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Crítica de La Asombrosa Vida de Stan Lee – Una vida en clave Marvel de Danny Fingeroth

El último libro que leí en 2022 ha sido la biografía de Stan Lee escrita por Danny Fingeroth, guionista y editor de Marvel durante varios años. La asombrosa vida de Stan Lee – Una vida en clave Marvel editado por Dolmen Editorial es una lectura obligada para todos los fans de los comics Marvel.

PUNTUACIÓN: 8.5/10

Stan Lee ha sido el guionista y creador de cómics más famoso que ha existido nunca. Fundador del Universo Marvel y co-creador de Spiderman, Iron Man, la Patrulla-X o los Cuatro Fantásticos, Stan «The Man» Lee convirtió a una pequeña editorial en el mayor universo de ficción de los siglos XX y XXI, dejando tras de sí un legado de iconos reconocibles en la cultura pop de todo el mundo e influyendo en incontables generaciones de lectores que crecieron amando a estos personajes Marvel.

Sin embargo, su figura siempre ha estado envuelta en polémicas y controversias, con un ejército de seguidores y detractores utilizando la figura de Lee como arma arrojadiza de un debate interminable en el que, a veces, es imposible discernir realidad de ficción. Danny Fingeroth, guionista y editor en Marvel Comics durante muchos años, presenta en Una vida en clave Marvel una biografía que muestra la humanidad, humor y humildad de Lee, pero también su faceta más controvertida y egoista, con entrevistas al propio protagonista y a numerosos colaboradores, amigos… y detractores por igual.

Danny Fingeroth es un veterano escritor, editor, educador y comentarista de cómics, más conocido por su larga etapa como editor de la LÍNEA DE CÓMICS DE SPIDER-MAN DE MARVEL y como biógrafo de Stan Lee.

Es autor de aclamados libros sobre cómics como SUPERMAN ON THE COUCH, DISGUISED AS CLARK KENT, THE ROUGH GUIDE TO GRAPHIC NOVELS y THE STAN LEE UNIVERSE (coeditado con el legendario ROY THOMAS).

Su libro más reciente es A MARVELOUS LIFE: THE AMAZING STORY OF STAN LEE, la biografía definitiva del querido -y a menudo controvertido- cocreador de tantos superhéroes legendarios. Con entrevistas exclusivas con el propio Lee, así como con colegas, familiares, amigos y detractores, ésta es la primera biografía exhaustiva de «Stan the Man», que cambió las ideas del mundo sobre qué es un héroe y cómo debe contarse una historia.

Me ha encantado la biografía de Stan Lee escrita por Danny Fingeroth. El libro hace una narración super amena por la vida del escritor y editor de Marvel desde su infancia en Nueva York hasta su muerte el 12 de noviembre de 2018 a la edad de 96 años. El libro huye del sensacionalismo y cuenta los hechos con los datos disponibles, ofreciendo en los temas más controvertidos los diferentes puntos de vista a partir de las declaraciones de los interesados de la época que lo contaban en primera persona. Un aspecto que me flipa de este libro es ver que las referencias bibliográficas que ha utilizado Fingeroth para escribir este libro abarcan casi 20 páginas del libro, a lo que habría que sumar sus propias entrevistas a personas claves, empezando por el propio Lee.

Hay un hecho indiscutible. Sin Stan Lee los comics Marvel no es que no hubieran triunfado, es que no hubieran existido. Desde luego, no hubieran sido como ahora los conocemos. Eso no quita que sin Jack Kirby y Steve Ditko, la era Marvel de los comics tampoco hubiera llegado a suceder, juntándose en un momento clave de la historia de los comics tres personas únicas cuya colaboración se convirtió en magia pura para los lectores. Y el libro no es un mero pastiche laudatorio hacia Lee, sino que señala también las sombras del escritor y editor que se convirtió en la cabeza visible de Marvel y que sin duda aprovechó la notoriedad que adquirió para vender la marca Stan Lee a menudo desmereciendo a sus colaboradores. Incluso podría decirse que su campaña por crear al showman Lee le colocaba incluso por encima de la propia Marvel.

