Analizo en mi nueva columna de opinión la revolución que Substack puede significar para la independencia económica y creativa de los autores de comics.
El pasado agosto una noticia revolucionó el mundo del comic mainstream americano, al anunciar James Tynion IV que abandonaba su puesto como guionista de los comics de Batman y Joker de DC Comic para centrarse en publicar sus propias obras de creación propia utilizando el servicio / web de creación de newsletters de pago Substack. Tras el anuncio de Tynion, otros autores también anunciaron que se unían a Substack (aunque con diferencias a las que luego volveré): Jonathan Hickman, Chip Zdarsky, Saladin Ahmed, Scott Snyder, Donny Cates y Ryan Stegman, Jeff Lemire o Skottie Young. Un autentico all-star de profesionales del mundo del comic con un importante apoyo de los fans.
Antes de preguntarme si el mundo editorial está en peligro, (no lo está), habría que ver primero qué es exactamente Substack. Se trata de una web para la creación de newsletters que permiten la generación de ingresos para los autores mediante un sistema de suscripción. NO se trata por tanto de una nueva editorial que vaya a competir con Marvel, DC o Image, sino un contenedor donde cada autor puede crear y publicar contenidos sobre los que mantiene el 100% de los derechos, pudiendo crear con total libertad y seguridad, dado que los ingresos que se generan les llegan antes incluso que haya publicado nada. En ese sentido, el sistema de pago de Substack tiene muchas similitudes con un crowfunding, en el que los mecenas apoyamos a un autor para que pueda realizar su obra.
A partir de la locura de interés hacia Substack, descubrí que la newsletter gratuita de Jason Aaron a la que estoy suscrito desde hace tiempo se publica desde una cuenta de Substack, por lo que queda claro que hay opción de crear contenidos gratuitos y otros de pago. Un elemento importante es que el propio hecho de suscribirse a una newsletter de un autor ya le da un montón de información, ya que soy un comprador potencial que quiere recibir información de sus próximos lanzamientos. Cuando anuncian algo, Aaron, Millar o Brubaker (a cuyas newsletters también estoy suscrito) saben que miles de lectores reciben sus anuncios y podriamos comprar los comics en cuestión cuando salgan.
Dentro del servicio de pago, Substack ofrece tres opciones de pago. El primero pagar mensualmente 7 ú 8 dólares al mes (en función del autor), realizar una suscripción anual por 70 / 80 dólares al año, (también en función de cada caso), o convertirse en suscriptor “Premium”, pagando un importe importante limitado a pocas personas, que recibirán a cambio más beneficios, algo que de nuevo recuerda a las recompensas de los crowdfundings.
La revolución para los autores radica en que aparte de mantener los derechos de su obra, Substack ofrece de forma general el 90% de estos ingresos a estos autores de forma automática, de forma que un escritor que tenga 800 suscriptores mensuales, puede cobrar en ese momento más de 4600 dólares al mes, lo cual es una gran cantidad de dinero que permite una estabilidad financiera que los autores no pueden ni soñar cuando hablamos de comics de creación propia en editoriales como Image o más pequeñas.
Kelly Sue DeConnick lo explica perfectamente en su newsletter: “Un comic de creación propia, por otro lado, podría, si tiene mucha suerte, venir con un anticipo que generalmente solo permitirá pagarle al colorista y al rotulador su tarifa completa. El artista recibe una tarifa reducida y el escritor generalmente espera hasta que el libro tenga ganancias para recibir el pago. Lo cual, si la primera edición se vende bien, significa 90 días después de que el libro llegue a las librerías. (Lo que podría ser un año después de que comenzara a trabajar en él). Pero puede llevar mucho, mucho más tiempo. Años a menudo. Conozco escritores muy exitosos en comics muy exitosos que nunca han visto un centavo de las ventas directas en el mercado de ciertos títulos. Y es lo que es, conocemos el trato cuando entramos, pero es por eso que una generación de escritores de los que venimos se ha esforzado por equilibrar el WFH (Work For Hire – los trabajos para Marvel o DC de encargo) y las obras de creación propia.”
Pero esto es a nivel general, ya que autores TOP como Tynion han recibido además un contrato “SubstrackPro” por el que además de recibir ingresos de suscriptores, Substrack les paga mensualmente como reclamo para llamar la atención de otros autores y se animen a comenzar a publicar en Substrack, que incluso incluyen extras importantes como poder contar con un seguro médico, algo vital en Estados Unidos. La web gana un porcentaje de los ingresos de los suscriptores, así que cuanta más gente publique y reciba ingresos, mejor le irá a la compañía.
El anuncio de Tynion de trabajar casi en exclusiva a través de Substrack era entendible porque supone un sueño hecho realidad para un escritor, y es que le paguen POR ADELANTADO para que haga lo que quiera, desde comics, prosa, historias largas o cortas, antologías… contenidos que el propio Tynion reconoce que son de difícil viabilidad comercial, pero que él tiene ganas de probar como creador que es y que cree que merecen ser vistos por un público ansioso de obras diferentes. Como digo, es un sueño hecho realidad, y se entiende que Tynion se lanzara a una oferta que posiblemente sea de las de “una vez en la vida”, abandonando su bien pagado trabajo en DC, por el que no tenía ninguna propiedad.
Pero la realidad es que el caso de Tynion es único, ya que el resto de autores de la lista antes mencionada NO abandonan sus trabajos de encargo en Marvel o DC, sino que lo plantean como un complemento además de su trabajo actual. Hickman de hecho salió inmediatamente a negar que su acuerdo con Substack tuviera nada que ver con su marcha de las series mutantes, algo sobre lo que ya hablé aquí, y que planeaba seguir en nómina de Marvel creando contenidos para ellos durante mucho tiempo. Algo que también van a hacer autores como Zdarsky, Cates o Lemire.
