un extraño culpable. ¿Pero quién? Misteriosos monstruos parecidos al Joker acechan las calles de Gotham recogiendo cabezas cortadas. ¿Pero por qué? Jim Gordon ha desaparecido y, tras recibir un paquete con un trozo ensangrentado del comisario de Gotham, Batman sabe que debe estar dispuesto a todo para salvarlo. ¿Pero cómo? Cuando el Joker propone una incómoda alianza con Batman, las respuestas a esas preguntas empiezan a aclararse y sacudirán Gotham City y a la Bat-Familia hasta sus cimientos. Esta historia meticulosamente elaborada del equipo más letal del Caballero Oscuro lleva años gestándose. Sé testigo de una Gotham sombría y descarnada que sólo Marc Silvestri podía ofrecerte, y vive una historia que te dejará sin aliento.

Marc Silvestri (Florida, 1958) es un dibujante, creador y editor de cómics estadounidense, director general de Top Cow Productions e Image Comics. Silvestri comenzó su carrera dibujando para DC Comics y First Comics. Se incorporó a Marvel Comics a mediados de la década de 1980 (ya había trabajado como dibujante invitado para Marvel en 1982, en el número 119 de Master of Kung Fu) y se convirtió en el dibujante de Uncanny X-Men de 1987 a 1990. Posteriormente pasó dos años dibujando el título derivado Lobezno. En 1992, Silvestri se convirtió en uno de los siete artistas originales -junto con Jim Lee, Whilce Portacio, Rob Liefeld, Erik Larsen, Todd McFarlane y Jim Valentino- que formaron Image Comics. La primera colección de Silvestri en Image fue Cyberforce, formando más adelante el sello Top Cow donde se han publicado comics super populares en su momento como The Darkness y Witchblade, así como los comics de creación propia de J. Michael Straczynski Rising Stars y Midnight Nation. Además, Top Cow se hizo con la licencia de Lara Croft, Tomb Raider.

Aunque algunos de los primeros trabajos de Silvestri en el mundo del cómic fueron para DC Comics, en números de House of Mystery, Weird War Tales, etc., a principios de los años ochenta, realmente no ha trabajado prácticamente nada para DC. Una participación en una historia corta de un Batman: Black & White en 1996 era la única colaboración previa de Silvestri con la Batfamilia.

Para esta serie de Batman de siete números editada dentro del sello Black Label de DC Comics Silvestri estuvo trabajando más de dos años. Obviamente no todo el rato, dado que mantiene su trabajo como CEO de Top Cow, pero sí se nota que lo ha dado todo para que esta primera historia suya de Barman con el Joker resultara memorable. Sobre la motivación detrás de esta historia, Silvestri comentó en la nota de prensa promocional que «Batman y el Joker son dos de los personajes más icónicos del mundo y llevan más de 80 años enfrentados. Siempre pensé que sería muy divertido tenerlos en el mismo bando, así que escribí una historia sobre ello. No hace falta decir que pasan cosas».

Leyendo Batman & The Joker: The Deadly Duo, me quedé con la sensación que estamos ante el típico tebeo que sólo su arte justifica más que de sobra la compra y el disfrute. Silvestri cuenta en este comic con la colaboración de Arif Prianto en el color, pero sus tintas son tan detalladas y potentes que el comic se hubiera disfrutado igual o más si se hubiera editado en una edición en blanco y negro.

Creo que se nota que Silvestri lo ha dado todo. Por si acaso este es su único trabajo con Batman, quería que quedara un comic del que sentirse orgulloso y que destacara dentro de la saturada parrilla editorial del Hombre Murciélago, que publica todos los meses un montón de comics protagonizados por él o su Batfamilia. Tras leer la serie en su totalidad, creo que DC tiene un bestseller que dentro de 10 años se seguirá vendiendo como churros.

