Aprovechando la publicación en Estados Unidos la segunda serie de Arrowsmith de Kurt Busiek y Carlos Pacheco, me he animado a revisar la miniserie original de 2003-04 con maravilloso entintado de Jesús Merino y color de Alex Sinclair. Arrowsmith: Tan guapos de uniforme, el volumen de Norma de 2008, es un estupendo comic ambientado en la 1ª Guerra Mundial que merece mucho la pena.
PUNTUACIÓN: 8/10
Capítulo prólogo, bocetos y extras inéditos en España.
Kurt Busiek (Astro city, JLA/Vengadores) y Carlos Pacheco (Siempre vengadores, Superman) nos presentan cómo hubiera sido la I Guerra Mundial en un mundo de fantasía donde la magia funciona como la tecnología más moderna.
1914, la I Guerra Mundial acaba de estallar y está arrasando toda europa. Tropas de humanos, ogros, no muertos y demás seres se enfrentan en una de las más sangrientas guerras que ha visto el mundo. Mientras tanto, en los Estados Unidos de Columbia, el joven Arrowsmith conoce al cuerpo de los voladores y el valor de la libertad.
Tomo de 168 páginas editado por Norma Editorial en 2008,
Kurt Busiek (Boston 1960), es uno de los grandes guionistas de Marvel Comics. MARVELS en 1993 junto a Alex Ross revolucionó el mundo del comic, no solo por las páginas pintadas de Ross mediante la técnica del fotorealismo, sino porque el concepto de mirar a los superhéroes desde el punto de vista del hombre corriente de la calle nos devolvió un «sense-of-wonder» perdido durante años por la moda del «grim-n-gritty» que triunfaba en esa década.
Thunderbolts (1997) con Mark Bagley y su icónico giro al final del primer número o el relanzamiento de Los Vengadores (1998) con George Pérez tras el Heroes Reborn son clásicos absolutos de Marvel. Como por supuesto lo es también el mítico JLA / Vengadores de 2003. Tras abandonar Marvel, Busiek trabajó en DC comics como Superman: Secret Identity con Stuart Immonem, JLA o Superman con Carlos Pacheco.
El gusto por el clasicismo pudo verse también en su icónico Astro City junto al dibujante Brent Anderson, comic que empezó a publicarse en 1995 y que ha tenido recientemente un relanzamiento en Image. En 2004 escribió una maravillosa etapa de Conan en Dark Horse junto al artista Cary Nord, y más recientemente, también en Image destaca su comic The Autumnlands junto al dibujante Benjamin Dewey.
Carlos Pacheco (San Roque, Cádiz, 1962) lleva casi 30 años siendo uno de los mejores dibujantes españoles trabajando en el mercado mainstream USA. Colaborador de Comics Forum desde finales de los 80 realizando portadas para numeros comics de la editorial, en 1993 dio el salto a Marvel U.K. con una historia corte de Motormuth y Killpower primero y la miniserie Dark Guard, que supuso el primer trabajo completo de Pacheco para ellos. El primer trabajo para USA llegó en 1994 para DC en la serie de The Flash con guión de Mark Waid. Tras este comic, Pacheco ficha por Marvel en 1994, empezando a trabajar en comics como Bishop, Starjammers, Universe-X o Excalibur. En 1998-99 colabora con Kurt Busiek en Siempre Vengadores, uno de sus trabajos más redondos, trabajo al que siguió en 2000 una interesante etapa en los 4 Fantásticos en la que guionizaba el comc junto a Rafael Marín).
Tras 10 años en Marvel, Pacheco decidió cambiar de aires y en 2005 fichó por DC Comics, trabajando en Superman / Batman con Jeph Loeb, el relanzamiento de Green Lantern con Geoff Johns, o una interesante etapa en Superman junto a Kurt Busiek entre 2006-07. En 2009 Pacheco retornó a Marvel, donde ha trabajado en numerosos comics de la línea Ultimate o de la franquicia mutante, además de en Capitán América de Rick Remender. En los últimos años se ha visto relegado (o quizá él lo prefiera así) a realizar portadas y pequeñas etapas o números sueltos en multitud de series, siendo quizá su último gran trabajo completo la miniserie The Life of Captain Marvel con la guionista Margaret Stohl (2018-19).
