Crítica de El Cid de Anthony Mann (Clásico de 1961)

Cuando me comentaron el tema para el último podcast de El Colmo, la verdad es que a priori no podía apetecerme menos. Con motivo del estreno de El Cid en Prime Video, la idea era ver y comparar la serie de televisión y la película clásica de 1961 dirigida por Anthony Mann y con los dioses de la pantalla Charlton Heston y Sofía Loren. Y aunque de la serie de televisión hablaré mañana, hoy quiero destacar este películón que 60 años después de su estreno ha vuelto a volarme la cabeza.

PUNTUACIÓN: 8,5/10

En la segunda mitad del siglo XI, Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid Campeador, se hizo célebre por sus victoriosas campañas contra los musulmanes durante la reconquista del Reino de Valencia. Acusado injustamente de traición, Rodrigo mata en duelo al padre de Jimena, que lo rechaza y se encierra en un convento. Este es el punto de partida de numerosas peripecias: las intrigas del conde García Ordóñez, el desafío del rey Ramiro de Aragón y su enfrentamiento con Alfonso VI (Jura de Santa Gadea), que lo desterró de Castilla. (FILMAFFINITY)

El Cid es una coproducción italo-americana dirigida por Anthony Mann, director con una amplísima filmografía durante los años 40, 50 y 60 hasta su fallecimiento en 1967, con películas como T-Men, Colorado Jim, Cimarrón, La caída del imperio romano o Los héroes de Telemark. La película fue producida por Samuel Bronston, uno de los grandes productores del cine épico de los años 60 y que estuvo muy ligado a España, donde rodó no sólo El Cid, sino también las míticas Rey de reyes (1961), 55 días en Pekín (1963) o La caída del imperio Romano (1964). El Cid supuso un importante éxito para Bronston, ya que a partir de un presupuesto de 7 millones de dólares recaudó cuatro veces más, además de recibir 3 nominaciones a los Oscars de 1962 (que no ganó).

A partir de una historia de Fredric M. Frank, en el guión final aparecen acreditados el propio Frank, Philip Yordan y Ben Barzman. Para El Cid Bronston contrató a Robert Krasker como director de fotografía y contó con una super icónica y recordada partitura de Miklós Rózsa y una dirección artística de Veniero Colasanti y John Moore. El montaje de la película de 3 horas fue realizado por Robert Lawrence.

El Cid fue rodado entre noviembre de 1960 y febrero de 1961 en localizaciones en Peñíscola, Ávila, Burgos, Calahorra, Manzanares, Belmonte, Toledo y Madrid entre otras, más otro mes para los interiores que fueron rodados en los míticos estudios Cinecittà de Roma.

La película está monopolizada por Charlton Heston y Sofía Loren como El Cid Rodrigo Díaz de Vivar y su amada Jimena Díaz. Ellos llenan de carisma e iconicidad cada uno de los planos en los que participan y firmaron una película que les convierte en leyendas del cine.

Junto a Heston y Loren hay un reparto de caras conocidas pero menores del cine de la época. Raf Vallone, un actor con muchos papeles de villano, interpreta al conde Ordóñez rival de El Cid, mientras que Ralph Truman es el rey Fernando I, padre de Sancho (Gary Raymond), Alfonso (John Fraser) y Urraca (Geneviève Page), mientras que Douglas Wilmer es Al-Mutamin, rey de Zaragoza.

El Cid es un drama histórico inspirado en la vida de Rodrigo Díaz de Vivar, cuya leyenda pasó a la historia gracias al Cantar del Mío Cid, la primera gran obra literaria en lengua castellano además del el primer cantar épico conservado prácticamente en su totalidad en Europa. Como todo el mundo de mi edad, vi la película de niño hace más de 30 años y el interés a priori era nulo, ya que pensaba que la película habría envejecido de mala manera al ser una película de hace 60 años. Sin embargo, la sorpresa que me he llevado al verla de nuevo ha sido monumental.

En lugar de una película “vieja”, me he encontrado un películón alucinante con una escala en lo referido a la acción, los decorados y el carisma de los personajes que me he dejado sin habla. Ante la irrupción de la televisión en los años 50 en los Estados Unidos, empezó a plantearse si el cine tenía los días contados. La respuesta de los grandes estudios fue crear películas más grandes que la vida con un tamaño y unas imágenes con colores cada vez mejores que la pequeña pantalla en blanco y negro no podría en ningún caso igualar. Es en esos años cuando el CINEMASCOPE y las películas rodadas en 70mm ofrecían historias para pantallas aún más grandes de lo habitual.

