Crítica de Rambo: Last blood, de Adrian Grünberg

Rambo ha vuelto. Last blood, dirigida por Adrian Grünberg, es la quinta parte de esta franquicia del cine de acción, y es una salvajada de película que ofrece justo lo que los fans pedimos de ella.

PUNTUACIÓN: 7/10

Después de haber vivido un infierno, John Rambo (Sylvester Stallone) se retira a su rancho familiar. Su descanso se ve interrumpido por la desaparición de su sobrina tras cruzar la frontera con México. El veterano emprende un peligroso viaje en su busca enfrentándose a uno de los carteles más despiadados de la zona y descubre que tras su desaparición hay oculta una red de trata de blancas. Con sed de venganza, deberá cumplir una última misión desplegando de nuevo sus habilidades de combate…

Hay que reconocer que Rambo: Last Blood NO es una película para todo el mundo, su nivel de violencia extrema explícita sin duda puede provocar que gente que no está acostumbrada pueda salir horrorizada de la película, algo que en parte es precisamente la intención de Stallone, mostrar que la violencia es horrible. Por tanto, un primer aviso sobre esto es necesario para evitar malos entendidos. Dicho esto, si te gusta el cine de acción y la violencia explícita no te asusta, creo que es una película perfectamente disfrutable.

John Rambo ha vuelto para una última aventura (de momento) a partir de un guion de Stallone con Matt Cirulnick, que desarrollan una historia de Sly con Dan Gordon. Adrian Grünberg, director de la notable Vacaciones en el infierno (2012) protagonizada por Mel Gibson, fue elegido para dirigir esta película de acción que desde el primer fotograma tiene claro el tipo de cine que es y a quien va dirigido. La película cuenta con fotografía de Brendan Galvin

Brian Tyler compone la música de la película recuperando el mítico tema de Jerry Goldsmith. Sobre esta banda sonora, Tyler comenta que “Rambo: Last Blood es una historia muy emotiva y la música debía reflejar el tono que el director, Adrian Grunberg, estableció tan bellamente. Escribí una serie de temas sinceros y apasionados que hacen eco del anhelo de Rambo por la familia, la justicia, la reclusión y la compasión. Estas ideas crearon una tensión tonal que fue desafiante y gratificante como compositor y hacían eco de los temas de pérdida, arrepentimiento, esperanza y venganza. Ha sido un viaje increíble componer para este personaje atemporal”

Me ha resultado muy curioso comprobar que aunque la película está localizada en Arizona y en el otro lado de la frontera en México, realmente fue rodada en localizaciones en Bulgaria y las Islas Canarias. Esta localización así como la presencia de los actores españoles Paz Vega, Sergio Peris Mencheta y Oscar Jaenada me hacen adivinar que probablemente la película haya conseguido ayudas fiscales en España que ayuden a financiar los 50 millones de presupuesto de la película. Además, Balboa Productions ha contado con la co-producción de Millenium Media (Nu Image), así como de una productora Templeton Media. No hay duda que hay que pedir en todas las puertas, aunque eso implique salir de la zona de confort de los Estados Unidos.

Esta película es una inesperada sorpresa para los fans del cine de acción en general, y de John Rambo en particular. Digo inesperada ya que han pasado 11 años desde que se estrenó John Rambo (Sylvester Stallone, 2008) una notable película en la que Rambo partía de la jungla del sudeste asiático para acabar volviendo a casa después de muchos años alejado de su hogar en Arizona. Y en este tiempo se estuvieron barajando argumentos para una posible quinta parte, con elementos tan extraños como que Rambo liderara a un comando en México para cazar a una criatura mejorada genéticamente. Finalmente, se impuso la opción más realista de enfrentar a John a un cartel mexicano que se dedica a la trata de personas.

A pesar de ser claramente una película de acción, consigue crear con cuatro pinceladas a personajes con los que empatizamos, como es Gabrielle (Yvette Monreal), la inocente sobrina de John que busca al padre que la abandonó de niña, María Beltrán (Adriana Barraza), la abuela de Gabrielle que perdió hace años a su hija y no quiere perder ahora a su nieta, o Carmen Delgado (Paz Vega) una periodista mexicana que perdió a su hermana a manos del cártel y que busca conseguir pruebas para llevarles ante la justicia.

En el lado de los villanos, los españoles Sergio Peris Mencheta y Oscar Jaenada son los sanguinarios hermanos Hugo y Victor Martínez, jefes del cártel local, y creo que realizan un buen papel metiéndose en la piel de personas horribles que se recrean en el dolor que causan y para los que la gente normal son solo stock que utilizar para sus negocios sucios. Villanos de manual que deseas que sean machadados de la forma más horrible posible. Y Sly por supuesto cumple con nuestras necesidades de forma horriblemente brutal.

Además, Sylvester Stallone ES John Rambo, de eso no hay ninguna duda. Hay que reconocer que Sly está muy mayor en esta película y le cuesta moverse, además de que nunca fue un buen actor. Sin embargo, con los años ha aprendido a dominar los ticks que mejor funcionan a cada personaje, ya sea Rocky o en este caso Rambo. John Rambo es un enfermo, a pesar de haber pasado años desde su último combate sigue sufriendo Trastorno de Estres Post-Traumático (T.E.P.T.) como tantos otros veteranos. Y a pesar de ser un hombre de pocas palabras de apariencia estoica, su dolencia es mostrada sin tapujos en la primera parte de la película, mostrando que a pesar de vivir una vida tranquila y casi feliz junto a Gabrielle y María, su mente no le deja descansar. Y cuando busque venganza, la muerte no es suficiente para estos HDP, su objetivo es hacerles sufrir como ellos han hecho sufrir a los inocentes, generando un climax final con las escenas más gores y bestias que recuerdo en mucho tiempo en una película comercial de estreno mundial.