Tras colaborar en Siempre Vengadores (Avengers Forever) entre 1998-99, Kurt Busiek y Carlos Pacheco consideraron su próxima colaboración, y tras múltiples conversaciones, optaron por publicar un comic un tanto contra corriente, al tratarse de una historia alejada de los superhéroes ambientada en una Primera Guerra Mundial de un mundo alternativo en el que la magia y los seres sobrenaturales existen.
Arrowsmith fue una miniserie de 6 número publicada entre 2003 y 2004 en el sello Cliffhanger de Wilstorm, donde Busiek publicaba Astro City. Aunque Pacheco y Busiek quedaron muy contentos de su colaboración y expresaban siempre que podían su intención de publicar nuevas historias de creación propia, algo que ha tardado 18 años en suceder en Image Comics, diría que en su momento el comic no debió ser demasiado rentable para ellos, ya que su siguiente colaboración fue para DC Comics en Superman.
En España, Planeta publicó inicialmente Arrowsmith en grapa en 2004, mientras que Norma Editorial se hizo con los derechos y publicó el primer tomo recopilatorio en 2008. Más recientemente ECC también ha publicado una nueva edición en 2015, y con la publicación de la nueva miniserie Arrowsmith: Behind enemy lines en Estados Unidos, es probable que en poco tiempo salga en España una nueva edición aprovechando la publicación del segundo volumen.
Entrando a valorar el comic en si, ¡Qué maravilla de dibujo!! Arrowsmith puede ser uno de los mejores trabajos de Carlos Pacheco, dentro de una carrera modélica. Pacheco da una master-class narrativa en Arrowsmith, lo cual en si mismo no es noticia, consiguiendo que la historia se entienda sin necesidad de leer los bocadillos, disfrutando enormemente el dibujo. Pero además realiza un extraordinario trabajo de creación de un mundo «realista» de 1915 con elementos arquitectónicos reconocibles junto a trajes, vehículos y un ambientación histórica perfecta, a la que añade elementos fantásticos como dragones, zombies, hombres lobo y vampiros, además de los propios magos. Puestos a crear mundos propios, hay artistas que van a lo fácil con una mínima ambientación o colores resultones que maquillan la falta de fondos (¿he oído Saga?), pero ese no es el caso de Pacheco, más bien al contrario. Se nota en las páginas que ha realizado un extenso y sobresaliente trabajo de documentación, y el resultado luce en cada página, con muchos momentos que son visualmente una locura.
El entintado de Jesús Merino y el color de Alex Sinclair son el perfecto complemento a los lápices de Pacheco. Pocos entintadores han entendido el trazo de Pacheco igual que Merino, que realza el lápiz sin taparlo en ningún momento, consiguiendo que la lectura del tomo sea un placer. También me ha parecido estupendo el color de Sinclair, con una paleta cromática con verdes y colores brillantes para resaltar el elemento mágico, y una gama que resalta el elemento histórico en las partes más calmadas. Hacía bastante años que no leía Arrowsmith, y la nueva lectura confirma que sólo por el apartado artístico de Pacheco, Merino y Sinclair merece la pena tener este comic.
En lo referido a la historia, lamentablemente la valoración no es igual de positiva. En lo positivo, Busiek pidió ayuda al historiador Lawrence Watt-Evans para la creación de la historia de este mundo fantástico que tuvo su punto de ruptura respecto al nuestro en el siglo IX, a partir de la denominada «Paz de Carlomagno». En este sentido, se nota que hay mucha reflexión a la hora de crear este mundo, con un worldbuilding muy interesante y complejo, que transmite que esta primera historia sólo ha rascado en la superficie del iceberg que hundió el Titanic.
