Descubrir que Henry Selick estrenaba una nueva película de animación stop-motion fue motivo de alegría. Lamentablemente, Wendell & Wild estrenada justo a tiempo en Netflix a tiempo para Halloween, ha resultado una película super aburrida.
PUNTUACIÓN: 6/10
Dos malévolos demonios hacen un trato con una adolescente fanática del punk para escapar del Inframundo y hacer realidad sus sueños en la Tierra de los Vivos.
Charles Henry Selick Jr. (1952) es un director de cine, productor, guionista, diseñador de producción y animador conocido por dirigir las películas de animación stop-motion The Nightmare Before Christmas (1993), James and the Giant Peach (1996), Coraline (2009). Tras Coraline, Selick fichó por Pixar, aunque tras unos años en la compñía del ratón no llegó a concretar ninguno de los proyectos en los que estuvo involucrado.
Wendel & Wild está escrita por el propio Selick junto a Jordan Peele, adaptando la historia escrita por él y el escritor Clay McLeod Chapman (al que conozco de los comics de Grito en Marvel Comics), un trabajo que hasta hace poco aún no se había publicado. La película de 100 minutos cuenta con música de Bruno Coulais, con montaje de Robert Anich y Peter Sorg como director de fotografía.
En las voces originales encontramos a Lyric Ross como Katherine «Kat» Koniqua Elliot, la joven protagonista (con Serelle Strickland haciendo la vez de Kat de niña), Keegan-Michael Key es el demonio Wendell, Jordan Peele es Wild, Angela Bassett interpreta a Hermana Helley, James Hong es el Padre Best, Ving Rhames pone la voz a Buffalo Belzer, mientras que Sam Zelaya es Raúl Cocolotl.
Documentándome para esta reseña, he descubierto que tras Coraline, Selick pensó que la animación en stop-motion se había vuelto tan perfecta que no se distinguía de la animación por ordenador, lo que anulaba parte del propósito y el encanto del stop-motion. Es por esto que para Wendell & Wild decidió permitirse defectos, como mantener visibles las líneas de costura en los rostros de sustitución, y rodar menos fotogramas por segundo en algunas escenas. A excepción de un software de stop-motion llamado Dragonframe, utilizó más o menos los mismos tipos de herramientas y técnicas que utilizó en Coraline más de una década antes.
Y esta decisión marca uno de los primeros y principales problemas de la película, porque tanto los diseños de los personajes como algunos aspectos de la animación me resultan totalmente fallidos. Los diseños son super feos y no me gustaron nada, lo cual puede ser entendible en parte en los demonios, los villanos (que no son los demonios) o las monjas mostradas casi como pingüinos, pero no en los personajes protagonistas. Pero es que aparte de que me gusten más o menos los diseños de personajes, algo entiendo que super personal, el problema es que los personajes se mueven mal en pantalla de formas no naturales que me sacaban todo el rato de la película. Y soy consumidor de animación, no tengo problemas como movimientos raros, pero no acabo de entender lo que hacer algo mal (o no todo lo bien que podrías) a propósito. Se me hace incompresible.
Jordan Peele es productor de la película y hace una de las voces de los demonios junto a su colega Keegan-Michael Key, pero lo que se supone van a plantear diálogos ingeniosos y situaciones divertidas, y la verdad es que ni lo uno ni lo otro, creando una historia que se me hizo aburridísima y sin chispa en ningún momento.
Si me ha gustado mucho la selección musical de la película, que incluso incluye una canción de Living Colour que me ha parecido gloriosa. También, aprovechando que el pisuerga pasa por Valladolid, Jordan Peele no ha dejado de aprovechar esta película de animación para todos los públicos para hacer una crítica de la política penitenciaria de los Estados Unidos, y en concreto que empresas privadas estén queriendo hacer negocio de la gestión de las cárceles. Buscando no el interés del recluso y una posible reinserción, sino en crear más que mantengan el sistema vivo. Ese elemento de crítica social me parece interesante y sorprendente, las cosas como son, pero no evita que la película en su conjunto sea una decepción.
Comparto el trailer de la película:
Lamentablemente, a pesar de la maravillosa animación stop-motion, Wendell & Wild es una película aburrida que no se acerca a los clásicos de la animación previos de Henry Selick. Una pena.
PUNTUACIÓN: 6/10
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