El Cid me ha parecido lo más grande que he visto en una pantalla desde posiblemente Ben-Hur. Con unas increíbles localizaciones históricas entre las que encontramos una Peñíscola que ya es historia del cine (aunque la fidelidad histórica con Valencia fuera nula), las aventuras están protagonizadas por momentos increíbles con cientos (¿miles?) de extras en pantalla, con unos larguísimos travellings y unas escenas con una escala que sólo El Señor de los Anillos recientemente está a la altura de lo que nos muestra la película. No sólo en las localizaciones históricas de Belmonte, por ejemplo, es que los decorados construidos en Cinecittà transmiten una escala monumental que te los crees completamente y parecen más reales que el 99% de las imágenes que nos muestra la serie de televisión.

Charlton Heston y Sofía Loren demuestran en esta película porque son auténticas ESTRELLAS del cine. Su carisma y presencia llenan la pantalla y atraen todas las miradas. En especial Heston, que no es solo por sus 1,90 metros de altura y su imponente presencia, sino por una voz (vi la película dos veces, la segunda en versión original) que hace te que creas que puede ordenar a los océanos a que se muevan. Heston transmite heroicidad y una integridad en sus valores éticos que más que un héroe medieval parece casi Jesucristo, un ser puro que antepone la seguridad de su gente antes que la suya propia y sus acciones siempre vienen provocadas por lo que es correcto por encima de las órdenes que le pudieran dar los Reyes del momento.

También Sofía Loren está impresionante. A pesar de ser italiana, nos traslada al ideal de belleza griega con unas facciones perfectas que ofrecen personalidad y carisma. Sus mejillas, las cejas, y su penetrante mirada justifican de sobra el precio de una entrada de cine, o más recientemente, el del DVD de la película.

La película dura 3 horas que jamás se me hicieron largas. De hecho, en comparación con la serie de televisión, están pasando todo el rato cosas super interesantes con multitud de localizaciones y personajes enfrentados, de forma que si hubiera durado una hora más me la hubiera fundido sin inmutarme. Un detalle que no recordaba y me alucinó es que el edición restaurada por Martin Scorsese con motivo del 50 aniversario mantiene el intermedio que se producía en los cines no sólo para cambiar el rollo de película, sino también para permitir ir al baño, etc debido a la larga duración de la película. Y aprovechando este corte, los guionistas aprovechan para hacer un salto temporal de varios años, en los que se entiende que el Cid ha estado guerreando y por los que ha sufrido una terrible herida que le marca el rostro. La habilidad que muestran a la hora de llevar a cabo esta elipsis me parece de una brillantez alucinante, ya que en esta última hora asistiremos a los momentos quizá más espectaculares con las batallas en Peñíscola.

Otro detalle muy interesante es que frente al doblaje clásico de la película, realizado hace 60 años y que inevitablemente transmite cierta sensación viejuna por las voces de la época, el segundo visionado en versión original me alucinó porque escucharlo por primera vez con sus voces originales y con la copia restaurada me dió una sensación totalmente contemporánea, nada que ver con algo realizado hace más de medio siglo.

El Cid es un espectáculo visual y actoral impresionante, no se puede calificar de otra manera. Quizá el único pero que le puedo poner no es a la película en si, que es un ejemplo del mejor cine de aventuras del que mucha gente debería aprender, sino a la poca fidelidad histórica que tiene la historia, de forma que hay gente que cree que realmente El Cid ganó una batalla después de muerto o hizo jurar a un Rey en el día de su coronación que no había tenido nada que ver con el asesinato de su hermano.

Este detalle y quizá algún detalle en los combates en los que sí se nota que la película se rodó hace 60 años, como gente que se mueve y no sabe a donde va o tira flechas que caen un par de metros delante suyo, con detalles menores que no impiden el disfrute de una película que tenía totalmente olvidada y me ha volado la cabeza.

Por todo ello, te invito a que como yo elimines cualquier prejuicio o reparo que tuvieras ante la película y te animes a verla, vas a alucinar.

Comparto el trailer de la película:

El Cid es un peliculón. Hazte un favor e intenta verla porque te va a sorprender.

PUNTUACIÓN: 8,5/10

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