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Crítica de Eddington de Ari Aster

Estuve dudando si ver en el cine Eddington, la nueva película de Ari Aster (Hereditary, Midsommar). Al final pudo más la curiosidad, y me he llevado una sorpresa muy positiva.

PUNTUACIÓN: 7/10

En un viaje por carretera, una pareja se queda atrapada en Eddington, un pequeño pueblo de Nuevo México durante la pandemia. Inicialmente son bien acogidos, pero todo da un giro siniestro al caer la noche. El enfrentamiento entre el sheriff (Joaquin Phoenix) y el alcalde (Pedro Pascal) desata el caos cuando los vecinos se enfrentan entre sí.

Ari Aster (Nueva York, 1986) es un cineasta estadounidense. Tras obtener un reconocimiento inicial por el cortometraje The Strange Thing About the Johnsons (2011), se dio a conocer por escribir y dirigir los largometrajes Hereditary (2018) y Midsommar (2019), siendo considerado por la crítica uno de los exponentes de un nuevo «elevated terror«. Tras alejarse del género de terror con Beau Is Afraid (2023), Eddington, su última película, se estrenó en el Festival de Cannes de 2025.

Aster escribe, dirige y produce Eddington, una película de A24 con un presupuesto de 25 millones de dólares que ha contado con fotografía de Darius Khondji, el montaje es de Lucian Johnston y la música es de Daniel Pemberton y Bobby Krlic. La película se ha rodado en Nuevo México.

En el reparto tenemos a Joaquin Phoenix como Joe Cross, sheriff de Eddington y candidato a la alcaldía; Pedro Pascal como Ted García, actual alcalde de Eddington que se presenta a la reelección; Emma Stone como Louise Cross, esposa de Joe; Austin Butler como Vernon Jefferson Peak, líder de una secta radical; Luke Grimes como Guy Tooley, agente de la oficina del sheriff de Eddington; Deirdre O’Connell como Dawn, la madre de Louise; Micheal Ward como Michael Cooke, un joven ayudante del sheriff; Amélie Hoeferle como Sarah Allen, una influencer comprometida con la justicia social; Clifton Collins Jr. como Lodge, un vagabundo; William Belleau como el agente Butterfly Jiménez, un policía de Pueblo, la localidad colindante con Eddington; Matt Gomez Hidaka como Eric García, el hijo del alcalde García y Cameron Mann como Brian, el mejor amigo de Eric.

Antes de empezar con Eddington quiero hacer un comentario previo sobre la filmografía de Ari Aster. Hereditary me parece un peliculón en el que todo es sobresaliente. Sin embargo, a pesar de la brillantez visual de Midsommar, no conecté nada con una película que me resultó obvia, lo contrario a la ambigüedad de Hereditary. Reconozco que no he visto Beau is afraid porque tenía una pinta de «paja mental autoral» que echaba para atrás. Y no pasa nada porque lo sea (si es que lo es, como digo no lo se), mientras Aster encuentre empresas que le financien, bien por él. No conectar con Beau y la posible sensación de que a Aster se le había subido un poco el ego autoral hizo que no conectara tampoco con la premisa de Eddington, haciéndome dudar si ver o no la película. Al final, viendo que el resto de estrenos de la cartelera de esta semana me apetecían aún menos, al final si fui a ver Eddington. Y me alegro de haberla visto.

Me he llevado una sorpresa absoluta con Eddington. Y con Ari Aster. Porque me he encontrado con un creador enfadado con la sociedad de su país que plantea una crítica despiadada contra todos. Derecha, izquierda, poder económico, activismos varios, locos de las conspiraciones… Nadie sale bien parado. Y lo hace mediante una película super interesante que huye de maniqueismos y que se limita a plantear situaciones que el espectador tendrá que valorar por si mismo.

Cuando no sabía si ver la película en el cine, había leído críticas tibias y negativas de Eddington, por ejemplo cuando se estrenó en Cannes. Y tras verla puedo entender a las Pepa Bueno de la vida no les gusta, porque Aster no está por la labor de señalar buenos y malos cuando todos son mezquinos y egoístas. Ni de plantear soluciones fáciles imposibles de aplicar en una sociedad en la que al final el poderoso se sale con la suya. En el clima de polarización actual, que alguien se atreva a criticar a TODO el mundo es la forma más rápida de conseguir que no guste a nadie. Y tengo que aplaudir la audacia y valentía del director por ir tan contra corriente.

Ari Aster plantea su historia en Mayo de 2020 durante el confinamiento del COVID y en el estallido del movimiento Black Lives Matter tras la muerte de George Floyd a manos de un policía. Y es un momento clave que sirve para que Aster muestre lo rota que está la sociedad americana.

En el pueblo de Eddington (Nuevo México) conviven arquetipos de lo peor de la sociedad americana. El Sheriff Joe Cross (Joaquin Phoenix) es un negacionista que vive amargado por una esposa emocionalmente inestable, Louise (Emma Stone), y la madre de esta, Dawn. Una fanática de las teorías conspirativas que vive con ellos y que no deja de calentar la cabeza a su hija, que ya tiene problemas de por si. Joe no da la sensación de ser malvado, aunque lo que va a hacer durante la película lo sea, sino que parece una persona patética no demasiado inteligente que ve como su mundo se derrumba sin entender él nada, lo que provocará que se rompa por dentro.