La Primera Guerra Mundial fue la primera gran guerra en la que desapareció la imagen heroica y honorable de la guerra, con miles de jóvenes muertos en las trincheras al usarse por primera vez elementos de guerra bacteriológica o en general ametralladoras que barrían a los enemigos. Arrowsmith transmite perfectamente la idea que la guerra es un infierno en el que cualquiera puede morir en el momento menos pensado. Además, una vez empieza el combate ya no existen buenos y malos, solo personas que harán lo que sea necesario para sobrevivir. Pensando en los elementos de worldbuilding y de mostrar el horror de la guerra, el comic es un acierto total.
Sin embargo, en el guión de Arrowsmith hay varios elementos y decisiones creativas de Busiek que no acaban de funcionar, empezando por la decisión de contar la historia como si fuera una novela epistolar, mediante las cartas que el protagonista escribe a sus padres y allegados. Y se que el género epistolar estuvo muy de moda a final del siglo XIX y principio del XX, con Drácula de Bram Stocker como uno de sus máximos exponentes. En este sentido, no tengo claro si Busiek lo plantea a modo de homenaje a este género literario para que conectara con el elemento fantástico de su historia, pero lo cierto es que estas cartas no funcionan en ningún momento. Aparte de ser un engorro de leer, paran la acción y no aportan demasiado a la historia, hasta el punto que casi diría que la lectura mejoraría sin ellas, excepto en momentos puntuales como cuando Fletcher Arrowsmith está escribiendo una carta y tacha cosas porque no sabe como contar lo que tiene que expresar. Pero estos pequeños aciertos no ocultan que a nivel global esta narración no funciona.
Aparte de esto, el principal problema del comic es doble. Por un lado, comentaba que el worldbuilding a nivel general está bien, empezando por la premisa de un mundo en guerra en 1914 en el que existe la magia y lo sobrenatural. Sin embargo, una vez acabamos de leer la historia, me queda la sensación que lo que nos han contado en concreto dentro de este mundo no ha sido demasiado interesante, con muchos clichés andantes empezando por un protagonista que empieza siendo un chaval optimista y bonachón que recibirá unos golpes de realidad brutales cuando entre en combate, y los compañeros de escuadrón con los que compartirá la vida.
Hay otro elemento problemático dentro de esta sensación de historia poco interesante, y es que este volumen se siente como la introducción a la historia buena que de momento aún no nos han contado. Este comic está planteado para contar el origen del héroe, pero incluso en 2003 cuando se editó por primera vez el comic el mercado de las librerías especializadas obligaba a contar siempre lo mejor para enganchar al lector y hacer que la compra de la siguiente grapa fuera obligada. Este comic me hizo recordar al Robert Kirkman primerizo que planteaba el giro inicial de Invencible para el número 25 y le convencieron a adelantarlo y crear un golpe de efecto que impactara al lector lo antes posible, ya que si el comic no se vendía desde el comienzo habían muchas posibilidades que la serie no pasara del primer año. Algo que no veo en este primer volumen de Arrowsmith.
Entiendo que hay que construir la ambientación para enganchar luego con la historia y los personajes, pero en este caso tras leer el primer arco realmente no sabemos nada del enemigo, apenas se intuye el problema en el frente aliado con unos magos que parecen (son) igual de malos que sus oponentes (resaltando eso si el elemento que mientras los poderosos se benefician los jóvenes pagan el precio), y en general Arrowsmith ha sido un personaje secundario en su comic, viviendo situaciones sobre las que no puede influir. Es normal que no consiguiera empatizar con el comic mientras lo leía.
Como digo, sólo por el dibujo merece la pena comprar este Arrowsmith, y a pesar de lo que acabo de exponer realmente la historia no está mal. Pero me sabe muy mal que el comic no fuera tan bueno como hubiera podido ser, más teniendo en cuenta que este volumen ha quedado como una historia de origen de algo que no ha tenido continuidad hasta muchos años después. Espero que tras estos 18 años de espera (realmente 14 desde que salió el tomo de Norma), la segunda miniserie Behind enemy lines nos ofrezca la gran historia que estoy seguro que este mundo puede ofrecernos.
PUNTUACIÓN: 8/10
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