En este sentido, la flexibilidad que da el sello Black Label como contenedor de historias fuera de continuidad resulta la herramienta perfecta para enganchar a autores de primer nivel que no quieren estar limitado por la continuidad de las grapas normales. Al final, tener a una mega estrella del dibujo dibujando a un personaje mega popular es garantía de éxito económico para DC, es normal que los comic Black Label no dejen de aumentar, sintiéndose a veces casi más importantes que los comics normales. Por cierto, sobre la problemática de Black Label vs DC en continuidad ya escribí hace unas semanas, te invito a que leas también esta reflexión.

El Batman de Silvestri incorpora elementos novedosos sobre todo en el cinturón, pero se siente como una versión atemporal que gustará a todo tipo de lectores, actuales y clásicos. Joker y Harley Quinn también vienen con versiones vintage, algo que se aprecia sobre todo en Harley, que ha sufrido una gran evolución en los últimos años alejada de la sombra del payaso del comic. Dentro de unas elecciones bastante atemporales, me ha sorprendido ver a Batgirl con la versión de 2014 diseñada por Cameron Stewart, Brenden Fletcher y Babs Tarr. Aunque ese traje mola tanto que entiendo que Silvestri haya elegido la mejor versión para cada personaje.

Esta versión de Silvestri creador completo nos ha traído una historia orientada a la acción en la que cada grapa tiene varios momentazos visuales alucinantes. Además, este Batman es el detective que tiene que investigar el misterio de unos seres mejorados genéticamente que muestran rasgos peligrosamente parecidos a los de Joker, además de una fuerza y capacidades regenerativas que les convierten en una amenaza capaz de destruir todo Gotham. De hecho, Silvestri transmite muy bien la sensación de peligro que obliga a Batman a tener que recurrir a Joker para intentar detenerles.

Puesto a ponerle un pero a este comic se me ocurren dos. Por un lado, Silvestri se tiene que parar en varias grapas para soltarnos varias parrafadas explicativas para justificar los avances en la investigación, empezando por la pseudo-ciencia que justifica el avance genético que ha creado a estas criaturas, algo que no encajan demasiado bien con la historia orientada hacia la acción.

El segundo elemento es que el último número con el climax final resulta demasiado apelotonado, pasan demasiadas cosas en muy poco tiempo, y el conjunto se hubiera beneficiado de haber contado con más páginas. El comic construye bien una tensión creciente ante el convencimiento que Joker en algún momento va a acabar traicionando a Batman. Sin embargo, aquí tenemos unos giros sobre giros que resultan un tanto absurdos. Aparte, aunque es algo que ya hemos visto en alguna ocasión, el último giro en el que Joker decide no saber la identidad de Bruce Wayne porque entonces el juego con «SU» Batman acabaría me ha parecido un elemento realmente tonto.

Hechas estas matizaciones a la historia de Silvestri, lo cierto es que The Deadly Duo es un comic super entretenido con un artista en plenitud creativa que domina como nadie el medio y sabe lo que tiene que ofrecer para dar al lector un estupendo entretenimiento. La edición americana de Black Label incluye como extra en cada grapa algunas páginas entintadas de Silvestri sin color, y el nivel de detalle que plantea me parece una locura. Este comic tiene montones de páginas que servirían como posters mega molones con imágenes que te quedarías mirando durante horas.

Pero además, la fluidez narrativa de Silvestri me parece que sigue estando a la altura de sus comics de los 80 de X-Men y Lobezno, consiguiendo contar la historia de forma modélica. Como entretenimiento escapista mainstream me parece una pasada, incluso a pesar del exceso de verborrea que encontramos en algunos momentos. Obviamente Silvestri es mejor artista que escritor, pero globalmente diría que cumple más que bien con el encargo de DC.

Comparto las primeras páginas del comic:

Batman & The Joker: The Deadly Duo es un comic que merece la compra solo por el espectacular apartado artístico de Marc Silvestri y Arif Prianto. Si Silvestri se animara a una continuación sería compra segura.

