Crítica de Puñales por la espalda: El misterio de Glass Onion de Rian Johnson (Netflix)

Justo a tiempo para Navidad llega a Netflix la segunda parte del éxito Puñales por la espalda, la actualización de los clásicos whodunnit realizado por Rian Johnson. El misterio de Glass Onion es su segunda parte.

PUNTUACIÓN: 7.5/10

Cuando el multimillonario Miles Bron (Edward Norton) invita a algunos de sus allegados a una escapada a su isla griega privada, pronto queda claro que no todo es perfecto en el paraíso. Y cuando alguien aparece muerto, ¿quién mejor que Benoit Blanc para desentrañar todas las capas del misterio? Secuela de «Puñales por la espalda».

Rian Johnson vuelve a escribir el guion de la película además de dirigirla. La película de 139 minutos de duración y un presupuesto de 40 millones de dólares cuenta con fotografía de Steve Yedlin, montaje de Bob Ducsay y música de Nathan Johnson.

Además del incombustible Daniel Craig como el detectiva Benoit Blanc, la película presenta en esta película a un all-star actoral, con Edward Norton, Janelle Monáe, Kathryn Hahn, Leslie Odom Jr., Jessica Henwick, Madelyn Cline, Dave Bautista, Kate Hudson y Ethan Hawke.

Entrando a valorar la película, parece que los whodunnit están de moda. Glass Onion es una película super divertida en la que Rian Johnson parece empeñado en romper todos los tópicos del género. Dentro que el reparto está muy bien, si hay que destacar a alguien sería a Janelle Monáe, que sería de alguna manera la Ana de Armas de esta película, el personaje más interesante que aporta el giro de la trama que lleva a la película a una dirección diferente.

Dentro que la película es super entretenida y su visionado se ve en un suspiro, quizá me da la sensación que Johnson está más interesado en criticar elementos y personas reales que en crear personajes carismáticos que nos atrapen como si consiguió la primera Puñales por la espalda, que encuentro que es muy superior a esta segunda película.

Porque Glass Onion hace una crítica nada sutil a Elon Musk, interpretado en un ejercicio de metatextualidad por Edward Norton, actor de gran talento que ha sido acusado de ser demasiado posesivo y controlador, alguien difícil de trabajar con él. El chiste en este caso es casi más hacia Norton que hacia Musk, aunque la película no hace más que destacar las excentricidades y locuras del ¿genio? de Sudáfrica.

La película además invierte un tiempo importante en reírse de las personalidades de las redes sociales, indicando que desde luego no merecen el tiempo que la gente invierte en ellos, aparte que si consiguen el éxito o la popularidad no es porque sean buenos sino porque se invierten muchos recursos en hacer que parezcan populares. En este sentido, los personajes de Dave Bautista y Kate Hudson son super evidentes y nada sutiles.

En todo este tiempo no he mencionado a Daniel Craig, y es porque no acabo de conectar con Benoit Blanc. Por un lado veo a Craig super cómodo con el personaje, pero a la vez siento que le falta el carisma y la presencia que se supone al protagonista de una película de investigación de este tipo. Es cierto que el hecho que el asesinato que se investiga no sea el que creemos en un primer momento, de nuevo Johnson rompiendo los tópicos del género, hace que Craig pierda el protagonismo frente al personaje interpretado por Janelle Monáe. Pero eso no evita que sienta que al menos yo esperaba algo más de Craig, que me recuerda en esta película que no tiene el carisma que la gente dice que tiene.

Por otro lado, Johnson hace una deconstrucción al género del whodunnit que es a la vez una crítica al género en su conjunto, mostrando su irrelevancia en el mundo real (y sobre todo en los tribunales), en los que son necesarias pruebas físicas que conecten al asesino con la víctima más allá de interesante conexiones lógicas contadas en un salón en el climax final de la historia. El caso es que veo muchos elementos interesantes en la película que me muestran a un Johnson que ha pensado mucho en su historia y, sobre todo, en el género en el que se engloba, antes de ponerse a escribirla.

Y sin embargo, dentro de su elevado factor de entretenimiento, Glass Onion es bastante inferior a su primera película.

Por un lado, hay un primer elemento que me molesta un poco y es el tema de Elon Musk. Tengo claro que hacer una película es una producción compleja que lleva su tiempo, de forma que si llega a Netflix en Navidades es porque Johnson empezó la producción mínimo hace dos años. En este sentido, Johnson se ha mostrado casi como un visionario, porque Glass Onion ha llegado en el momento justo para unirse a la campaña de desprestigio hacia el empresario que están realizando los demócratas que controlan la mayoría de medios de comunicación y desde luego la mayoría del entretenimiento mainstream desde que se confirmó que alguien de derechas expresaba su interés por comprar Twitter. Ciertamente Musk es un personaje cuestionable y desde luego no me gustaría tenerle de jefe, pero la campaña contra él me parece repugnante. Un campaña realizado por personas que no tenían ningún problema en que se coartara la libertad de expresión en esa red social de la gente con opiniones diferentes a la suya y ahora se rasgan las vestiduras ante la mera especulación sobre que igual ellos pueden ser los que sufran limitaciones.

Que Johnson parezca más interesando en el elemento metatextual de Glass Onion y en que los personajes puedan ser analizados cono iconos que representen a un elemento de la sociedad actual hace que el guion como digo me parezca muy interesante, pero a la vez provoca que la película en si sea mucho menos entretenida que la primera parte y desde luego, sus personajes resulten muchísimo menos interesantes. De alguna manera, me gusta la idea de la película de mostrar a «ricos llorando» que desde luego no merecen la atención que reciben del mainstream del entretenimiento.

Pero como digo, dentro que hay muchas cosas que me gustan y me resultan interesantes, también hay algo en la historia que impidió que hiciera click en mi durante su visionado y que me flipara como me hubiera gustado. En este contexto, que entre numerosos personajes penosos moralmente cuestionables, justo sea la mujer afroamericana el personaje positivo más capaz, inteligente y carismático del reparto de sospechosos es algo que ni molesta, a pesar de ser un elemento wokísimo metido en vena en la historia.

Parece que la critico mucho, pero la verdad es que me ha gustado Glass Onion y no me importaría que Netflix se animara a producir una tercera película de esta serie de Puñales por la espalda, que seguro veré cuando se estrene.

Comparto el trailer de la película:

El misterio de Glass Onion es una película super entretenida que resulta perfecta para estas Navidades, aprovechando su estreno en Netflix.

PUNTUACIÓN: 7.5/10

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