Joe vive enfrentado con el alcalde Ted García (Pedro Pascal) por un agravio falso que nunca pasó. Sin embargo, Ted es mostrado como alguien que se ha vendido a una gran empresa para que pueda instalarse en su localidad, poniendo en riesgo entre otras cosas el suministro de agua potable al pueblo. Y vive en un casoplón que sugiere que ha cobrado un buen dinero por traicionar a sus vecinos. De forma que Ted tampoco es buena persona. En cierta forma, es peor que Joe porque él es un incapaz inútil, mientras que Ted sabe perfectamente lo que supone que esa empresa se instale en la localidad, y lo lleva adelante de todos modos.

En este mundo marcado por las medidas anti COVID llama la atención el negacionismo de Joe, que parece que actúa «por cojones» cuando lleva mascarilla y se la quita justo para entrar en el supermercado. La excusa del asma no cuela, aunque luego resulta que SI tiene esta enfermedad. Pero la realidad del negacionismo se contrapone con la realidad de que algunas medidas son absurdas en un pueblo de pocos habitantes en el que el propio desierto ya sirve de distancia social entre los vecinos. Por lo que estas medidas solo sirven para encabronar la convivencia.

La muerte de George Floyd y el nacimiento del Black Lives Matter sirven para que Aster machaque de forma super divertida a todos los activismos ridículos que sin embargo llevan dominando las redes sociales desde hace 5 años. Un activismo en el que una chica blanca se convierte en portavoz de los agravios contra los afroamericanos y se enfada cuando un afroamericano que no ha sufrido la opresión que denuncia no se une a su causa. No se si existe el término black-splaining, pero sería de aplicación en este caso. También me hace mucha gracia ver cómo los jóvenes se unen al movimiento para ver si ligan. (Algo que años más tarde descubrimos que fue uno de los motivos principales para el nacimiento de Podemos). Y cómo en medio del confinamiento los chavales necesitan sentir que pertenecen a algo, y les sirve igual hacer un botellón en medio del desierto o manifestarse contra el racismo sistémico de la sociedad de Eddington, aunque nada indica que eso haya sucedido jamás contra los afroamericanos del pueblo. Y aunque Joe sea uno de muchos «malos» de la película, en realidad tiene razón al no hacer nada contra los chavales en sus primeras manifestaciones porque los chicos necesitan tener algo que hacer tras semanas encerrados solos en sus casas.

Las sectas que buscan personas con problemas para aprovecharse de ellos, la importancia del postureo de las redes sociales y sobre todo la forma en que las grandes empresas buscan aprovecharse de las acciones de los movimientos sociales para conseguir sus propios fines, son otros elementos mostrados de forma un tanto atropellada. Pero resalta la idea que Aster está disparando contra todo. Y ayudando a construir la idea con que me ha dejado la película, y es que la sociedad americana no tiene salvación porque todos son parte del problema y están tan empeñados en resaltar las diferencias que jamás resolverán os problemas de fondo. No mientras las grandes empresas rieguen de dinero zonas oprimidas para conseguir que se haga lo que ellos quieren.

Quizá el problema de Eddington es que no tiene un foco claro sobre lo que nos quiere contar a lo largo de las más de dos horas de película. Y no es que la película se me haya hecho larga, pero me tenían intrigado con unas situaciones que no acababan de estar bien hiladas más allá de la crítica a toda la sociedad americana, diseccionando en cada escenas a un grupo o colectivo en cada escena concreta.

Hasta el enorme giro que transforma la película en su último tercio, resultaba difícil saber de qué iba Eddington. Y a partir de ese giro empieza un todo vale super loco y exagerado que convierte la película en otra cosa en su última media hora. Por cierto, me parece curioso que en este momento resulte que los «conspiranoicos» tenían razón. Dentro de que como se quejan de 80 cosas están completamente desacreditados y cuando aciertan en una, a nadie le importa ni nadie les hace caso.

Me ha gustado el trabajo de Ari Aster. Por supuesto aplaudo su valentía al escribir una historia que critica a todo el mundo, entiendo que a sabiendas que eso le iba a poner a todos esos grupos en contra. De hecho, hubo un momento que me di cuenta que Aster había planteado una historia en la que protagonista de la película, el sheriff interpretado por Joaquin Phoenix, era en realidad el «malo». Bueno, uno de los malos. Estamos ante una película que no busca que el espectador empatice con ninguno de los personajes, que parecen arquetipos más que personas reales. Su dirección me parece muy interesante, porque a pesar de la sensación de «qué cojones me está contando», en realidad Eddington nunca se me hizo larga y tiene algunas escenas visualmente acojonantes.

En este momento tengo que entrar a valorar el reparto. Joaquin Phoenix está en su salsa con personajes atípicos como este. Y consigue transmitir la sensación de patetismo, no de que su personaje sea especialmente malvado. Me ha sabido mal el poco peso que tiene Pedro Pascal en la historia, a pesar de ser el segundo en importancia en el poster. Y aunque también tiene un papel pequeño, me flipa la valentía de Emma Stone interpretando a un personaje «extraño» con problemas psicológicos. La carrera de Stone está marcada hacia este tipo de personajes incómodos, y me parece maravilloso que Stone los busque de forma tan clara. El resto del reparto creo que cumplen sin más con lo que Ari Aster necesitaba de ellos, sin más.

Otro problema de Eddington es que sin tocar nada de su historia, tuvo la opción de terminar la película de forma perfecta, resaltando la idea de que todo acaba mal para la sociedad. Sin embargo, tras este final perfecto Aster añade dos escenas más que no aportan nada que no pudiera ser intuido viendo lo anterior y que me robaron de la sensación de que Aster había clavado el final. Al alargar situaciones que no eran necesarias. El epílogo con ese personaje practicando con su rifle deja la película en una situación de nuevo ambigüa que cada uno puede interpretar como quiera. Mi sensación es que todas estas peripecias que dejan la sociedad rota y a personas heridas sólo pueden provocar más violencia en el futuro. Igual es esto, igual no.

