Había leído cosas buenas de El país de los sueños, la última película de Francis Lawrence (Red Sparrow, Constantine, Soy Leyenda) con Jason Momoa de principal reclamo, que se ha estrenado en Netflix. Y me encontrado con una película con el corazón en el sitio correcto, pero muy normalita a nivel general.
PUNTUACIÓN: 6.5/10
Una niña busca a su padre, desaparecido en un místico país de los sueños, con la ayuda de una gran criatura mitad hombre y mitad monstruo.
Francis Lawrence es una director de amplia trayectoria, entra las que encontramos Contantine (2005), Soy leyenda (2007), Agua para elefantes (2011), Red Sparrow (2018) y la serie de Los juegos del hambre: en llamas (2013), Sinsajo – Parte 1 (2014) y Parte 2 (2015).
A partir del célebre comic de Little Nemo in Slumberland de Winsor McCay, el guion de la película fue escrito por David Guion y Michael Handelman. La película de 117 minutos de duración cuenta con Fotografía Jo Willems, montaje de Mark Yoshikawa y música de Pinar Toprak. Por cierto, aunque luego lo comentaré, me quedo muerto al comprobar que esta película estrenada en Netflix ha contado con un presupuesto de 150 millones de dólares.
El principal reclamo de la película es ver a Jason Momoa como Flip, un estafador con orejas y cuernos de cabra que vive en el País de los Sueños y se convierte en compañero de aventuras de Nemo (Marlow Barkley), una joven que sueña con ir al País de los Sueños, un personaje que en el cómic de 1900 era un niño. Kyle Chandler interpreta a Peter, el padre de Nemo y antiguo farero que se pierde en el mar. Chris O’Dowd es Philip, el tío de Nemo que trabaja como vendedor de pomos, mientras que Weruche Opia es la agente Green, un agente de la Oficina de Actividades del Subconsciente.
Empiezo reconociendo que NO he leído Little Nemo, así que la primera parte de comparación con un clásico del comic con el que seguro no va a estar a la altura me la he ahorrado. Y la verdad es que valorando la película como lo que es y lo que nos muestra, creo que es una más que correcta película familiar que puede gustar a los niños y a los padres.
La película tiene a la joven Nemo en el centro de todo, y me alegra poder decir que me ha gustado la interpretación de Marlow Barkley, siendo una niña que es todo corazón. Hay tantas películas supuestamente infantiles que tienen a un protagonista «ostiable» que me alegro que esta no sea una de ellas. Junto a Barkley, Jason Momoa se muestra desatado en esta película. Aparte de tener una buena química con la protagonista, se le ve muy a gusto con esta vena cómica haciendo chorradas en pantalla al tratarse de un ser del reino de los sueños. En general, creo que El reino de los sueños tiene un buen reparto, con Kyle Chandler y Chris O’Dowd en roles secundarios que aportan su carisma y buen hacer en los pocos minutos que aparecen.
La historia se mueve por muchos de los tópicos de la fantasía, con una protagonista infantil que tiene que realizar un viaje (una aventura) a partir de sufrir una pérdida terrible. Creo que todo se mueve por lo correcto y esperable, sin giros ni situaciones extrañas a lo largo del metraje. Y aunque por un lado parece una historia escrita de manual, en este caso creo que la película sufre un poco debido a que hay muchas películas con esta misma estructura básica que hemos visto antes de ver esta, lo que provoca la sensación de situaciones moderadamente originales. En este sentido, que realmente no haya un antagonista más allá de una pesadilla indefinida tampoco ayuda a que haya sensación de amenaza hacia Nemo.
Por suerte, el dolor por la pérdida del padre de Nemo se siente real, lo que consigue que aunque no brille por su originalidad, al menos si te atrape el aspecto emocional. En ese sentido, hay un algún momento sobre todo al principio y con la aparición de la pesadilla que creo que visualmente están muy bien y transmiten un feeling onírico y casi terrorífico que me sorprendió al ser una película infantil.
Comentaba antes que me he quedado muerto al descubrir que la película ha costado 150 millones de dólares. Está claro que todos tienen un caché y seguro Momoa ha exigido cobrar lo que se merece, aparte que igual da la sensación que Netflix aún se encuentra en fase de buscar (y pagar) por contenidos potentes. Pero aunque hay alguna escena acertada, sobre todo al principio, en general algunos pasajes del sueño como es todo lo referido a la ciudad me han parecido bastante montoneros siendo generosos. Y entiendo que quizá se han planteado NO ir por el naturalismo en las imágenes del mundo de los sueños, cosa entendible, pero eso es una cosa y otra que parezca que les da igual que el resulta final luzca cutre porque al fin y al cabo es una película para niños.
En este sentido, dentro que me ha gustado la película y ha cubierto de sobra el objetivo de entretenimiento un lunes por la noche, la verdad es que hay muy pocas destacables de la película o que hagan que la vaya a recodar dentro de seis meses. La química y el corazón de Momoa y Nemo y poco más, la verdad. En líneas generales, entra en la categoría de película funcional de Netflix.
Comparto el trailer de la película:
El país de los sueños es una correcta película familiar que cumple de sobre su función de entretenimiento, pero que queda lejos de ser una película memorable. De hecho, ya me estoy olvidando de ella.
PUNTUACIÓN: 6.5/10
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