Es interesante conocer un momento histórico en el que los autores no pensaban que estuvieran haciendo algo grande sino que se contentaban con tener un sueldo con el que sacar adelante a sus familias. Y en el que nadie creía que sus trabajos fueran a perdurar como tampoco lo hicieron los comics románticos o de monstruos en los que trabajaron en la década de los 50. En estos años, nadie se planteaba siquiera la posibilidad de poder poseer la propiedad de sus creaciones, de forma que todo el trabajo de Lee, Kirby y Ditko se realizó siempre durante esos años (décadas) por encargo. Es curioso que nos recuerden que Lee por muy importante que fuera no era más que un empleado de Martin Goodman, que era el propietario de Marvel y de todos sus personajes.

El libro son 350 páginas de narración que se leen en un suspiro, casi de una sentada. Había numerosos elementos que ya conocía, pero Fingeroth añade a la narración declaraciones en primera persona de muchos protagonistas que enriquecen muchísimo la lectura. De hecho, aunque la tesis del autor se basa en el trabajo colaborativo de Lee, Kirby y Ditko, en muchos momentos parece que acepta la versión de Kirby de los hechos, aunque en otros recuerda que las declaraciones que realizó a lo largo de los años no se ajustaban a la realidad de los hechos e incluso a las pruebas materiales existentes, como guiones mecanografiados de Lee de algunos números de los 4 Fantásticos que desmontarían su versión de los hechos sobre que él (Kirby) lo hacía todo y Lee únicamente se limitaba a dialogar las páginas una vez dibujadas. En general, esto es algo que me ha gustado mucho del libro, y es que probablemente la verdad se encuentre en el término medio de versiones a menudo enfrentadas de Lee y Kirby. Dicho esto, resulta curioso conocer el amor que Lee profesaba a Kirby y Ditko, y cómo de alguna manera no podía entender el enfado de los artistas hacia él.

Lo que es indiscutible es que Lee añadió humanidad a los personajes y consiguió conectar con el lector de una manera que no había sucedido nunca en el mundo del comic. El comentario de muchos lectores sobre que sentían que Lee les hablaba directamente a ellos es otro aspecto clave para entender el surgimiento y la popularidad de los comics Marvel además de la propia calidad de estos comics. Lee fue además un excelente lector de la realidad social de los Estados Unidos, sabiendo dar en cada momento lo que el público demandaba en virtud de los avances sociales que se fueron produciendo.

El libro creo que es super recomendable para todos los amantes de los comics Marvel y en especial para aquellos a los que les guste conocer la intrahistoria de las cosas, el como se hizo. Y dentro que la edición de Dolmen en general me gusta, tengo que ponerle un pequeño gran pero, ya que por un lado el libro incluye en los diferentes capítulos las referencias bibliográficas (marcadas con 1, 2, 3…) que se encuentran al final del libro, pero en bastantes momentos incluye además unos * que sugieren que van a dar una aclaración a un nombre o concepto de la historia a pie de página que sin embargo no aparecen en el libro, dejando sensación de que faltaba esa información al libro. Porque si no, no entiendo un * que no aclara nada y no va a ninguna parte.

Hecha esa crítica, como digo me ha gustado mucho este libro y lo recomendaría a todos los marvelitas de pro. Si tenéis curiosidad, no lo dudéis y leer La asombrosa vida de Stan Lee – Una vida en clave Marvel de Danny Fingeroth.

PUNTUACIÓN: 8.5/10

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Crítica de The last days of american crime, de Rick Remender y Greg Tocchini

Tras el final de Low de Rick Remender y Greg Tocchini , me quedé con ganas de más y opté por recuperar la primera colaboración de estos profesionales: The last days of american crime, una historia neo-noir que rebosa personalidad y carisma.

