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Crítica de Arrowsmith vol. 2 de Kurt Busiek y Carlos Pacheco (Dolmen Editorial)

Es una alegría tremenda poder disfrutar de uno de los últimos comics dibujados por Carlos Pacheco. Arrowsmith vol. 2 Tras las líneas enemigas, junto al guionista Kurt Busiek, el entintador Rafael Fonteriz y el colorista José Villarrubia nos devuelve a este mundo en la Primera Guerra Mundial en el que existe la magia.

PUNTUACIÓN: 7.5/10

El joven Fletcher Arrowsmith, teniente del Cuerpo Aéreo de Ultramar, es enviado a una misión secreta y peligrosa dentro de territorio prusiano. Su objetivo es rescatar a una princesa de las garras del enemigo y detener un plan letal que podría destruir toda Europa. Por el camino, Fletcher viajará a reinos mágicos, se encontrará con monstruos y trolls, y descubrirá los secretos ancestrales de la magia que utiliza para volar… y que se encuentra detrás de la propia guerra.

El equipo creativo formado por Kurt Busiek (Marvels, Vengadores, Superman) y Carlos Pacheco (X-Men, Los Cuatro Fantásticos, Siempre Vengadores) nos sumerge de nuevo en el fantástico mundo de Arrowsmith. El paso de los meses, las despedidas siempre inesperadas a efímeros amigos, la adrenalina del combate y la crudeza de esta Primera Guerra Mundial han hecho mella en sus protagonistas, pero la esperanza, el valor y el optimismo del joven Fletcher siguen intactos, soñando con que la paz llegue algún día al Viejo Continente.

Este volumen d 192 páginas contiene Arrowsmith: Behind Enemy Lines #1-6, la última obra de Carlos Pacheco, así como cincuenta páginas de extras que incluyen bocetos, diseños y lápices del dibujante gaditano, una entrevista con Kurt Busiek y portadas alternativas de algunos de los mayores talentos de la industria del cómic norteamericano.

Kurt Busiek (Boston 1960), es uno de los grandes guionistas de Marvel Comics. MARVELS en 1993 junto a Alex Ross revolucionó el mundo del comic, no solo por las páginas pintadas de Ross mediante la técnica del fotorealismo, sino porque el concepto de mirar a los superhéroes desde el punto de vista del hombre corriente de la calle nos devolvió un «sense-of-wonder» perdido durante años por la moda del «grim-n-gritty» que triunfaba en esa década.

Thunderbolts (1997) con Mark Bagley y su icónico giro al final del primer número o el relanzamiento de Los Vengadores (1998) con George Pérez tras el Heroes Reborn son clásicos absolutos de Marvel. Como por supuesto lo es también el mítico JLA / Vengadores de 2003. Tras abandonar Marvel, Busiek trabajó en DC comics como Superman: Secret Identity con Stuart Immonem, JLA o Superman con Carlos Pacheco.

El gusto por el clasicismo pudo verse también en su icónico Astro City junto al dibujante Brent Anderson, comic que empezó a publicarse en 1995 y que ha tenido recientemente un relanzamiento en Image. En 2004 escribió una maravillosa etapa de Conan en Dark Horse junto al artista Cary Nord, y más recientemente, también en Image destaca su comic The Autumnlands junto al dibujante Benjamin Dewey.

Carlos Pacheco (1961-2022) es uno de los mejores dibujantes españoles que trabajaron en el mercado mainstream USA. Colaborador de Comics Forum desde finales de los 80 realizando portadas para numerosos comics de la editorial, en 1993 dio el salto a Marvel U.K. con una historia corte de Motormuth y Killpower primero y la miniserie Dark Guard, que supuso el primer trabajo completo de Pacheco para ellos. El primer trabajo para USA llegó en 1994 para DC en la serie de The Flash con guión de Mark Waid. Tras este comic, Pacheco ficha por Marvel en 1994, empezando a trabajar en comics como Bishop, Starjammers, Universe-X o Excalibur. En 1998-99 colabora con Kurt Busiek en Siempre Vengadores, uno de sus trabajos más redondos, trabajo al que siguió en 2000 una interesante etapa en los 4 Fantásticos en la que guionizaba el comc junto a Rafael Marín).