Reconozco que sigo sin intención de ver Beau is afraid, pero gracias a Eddington si Aster consigue hacer una nueva película, estaré atento para verla. Y digo esto porque sus dos últimas películas han sido sonados fracasos de taquilla, por lo que está por ver si A24 sigue confiando en él. Por mi parte, me alegro de haber visto Eddington, no esperaba nada y me he encontrado una película que me hizo pensar y que resultó super sorprendente.

En este mundo de panfletos ideológicos me gusta encontrarme de forma totalmente inesperada una película que presenta los hechos sin tomar parte para que el espectador la interprete como quiera, pero bajo la premisa que todos son culpables de la situación actual. Sólo por eso, Ari Aster se ha ganado mi respeto.

Comparto el trailer de la película:

Me ha sorprendido la mala leche que ha mostrado Ari Aster en Eddington, mostrando que su idea de los Estados Unidos es un polvorín a punto de estallar por culpa de las personas que lo habitan.

PUNTUACIÓN: 7/10

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Crítica de Napoleón de Ridley Scott

Tenía ganas de ver en el cine Napoleón, la nueva película de Ridley Scott con Joaquin Phoenix, que nos ofrece un espectáculo cinematográfico de primer orden que merece la pena verse en pantalla grande.

PUNTUACIÓN: 7.5/10

Los orígenes del líder militar francés y su rápido y despiadado ascenso a emperador. La historia se ve a través de la lente de la relación adictiva y volátil de Napoleón Bonaparte con su esposa y único amor verdadero, Josefina. (FILMAFFINITY)

Sir Ridley Scott va a cumplir 86 años esta semana. Y ya me gustaría llegar a su edad con la vitalidad y la cabeza del director inglés, uno de los grandes directores del cine comercial de los últimos 40 años. Debutó como director de cine con Los duelistas (1977) y obtuvo un mayor reconocimiento con su siguiente película, Alien (1979). Sus películas abarcan un amplio abanico de escenarios históricos, desde la Roma del siglo II en Gladiator (2000), la Jerusalén del siglo XII en El reino de los cielos (2005), la Inglaterra medieval en Robin Hood (2010), la antigua Menfis en Éxodo: dioses y reyes (2014), la Mogadiscio contemporánea en Black Hawk derribado (2001) y los paisajes urbanos futuristas de Blade Runner (1982) y diferentes planetas en Alien, Prometheus (2012), The Martian (2015) y Alien: Covenant (2017). Varias de sus películas también son conocidas por sus fuertes personajes femeninos, como Alien, Thelma & Louise (1991) o La Teniente O´Neil (1997). Y en general ha demostrado que puede hacer lo que quiera, con películas como Black Rain (1989), Legend (1985), Hannibal (2001) o American Gangster (2007). Aunque en alguna ocasión parecía perder el rumbo como con Prometheus (2012), luego se saca de la manga peliculones como The Martian (2015) que demuestran que quien tuvo retuvo. En los últimos años y ya sobrepasando los 80 años, Scott parece que se encuentra en una madurez creativa en la que no quiere parar, quien sabe si por el temor de no poder rodar más adelante. El último duelo (2021), La Casa Gucci (2021), Napoleón (2023) y Gladiator 2 (2024) se han rodado una detrás de la otra sin casi un segundo de respiro.

Napoleón está escrita por David Scarpa, colaborador habitual de Scott, basándose en la historia real de Napoleón Bonaparte, que describe principalmente el ascenso al poder del líder francés, así como su relación con la emperatriz Josefina, la película está protagonizada por Joaquin Phoenix y Vanessa Kirby. Aunque se dice que existe una versión de cuatro horas de la película, la versión estrenada en los cines tiene una duración de 157 minutos. La pelicula tiene fotografía de Dariusz Wolski, montaje de Claire Simpson y Sam Restivo, y música de Martin Phipps. La película ha sido producida por Apple Studios, con un presupuesto superior a los 150 millones de dólares. Y aunque parezca mentira, ninguna de las escenas fue rodada en Francia, siendo la mayoría de localizaciones inglesas, además de rodarse en Malta y en el desierto de Marruecos.

No. Napoleón no va a estar en el Top-5 de mejores películas del director inglés de ningún espectador. Quería decir esto de inicio para resaltar que quien dice esto de Napoleón parece olvidarse que Ridley Scott tiene más obras maestras, peliculones, o como lo quieras decir que probablemente ningún director vivo (si exceptuamos a Steven Spielberg) o muerto. Así que quien diga esto está diciendo una chorrada como la copa de un pino, empezando porque no es necesario que alguien haya una obra maestra para que su película pueda ser super entretenida y disfrutable. Que es precisamente el caso de Napoleón.

Cuando Ridley Scott se pone épico, Napoleón tiene unas escenas impresionantes. Poder ver el combate en la fortaleza de Toulón (1793), la batalla de Austerlitz (1805) y sobre todo la batalla de Waterloo (1815) por si solas ya merecen la pena pagar por ver la película en el cine. Aunque seguro Scott ha empleado efectos especiales CGI para rodarlas, ver escenas con cientos de soldados y caballos, cañones, explosiones y estrategias militares me ha parecido una pasada. Aunque Napoleón no es una película bélica, estas escenas son lo mejor que veremos en este campo en 2023 sin duda ninguna.