PUNTUACIÓN: 8/10

En un futuro no muy lejano, como respuesta definitiva al terrorismo y el crimen, el gobierno estadounidense ha creado un neuro-inhibidor, llamado la Iniciativa de Paz Americana, que una vez emitido hará imposible que nadie cometa actos ilegales, acabando en la práctica con todo el crimen en Estados Unidos. El gobierno ha distraído la atención de la población americana de la emisión de la I.P.A. con otra controversia: sustituir el papel moneda por un sistema basado en tarjetas monedero digitales.

Y es cuando entra en escena Graham Bricke. Un criminal profesional en horas bajas que pretende robar una de las máquinas que cargarán la nueva moneda digital, huir del país y vivir a lo grande. Pero cuando la noticia de la I.P.A. se filtra, Graham se encuentra de pronto con que solo tiene dos semanas para cometer el complicado atraco, lo que le obliga a reclutar la ayuda de extraños.

Esta es la recopilación de esta serie aclamada por la crítica de mano del popular Rick Remender (Uncanny X-Force, Fear Agent) y el innovador dibujante Greg Tocchini (Spider-Man, Thor: Son of Asgard) con portadas neo-pulp del premiado dibujante Alex Maleev (Daredevil, Scarlet).

The last days of american crime fue publicado en USA por Radical Comics entre 2009 y 2010, primero como una miniserie de 3 números, los dos primeros números de 48 páginas cada uno y el último de 52, lo que supone un formato inusual comparado con el standard de las 20 o 22 páginas de una grapa de Marvel, DC o Image. Radical publicó a continuación un tomo en tapa blanda que es el que compré en su día. Y en España Dolmen publicó la miniserie en un único volumen en 2012.

Tras 10 años trabajando en la industria del comic en el ámbito indy, Rick Remender empezó a despuntar en 2009 en el mundo mainstream gracias a su fichaje por Marvel Comics, con la que firmó un contrato como escritor en exclusiva ese año. Y fue fruto de leer sus estupendas etapas en X-Force, Uncanny Avengers o Capitán América que me animé a buscar sus comics previos, como el sobresaliente Fear Agent o este The Last Days… A pesar de la exclusiva que tenía con Marvel, Remender pudo publicar este comic con Radical Comics sin problemas al tratarse de una obra previa que llevaba bastante tiempo en desarrollo.

Remender conoció al dibujante brasileño Greg Tocchini gracias al también brasileño Rafael Albuquerque, que fue quien le recomendó para esta historia neo-noir. Y debieron quedar contentos de la colaboración, ya que Remender «enchufó» a Tocchini en un arco de X-Force, además de empezar en 2014 su comic de creación propia LOW en Image.

The last days of american crime, además de tener el mejor título de la historia del comic y unas portadas alucinantes del genial Alex Maleev, es un estupendo comic de género negro con una premisa bastante clásica ambientada en un contexto de ciencia ficción: En un futuro cercano, el gobierno de las Estados Unidos ha descubierto la forma de evitar que sus ciudadanos cometan ningún delito mediante el despliegue de un inhibidor de pautas cerebrales, convirtiendo el delito en imposible a partir del día en el que se despliegue el invento.

Esto generará una carrera contra el reloj, por un lado de los elementos criminales de una ciudad inspirada en Los Angeles buscando cometer los últimos delitos que les permitan hacer caja, y en general de una sociedad cruel y amoral que prefiere ver el mundo arder y quiere disfrutar de sus últimos pecados antes que sea imposible cometerlos.

Los últimos días del crimen americano muestra la cara más nihilista y pesimista de Remender hacia nuestra sociedad occidental, que en este caso le permite crear una perfecta historia noir en la que todos los personajes son amorales en el mejor de los casos, y unos criminales sociópatas sin la más mínima empatía por otras personas en el peor. Y todo ello ambientado en un mundo que aplasta al inocente y que ha caído como si fuera Sodoma y Gomorra en la depravación más absoluta. Nuestros protagonistas en este contexto no dejan de ser perdedores a los que la suerte nunca ha acompañado y que lo han apostado todo a una última jugada en la que demasiadas cosas están dejadas al azar.