Tras 10 años en Marvel, Pacheco decidió cambiar de aires y en 2005 fichó por DC Comics, trabajando en Superman / Batman con Jeph Loeb, el relanzamiento de Green Lantern con Geoff Johns, o una interesante etapa en Superman junto a Kurt Busiek entre 2006-07. En 2009 Pacheco retornó a Marvel, donde ha trabajado en numerosos comics de la línea Ultimate o de la franquicia mutante, además de en Capitán América de Rick Remender. En los últimos años se ha visto relegado (o quizá él lo prefiriera así) a realizar portadas y pequeñas etapas o números sueltos en multitud de series, siendo quizá su último gran trabajo completo la miniserie The Life of Captain Marvel con la guionista Margaret Stohl (2018-19) y esta segunda serie de Arrowsmith. Su muerte en noviembre de 2022 fue un mazazo, pero su obra estará siempre en el corazón de los aficionados.

El principal interés de Arrowsmith es disfrutar de uno de los últimos trabajos de Carlos Pacheco, y en ese sentido la compra está más que justificada sólo por el dibujo de Pacheco. El entintado de Rafael Fonteriz y el color de José Villarrubia son el complemento perfecto para los lápices de Carlos, que da una master-class de fluidez narrativa. La historia del viaje de Fletcher por detrás de las líneas enemigas en una misión que tiene el destino del mundo en sus manos si fracasa está perfectamente narrada en imágenes, y además descubrirá el origen de la magia de este mundo a partir de la Paz de Carlomagno. Aparte de su fluidez y de su perfecto lápiz, Pacheco plantea además una distribución de página muy atractiva, jugando por ejemplo con las splash-pages como elemento para contar el origen del mundo.

Dentro de los elementos positivos tengo que destacar también la estupenda edición en tapa dura de Dolmen Editorial, un volumen que queda perfecto junto al primero y que además del comic incluye un montón de extras, portadas alternativas y lápices de Pacheco, además de una entrevista a Busiek. En ella es escritor comenta que una de las últimas voluntades de Carlos fue que Busiek continuara para poder darle un final a la historia, algo que me llena de alegría.

Esto me lleva al principal problema de Arrowsmith, y es que me he encontrado con la sorpresa negativa de una miniserie de 6 números que NO termina, dejando colgada completamente la historia. Y esto me parece un problema tremendo. Recordar que la primera miniserie se publicó hace casi 20 años en Estados Unidos, en 2003-04, y durante muchos años parecía imposible que tuviera continuación. Conseguir publicar esta segunda miniserie fue un pequeño milagro, pero al mismo tiempo si tenían planes más ambiciosos, lo mínimo era plantear al menos la sensación de cerrar un capítulo de una historia mayor, cosa que no sucede. Esta manía de no cerrar las historias me parece uno de los grandes males del entretenimiento mainstream actual. Y está claro que la muerte de Pacheco fue un hecho doloroso e inesperado, pero a la vez este comic debería haber planeado un final, empezando porque tardaron 19 años en continuar la historia, y no tengo claro que supieran si este comic podría tener una rápida continuación o no.

Pero este NO final no es el único problema de la historia de Busiek. El comic vuelve a pecar de un exceso de sobre exposición con una voz en off de Fletcher usando el recurso de la carta que le escribe a alguien contándole lo que está viviendo. Y esta narración frena la historia en todo momento. De hecho, en momentos en que Pacheco cuenta perfectamente una historia que NO necesita esta voz en off, los bocadillos se multiplican y hacen aburrida la historia. Un problema de no tener un final es que el comic tiene un planteamiento y todo lo demás es nudo con el desarrollo, privándonos de un climax que el comic claramente necesitaba. De alguna manera, Busiek y Pacheco nos han dejado con la miel en los labios con una miniserie que es la presentación de la gran historia que tendremos en la siguiente miniserie, un comic que por motivos obvios ya veremos cuando llegaremos a leer.

Reconozco que me ha fastidiado este aspecto de la historia porque odio que me vendan la mitad de una historia. Sin embargo, en lo bueno la verdad es que Pacheco era/es/siempre será muy bueno. Ver Arrowsmith hace que me de cuenta que el gran problema de Pacheco como artista de comics es que no hemos llegado a tener la GRAN obra de Pacheco. No, no creo que Siempre Vengadores sea un comicazo que recomendar debido a su estructura de comic hablando de comics. En ese sentido, más satisfactoria fue la lectura de  JLA/JSA: Virtud y Vicio escrita por David Goyer y Geoff Johns, pero siendo muy buena lectura se me queda muy lejos de lo que espero de un «comic canónico».