Otro elemento que me ha gustado mucho de Napoleón es que quizá por ser una película de unos ingleses retratando al Emperador francés, Napoleón no sale especialmente bien parado de la película. La película se centra en la tormentosa relación de Napoleón y Josefina, magníficamente interpretados por Joaquin Phoenix y Vanessa Kirby. En cierto sentido parece una relación tóxica por parte de los dos, al parecer que se aman y se odian e intentan putearse a partes iguales. Napoleón parece en varios momentos un niño enchochado más que el Emperador de toda Francia y un consumado estratega militar que puso en jaque a toda Europa. Phoenix y Scott parecen empeñados en quitarle toda capa de brillantez a Napoleón, mostrándole como alguien dubitativo al que en su vida familiar era más cordero que león.

Las infidelidades de Josefina fueron un asunto de la máxima actualidad en la época, y se habló de ello en los periódicos de la época. Este elemento parece un primer ejemplo histórico del fenómeno de los paparazzis, con una opinión pública pendiente de cada cotilleo. Que se robaron y se hicieron públicas la correspondencia entre la pareja es un elemento histórico conocido y me parece también muy interesante. Como también que Napoleón se divorciara de ella al no poder darle un heredero, cosa que sí consiguió con su siguiente esposa. Aunque queda un poco en segundo plano, un elemento que se transmite sobre el odio que recibió Napoleón en toda Europa viene del hecho que no era alguien de Sangre Real, sino un militar que tomó el poder por la fuerza, algo que le convertía en indigno para las casas reales de la época, una muestra de ¿racismo por ser corso?¿clasismo de la nobleza?¿Ambas cosas? En cualquier caso, es algo muy interesante.

La película de casi tres horas en ningún momento se hace larga, y resulta super entretenida de principio a fin. Aunque no soy un experto en historia, si conozco muchos de los hechos básicos de la biografía de Napoleón que aparecen en la película, como su mítica autocoronación como Emperador. Se ha criticado mucho a la película por sus inconsistencias históricas, pero creo que la película realiza una correcta narración de su historia. Por cierto, dentro de los aspectos positivos de la película quiero destacar el trabajo de algunos de los colaboradores habituales de Scott, como es el músico Martin Phipps, el montaje de Claire Simpson y Sam Restivo y, sobre todo, la fotografía de Dariusz Wolski. Una fotografía que transforma en algunos momentos a Napoleón en una película casi en blanco y negro, una decisión estilística arriesgada que creo que le sale bien en el contexto de la desastrosa campaña militar de Napoleón en Rusia.

Dentro que la película me ha gustado bastante, creo que el montaje de 4 horas mejorará bastante la película, explicando mucho mejor todo. Esto se aprecia muy claramente en personajes que aparecen y desaparecen, como el hermano de Napoleón. Desde una perspectiva española, me deja perplejo que la película no haga ni siquiera una mención a la ocupación francesa de la Península Ibérica, algo que me parece un error que se explica desde el corte del montaje, prefiriendo eliminar completamente elementos menos importantes con tal de contar bien lo que para Scott es más importante. En el corte estrenado en cine Napoleón crea una alianza con Austria primero y luego con Rusia para a continuación ser traicionado sin ninguna explicación, más allá de ser alguien indigno para poseer el trono de Francia. Como decía, esto no ha impedido que disfrutara de la película mientras la disfrutaba en el cine, pero que ahora que estoy pensando sobre ella vea obligatorio ver el montaje que se estrenará dentro de unos meses en Apple TV no es una buena sensación para una película que acabo de ver en el cine.

Y dentro de lo interesante que es la relación de amor-odio entre Napoleón y Josefina, y lo bien que lo hacen los dos protagonistas, la verdad es que me sabe un poco mal terminar de ver esta película y no saber qué pensaba el Emperador y estratega militar sobre infinidad de temas, aparte de su amor por Francia. Hubiera estado bien haber sentido que estuvimos dentro de la cabeza de Napoleón, algo que el director y el guionista eligen no hacer, al plantear su película de otra manera. Como si estuviera bien inventarse elementos para hacer la película más interesante y cinematográfica, pero no querer poner en boca de Napoleón cosas que no dijo realmente. O no se muy bien el motivo. Es curiosos que la frase «no tengo problema en reconocer cuando me equivoco, pero es que nunca lo hago» sea algo que dice prácticamente al final de la película, cuando de hecho ya había sido derrotado en Waterloo.

Dentro de las luces y sombras de la película, Napoleón nos da un entretenimiento basado en hechos reales que me ha gustado mucho mucho. De hecho, es una de esas películas que justifican de sobre el gastar tiempo y dinero para verla en pantalla grande. La espectacularidad y grandiosidad de numerosos momentos bien merecen este formato. Y esto no siempre es algo que siento con todas las películas que veo en el cine, sin ir más lejos con el visionado de The Marvels, una película «sin más» que hubiera sido mejor esperarme a ver en Disney+.

Napoleón es cine comercial en el mejor sentido, y me encantó ver la sala llena cuando la vi, con públicos de todas las edades, pero sobre todo muchas personas mayores. algo que indica que el público acude a los cines si les das algo que les interesa. Espero que consiga una buena taquilla al estar seguro que se mantendrá en pantalla todo el mes de diciembre. Ridley Scott se mantiene en perfecta forma, y cuantos más años podamos disfrutar de su trabajo, mejor para todos. Desde luego, el cine saldrá ganando.

Comparto el trailer de la película:

Napoleón justifica más que de sobre el pagar por verla en la pantalla más grande posible.