El gran hecho diferencial que marca la diferencia, en mi opinión para bien, en este comic es el arte de Greg Tocchini. No acabo de recordar si compré este comic antes o después de leer su arco en X-Force, pero su estilo pintado y sus colores vivos me volaron la cabeza en su día. De hecho, releído ahora me sigue pareciendo que el comic mantiene toda su fuerza y personalidad diferente a cualquier otro comic noir que haya leído. O cualquier otro comic en general.

En todo relato noir que se precie debe haber una femme fatale que sea la sexualidad hecha carne y que atrape al protagonista. Tocchini eleva la temperatura en estas páginas con unas escenas super sexis y una protagonista femenina, Shelby, que es puro morbo. E incluso con algún elemento explícito, creo que está todo mostrado con buen gusto para que quede elegante y sensual y no chabacano. Otro elemento más que hace que este comic me haya encantado, incluso reconociendo el elemento tópico de todo ello.

Por ponerle un pero, Tocchini es una pasada imprimiendo fuerza y personalidad a sus páginas, pero sin embargo en lo relativo a la narrativa siempre ha estado más limitado, con algunos personajes que en los planos medios y largos pueden llegar a confundirse y con algunas escenas que resultan igualmente confusas. En todo caso, su estilo es tan diferente y transmite tanto carisma que me quedo con la parte buena. De hecho, la relectura del comic me volvió a dejar una sensación super satisfactoria, al plantear Remender una historia cerrada con un final perfecto para lo que nos han contado.

Comparto las primeras páginas de este comic, que transmiten de maravilla el feeling de la historia de Remender y el carisma de las ilustraciones de Tocchini:

The last days of american crime es un estupendo comic de género negro en la que la personalidad de Greg Tocchini eleva la buena historia de Remender.

PUNTUACIÓN: 8/10

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Crítica de Los Cuatro Fantásticos. 60 años explorando el Universo Marvel, de Pedro Monje, Lidia Castillo, David Aliaga y Sergio Aguirre (Dolmen Editorial)

Esta semana se ha cumplido el 60 aniversario de la publicación del primer números de Los 4 Fantásticos de Stan Lee y Jack Kirby, y poder leer el libro Los Cuatro Fantásticos: 60 años explorando el Universo Marvel de Pedro Monje, Lidia Castillo, David Aliaga y Sergio Aguirre ha sido la forma perfecta para disfrutar de este aniversario. Si a esto le uno que este artículo es el número 500 desde que empecé a publicar contenidos diarios sin faltar ni un día a mi cita, tengo motivos de sobra para estar de doble celebración.

PUNTUACIÓN: 8.5/10

LOS CUATRO FANTÁSTICOS. 60 años explorando el Universo Marvel.  En agosto de 1961, una nave espacial emprendió rumbo a las estrellas con un objetivo imposible, iniciar una nueva era en la industria del cómic USA. Del humo de aquel aterrizaje surgieron Míster Fantástico, la Chica Invisible, la Cosa y la Antorcha Humana. Habían sobrevivido a la experiencia, pero los rayos cósmicos les cambiaron para siempre. Bautizados como los Cuatro Fantásticos, prometieron utilizar sus nuevos poderes para defender a la humanidad y cartografiar esa galaxia de viñetas recién nacida y conocida como Marvel Comics

Durante 60 años y desde aquel viaje iniciático capitaneado por las leyendas Stan Lee y Jack Kirby, los mandos de la astronave fantástica han pasado por las manos de grandes autores como Roy Thomas, John Byrne, Walter Simonson, Tom DeFalco, Carlos Pacheco, Mark Waid o Jonathan Hickman. Gracias a ellos, la serie se ha convertido en una montaña rusa emocional y creativa no exenta de turbulencias y aterrizajes forzosos. Dentro de las páginas de este libro se encuentra un análisis del origen, evolución, adaptaciones, autores y grandes polémicas de los Cuatro Fantásticos.