PUNTUACIÓN: 7.5/10

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Crítica de Wonder Woman: Historia 3 (de 3) de Kelly Sue DeConnick y Nicola Scott (DC Comics – ECC Ediciones)

ECC Ediciones acaba de publicar el tercer y último número de Wonder Woman: Historia, el comic de Kelly Sue DeConnick debtro del sello Black Label de DC Comics destinado a contar el origen de las Amazonas, que en este último número ha contado con dibujo de Nicola Scott y color de Annette Kwok.

PUNTUACIÓN: 8/10

Hace milenios, la reina Hera y las diosas del panteón olímpico se sentían muy decepcionadas con los dioses varones. Y a sus espaldas, pusieron en marcha un plan. Nació una sociedad nueva, una nunca vista en la Tierra que era capaz de cosas maravillosas y también terribles; sin embargo, el secreto de su existencia no duró mucho tiempo. Y cuando una mujer desesperada llamada Hipólita se cruzó en el camino de las amazonas, desencadenó una sucesión de acontecimientos que condujeron a una guerra abierta en el Cielo… ¡y a la creación de la principal defensora de la Tierra!

Kelly Sue DeConnick (Ohio, 1970) es una guionista de cómic estadounidense, editora y traductora de obras manga al inglés. Tras su paso por Marvel donde trabajó entre otras en la serie de Capitana Marvel, ha triunfado en el mundo indy con sus series Bella Muerte con Emma Rios, y Bitch Planet, ambas editadas por Image Comics. Está casada con Matt Fraction, y este trabajo para DC Comics dentro del sello Black Label tiene muchas posibilidades de quedar como uno de los puntos álgidos de su carrera.

Nicola Scott es una dibujante de cómics australiana. Con una trayectoria en teatro y diseño de vestuario, Nicola comenzó su carrera en el mundo del cómic en 2001. Rápidamente se convirtió en una de las favoritas de los fans cuando empezó a trabajar en exclusiva para DC Comics con personajes emblemáticos como Superman, Batman y Wonder Woman, y en equipos como «Birds Of Prey», «Secret Six», «Teen Titans» y el bestseller del New York Times «Earth 2». En 2016 vio la luz su aclamada maxiserie «Black Magick» y «Wonder Woman: Año Uno», ambas en colaboración con el escritor Greg Rucka. También en 2016, Nicola creó el arte para celebrar la Embajada Honoraria de Wonder Woman para Mujeres y Niñas de las Naciones Unidas.

Wonder Woman: Historia termina en el tercer volumen de esta serie Black Label. Tras el monumental trabajo de Phil Jiménez en el primer volumen y el bajón que supuso tener a Gene Ha en el segundo, Nicola Scott nos ofrece el que posiblemente sea el mejor trabajo de su carrera en este tercero, consiguiendo dejarme con la mejor de las sensaciones con este final. Dicho esto, tengo que reconocer que releyendo la miniserie en su conjunto, la realidad es que el pecado original de este comic viene de la decisión de DC de no permitir que Phil Jiménez dibujara toda la miniserie, transformando una obra con vocación de clásico absoluto para dejarlo en un buen comic de la editorial, pero desde luego no algo que recordar y atesorar. Por muchas vueltas que se le quiera dar, que un comic de tres números tenga tres dibujantes diferentes es un error, y me da pena por lo que podría haber sido y no fue.

Una vez he quitado el elefante de la habitación, la verdad es que me ha gustado mucho el dibujo de Nicola Scott, con color de Annette Kwok. El problema que le encontré a Gene Ha es que aparte que la historia de DcConnick no le dio margen para brillar, abandonó su estilo intentando acercarse al arte de Jiménez para que la diferencia fuera la menor posible (dadas las circunstancias). Y el cambio no le sentó nada bien a sus páginas, palideciendo en todo. Sin embargo, Scott si acierta y mimetiza haciendo suyo el estilo preciosista y recargado de Jiménez, creando unas páginas espectaculares que sacan todo el partido a la doble página de tamaño más grande de la edición Black Label. Las imágenes de Scott parecen salidas también de una galería de arte y merecen que nos detengamos en ellas a disfrutarlas.

