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Crítica de Akira de Katsuhiro Otomo (película de animación, 1988)

Tras leerme el clásico manga Akira de Katsuhiro Otomo hace unos días, ha sido muy interesante ver de nuevo su no menos icónica película de animación, que sirvió para que toda una generación en la que me incluyo descubriera la magia de la animación japonesa.

PUNTUACIÓN: 9/10

Año 2019. Neo-Tokyo es una ciudad construida sobre las ruinas de la antigua capital japonesa destruida tras la Tercera Guerra Mundial. Japón es un país al borde del colapso que sufre continuas crisis políticas. En secreto, un equipo de científicos ha reanudado por orden del ejército un experimento para encontrar a individuos que puedan controlar el arma definitiva: una fuerza denominada «la energía absoluta». Pero los habitantes de Neo-Tokyo tienen otras cosas de las que preocuparse. Uno de ellos es Kaneda, un joven pandillero líder de una banda de motoristas. Durante una pelea, su mejor amigo, Tetsuo, sufre un extraño accidente y termina ingresado en unas instalaciones militares. Allí los científicos descubrirán que es el poseedor de la energía absoluta. Pero Tetsuo, que no se resigna a convertirse en un conejillo de indias, muy pronto se convertirá en la amenaza más grande que el mundo ha conocido. (FILMAFFINITY).
Katsuhiro Otomo dirigió y escribió esta película de animación al mismo tiempo que realizaba el manga. De hecho, la película se estrenó con gran éxito en Japón en 1988 varios años antes de terminar la publicación del manga, lo que provocó que aunque el final es similar, todo el desarrollo se modificara muchísimo, al centrarse Otomo prácticamente en la primera mitad del manga.
Para el guión de esta película Otomo contó con la colaboración de Izo Hashimoto, y durante años Akira fue considerada la película más cara de la historia de Japón, con un presupuesto de más de 1000 millones de yenes (de la época).
Otro elemento super recordado es la música de Shoji Yamashiro , con un uso de percusión poco común para la época que se nos quedó grabada en el cerebro.

Entrando en materia, la animación de Akira sigue estando a otro nivel. Neo-Tokio es mostrado con un impresionante nivel de detalle nunca antes visto en una película de animación. Pensar que esta película se realizó con técnicas tradicionales de animación, muchos años antes de la aparición de la animación por ordenador, me vuela la cabeza cada vez que la veo. Además de la ciudad, las persecuciones en moto transmiten también una sensación de velocidad bestial, con el uso de los focos y sus perfectos movimientos. Solo por estos elementos la película es de visionado obligado para cualquier fan de la animación.

Frente a elementos normales de la época como era animar solo la boca de los personajes para abaratar costes, Akira rompió todos los esquemas grabando primero las voces para hacer que la animación de los personajes cuadrara completamente. En muchos aspectos, la película fue revolucionaria y eso se sigue notando cuando se ve la película.

Además, frente al manga que está lleno de páginas y páginas de destrucción sin tregua, el anime consigue detener la acción para crear momentos super icónicos que son la historia del cine, como Kaneda con su moto por la ciudad, disparando su arma láser o el disparo del satélite SOL al estadio olímpico.

En lo referido al guión, tener que condensar las 2000 páginas del manga para hacer una película de 2 horas provocó que tuvieran que quedarse con los elementos centrales de la obra, de forma que elementos como la investigación del gobierno con niños a los que usaron de conejillos de indias indias queda incluso mejor explicada en la película. De hecho, que Akira no esté vivo sino que fuera diseccionado y conservado en tubos de ensayo para investigar con su ADN es una decisión super acertada que refuerza este elemento, de forma que si si hay algún villano en la historia, estos serían el ejército y los científicos sin escrúpulos.

De hecho, la forma en que utilizan a Tetsuo refuerza esto, de forma que no les importa dar poderes a un chaval a pesar de los riesgos con tal de poder controlar ese poder.

Frente al larguísimo manga, la película se centra en la primera mitad en la que Tokio está sufriendo revueltas en las calles protestando contra el gobierno autoritario, y como la aparición de Tetsuo lo cambiará todo. De hecho, sorprende que al ser Otomo el creador de ambas, el manga y el anime, la película directamente se salte más de la mitad del manga, no llegando a ver la segunda explosión que marcó el giro y el cambio a la segunda parte del manga con la creación del Reino de Tokyo en las ruinas de la ciudad de Neo-Tokio.

En todo caso, creo que película mejora al manga al quedarse con lo esencial para su historia, haciendo que la historia sea más clara y directa.