Conozco a Pedro Monje desde hace un montón de años, cuando escribía en la web Zona Negativa. Su gran conocimiento comiquero, su gusto por las cifras de ventas y la vertiente del negocio de la industria y no tener miedo de entrar en el barro cuando la situación lo requería eran aspectos que me gustaban mucho de sus textos, a los que siempre sabía darle el toque justo de información pero también de entretenimiento. De ahí descubrí su faceta comunicadora en Dolmen, y más reciente en la web sala de peligro, que se ha convertido en mi principal fuente de información en castellano sobre el mundo del comic.

Otro ilustre escritor y divulgador del mundo del comic al que conozco desde su etapa en Zona Negativa es Sergio Aguirre, cuyos conocimientos enciclopédicos me maravillan con cada podcast en el que participa. Lidia Castillo es una escritora e ilustradora que colabora con Panini escribiendo artículos sobre Marvel. Reconozco que yo la descubrí gracias también a Sala de peligro, en la que ha escrito unos estupendos artículos sobre los principales comics de personajes como Wanda Maximoff y Visión y Loki, además de ser una habitual de sus podcasts. David Aliaga es novelista, escritor, editor y divulgador del mundo del comic, y diría que siente especial predilección por el Doctor Extraño, viendo los artículos que ha ido publicando en la web de Sala de Peligro.

Además de la web de Sala de Peligro, gracias a su fantástico podcast centrado en el mundo del comic me he aficionado a escuchar podcasts comiqueros. Y disfruto mucho escuchándoles a ellos y también a colaboradores como Enrique Machuca o Íñigo Rodríguez. El porcentaje de podcasts en que aciertan completamente con mis gustos me parece increíble, rayando la telepatía.

Hecha esta introducción, no es de extrañar que cuando descubrí la existencia de este libro la compra fuera obligada, sobre todo porque me considero fan de Los Cuatro Fantásticos, aunque no haya comprado todos los comics que se han publicado.

Más allá de lo majos que me caen los autores en su web, los podcasts o en sus cuentas de Twitter, la verdad es que leer este libro sobre Los Cuatro Fantásticos ha sido una pasada. Como comentaba antes, aunque me considero fan de los 4F, no soy de los fanáticos que compran todo lo que se publica aunque no me guste el contenido. De hecho, dejé de comprar la serie varios años tras el final de la etapa de Simonson durante una etapa con la que no conectaba nada. En los últimos años he comprado etapas concretas, como las de Waid y Wieringo, Millar y Hitch, Jonathan Hickman y, más recientemente, el inicio de la etapa de Dan Slott, teniendo varios agujeros en mi comiteca.

Lo bueno de este libro no es que rellena los huecos que tengo en las etapas que no compré en su día, como las de Lobdell y Larroca o la serie de Roberto Aguirre-Sacasa en el sello Marvel Knights. Aunque realmente si me ha venido muy bien para conocer y recordar todo lo bueno y no tan bueno que nos ha dado este comic a sus lectores durante todos estos años. No, para mi lo mejor que han hecho Monje, Castillo, Aliaga y Aguirre es que nos introducen de forma modélica en la intrahistoria, en los líos editoriales y en el contexto histórico que explica muchas de las decisiones, acertadas y equivocadas por igual, que los editores de Marvel fueron tomando con el paso de los años.

Otro elemento que me gusta mucho del libro es la forma en que presentan y contextualizan muchas de las polémicas, empezando por la propia creación de la serie en los años 60 y la disputa por su autoría por Lee y Kirby años después, dando la información disponible pero sin llegar a posicionarse en un bando entendiendo que ambos autores probablemente hicieron cosas muy buenas pero también cometieron errores, dejando que cada lector lleguemos a nuestras propias conclusiones. Unido a esto, hay comics que son historia viva del medio, pero eso no significa que sus autores fueran ejemplos de virtud. Volver a leer sobre el ego de John Byrne o los líos que provocó Jim Shooter en los 80 (o Bill Jemas en 2000) en el Bullpen Marvelita me ha maravillado.