PUNTUACIÓN: 7.5/10

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Crítica de En realidad, nunca estuviste aquí, de Lynne Ramsay (Prime Video)

Tenía curiosidad por ver En realidad, nunca estuviste aquí de Lynne Ramsay, la película de 2017 con la que Joaquin Phoenix ganó el premio a Mejor Actor del festival de Cannes de ese año. Gracias a Prime Video he podido saciar mi curiosidad y la conclusión en que la película entraría en la categoría “Sin más”.

PUNTUACIÓN: 6.5/10

Joe (Joaquin Phoenix), ex marine y antiguo veterano de guerra, es un tipo solitario que dedica su tiempo a intentar salvar a mujeres que son explotadas sexualmente. No se permite ni amigos ni amantes y se gana la vida rescatando jóvenes de las garras de los tratantes de blancas. Un día recibe la llamada de un político porque su hija ha sido secuestrada. (FILMAFFINITY)

La película fue mostrada con un montaje inacabado en el Festival de Cannes de 2017 donde ganó los premios al Mejor Guión (Lynne Ramsay) y Mejor Actor (Joaquin Phoenix).

Lynne Ramsay (Glasgow, 1969) es una directora y guionista escocesa, conocida por dirigir las películas Ratcatcher, Morvern Callar, We Need to Talk About Kevin y You Were Never Really Here, que significó su consagración internacional.

En realidad, nunca estuviste aquí cuenta con un guión de la propia Ramsay adaptando la novela del mismo título del escritor Jonathan Ames. Ramsay contó con Thomas Townend como director de fotografía, montaje de Joe Bini y música de Jonny Greenwood. Tras su paso por Cannes, Amazon Studios adquirió los derechos de distribución de la película en Estados Unidos, mientras que Studio Canal (Canal +) la distribuyó en Reino Unido y en el resto de Europa.

Joaquin Phoenix es el gran protagonista de la película con su presencia y carisma presente en pantalla el 99% del tiempo. Phoenix construye un interesante veterano de guerra con graves problemas psicológicos y unas peligrosas tendencias suicidas.

Junto a Phoenix, encontramos a Ekaterina Samsonov como la niña Nina Votto que se encuentra prisionera de una mafia de trata de blancas, Alex Manette como su padre el senador Albert Votto que destapa el escándalo, John Doman como John McCleary, el conseguidor de Joe, Judith Roberts como la madre de Joe y Alessandro Nivola como el gobernador Williams.

En realidad, nunca estuviste aquí es una de esas películas que no vi en su día y que ahora que la tenía disponible gracias a Prime Video siempre me daba pereza verla. Y tras animarme a verla, dentro que está bien y me ha gustado, flipo con los premios que ha recibido. De hecho, hasta puedo entender el de Joaquim Phoenix, pero dar el premio a Mejor guión a una historia que es una repetición de una historia super trillada como son la figura de los vengadores justicieros que rescatan a gente en peligro.

Empezando por lo positivo, Joaquim Phoenix está notable como un traumatizado rescatador de niños. Su presencia siempre transmite que estamos ante un hombre peligroso y Ramsay consigue plasmar en imágenes la sensación que Joe es como una bomba a punto de explotar, creando una tensión constante al no saber cómo va a actuar. La cámara sigue a Phoenix el 99% del tiempo y éste construye un personaje con evidentes reminiscencias a Taxi Driver. El uso de flashbacks de apenas segundos insertados mediante un buen montaje en la acción principal, servirá para que conozcamos los traumas que Joe vivió en su infancia y juventud que le han marcado y le han convertido en lo que es hoy. Y el uso por su parte únicamente de un martillo, no una pistola o arma de fuego, deja claro desde el primer momento que este hombre no está muy bien.

Ramsay utiliza primeros planos continuos para intentar meternos dentro de la cabeza de Joe, con resultados más o menos buenos, y alterna para las escenas violencia el uso de cámaras de seguridad y otros elementos más explícitos que hacen que más que verse, la violencia se intuya durante muchas partes de la película. Además, el uso de la música y de una edición de sonido repleta de sonidos extraños transmiten la sensación de entrar en un mundo perturbador.

Hay películas que son más ejercicio de estilo de su director/a que una historia interesante, y ésta sería la definición perfecta de En realidad, nunca estuviste aquí y la labor de su directora Lynne Ramsay. La película ejemplifica el triunfo de lo visual sobre la narrativa, ofreciendo un catálogo de imágenes poderosas construida sobre una base super endeble.

El único hecho distintivo que diferencia esta película de cientos de películas similares de vigilantes justicieros (p.ej. Equalizer me viene inmediatamente a la cabeza), es el empeño de la directora de hacer una película de acción que no lo parezca. Para mi, estando bien se queda muy lejos de ser un peliculón. De hecho, debo mencionar para mal que a pesar de ser una película de tan sólo 95 minutos se me hizo larga en varios momentos por el nulo avance de la trama y lo trillado de la historia, que hemos visto innumerables veces en otras películas.

Comentaba antes que Joaquin Phoenix lo hace muy bien y su presencia y carisma es lo que mantiene viva la película. Dicho esto, y partiendo que lo que construye Phoenix en pantalla me parece irreprochable, veo que el personaje de Joe es monotemático, no hay matices, siendo un vengador vengativo traumatizado el 99% del tiempo. Lo cual en parte me muestra sólo una faceta de Phoenix como artista.

Hacer una película de acción desde un punto de vista ¿intimista? no me dio la sensación de que fuera mejor que lo ya existente. Y creo que este es un nuevo ejemplo de que diferente NO es mejor, de forma que parece que es precisamente el empeño de alejarse del cine del acción lo que hizo que gustara tanto a críticos «serios» que, en su mayoría, desprecian y machacan este tipo de cine.

