Marvel Comics paga a Jonathan Hickman no para escribir comics, que también, sino para plantear nuevos conceptos que puedan ser explotados por la editorial. Tras el relanzamiento del universo Ultimate, Hickman ha puesto su mirada en la parte galáctica del Universo Marvel en Imperial, la nueva miniseries estrenada este mes que cuenta con dibujo de Iban Coello y Federico Vicentini, con color de Federico Blee. Comparto mis impresiones del primer número.
PUNTUACIÓN: 5.5/10
El comienzo del evento que cambiará la faz de la Marvel cósmica. Jonathan Hickman, Iban Coello y Federico Vicentini presentan una historia de intriga, misterios y guerra que tiene lugar al mismo tiempo que se configura un nuevo orden galáctico. Con la participación de Hulks, Panteras Negras, Novas, Guardianes y reyes y reinas cósmicos. ¡Una lectura imprescindible!
Antes de empezar a comentar mis impresiones de Imperial, me vais a permitir un pequeño desahogo. Aunque en realidad es algo que tiene que ver con la historia de Jonathan Hickman, así que tiene relevancia.
Llevo comprando dos años la etapa de El Increíble Hulk de Phillip Kennedy Johnson y Nic Klein. DOS AÑOS. Y en ella Hulk y Bruce Banner se encuentran más enfrentados que nunca mientras escapan de la Primogénita, un ser Primordial madre de todos los monstruos que busca a Hulk a toda costa. Hulk junto a su amiga Charlie viajan por las carreteras secundarias de los Estados Unidos mientras nos regalan historias impactantes repletas de body-horror.
En paralelo, en las páginas de Fénix vimos que las principales razas de la galaxia han formado una alianza galáctica. En una de las ideas más ridículas que he leído en 2025, Gladiator de los Shi´Ar llama a Perrikus y a Thanos para que les ayuden a destruir a Fénix, a pesar que estos seres son asesinos de masas galácticos. Por supuesto, Perrikus y Thanos se hacen con el control de la galaxia hasta que Fénix salva la situación chasqueando los dedos.
Recuerdo estas situaciones porque reconozco que me ha jodido bastante lo que plantea Hickman para esta miniserie, básicamente riéndose de la continuidad de Marvel Comics y desechándola para hacer lo que a él más le conviene. Sólo así se explica que un Hulk Worldbreaker viaje al espacio junto a Hulka y Amadeus Cho para el funeral de uno de los hijos de Hulk en Sakaar. ¿Cuándo sucede esto? Es físicamente imposible, a no ser que esta historia esté ambientada en una realidad alternativa, que esto pueda suceder al mismo tiempo que la etapa de Phillip Kennedy Johnson en Hulk. Una etapa que no es pequeña precisamente, es complicado ignorarla como si no importara. La forma en que Marvel Comics se ríe de su propia continuidad y de paso de los lectores a los que estas cosas nos importan me ha volado la cabeza. Me siento como si me hubieran dado un puñetazo en los morros, y no exagero. Si hubieran puesto un cartelito explicativo que en lo relativo a Hulk esta historia sucede entre la etapa de Donny Cates y la de PKJ, por ejemplo, igual no diría nada. Dentro que sería absurdo, porque Imperial sucede en el presente del Universo Marvel. No sólo eso, es lo más importante en lo referido a la franquicia galáctica de Marvel que va a marcar el futuro inmediato. De hecho, como diría que los editores deben darse cuenta que no tiene sentido, han optado por la solución del avestruz y han agachado la cabeza a ver si nadie se da cuenta. Es penoso.
Una vez me he tragado este sapo en las primeras páginas del comic, me he encontrado con una historia bastante previsible que reniega de la teórica inteligencia de Hickman a la hora de plantear tramas novedosas. Alguien planea dominar la galaxia o al menos empezar una guerra, y para ello ha empezado a matar monarcas y líderes galácticos mediante un veneno casi imposible de rastrear y curar. El hijo de Hulk, señor de Sakaar, o la hermana de Peter Quill (Starlord) están entre algunos de sus victimas. El comic plantea un engaño, al plantearse que el asesino podría ser wakandés, al llevar una armadura de Vibranium, lo que sitúa a la galaxia al borde de la guerra. Algo que sin duda beneficia a los verdaderos asesinos, que se mantienen conspirando en la sombra.
Los asesinatos parece que intentan evitar la creación del Consejo Galáctico. Lo malo es que como ya hemos visto en Fénix, este consejo ya existe. Whaaaat?!!! Rechazando la continuidad yo también se hacer comic diferentes. Lo dicho, me parece una estafa total. Este Hickman me parece el más vago en mucho tiempo. Incluso aunque los giros y las sorpresas espero que sean constantes en los 3 números restantes. No se lo que le pagan en Marvel, pero de momento este arranque ha sido decepcionante. Y peor, facilón.
El apartado gráfico tenemos a Iban Coello y Federico Vicentini, con color de Federico Blee. En positivo, Coello y Vicentini tienen estilos relativamente similares, lo que hace que el salto entre ellos no sea abrupto. Además, el hecho que este comic de 56 páginas esté dividido en 4 capítulos ayuda a que este salto no sea un problema. Dentro que la idea que Marvel no quiere que una miniserie de 4 números tenga continuidad gráfica y contrate a dos artistas me parece la misma estafa que llevan cometiendo desde hace años. La estafa de intentar vendernos que los dibujantes son secundarios e intercambiables. Porque para ellos lo son. Coello me gusta más que Vicentini, pero en realidad creo que ambos hacen un buen trabajo.
Panini acertó al vender esta grapa al precio promocional de 3.50 euros. En lugar de los 6.50 e que tendría que hacer costado. Esto fue una de las cosas que ayudó a que comprara este comienzo, al igual que la idea de estar ante una miniserie de apenas 4 números diseñada para plantear un nuevo statu-quo que luego será desarrollado por 4 miniseries en paralelo. Esto es básicamente lo mismo que hizo Hickman en el Universo Ultimate en la miniserie Ultimate Invasion, serie que no me convenció.
Y aunque acabamos de empezar, parece claro que una de las series va a ser para Hulka, atrapada en Sakaar como regente. Tras varias series que nunca llegaron a funcionar, resulta curioso que el futuro de Jennifer Walters pase por protagonizar su propio Planet SHE-Hulk. Junto a ella, Starlord y Nova son (van a ser) claves en este reinicio. Y no se si el reino de Wakanda tendrá su propia serie.
En todo caso, reconozco que hace tiempo que no conecto nada con los comics de Jonathan Hickman. Sobre todo, de los comics importantes que Marvel le encarga cada vez con más frecuencia. Aunque tampoco me funcionan los proyectos «secundarios» como Wolverine Revenge con Greg Capullo o Aliens vs Avengers con Esad Ribic. Así que no debería quejarme porque este comic no me ha funcionado. Dicho esto, si algo dominaba hasta ahora Hickman era la creación de conceptos muy potentes que te dejaban con ganas de más en sus primeros números. Aparte de la nula continuidad, que el concepto sea correcto sin más si me parece una sorpresa negativa. Eso si que no lo esperaba.
Comparto las primeras páginas de este comic:
Si no tenemos en cuenta la nula continuidad, Imperial es un correcto inicio a un nuevo statu-quo en la vertiente galáctica del Universo Marvel.
PUNTUACIÓN: 5.5/10
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