Además de Reed, Sue, Ben, Johnny y el resto de la familia, me ha encantado ver que autores como Jonathan Hickman, Mark Waid, Steve Englehart o editores como Tom Breevort (por poner algún ejemplo) se convierten también en protagonistas mientras el libro navega de forma cronológica por la historia del grupo y sus vaivenes editoriales a lo largo de los años.

En general hay bastantes anécdotas sobre La Primera Familia y sus autores que ya conocía, otras muchas no. Pero sin duda agradezco tener ahora un libro de referencia en el que básicamente puedo encontrarlo todo, ya que es imposible recordar cada artículo, podcast o video sobre el tema que he visto a lo largo de los años. Me gusta también que se paren aunque sea brevemente para hablar sobre las películas o las series de animación protagonizadas por los 4F, que también están llenas de anécdotas y detalles super interesantes. Por no hablar de la etapa negra, que también es historia del grupo, en la que Marvel dejó de publicar el comic de los 4 Fantásticos por mandato de Ike Perlmutter por la disputa de Marvel y Fox por los derechos cinematográficos de los personajes.

Realmente me ha gustado mucho este libro y lo he disfrutado un montón. De hecho, tengo que alabar la cuidada edición de Dolmen en tapa dura, con un precio que creo que está super ajustado, y unas casi 400 páginas de contenidos que sin duda valen el precio que pagué por él.

Los Cuatro Fantásticos: 60 años explorando el Universo Marvel es un libro imprescindible para todos los amantes de los comics Marvel en general, y de La Primera Familia en particular. Si te gustan Reed, Sue, Ben y Johnnie, no te puedes perder este volumen.

Excelsior!

PUNTUACIÓN: 8.5/10

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Crítica de Hey Kids! Comics!, de Howard Chaykin

Howard Chaykin crea una de sus obras más personales en Hey Kids! Comics! un repaso nada amable a la historia de la industria del comic ameriano, dominada por las malas artes y por la explotación de los profesionales que trabajaron en el medio en esos años. Ahora que Dolmen lo ha publicado en España, ya no hay excusa para leer este comic.

PUNTUACIÓN: 7/10

En 1961, Stan Lee y Jack Kirby crearon los Cuatro Fantásticos para Marvel y el cómic cambió para siempre. No, perdón, no es eso, volvamos a empezar En 1961, Bob Rose y Sid Mitchell crearon el Cuartero Cósmico para Verve y el cómic cambió para siempre. Fue el paso definitivo, tras la creación de Powerhouse en 1938, para que los superhéroes acabaran convirtiéndose en el género por excelencia.

HEY, KIDS! COMICS! cuenta casi un siglo de turbulencias y triunfos, desesperación y drama en el mundo del cómic. Guionistas y dibujantes, timadores y payasos, crearon las bases del mayor negocio actual de entretenimiento, o al menos inventaron lo que lo hizo posible. Hay partes que sucedieron tal y como se cuenta aquí, por lo que se han cambiado los nombres para proteger a inocentes y culpables aunque, al final, todo el mundo fuera culpable de ALGO.

Howard Chaykin es un autor en el sentido más literal del término, creando obras que sólo él podría crear con una sensibilidad y un tono totalmente personales e intransferibles. Desde los clásicos American Flagg, The Shadow o Black Kiss, siempre ha sido un autor más cómodo fuera del mainstream comercial. A pesar de estar rondando los 70 años, en lugar de retirarse Chaykin se encuentra en un momento de interesante abullición creativa, contado lo que quiere contar de la forma que quiere sin pedir perdón a los estúpidos ofendidos que no entienden el concepto de obra crítica.