A eso hay que sumar una gran producción en Marvel y en menor medida en DC bastante inconexa, de forma que sólo dibujaba unos pocos números saltando luego a otras colecciones o a hacer portadas. Sus Los 4 Fantásticos hubiera podido quedar como una etapa más que maja si no fuera porque Marvel la cortó demasiado pronto. Hubiera sido genial poder tener un arco de 8/12 números en alguna colección que quedara para el recuerdo, pero aparte de su dibujo, sus etapas en X-Men tuvieron unos guiones que no estuvieron a la altura. Por cierto, por si no lo leísteis en su día, enlazo aquí mi artículo homenaje a Pacheco que publiqué cuando se conoció la triste noticia del fallecimiento del artista gaditano.

En todo caso, Carlos Pacheco ya es historia del mundo del comic americano. Y gracias a este Arrowsmith este fin de semana tuve a alegría de poder disfrutar de la que prácticamente es su última obra completa. Sólo por eso, como digo merece la pena la compra de este volumen de Dolmen.

Comparto algunas páginas del comic:

Arrowsmith es una delicia en la parte gráfica gracias al estupendo trabajo de Carlos Pacheco, Fonteriz y Villarrubia, pero sufre un poco por la parte del guion de un Busiek que deja claro que sus mejores trabajos quedaron atrás.

PUNTUACIÓN: 7/10

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Crítica de Arrowsmith: Tan guapos de uniforme de Kurt Busiek y Carlos Pacheco

Aprovechando la publicación en Estados Unidos la segunda serie de Arrowsmith de Kurt Busiek y Carlos Pacheco, me he animado a revisar la miniserie original de 2003-04 con maravilloso entintado de Jesús Merino y color de Alex Sinclair. Arrowsmith: Tan guapos de uniforme, el volumen de Norma de 2008, es un estupendo comic ambientado en la 1ª Guerra Mundial que merece mucho la pena.

PUNTUACIÓN: 8/10

Capítulo prólogo, bocetos y extras inéditos en España.

Kurt Busiek (Astro city, JLA/Vengadores) y Carlos Pacheco (Siempre vengadores, Superman) nos presentan cómo hubiera sido la I Guerra Mundial en un mundo de fantasía donde la magia funciona como la tecnología más moderna.

1914, la I Guerra Mundial acaba de estallar y está arrasando toda europa. Tropas de humanos, ogros, no muertos y demás seres se enfrentan en una de las más sangrientas guerras que ha visto el mundo. Mientras tanto, en los Estados Unidos de Columbia, el joven Arrowsmith conoce al cuerpo de los voladores y el valor de la libertad.

Tomo de 168 páginas editado por Norma Editorial en 2008,

Kurt Busiek (Boston 1960), es uno de los grandes guionistas de Marvel Comics. MARVELS en 1993 junto a Alex Ross revolucionó el mundo del comic, no solo por las páginas pintadas de Ross mediante la técnica del fotorealismo, sino porque el concepto de mirar a los superhéroes desde el punto de vista del hombre corriente de la calle nos devolvió un «sense-of-wonder» perdido durante años por la moda del «grim-n-gritty» que triunfaba en esa década.

Thunderbolts (1997) con Mark Bagley y su icónico giro al final del primer número o el relanzamiento de Los Vengadores (1998) con George Pérez tras el Heroes Reborn son clásicos absolutos de Marvel. Como por supuesto lo es también el mítico JLA / Vengadores de 2003. Tras abandonar Marvel, Busiek trabajó en DC comics como Superman: Secret Identity con Stuart Immonem, JLA o Superman con Carlos Pacheco.

El gusto por el clasicismo pudo verse también en su icónico Astro City junto al dibujante Brent Anderson, comic que empezó a publicarse en 1995 y que ha tenido recientemente un relanzamiento en Image. En 2004 escribió una maravillosa etapa de Conan en Dark Horse junto al artista Cary Nord, y más recientemente, también en Image destaca su comic The Autumnlands junto al dibujante Benjamin Dewey.

Carlos Pacheco (San Roque, Cádiz, 1962) lleva casi 30 años siendo uno de los mejores dibujantes españoles trabajando en el mercado mainstream USA. Colaborador de Comics Forum desde finales de los 80 realizando portadas para numeros comics de la editorial, en 1993 dio el salto a Marvel U.K. con una historia corte de Motormuth y Killpower primero y la miniserie Dark Guard, que supuso el primer trabajo completo de Pacheco para ellos. El primer trabajo para USA llegó en 1994 para DC en la serie de The Flash con guión de Mark Waid. Tras este comic, Pacheco ficha por Marvel en 1994, empezando a trabajar en comics como Bishop, Starjammers, Universe-X o Excalibur. En 1998-99 colabora con Kurt Busiek en Siempre Vengadores, uno de sus trabajos más redondos, trabajo al que siguió en 2000 una interesante etapa en los 4 Fantásticos en la que guionizaba el comc junto a Rafael Marín).