Wonder Woman: Historia mantiene su estructura de narración mediante el uso de la doble splash-page como unidad a partir de la que se cuenta la historia. Como en números anteriores, el comic arranca con la representación de las diosas griegas Hestia, Artemis, Démeter, Hécate, Afrodita y Atenea, a las que sigue Hera, representada en una página que resume la opulencia, barroquismo y belleza de lo que estamos a punto de ver. Scott hace un trabajo estupendo en todos los aspectos, no sólo en la parte de caracterización, sino también en lo referido al «diseño de producción», presentando telas y texturas de los vestidos que parecen reales, unido a una sobresaliente arquitectura. Por ponerle un pequeñísimo pero, quizá sus imágenes son un poco estáticas y no brillan por su fluidez, pero entiendo que esto conecta de alguna manera con la naturaleza casi mítica que se plantea con esta historia, por lo que realmente no creo que sea un aspecto que reste.

En lo relativo a la historia de Kelly Sue DeConnick, en este último número plantea un climax a la guerra entre los Dioses y las rebeldes Amazonas creadas por las Diosas del panteón griego. Un final redondo hasta cierto punto inevitable, al tratarse de la historia fundacional de las Amazonas que tiene que explicar por qué se encuentran encerradas en la mítica isla de Themyscira a la vez que plantea la conexión con el origen de Diana (Wonder Woman). Creo que DeConnick ha conseguido un final super satisfactorio, hilando perfectamente un tapiz planteado desde la mitología a la que ha añadido gotas de feminismo y sororidad que han servido para unir el conjunto y hacer que el resultado sea estupendo.

Incluso con el pero del baile de dibujantes, creo que Wonder Woman: Historia es un comic notable que se recordará durante bastante tiempo que invita a la relectura mientras disfrutamos del suntuoso y exuberante apartado artístico. Y mira que Scott lo hace bien, pero ¡qué pena que Jiménez no dibujara el comic en su totalidad!

Comparto las primera páginas de este comic:

Wonder Woman: Historia ha sido un comic fantástico que ha conseguido remontar en este tercer volumen, ofreciendo un final super satisfactorio a la historia de las Amazonas gracias a un dibujo bestial.

PUNTUACIÓN: 7.5/10

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Crítica de The nice house on the lake vol. 2 de James Tynion IV, Álvaro Martínez Bueno y Jordie Bellaire (DC Comics – ECC Ediciones)

El primer volumen de The nice house on the lake de James Tynion IV y Álvaro Martínez Bueno, con color de Jordie Bellaire fue una de las sorpresas comiqueras del año pasado. Un año después, llega el momento de conocer el final de la historia con la publicación por parte de ECC Ediciones del último número de esta serie de DC Comics editada dentro del sello Black Label.

PUNTUACIÓN: 7/10

El superventas James Tynion IV ha cambiado la cara del terror en el cómic moderno. Prepárate para el segundo volumen de su historia más ambiciosa hasta la fecha junto al artista Álvaro Martínez Bueno. ¡Descubre los secretos de La bonita casa del lago!

Ganador del Premio Eisner 2022 a Mejor Serie Nueva y Mejor Escritor.

Uno de los libros de terror más aclamados por la crítica y más vendidos de 2021 regresa para su impactante segundo acto, ¡y ahora es el momento perfecto para entrar en la casa! Los 10 resistentes supervivientes reunidos en la casa por su amigo común Walter pensaban que por fin habían descifrado el código de sus planes… y ahora todo lo que creían saber ha cambiado literalmente. ¿Podrán liberarse de sus patrones? ¿O están todos decididos a construir su propia prisión?