Pocas veces he visto un sesgo tan claro entre la opinión de los críticos, que mayoritariamente han puesto a caldo a la película y actualmente solo cuenta con un 27% de aprobado en Rotten Tomatoes sobre 150 críticas, y la opinión de +5400 espectadores que la aprueban mayoritariamente tras verla en el cine, según la misma Rotten Tomatoes. En este sentido, te recomiendo que si eres fan del cine de acción en general y de Rambo en particular que vayas sin duda a verla, pasarás un buen rato viendo a Rambo sufrir y cometer una violencia extrema hacia sus enemigos.

Partiendo de que estamos ante una obra de ficción, he leído varias críticas lamentables que acusan de racista a la película por mostrar a los mexicanos como criminales como si eso significara que todo el pais y sus habitantes fueran malvados, algo totalmente falso y equivocado. De hecho, los tres personajes femeninos de la película son mexicanas (Carmen y María sin duda lo son y Gabrielle también si contamos la nacionalidad de sus padres) y muestran cualidades positivas. De hecho, si algo muestra Rambo es que una parte de la sociedad que es buena sufre la violencia provocada por la otra, personificada en los carteles. En ese sentido, todos los HOMBRES mexicanos aparecen como malos en la película, pero esto no es una crítica a TODA la sociedad, como mucho al patriarcado y al machismo de la sociedad. La mexicana, la america, cualquiera que explote a las mujeres y las uses como mercancía.

Stallone comentaba en la pre-producción que tras machacar en Asia a malas personas en sus películas anteriores, su principal preocupación era encontrar un enemigo que claramente mereciera la muerte. La respuesta la tenía muy cerca de casa, ya que según fuentes oficiales, más de 33.000 personas murieron en México de forma violenta en 2018, un triste record para el pais que ilustra que se encuentra en una emergencia nacional provocada por los carteles de la droga. Y frente a la mentalidad “buenista” de alguna gente, está bien que nos recuerden que los monstruos existen realmente y que hacen cosas horribles a gente inocente. Estos puntos de vista contrapuestos se reflejan muy bien en un diálogo que vemos en la película:

– Hay que pasar página. La venganza no es el camino, no nos devolverá a nuestros seres queridos.

– Voy a matarles a todos. Es cierto, no nos los devolverá, pero quiero que sientan el mismo dolor que sentimos nosotros. Estos cabrones van a saber lo que es el dolor.

FUCK, YEAH!!! Que podamos ver en una obra de ficción como estos monstruos son masacrados genera una catarsis emocional al espectador que al menos a mi me funciona.

Por otro lado, también se critica que la película se recrea en el gore y la violencia extrema, cosa que hay que reconocer que sucede, pero Stallone se justifica explicando que para él las películas actuales no muestran lo horribles que son las muertes provocadas por hechos violentos, y él tras comentarlo con veteranos, quiere mostrar toda su crudeza. Además, al iniciar su venganza Rambo deja de ser un ser humano y se convierte en un ser de furia abrasadora para el que la muerte no es suficiente y quiere recrearse con el dolor de sus enemigos. Y hay que decir que la película transmite perfectamente ambos elementos, y en ese sentido, la película es un éxito total.

Si le tengo que poner un pero diría que aunque las escenas emotivas son imprescindibles para crear el escenario para que lo que pasa a continuación nos impacte, creo que a Rambo: Last blood le cuesta arrancar y llegar al meollo, pero una vez todo se lía en México, tiene momentos muy muy punkies que al menos yo no esperaba que nos llevan al clímax más gore de los últimos años. El director Adrian Grünberg creo que realiza un correcto trabajo, consiguiendo ofrecer lo que se espera de esta película. En el apartado de la violencia, hay algunas muertes que están extremadamente bien filmadas hasta el punto que cuesta saber como han conseguido filmar de forma tan horriblemente realista algunas muertes.

Por otro lado, reconocer que el argumento es super básico y no se diferencia de cientos de películas de acción que nacen a partir de la pérdida o secuestro de un ser querido para convertirse en una típica historia de venganza. Rambo Last Blood consigue elevarse sobre la media por la forma en que nos muestra la enfermedad (T.E.P.T.) de Rambo y por la violencia extrema de sus imágenes.

Y como guinda del pastel, el final realiza un efectivo montaje con imágenes de las cinco películas que son una forma de dar un buen cierre a esta serie de cinco películas iniciadas en 1982 con Acorralado (First blood). 37 años, buff, es casi toda una vida.

Comparto el trailer de la película:

Rambo: Last Blood es una película que tiene claro en qué liga juega y ofrece un buen espectáculo acorde a las necesidades de sus espectadores. En mi caso, reconozco tras verla que soy un cliente totalmente satisfecho con el espectáculo ofrecido. Manteniendo este nivel, no ve importaría volver a ver otra película de Rambo dentro de 8 o 10 años. Conociendo a Stallone, creo que le queda cuerda para rato.

PUNTUACIÓN: 7/10

 

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