Tras 10 años en Marvel, Pacheco decidió cambiar de aires y en 2005 fichó por DC Comics, trabajando en Superman / Batman con Jeph Loeb, el relanzamiento de Green Lantern con Geoff Johns, o una interesante etapa en Superman junto a Kurt Busiek entre 2006-07. En 2009 Pacheco retornó a Marvel, donde ha trabajado en numerosos comics de la línea Ultimate o de la franquicia mutante, además de en Capitán América de Rick Remender. En los últimos años se ha visto relegado (o quizá él lo prefiera así) a realizar portadas y pequeñas etapas o números sueltos en multitud de series, siendo quizá su último gran trabajo completo la miniserie The Life of Captain Marvel con la guionista Margaret Stohl (2018-19).

Tras colaborar en Siempre Vengadores (Avengers Forever) entre 1998-99, Kurt Busiek y Carlos Pacheco consideraron su próxima colaboración, y tras múltiples conversaciones, optaron por publicar un comic un tanto contra corriente, al tratarse de una historia alejada de los superhéroes ambientada en una Primera Guerra Mundial de un mundo alternativo en el que la magia y los seres sobrenaturales existen.

Arrowsmith fue una miniserie de 6 número publicada entre 2003 y 2004 en el sello Cliffhanger de Wilstorm, donde Busiek publicaba Astro City. Aunque Pacheco y Busiek quedaron muy contentos de su colaboración y expresaban siempre que podían su intención de publicar nuevas historias de creación propia, algo que ha tardado 18 años en suceder en Image Comics, diría que en su momento el comic no debió ser demasiado rentable para ellos, ya que su siguiente colaboración fue para DC Comics en Superman.

En España, Planeta publicó inicialmente Arrowsmith en grapa en 2004, mientras que Norma Editorial se hizo con los derechos y publicó el primer tomo recopilatorio en 2008. Más recientemente ECC también ha publicado una nueva edición en 2015, y con la publicación de la nueva miniserie Arrowsmith: Behind enemy lines en Estados Unidos, es probable que en poco tiempo salga en España una nueva edición aprovechando la publicación del segundo volumen.

Entrando a valorar el comic en si, ¡Qué maravilla de dibujo!! Arrowsmith puede ser uno de los mejores trabajos de Carlos Pacheco, dentro de una carrera modélica. Pacheco da una master-class narrativa en Arrowsmith, lo cual en si mismo no es noticia, consiguiendo que la historia se entienda sin necesidad de leer los bocadillos, disfrutando enormemente el dibujo. Pero además realiza un extraordinario trabajo de creación de un mundo «realista» de 1915 con elementos arquitectónicos reconocibles junto a trajes, vehículos y un ambientación histórica perfecta, a la que añade elementos fantásticos como dragones, zombies, hombres lobo y vampiros, además de los propios magos. Puestos a crear mundos propios, hay artistas que van a lo fácil con una mínima ambientación o colores resultones que maquillan la falta de fondos (¿he oído Saga?), pero ese no es el caso de Pacheco, más bien al contrario. Se nota en las páginas que ha realizado un extenso y sobresaliente trabajo de documentación, y el resultado luce en cada página, con muchos momentos que son visualmente una locura.

El entintado de Jesús Merino y el color de Alex Sinclair son el perfecto complemento a los lápices de Pacheco. Pocos entintadores han entendido el trazo de Pacheco igual que Merino, que realza el lápiz sin taparlo en ningún momento, consiguiendo que la lectura del tomo sea un placer. También me ha parecido estupendo el color de Sinclair, con una paleta cromática con verdes y colores brillantes para resaltar el elemento mágico, y una gama que resalta el elemento histórico en las partes más calmadas. Hacía bastante años que no leía Arrowsmith, y la nueva lectura confirma que sólo por el apartado artístico de Pacheco, Merino y Sinclair merece la pena tener este comic.