Dicho esto, a pesar de que Otomo elimina de su película más de la mitad del manga, siguen pasando tantas cosas durante las dos horas de película que no hay una progresión hasta alcanzar el climax, sino escenas que se solapan una detrás de otra. Entiendo la dificultad de adaptar una obra tan enorme, pero narrativamente me dió la sensación de estar viendo capítulos sueltos de una obra mayor y me faltó algo para que me diera una sensación de obra redonda perfecta.

Además, igual que en el manga, los personajes de Kaneda y Tetsuo siguen siendo super desagradables, dos niñatos engreídos con los que es muy difícil empatizar. El resto de personajes como Kay o el general no tienen espacio para poder ser minímamente desarrollados.

En todo caso, esto son dos elementos menores que no desmerecen la importancia de Akira, que forma parte de la historia del cine por méritos propios.

Akira fue fundamental en la expansión de la cultura japonesa en Europa y en los Estados Unidos, consiguiendo que millones de jóvenes nos engancháramos al manga y a los animes. Series como Bola de Drac o Doraemon ya habían llegado a España previamente, pero Akira nos abrió los ojos y nos mostró un nivel de calidad muy superior al de otras producciones americanas de la época, lo que supuso una auténtica revolución.

Comparto el trailer de la película:

Akira sigue siendo 30 años después una estupenda película que eres de visionado obligado para todos los fans del cine de animación.

PUNTUACIÓN: 9/10

 

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Crítica de Akira de Katsuhiro Otomo

Estas semanas de confinamiento sin nuevos comics han hecho que recupere algunas de las obras maestras de mi librería. Y dentro de esa categoría sin duda entra Akira, la obra magna de Katsuhiro Otomo que me sirvió como puerta de entrada al manga.

Bienvenido a Neo-Tokyo, construida sobre las cenizas de un Tokio aniquilado por una explosión de origen desconocido que desencadenó la Tercera Guerra Mundial. La vida de dos amigos adolescentes callejeros, Tetsuo y Kaneda, cambia para siempre cuando unas extrañas habilidades paranormales comienzan a despertar en Tetsuo, convirtiéndolo en un objetivo para una agencia oscura que no se detendrá ante nada para evitar otra catástrofe como la que arrasó Tokio. En el centro de la motivación de la agencia se encuentra un miedo onsesivo y crudo a un poder monstruoso e inimaginable conocido solo como Akira.

La impresionante obra maestra de ciencia ficción de Katsuhiro Otomo es considerada por muchos como la mejor obra de ficción gráfica jamás producida, y su brillante versión cinematográfica de animación también dirigida por de Otomo es considerada como un clásico a nivel mundial.

Katsuhiro Otomo (Tome, 1954) es uno de los mangakas más celebrados de Japón. Ya en su primera obra, la inacabada Fireball (1979) anticipaba una historia de ciencia ficción con elementos que posterioremente desarrollaría en Akira, como era el uso de unos adolescentes que luchaban contra el gobierno. Pesadillas (Domu, 1980) ya recibió varios galardones como el premio a la excelencia del Japan Cartoonist Association Award. Fue el primer autor de manga que recibió el Gran Premio del festival de Angoulême de 2015, siendo también en el Hall of Fame de los Premios Eisneer, entre otros muchos premios.

Akira es por méritos propios uno de los mejores mangas jamás publicados. Katsuhiro Otomo publicó en Japón este manga entre 1982 y 1990 dentro de la revista Young Magazine, con más de dos mil páginas. Las recopilaciones posteriores de la obra en tomos recopilatorios han vendido millones de copias en todo el mundo.

La edición española que yo tengo fue publicada por Aragón – Glénat entre 1990 y 1996 en 38 tomos de 64 páginas utilizando la versión americana del manga, que fue publicado por el sello Epic de marvel Comics desde 1988, con orden de lectura occidental de izquierda a derecha y coloreada por el prestigioso Steve Oliff, siendo uno de los primeros comics en los Estados Unidos que empleó un coloreado digital. Posteriores ediciones españolas han ofrecído la versión en blanco y negro original con el orden de lectura japonés de derecha a izquerda.

Es interesante comentar como aunque AKIRA está considerada una obra Cyberpunk, realmente empezó a publicarse en Japón dos años antes de que William Gibson publicara su ya mítico Neuromancer (1984), que no llegó a Japón hasta un año después, en 1985. Akira fue instrumental en el aumento de la popularidad del manga fuera de Japón, especialmente en los Estados Unidos, ya que el lanzamiento de la edición a color de Epic Comics en 1988 coincidió con el estreno de la película de animación, que también estuvo dirigida por Otomo y marcó un hito en el mundo de la animación. Pero no solo en los Estados Unidos, también en Europa y especialmente en Francia y España Akira ayudó al auge del manga entre los lectores de comic.