En resumen, no me sabe mal haber visto la película, pero para mi es un “sin más” de libro, una película que no me deja con ganas de volver a verla ni voy a recordar dentro de unas semanas.

Comparto el trailer de la película:

En realidad, nunca estuviste aquí es una de esas película que aunque buenas, no acabas de entender el motivo de la aclamación de la crítica, y cuyo visionado me ha dejado bastante frío.

PUNTUACIÓN: 6.5/10

 

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Crítica de Joker, de Todd Phillips

Hablemos de Joker. Han pasado dos meses desde su estreno y la película dirigida por Todd Phillips se ha convertido en un fenómeno social y mediático. Pero, ¿qué se esconde detrás de su brillantez formal y la estelar interpretación de Joaquin Phoenix? Voy a intentar desgranar mis impresiones sobre la película, así como la respuesta a la vieja pregunta: ¿qué hace que una película sea “buena”?

PUNTUACIÓN: 4/10

“Arthur Fleck (Phoenix) es un hombre ignorado por la sociedad, cuya motivación en la vida es hacer reír. Pero una serie de trágicos acontecimientos le llevarán a ver el mundo de otra forma. Película basada en el popular personaje de DC Comics Joker, conocido como archivillano de Batman, pero que en este film tomará un cariz más realista y oscuro.” (FILMAFFINITY)

Joker llegó a la cartelera tras su arrollador éxito en el festival de Venecia, donde ganó el León de Oro a mejor película. La propuesta de Todd Phillips (Resacón en Las Vegas) de contar el origen del clásico villano de Batman en un contexto “realista” cuenta con una estelar actuación de Joaquin Phoenix que le coloca con muchas posibilidades de ganar el Oscar de este año. Una película pensada para los espectadores que no son fans del cine de superhéroes que ha arrasado en la taquilla de todo el mundo.

Empezando por los aspectos positivos de Joker, tengo que aplaudir la creación de Joaquin Phoenix. Phoenix en pantalla se convierte en un portento y nos regala a un protagonista único con un trabajo corporal lleno de expresiones y movimientos nunca antes vistos en una pantalla. Arthur Fleck es un rechazado de la sociedad que es golpeado por gamberros en la calle, pero también por unos servicios públicos que dejan de atenderle en el momento que más lo necesita. Su Arthur es un enfermo mental que sufre, entre otros síntomas, ataques de risa incontrolables casi a modo de ataques epilépticos (unos síntomas reales encontrados en algunos enfermos mentales), creando momentos muy incómodos para el espectador. Con una extrema delgadez, tiene momentos de belleza hipnótica cuando casi desnudo baila y se expresa delante de la cámara, y sufre una increíble e imposible transformación delante de la cámara, pasando de víctima a asesino en serie de forma sorprendente.

Phoenix realiza una alucinante e increíble actuación que probablemente le abra las puertas del Oscar, aunque luego analizaré por qué me ha recordado a los fuegos artificiales, creando una explosión de carisma y brillantez actoral que se desinfla por el vacío de lo que nos cuenta. En todo caso, debo reconocer que a pesar de las objeciones que luego expondré, Joker es una película muy entretenida que pasa en un suspiro, sus dos horas jamás se hacen largas.

Técnicamente, Joker es también impecable. Me ha alucinado la música de Hildur Guðnadóttir, colaboradora del tristemente fallecido Jóhann Jóhannson (Sicario, Mother!, The Theory of Everything). 2019 es el año de su consagración al haber realizado las bandas sonoras de Joker y Chernobyl en HBO. Joker cuenta con una potente, perturbadora y emotiva partitura adornada con una brillante selección de canciones pop de los setenta súper icónicas que te atrapan de principio a fin.

Visualmente, la fotografía de Lawrence Sher es espectacular, ofreciendo una estilizada puesta en escena creando espacios con una gama cromática brillante que aportan una personalidad única a la película. Cada fotograma cuenta con una estudiadísima composición y, por qué no decirlo, una gran belleza, creando imágenes que son verdaderas obras de arte. Junto a Sher, Joker cuenta con un estupendo vestuario de Mark Bridges y un elegante montaje de Jeff Groth.

Destaco también sin duda el sobresaliente diseño de producción creado por Mark Friedman que nos traslada a una ciudad sin nombre que podría ser New York en un momento indeterminado de los años setenta. Esta elección de Todd Phillips no es casualidad, al ser los años 70 un momento clave en los Estados Unidos marcado por las luchas sociales, la crisis económica y el inicio del desmantelamiento del sistema de bienestar americano promovido tras la Segunda Guerra Mundial, además de ser una década marcada por el nuevo cine social de autores como Peter Bogdanovich, Sidney Lumet, Michael Cimino o Martin Scorsese, cuyas obras maestras Taxi Driver o El Rey de la Comedia han servido de clara inspiración para esta película. La ciudad se muestra como sucia y decadente, con una delincuencia y prostitución visibles en las calles, creando un espacio tóxico para que la gente decente pueda vivir una buena vida.

Todos estos elementos “técnicos” eran necesario para contar la historia que Phillips quería, y como comentaba al comienzo, si tengo que valorarlos el notable alto casi se me quedaría corto.

Hasta ahora me está quedando una crítica muy positiva de Joker, que bien, ¿no? Si dejara de escribir ahora mismo uno pensaría que me ha parecido un peliculón en consonancia con el 99% de los mortales que se han dejado embelesar por el indudable atractivo estético e interpretativo de la película. Lástima que ahora tenga que entrar en la parte chunga, que es LA HISTORIA, qué nos cuenta realmente y el mensaje que busca transmitir.