Si en Los Estados Divididos de Histeria ponía el foco en la cada vez más fragmentada y dividida sociedad americana, en Hey Kids! Comics! Dirige una mirada tremendamente despiadada hacia la historia de la industria del comic americana del pasado siglo, dominada por el desprecio a los autores que ayudaron a crear los mayores mitos americanos y que les explotó en condiciones de casi esclavitud.

Chaykin plantea Hey Kids! Comics! A partir de una historia con numerosos saltos temporales, algo habitual en otras obras previas, para ir presentando gotas de información que sirven para completar un puzzle que no pretende dar respuestas, solo presentar con bastante mala baba y cierta dosis de nihilismo la realidad de esta industria que los fans probablemente tengamos idealizad, en la que probablemente la mayoría de relaciones laborales fueron traumáticas y de explotación.

Para ello, veremos el estado de la industria en 1945, pocos años después del nacimiento de Superman (Powerhouse en este comic, cambiando DC por Yankee Comics) y con la 2ª Guerra Mundial recién finalizada; 1955 y la Caza de Brujas que echó del negocio a los comics de crimen y terror del mercado a partir del desastroso “Seduction of the Inocent” del Doctor Fredrik Wertham; 1665, tras la explosión de Marvel Comics de Stan Lee y Jack Kirby entre otros, (aquí convertidos en Verve Comics, Bob Rose y Sid Mitchell, respectivamente). Por último, asistiremos en 2001 al declive de toda una generación de autores que fueron falleciendo sin recibir el justo premio que merecerían por crear unos personajes que se han convertido en fábricas de hacer dinero, gracias a las películas, series de televisión y el desarrollo de todo tipo de elementos de merchandinsing.

A partir de 3 personajes principales, la secretaria, editora y escritora Benita Heindel y los dibujantes Ted Whitman y Ray Clarke, que no quieren ser traslaciones exactas de ningún profesional concreto sino servir de arquetipos en los que proyectar lo que significaba ser un profesional en esos años, Chaykin crea una narración fragmentada que muestra las miserias de unas personas llenas de complejos que no se creían lo bastante buenos y que pensaron que en los comics podrían ganarse la vida, teniendo en cuenta que eran publicaciones para niños de bajísima calidad. Y que, sin embargo, consiguieron de alguna manera, que ni siquiera ellos saben cómo, trascender sus limitaciones para convertir su obra, los comics de superhéroes, en la autentica mitología americana.

Chaykin no tiene reparos de mostrar a la industria del comic como unos explotadores con prácticas de casi esclavitud. Pero esto no fue un hecho puntual de DC Comics, sino que se convirtió durante décadas en la norma de la industria, con autores que se quejaban mientras eran trabajadores pero que luego se convertían en déspotas cuando llegaban a ser editores. Además, gracias a los personajes de Benita y Ted, comprobaremos que se trataba de un sector en el que las prácticas machistas y racistas eran la norma y, o agachabas la cabeza y lo asumías, o mejor que te buscaras otro trabajo.

Mención especial merece la figura de Stan Lee, aquí convertido en Bob Rose, a quien Chaykin despedaza al convertirle en un aprovechado que cimentó una fama planetaria construida sobre el trabajo de los autores que realmente hicieron lo más difícil que fue crear los comics con una imaginación desbordante, entre los que se encuentra Jack Kirby, entre otros. Algo que probablemente no sea algo tan descabellado, cuando nos ponemos a pensar en ello. Y del que incluso llega a decir que si tuvo trabajo en los comics en primer lugar fue gracias a ser el sobrino del editor de la Marvel de la época, otro hecho por otro lado cierto e incontestable.

Pero Chaykin no sólo tiene cera para las empresas, ya que muestra a unos autores ambiciosos y traidores que no dudaban en pegar puñaladas traperas a sus amigos con tal de conseguir un trabajo, que tenían aventuras extra matrimoniales, y que incluso llegaban a robar páginas originales de otros autores de las editoriales que revenderlas sin el menor escrúpulo.