James Tynion IV comenzó su andadura en el mundo del cómic ayudando a Scott Snyder a escribir historias de apoyo para la innovadora serie de Batman durante el reinicio de los New 52. Tynion pronto empezó a escribir Talon, una serie que surgió de la popularísima línea argumental «Batman: La Corte de los Búhos». También ha escrito Batman: Detective Comics, Constantine: The Hellblazer, y Red Hood and the Outlaws. El año pasado su nombre adquirió una gran notoriedad a partir de su anuncio que abandonaba DC para crear sus próximas obras en Substack, aunque este anuncio no afectó a este comic de creación propia que estaba siendo publicado dentro del sello Black Label de DC Comics.

Álvaro Martínez Bueno (Torrelavega, 1982) es un artista español de comics. En 2004 se gradúa en Bellas Artes por la Universidad de Salamanca y comienza su carrera artística en el ámbito de la creatividad publicitaria, desarrollando ilustraciones y storyboards para marcas como Coca Cola, Vodafone, Orange, Ikea, McDonalds, El Corte Inglés o, entre otros, la Comunidad de Madrid. En su larga trayectoria como dibujante para el mercado del comic americano, ha trabajado también en otras series de DC como la mítica Detective Comics, Justice League Dark, Batman & Robin Eternal, Aquaman, X-Men y, además, para las editoriales Marvel Comic y Valiant Entertainment. Actualmente ha firmado un contrato para trabajar en exclusiva con DC Comics.

James Tynion IV ha completado el primer volumen de Nice house on the lake confirmando la estructura de relojería con que planteaba esta historia de un grupo de personas obligadas a vivir en un espacio cerrado junto a un lago del que no pueden escapar debido a un hecho sobrenatural. Leyendo esta conclusión se nota que estamos ante un guion cerrado desde antes de empezar a escribir el primer número, mostrando de alguna manera unos hechos inevitables que no podían terminar de otra manera que como lo hacen. Dicho esto con todas las connotaciones positivas posibles.

El dibujo de Álvaro Martínez Bueno está estupendo. Como en el primer volumen destaca la cualidad arquitectónica de sus páginas, al colocar siempre a los personajes en espacios concretos de la casa y alrededores que hace que tengamos claro donde sucede la acción. Por otro lado, Martínez aprovecha las posibilidades que le permite la estructura de página, jugando con narración horizontal o vertical según le vaya interesando. Además, mantiene un ritmo perfecto para esta historia, planteando numerosas sorpresas y shocks aprovechando el giro de la página, aumentando la tensión durante la lectura. Por ponerle un pero, a medida que avanza la serie parece que le cuesta dibujar a los personajes, porque hay varios momentos en los que sus figuras están en sombra en situaciones en las que no era necesario, o con facciones muy básicas, por lo que hacía complicado saber qué personaje era cada uno. Me gusta el dibujo de Martínez, pero estas pequeñas cosas junto a la resolución de la historia de Tynion han provocado que no disfrutara este comic como esperaba.

En mi reseña del primer volumen destacaba también el color de Jordie Bellaire, y en este caso voy a matizar un poco mi valoración. Y es que si bien Bellaire triunfa a la hora de resaltar la naturaleza sobrenatural y casi rozando el terror de algunas de las situaciones que van a vivir los personajes atrapados en esta casa, en este volumen hay varios momentos de conversaciones normales en los que el color quedaba raro y me entorpecía la lectura, en lugar de hacer lo contrario, ayudar a crear la atmósfera más adecuada en cada momento. Está claro que hablamos de decisiones conscientes de la colorista, pero no he conectado con la propuesta como durante el primer volumen.