Aunque supongo que a estas alturas no queda nadie que no haya visto Joker, aviso que a partir de ahora entro en territorio FULL-SPOILERS. Estáis avisados. Además, lo que viene a continuación es una crítica a la película y los temas que expone. No es mi intención en ningún caso decir que los que opinen diferente a mi están equivocados, ni tengo ningún problema sabiendo que ha gustado a muchísima gente. Para gustos colores, y este es el mío:

JOKER es una de las películas más tramposas y deshonestas que he visto en muchísimo tiempo. Todd Phillips plantea una orgía de porno emocional que muestra de la forma más burda un catálogo de lugares comunes del anticapitalismo que justifican el uso de la violencia como instrumento de lucha social y única salida para los desfavorecidos de la sociedad frente a los ricos que les explotan.

Todd Phillips y Scott Silver escribieron el guión de Joker. Públicamente Phillips indicó que planteaba esta historia desde un punto de vista “realista” y adulto, ya que las historias del personaje creado por Bill Finger, Bob Kane y Jerry Robinson para DC Comics publicadas durante estos 80 años de historia no se lo parecían. Para Philips el origen del Joker no tiene sentido, y no se cree que alguien tras caer en una cuba de productos químicos vea transformada su piel y su psique.

Aquí viene la primera trampa, y es este supuesto empeño por un realismo que es una mera fachada superficial que no aguanta el menor análisis serio. Si vamos a ser REALISTAS, los enfermos mentales no se convierten en asesinos en serie de la noche a la mañana. Eso no pasa. Como tampoco es realista que un asesino en serie se dedique a castigar a los “culpables” de haberle tratado mal. Eso es falso e irreal. Precisamente los asesinos en serie suelen cebarse en las víctimas inocentes indefensas, por lo que el viaje de Joker como protagonista en esta película es tan falso y absurdo como lo es no morir tras caer en una cubeta de productos químicos.

Siguiendo con los elementos realistas, en uno de los giros más estúpidos que se recuerdan en una película “seria”, Arthur Fleck descubre que él NO es hijo de Thomas Wayne como afirmaba su madre, sino que esta le adoptó siendo niño y le maltrató física y psicológicamente durante meses hasta que fue detenida y llevada a una institución mental. Incluso llega a sugerirse que sus problemas mentales fueron provocados por este trauma. Un giro realmente estúpido porque un niño maltratado por una madre adoptiva no sería jamás entregado de nuevo a su maltratadora. Para querer ofrecer una historia “realista”, Phillips se regodea con las ideas más tontas y absurdas que se le pasaron por la cabeza.

Pero más allá de estas trampas de guión, Todd Phillips realiza un obsceno ejercicio de pornografía emocional destinado a que empaticemos con Arthur Fleck al convertirle en una víctima de un sistema capitalista que no cuida los servicios públicos como la recogida de basuras y que recorta los servicios sociales. Phillips muestra repetidamente a Arthur casi desnudo en calzoncillos para mostrarle en su forma más indefensa y descarnada, jugando a un burdo ejercicio de primero de interpretación para que sintamos pena por él. Y el caso es que consigue transmitir todo su patetismo y todo su dolor al no encontrar su lugar en el mundo, pero la herramienta utilizada es burda a más no poder.

Esta idea me lleva a recordar que un tema recurrente en la lucha de Batman contra el Joker ha sido que el Joker cree que Batman es su opuesto y que si tuviera un mal día cualquiera podría enloquecer igual que él. En La Broma Asesina y también de The Dark Knight de Cristopher Nolan el mensaje estaba claro: Joker enloqueció por un mal día, pero mucha gente sale adelante siendo decente aunque la vida les golpee. La gente “normal” no se convierte en Joker, JOKER SE EQUIVOCA Y ES EL VILLANO. Sin embargo, para Todd Phillips, Joker es una víctima del sistema. ¡Buff! ¡Qué horror!…

Este es el problema de muchas obras gafapastas con una supuesta pretensión de ser considerada “alta cultura”. Un creador puede dotar a su obra del tono, los giros y todas locuras y tonterías que quiera, pero si el director afirma que busca ser más importante, culta y relevante que otras obras similares de entretenimiento, luego no puede ofrecer un producto ensamblado a partir de estupideces y estereotipos exagerados sin el más mínimo matiz y construido con brocha gorda. Porque entonces está fracasando en el propio standard de calidad que él mismo se había autoimpuesto.

Más allá del imposible arco de Joker, la película tiene un mensaje recurrente muy claro durante todo el metraje, situando al capitalismo y a los ricos como los villanos de esta historia. Capitalismo como SISTEMA que merece ser derribado y ricos que se merecen lo que les pase. Este mensaje de lucha de clases sociales no se cuenta de forma elegante e inteligente como en Parásitos de Bong Joon-ho, sino que se lanza como bofetones a la cara del espectador. Para colmo, durante el clímax Arthur verbaliza esta locura argumental de Phillips: «¿Qué obtienes cuando cruzas a un solitario mentalmente enfermo con una sociedad que lo abandona y lo trata como basura? ¡Obtienes lo que te mereces!”.

Este mensaje inverosímil oculta otra gran mentira, y es que presenta como un grave problema social algo que NO ha pasado nunca. El sistema no abandona a un enfermo hasta el punto de convertirlo en un peligroso asesino en serie. Es un planteamiento tan absurdo que abochorna tener que explicarlo.