En lo referido a la historia, lamentablemente la valoración no es igual de positiva. En lo positivo, Busiek pidió ayuda al historiador Lawrence Watt-Evans para la creación de la historia de este mundo fantástico que tuvo su punto de ruptura respecto al nuestro en el siglo IX, a partir de la denominada «Paz de Carlomagno». En este sentido, se nota que hay mucha reflexión a la hora de crear este mundo, con un worldbuilding muy interesante y complejo, que transmite que esta primera historia sólo ha rascado en la superficie del iceberg que hundió el Titanic.

La Primera Guerra Mundial fue la primera gran guerra en la que desapareció la imagen heroica y honorable de la guerra, con miles de jóvenes muertos en las trincheras al usarse por primera vez elementos de guerra bacteriológica o en general ametralladoras que barrían a los enemigos. Arrowsmith transmite perfectamente la idea que la guerra es un infierno en el que cualquiera puede morir en el momento menos pensado. Además, una vez empieza el combate ya no existen buenos y malos, solo personas que harán lo que sea necesario para sobrevivir. Pensando en los elementos de worldbuilding y de mostrar el horror de la guerra, el comic es un acierto total.

Sin embargo, en el guión de Arrowsmith hay varios elementos y decisiones creativas de Busiek que no acaban de funcionar, empezando por la decisión de contar la historia como si fuera una novela epistolar, mediante las cartas que el protagonista escribe a sus padres y allegados. Y se que el género epistolar estuvo muy de moda a final del siglo XIX y principio del XX, con Drácula de Bram Stocker como uno de sus máximos exponentes. En este sentido, no tengo claro si Busiek lo plantea a modo de homenaje a este género literario para que conectara con el elemento fantástico de su historia, pero lo cierto es que estas cartas no funcionan en ningún momento. Aparte de ser un engorro de leer, paran la acción y no aportan demasiado a la historia, hasta el punto que casi diría que la lectura mejoraría sin ellas, excepto en momentos puntuales como cuando Fletcher Arrowsmith está escribiendo una carta y tacha cosas porque no sabe como contar lo que tiene que expresar. Pero estos pequeños aciertos no ocultan que a nivel global esta narración no funciona.

Aparte de esto, el principal problema del comic es doble. Por un lado, comentaba que el worldbuilding a nivel general está bien, empezando por la premisa de un mundo en guerra en 1914 en el que existe la magia y lo sobrenatural. Sin embargo, una vez acabamos de leer la historia, me queda la sensación que lo que nos han contado en concreto dentro de este mundo no ha sido demasiado interesante, con muchos clichés andantes empezando por un protagonista que empieza siendo un chaval optimista y bonachón que recibirá unos golpes de realidad brutales cuando entre en combate, y los compañeros de escuadrón con los que compartirá la vida.

Hay otro elemento problemático dentro de esta sensación de historia poco interesante, y es que este volumen se siente como la introducción a la historia buena que de momento aún no nos han contado. Este comic está planteado para contar el origen del héroe, pero incluso en 2003 cuando se editó por primera vez el comic el mercado de las librerías especializadas obligaba a contar siempre lo mejor para enganchar al lector y hacer que la compra de la siguiente grapa fuera obligada. Este comic me hizo recordar al Robert Kirkman primerizo que planteaba el giro inicial de Invencible para el número 25 y le convencieron a adelantarlo y crear un golpe de efecto que impactara al lector lo antes posible, ya que si el comic no se vendía desde el comienzo habían muchas posibilidades que la serie no pasara del primer año. Algo que no veo en este primer volumen de Arrowsmith.

Entiendo que hay que construir la ambientación para enganchar luego con la historia y los personajes, pero en este caso tras leer el primer arco realmente no sabemos nada del enemigo, apenas se intuye el problema en el frente aliado con unos magos que parecen (son) igual de malos que sus oponentes (resaltando eso si el elemento que mientras los poderosos se benefician los jóvenes pagan el precio), y en general Arrowsmith ha sido un personaje secundario en su comic, viviendo situaciones sobre las que no puede influir. Es normal que no consiguiera empatizar con el comic mientras lo leía.

EPSON MFP image

Como digo, sólo por el dibujo merece la pena comprar este Arrowsmith, y a pesar de lo que acabo de exponer realmente la historia no está mal. Pero me sabe muy mal que el comic no fuera tan bueno como hubiera podido ser, más teniendo en cuenta que este volumen ha quedado como una historia de origen de algo que no ha tenido continuidad hasta muchos años después. Espero que tras estos 18 años de espera (realmente 14 desde que salió el tomo de Norma), la segunda miniserie Behind enemy lines nos ofrezca la gran historia que estoy seguro que este mundo puede ofrecernos.

PUNTUACIÓN: 8/10

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