Que en medio de este panorama, pudieran crearse los personajes más famosos del siglo XX no deja de ser un milagro, y quizá a pesar de todo lo anterior, Chaykin plantea de alguna manera esta historia para que sirva de carta de amor, amor tóxico si se quiere, al medio al que Chaykin ha dedicado la mayor parte de su vida.

En este sentido, da mucha de pena ver la forma en que Chaykin nos cuenta cómo unos jovencísimos Joe Shuster y Jerry Siegel “regalaron” a Superman a DC Comics (en ese momento National), pensando incluso que ese era el mejor día de sus vidas, al recibir un cheque y encontrar trabajo pagado. Triste e incluso con un punto de patetismo, que personifica claramente las miserias de los autores que trabajaron en este medio.

En el plano artístico, Chaykin es el autor del dibujo y tinta, contando como colores de Wil Quintana. Nunca fue excesivamente fan del estilo de dibujo de Chaykin, que siempre me ha parecido excesivamente estático, a parte de dibujar siempre las mismas caras, pero creo que en este Hey Kids! Comics! Realiza una gran trabajo de narrativa. Por un lado, por crear a unos reconocibles Stan Lee y Jack Kirby (entre otros), así como por mostrar el paso de los años de forma super convincente, lo cual no está nada mal para empezar. Además, el uso de escenas casi calcadas en momentos temporales diferentes, o en los funerales, sirve para resaltar como a pesar del paso del tiempo, todo seguía prácticamente igual. En este caso, creo que el apartado artístico cumple con nota el desafío que esta historia planteaba.

Hey Kids! Comics! Me ha gustado, aunque también debo reconocer que la narración fragmentada de Chaykin en ocasiones me ha parecido deslavazada, más centrada en contarnos anéctodas que en hacer un hilo narrativo coherente. Además, la historia al final es completamente desoladora, no encontrando ni un solo elemento positivo en toda la historia, todos los personajes son amorales y egoistas, las editoriales ni te cuento, y me cuenta pensar que Chaykin no haya conocido a nadie honrado en el mundillo que le inspirara a colocar algún rayo de esperanza en la historia.

Encuentro además que en los últimos años se está realizando un revisionismo de la historia para echar por tierra la contribución de Stan Lee en la creación de algunos de los comics más incónicos de la historia y en la expansión del hobby de la lectura de estos comics. Me cuesta aceptar la versión actual que se nos quier vender sin ir más lejos en este comic de un Stan Lee aprovechado que  no hacía nada relevante en los comics. Primero porque si Jack Kirby o Steve Ditko lo hacían todo y luego Lee ponía unos bocadillos por encima, ¿cómo es que ninguno de sus comics posteriores (o anteriores) han tenido ni la mitad de repercusión que tuvieron su obra junto a Lee? El comic es un mundo colaborativo, y creo que Lee supo entender el momento histórico que se etaba viviendo y dio al público uno contenido diferente a lo que se hacía en ese momento que significó una revolución. Dicho esto, obviamente que se adueñara del éxito de Marvel Comic y casi lo monopolizara fue algo muy sucio. Pero, por otro lado, lo que hizo Lee no es más que un reflejo de las prácticas habituales de la industria, como bien muestra el propio Chaykin en los años previos, por lo que no siendo bueno, no es ni mejor ni peor que lo que hacía todo el mundo.

Dicho esto, si el mensaje clave de este comic era poner de relevancia las prácticas corruptas y despóticas del sector durante más de 60 años, me parece que el éxito es arrollador.

Comparto a continuación las primeras páginas de este comic sacadas de la web de Dolmen, para que os hagáis una idea de lo que os váis a encontrar:

Hey Kids! Comics! De Howard Chaykin no es un comic para todo el mundo. Sin embargo, en una lectura obligada para todos los amantes de los comics de superhéroes interesados en la intra-historia, en como estos comics llegaron a ser creados.

PUNTUACIÓN: 7/10

 

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