Tan empeñado está Todd Phillips en mostrarnos al CAPITALISMO y la SOCIEDAD como los grandes villanos de este mundo sin empatía que crea situaciones extremas ridículas, como que tras ser apalizado Arthur por unos chavales y estar lleno de moratones, su jefe ponga en duda que le han atracado y exija que devuelva el cartel de madera con el que ha sido agredido, descontándoselo del sueldo. O que el asesinato aleatorio de 3 personas en el metro espontáneamente provoque la aparición de un movimiento de “Muerte al rico”. Absurdo no llega a calificar lo tonto que es todo.

Thomas Wayne para Phillips simboliza todo lo malo del capitalismo, adoptando todos los tópicos y estereotipos con los que la una parte de la izquierda califica a las mayores fortunas del mundo, ese malvado 1% de la población que posee la gran mayoría de la riqueza del mundo y solo busca explotar al pueblo llano. Así, siempre que aparece en pantalla transmite que la gente somos estúpidos y no sabemos hacer nada bien, necesitando la guía de los ricos privilegiados que saben mejor que nosotros como solucionar nuestros problemas, porque ellos son listos y nosotros estúpidos.

En un momento en el que movimientos como el “Occupy Wall St” o el 15M en España están realizando una enmienda a la totalidad de la sociedad occidental, Todd Phillips se alinea con estos movimientos antisistemas hasta el punto de alentar y justificar su lucha. Aunque igual no se trata de sustituir el actual sistema sino de verlo arder, recordando la frase de Alfred en The Dark Knight.

Phillips da munición a todos aquellos “tiradores solitarios” que se consideren agraviados por la sociedad, sea verdad o una invención de una mente alucinada. Si Joker puede levantarse contra los que le tratan como basura, ¿por qué no lo van a hacer ellos? Aunque estamos ante una película, este mensaje pueril puede ser malinterpretado, sobre todo en unos Estados Unidos que sufren todas las semanas tiroteos realizados por locos que se creen fuera del sistema.

Todo esto me lleva al calificativo de “tramposo” que utilicé antes. Porque Phillips lanza la piedra convirtiendo a Joker en un ídolo de los antisistema y expresando el mensaje que están deseando oír estos desequilibrados, para luego no se atreve a llevar hasta el final este mensaje haciendo que la revuelta social surja casualmente a partir de las acciones de Joker sin que él tenga realmente nada que ver. Lanza la piedra y esconde la mano.

Si realmente hubiera querido crear un verdadero criminal, Phillips hubiera mostrado a Arthur matando a algún inocente y no solo a culpables que previamente se habían portado más con él. Oportunidad tiene para ello, cuando tras matar a su compañero de trabajo puede matar al enano, pero le deja ir porque “es el único que siempre se portó bien con él”. Es decir, no se atreve a llevar su maldad hasta el final porque eso robaría la posibilidad de ser el icono antisistema que quiere que sea. Frente al mal personificado de los comics o el cine que realiza actos terribles de forma aleatoria sin importar quien es la víctima, Phillips le convierte en algo diferente, una víctima que reacciona contra la injusticia de forma violenta, algo que desde luego no mejora lo ya existente y que confirma que “diferente” no hace que una obra sea “mejor”.

Y, por si fuera poco, me acabo de enterar que hay una teoría sobre el ambiguo final de la película que presenta la posibilidad de que todo lo visto no fuera más que un delirio de Arthur mientras está ingresado en el manicomio. Teoría no desmentida por Phillips y que, si fuera cierta, y hay elementos a lo largo de la película que indican que podría ser, significaría la tomadura de pelo más grande que jamás sufrí viendo una película.

Phillips ha creado una de las obras más tramposas y deshonestas que recuerdo que finge ser adulta igual que lo intentó Batman v Superman de Zack Snyder. Su brillantez formal y la gran interpretación de Phoenix pueden engañar al espectador gracias a una puesta en escena apabullante, pero trata de forma tan tonta y superficial temas complejos que provoca bochorno. He hecho, encuentro temas adultos mucho mejor planteados y resueltos en películas para todos los públicos como Toy Story 4 o en el comic de La Broma Asesina de Alan Moore y Dave Gibbons, obra de la que Phillips coge elementos pero tergiversa el mensaje. Phillips se aprovecha hipócritamente del Joker como icono cultural que es mientras desprecia el medio que le creó.

Al principio me preguntaba, ¿qué hace que una película sea “buena”? La respuesta corta obviamente es muy sencilla: Una buena película es la que me gusta a mí, y cada espectador tiene un gusto diferente totalmente respetable. Pero yendo más lejos, ¿puede un gran guion con una interpretación malísima ser una buena película? Y al revés, ¿puede una gran interpretación y un excelente apartado técnico disimular un mal guion? El cine es la unión de múltiples elementos, algunos técnicos más o menos objetivos y otros subjetivos como el carisma y la empatía, y los espectadores reaccionamos de forma diferente a cada uno de estos estímulos.

Por tanto: SI, una buena película puede tener un guion horrible, y también podemos disfrutar de una buena película que tenga unas interpretaciones nefastas. Pero en mi opinión, una película que toma por estúpido al espectador nunca puede ser calificada de “buena”, y creo que Joker de Todd Phillips es un gran ejemplo de esto.

Comparto el trailer de la película:

Joker es una enorme decepción que fracasa en alcanzar el standard de calidad que el propio director Todd Phillips planteó a la hora de vender la película. Una de las película más tramposas que recuerdo con un mensaje maniqueo y pueril.

PUNTUACIÓN: 4/10

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