El propio acuerdo de Substack hace completamente compatible que el núcleo duro de fans de estos autores vean antes que nadie estas obras de creación propia a través de su newsletter, y el proceso como fueron creados, con que posteriormente estas obras sean publicadas en papel más adelante a través de la editorial que elijan, por lo que tampoco se trata de un acuerdo que pueda perjudicar de ninguna forma a las librerías especializadas de comics, restándoles oferta o compitiendo contra ellos.
Y este aspecto es clave, ya que el único pero que le veía de inicio al modelo de negocio Substack es que en mi caso no veía viable económicamente pagar 7/8 dólares a cada autor que me gusta sin tener claro qué tipo de publicaciones iban a hacer en un mes concreto. No tengo problema en comprar los tomos cada vez que salen, pero pagar por tener a mi disposición un making-of a mi no me encajaba. Una vez he conocido varios ejemplos de newsletters, incluso sin suscribirme a las opciones de pago, y leí varias entrevistas, tengo claro que estamos ante una fuente alternativa de ingresos para los creadores, lo cual siempre es positivo, y que cuando llegue el momento, podré leer en papel las obras que me interesen, así que todos salimos ganando.
Ed Brubaker lo explicó perfectamente en su newsletter: “No veo que los cómics de Substack sean disruptivos ni perjudiquen a los editores o minoristas. Aparte de Tynion, parece que la mayoría de los creadores que se han unido solo están añadiendo más trabajo a sus horarios y siguen haciendo comics para Marvel, DC, Image, Dark Horse, etc. Lo esto significa es que a algunos autores populares les están ofreciendo dinero (en algunos casos, MUCHO dinero) para iniciar newsletters, muy parecido a esta que estás leyendo ahora mismo, donde también publican nuevas historias de cómics en forma de serie a medida que las completan, y también ofrecen material de making-of y como han creado esta obra. Esto no es algo que tenga como objetivo enfrentarse a las grandes editoriales o competir con los cómics que venden 100.000 ejemplares en las tiendas de cómics. Se trata de creadores que encuentran a sus fans más acérrimos que quieren ver cómo se crean los libros y escuchar cómo funciona el proceso, y están dispuestos a pagar por ese acceso. No todos los lectores de cómics estarán interesados en esto, lo cual está bien, no está diseñado para atraer a todos los lectores. Se trata de una pequeña audiencia (entre 500 y algunos miles de lectores) que paga por adelantado para ver a los creadores hacer algo.”
Y es que aparte del acuerdo “SubstackPro” de Tynion y otros, en la web se indica que un autor con 2000 suscriptores, una cifra realmente modesta si hablamos de ventas de comics en librerías, cobraría al mes más de 11.000 dólares cada mes, una cantidad inmensa que le permite vivir sobradamente y sólo te tengas que preocupar de crear tu mejor trabajo.
Hay otro elemento importante del modelo de negocio de Substack y cómo los autores lo consideran mejor que los algoritmos de las redes sociales. Y es que Facebook, Twitter o YouTube trabajan con algoritmos que conectan lo que ves con otros contenidos similares, de forma que ellos trabajan y buscan el engagement que genere vistas, aunque sea con “clickbaits” o contenidos polémicos que generen reacciones airadas a favor o en contra. Frente al ideal utópico del intercambio libre de información, las redes sociales se han convertido en cajas de resonancia en las que sólo recibimos aquello que confirma nuestros puntos de vista, provocando una radicalización indudable de su audiencia y una disminución efectiva del intercambio de opiniones contrapuestas.
Sin embargo, Substrack no tiene algoritmo, si te suscribes a la newsletter de Tynion sólo recibirás información suya, por lo que no es posible acabar recibiendo información de otros autores que no te interesen o que compartan ideas que no te gusten o las consideres ofensivas. Además, la web se financia con las suscripciones, por lo que está libre de publicidad, lo cual es también otro elemento importante a tener en cuenta.
Por estos motivos, no me extraña que tantos autores hayan querido participar. No todos, claro. Aaron por ejemplo afirma estar super contento con su asociación con Marvel, y Brubaker comenta que Substack les ofreció este mismo acuerdo a Phillips y a él pero que no lo aceptaron porque de hecho ya están publicando todo lo que quieren con total libertad con Image Comics, por lo que sus sueños ya se han cumplido en este aspecto.
Sin embargo, Brubaker acertó en su análisis, porque Tynion, Snyder y Hickman SI aparecen como poseedores de “miles de suscriptores”, pero otros autores como Zdarsky, Cates, Lemire o Young sólo tienen “cientos”, y otros autores como Molly Knox Ostertag simplemente aparece “creada la newsletter hace un mes”. Entiendo que obviamente hasta que no empiecen a publicar regularmente carece de sentido suscribirse y pagar, pero esto confirmaría que estamos ante una plataforma con un alcance muy limitado, pero que permite tener una mayor estabilidad financiera a los participantes, lo cual no es poca cosa para empezar. Pero estamos aún muy lejos de tener un modelo viable para autores que no sean de primer nivel con una base ya establecida de seguidores, algo que excepto en casos puntuales, sólo puede conseguirse a partir de trabajar en las grandes editoriales tipo Marvel o DC Comics.
Les deseo suerte a todos estos autores y al modelo que plantea Substack. De hecho, ojalá este negocio tenga mucho éxito y cada vez más autores puedan crear sus mejores trabajos con libertad, independencia y estabilidad financiera, lo que haga que sólo tengan que preocuparse de crear sus mejores obras, no de como van a llegar a final de mes. Todo lo que sea dar más libertad y tranquilidad a los autores será siempre bienvenido.
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