En mi caso, yo descubrí AKIRA primero gracias a la película de animación que me voló la cabeza cuando la vi por primera vez en Barcelona en un cine de filmoteca aprovechando un viaje de fin de semana con motivo del Salón del Comic, una primavera de ¿1991 o 1992? No fue hasta bastante más tarde que descubrí este manga y empecé a comprar los volúmenes ya editados de cinco en cinco. Literalmente. Tal era mi ánsia de lectura.

Planeo escribir una reseñada de la película de Akira en próximas fechas, cuando vuelva a ver la película, pero me parece curioso como Otomo condensó en dos horas toda la larguísima historia del manga, que de hecho no había terminado en 1988 cuando se estrenó la película.

Entrando en la lectura del manga, la lectura de Akira sigue siendo espectacular. Por un lado, reconozco que (mal) acostumbrado como estaba hasta ese momento por la lectura de comics americanos, que en 24 páginas tenían que contar una historia con presentación, desarrollo y al menos una escena de acción de tres o cuatro páginas, o los tomos europeos tipo de Asterix, Tintín o Mortadelos que en un tomo de 48/64 páginas contaban una historia completa, leer una larga historia de 2000 páginas me alucinó de forma increíble, al tener un ritmo y una espectacularidad como nunca antes había leído.

Otomo muestra una obsesión hacia la arquitectura que convierte a Neo-Tokio en un personaje más de la historia, creando páginas que son una auténtica locura por su nivel de detalle. Además, 15 años antes de que el Authority de Warren Ellis y Brian Hitch, y posteriormente The Ultimates de Mark Millar y el propio Hitch popularizaran el término “widescreen” en el mundo del comic americano para clasificar los comics con enormes escenas de acción con planificación cinematográfica, Otomo había dejado en pañales al resto de comics, que palidecen aún hoy en día cuando se comparan con esta obra.

El formato manga permitía a Otomo mostrar grandes escenas de destrucción, empleando páginas y páginas simplemente para mostrar las consecuencias de la expansión de la destrucción en la ciudad provocado por el estallido psíquico de los protagonistas.

Al ser una obra tan larga, narrativamente Akira rompió también la estructura habitual de la historias de la época, permitiendo numerosas subtramas, un gran reparto coral y una gran parte central en la que desarrolla la sociedad de Neo-Tokio post-segundo apocalipsis. La ambientación de ciencia ficción recoge numerosas convenciones que luego veremos en el género cyberpunk y le permitió desarrollar su interés por historias en las que jóvenes inadaptados buscan combatir a un gobierno obsoleto y paralizado por la corrupción y las intrigas políticas. El aislamiento social de la juventud y la obsesión japonesa post-Hiroshima por las consecuencias de una gran destrucción en la sociedad son otros elementos claves de Akira.

La fluidez del dibujo crea secuencias realmente hipnóticas con las diferentes persecuciones, explosiones y escenas de acción con su increíble atención al detalle y su acción super cinética. No necesito ni siquiera un historia, puedo abrir un tomo aleatorio y quedarme embobado con los momentazos que hay en todos los volúmenes.

Quizá el único pero que le puedo encontrar a Akira es quizá la caracterización de los personajes. Entiendo que para el standard japonés Kaneda, Tesuo o Kai quizá son figuras complejas, pero personalmente me parecen apenas esbozados en esta historia en lo que lo principal es la acción de proporciones bíblicas. De hecho, Kaneda es un chaval que me cae especialmente antipático debido a su naturaleza siempre enfadada y con el único objetivo de matar a Tetsuo por traicionarle. Además, su intento de conquistar a Kai simplemente por ser la única mujer que aparece en ese momento ahora se ve super machista y un elemento que no ha envejecido demasiado bien.

Además de Kaneda, Testuo tiene también cero profundidad, un chaval que tiene envidia de su amigo y que durante una gran parte de la historia solo quiere tomar drogas y ver el mundo arder. Kai por su parte realmente es un arquetipo de figura luchadora que hace lo que el honor demanda, que al principio de la historia es luchar contra el gobierno corrupto dominado por el estamento militar. Y merece comentar como el personaje de Akira realmente es un secundario en su propia comic, sirviendo como mero arquetipo de la destrucción inminente de la sociedad y de las consecuencias de realizar investigaciones genéticas inmorales en niños.

En todo caso, esto en una obra tan monumental como Akira no desmerece su importancia ni el disfrute tan maravilloso que he tenido volviendo a leer de nuevo este manga 15 años después de la última vez.

Akira es una obra maestra del comic / manga que debería ser de lectura obligada para todos los fans de la ciencia ficción.

PUNTUACIÓN: OBRA MAESTRA

 

 

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