Hay otro tema importante en relación a la estructura, y es que en la casa tenemos a 12 personajes (contando a Walter, el anfitrión) como 12 son los números de esta colección. Sin embargo, varios de ellos realmente no pintan apenas en la historia, más allá de usarles en los prólogos de cada número contándonos un aspecto de su relación con Walter. Comentaba sobre el dibujo de Martínez que me costaba diferenciar a algunos personajes, pero eso también es debido a la falta de importancia de varios en la resolución de la trama, por lo que no es extraño que les confundiera, al ser básicamente intercambiables. Y esto es debido porque a pesar del reparto coral, la serie se apoya mayoritariamente en la compleja relación entre Walter y Norah, mientras vemos a Tynion reflexionar sobre la amistad, lo que buscamos en los demás frente a lo que son en realidad y el egoísmo de nuestra vida cuando intentamos cambiarles. También sobre el libre albedrío o la posibilidad que un ser superior juegue con nosotros una partida de poker con las cartas marcadas en la que no podemos hacer nada excepto actuar como se espera de nosotros. En esta segunda parte el tono casi tocando el terror inicial cambia hacia una drama existencial, lo que reconozco me sorprendió bastante. Como veis, hay numerosos elementos muy interesantes en la historia de Tynion, pero no acaba de rematarlos, a pesar que el giro final es perfecto, por lo que no llega a volarme la cabeza en ningún momento.

Otro elemento con el que he conectado menos es que en el primer volumen Tynion planteaba páginas de apoyo con mensajes de texto de móbil para aportar una interesante información de los personajes y de Walter. Sin embargo, en este volumen, estas páginas que sobre todo se han dejado para el último número me han parecido páginas que no aportan nada realmente importante y nos cortan el ritmo en medio del que es el climax final. De alguna manera, Tynion ha repetido el fail de la franquicia mutante, que incorporó en las primeras miniseries interesantes textos que ampliaban la experiencia de la revolución plantada por Jonathan Hickman, pero en seguida se convirtieron de páginas «basura» de relleno sin interés que de alguna manera parecía que su objeto era simplemente ampliar las páginas como fuera para así poder Marvel y Panini cobrarnos más por esa grapa.

Hablando del climax, hablaba en positivo sobre los finales inevitables que resultan casi los únicos posibles teniendo en cuenta lo que hemos leído hasta ese momento. Esto que es positivo queda un poco empañado por el hecho que este climax se construye a partir de un diálogo clave entre Walter y Norah en el noveno número que es repetido prácticamente literal en la resolución. Y esto, incluso con la esperada aunque brillante sorpresa final, me rompió la tensión del número y me dejó con sensación anticlimática. Dentro que me parece estupendo haber tenido la oportunidad de leer una historia tan diferente a todo lo que leo habitualmente, con un dibujo top que encaja perfectamente con la historia y el tono.

Por cierto, otro elemento que tengo que comentar es que estos doce números han planteado una historia relativamente autoconclusiva, pero realmente hay tantos elementos abiertos que no me deja la sensación de final cerrado que esperaba que tuviera este volumen, independientemente de cual fuera. De hecho, la última viñeta del comic indica «final del círculo uno», lo que confirma que Tynion y Martínez van a realizar al menos un segundo volumen. Y entiendo que tras ganar dos Eisner tienen todo a favor de continuar un comic que es un éxito de crítica y público. Pero tengo que reconocer que hubiera preferido un final FINAL. Porque aparte, así es como DC y ECC vendieron este comic. Dicho esto, los inicios de cada grapa en la que versiones del futuro de los personajes hablaban sobre Walter desde una ubicación cataclísmica ya me debería haber indicado que era imposible terminar la historia en doce números. Pero reconozco que la novedosa propuesta me tenía enganchado sin necesidad de tener que especular sobre cómo iba a continuar la historia.

Creo que me está quedando un texto un pelín negativo de un comic que realmente me ha gustado. Quizá la primera parte estuvo tan bien que esperaba una brillantez que no he llegado a encontrarme en este segundo volumen, lo que me deja este resquemor. Sin embargo, creo que The nice house on the lake es un comic super recomendable.

Comparto las primeras páginas de este segundo volumen, que mantienen la estructura de los números previos:

Nice house on the lake ha sido un buen comic con una premisa potente y un buen desarrollo, pero igual la resolución no ha estado a la altura. Con todo, es genial poder leer una historia tan diferente como esta.

PUNTUACIÓN: 7/10

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