Más de 35 años después, he vuelto a leer El retorno de los dragones, la primera novela de la serie Crónicas de la Dragonlance de Margaret Weis y Tracy Hickman, uno de los libros claves que afianzaron mi afición por la lectura.
PUNTUACIÓN: CLÁSICO ENTRE LOS CLÁSICOS
Son amigos de toda la vida que siguieron caminos distintos. Ahora vuelven a reunirse, aunque cada uno oculta a los demás algún secreto en particular. Hablan de un mundo sobre el que se cierne la sombra de la guerra, cuentan historias de extraños monstruos, de criaturas míticas forjadas en la leyenda, pero no dicen nada de sus secretos.
Al menos, no por el momento. No los revelarán hasta que se encuentren con una hermosa y enigmática mujer, que porta una vara mágica. Ella hará que el grupo de amigos se vea inmerso en las sombras, y que sus vidas cambien para siempre, al tiempo que forjan el destino del mundo.
Nadie esperaba que fueran unos héroes. Y ellos, menos que nadie.
Esta compañía de héroes está formada por Tanis Medio Elfo, un medio elfo bastardo y el líder del grupo, dividido entre la mujer humana Kitiara y la elfa Laurana; Sturm Brightblade, escudero de los Caballeros de Solamnia y hombre profundamente honorable; Goldmoon, hija del jefe de la tribu Que-Shu, portadora del Báculo de Cristal Azul y primera clériga del bien desde el Cataclismo; Riverwind, guardaespaldas e interés romántico de Goldmoon; Caramon Majere, un guerrero enorme, musculoso y a veces lento de mente, con un profundo afecto por su hermano; Raistlin, un mago cínico, sarcástico y físicamente frágil, del que desconfían la mayoría del grupo. El grupo lo completan, Flint Fireforge, un viejo enano rudo y viejo amigo de Tanis, y Tasslehoff Burrfoot, un kender alegre, no tan inocente con las manos más rápidas del mundo para llevarse «sin querer» objetos ajenos.
Margaret Edith Weis (Misuri, 1948) es una escritora estadounidense especializada en la novela fantástica y en la ciencia ficción. Junto a Tracy Hickman, creó el universo literario y de juegos de rol Dragonlance. En 1983, Weis se presentó al puesto de editora de juegos en TSR, Inc. puesto para el que fue rechazada. Sin embargo , consiguió el trabajo de editora de libros, en el que trabajó hasta 1986. Uno de sus primeros trabajos fue ayudar a coordinar, junto a Tracy Hickman, «Project Overlord», que debía incluir una novela y tres módulos para AD&D. Weis y Hickman idearon la trama de la novela y contrataron a un escritor para que escribiera la novela. Como esta idea no funcionó, Hickman y Weiss decidieron escribir ellos mismos la primera novela de la serie. «Project Overlord» pronto pasó a llamarse Dragonlance y se convirtió en una trilogía de novelas, Las crónicas de la Dragonlance, y quince módulos interconectados. Weis y Hickman también escribieron la siguiente trilogía, Leyendas de la Dragonlance, que se publicó en 1986.
Tracy Raye Hickman (Utah, 1955) es un autor estadounidense de fantasía y creador de juegos de rol. Escribió las novelas de Dragonlance con Margaret Weis. También escribió material para juegos de rol mientras trabajaba para TSR, además de coescribir novelas con su mujer, Laura Hickman. Es autor o coautor de más de 60 libros. Su mujer Laura le introdujo por primera vez al mundo de Dungeons & Dragons (D&D) poco después de casarse. Juntos, Tracy y Laura escribieron las versiones originales de los módulos de aventura Rahasia y Faraón, publicándolos de forma privada. Cuando Tracy y Laura Hickman viajaban de Utah a Wisconsin para unirse a TSR, empresa que publicó los juegos de Dungeons & Dragons donde llevaron sus juegos, Hickman concibió la idea de una ambientación que volviera a hacer temibles a los dragones. En TSR encontró a otros creadores interesados en su proyecto, que se llamó «Proyecto Overlord». Cuando TSR anunció su intención de desarrollar la serie de aventuras de rol basadas en dragones de Hickman, esto dio lugar a las Crónicas de la Dragonlance, y al inicio de su asociación con Margaret Weis.
Las crónicas de la Dragonlance son uno de los libros de mi vida. Fue publicado en España por Timun Mas en 1986, por lo que yo lo debí leer con 12 o 13 años. El impacto que tuvo El retorno de los dragones en mi fue tremendo, y a partir de él surgió el ansia por buscar otros libros de fantasía, empezando por El Señor de los Anillos de Tolkien. Cuando leí esta novela, no sabía nada de la historia editorial que acabo de comentar o que había nacido como una novelización de unos módulos de Dungeons & Dragons. Ni falta que hacía. Los personajes eran tan carismáticos, sus dramas tan reales y la aventura tan grande, que me impactaron muchísimo. Y me hicieron querer leer más de este mundo fantástico.
Reconozco que es fallo mío, pero hasta hace poco nunca había releído ninguna novela, tengo tantas lecturas nuevas pendientes que no tengo tiempo de retomar antiguas. Coincidiendo con el confinamiento sí volví a leer la serie de Dune de Frank Herbert, y desde que vi el primer trailer de la nueva película de Dungeons & Dragons nació en mi unas ganas tremendas de volver a leer la Dragonlance, a ver qué sensaciones me recordaba. Y aunque me ha costado encontrar el momento para ponerme con esta novela, la experiencia ha sido super positiva. La novela cuenta con 480 páginas divididas en dos partes que me leí en dos días. De hecho, al haberlo leído de niño, reconozco que recordaba el libro como de mucha más extensión. Volver a encontrarme con Tanis, Raistlin, Caramon, Sturm o Goldmoon ha sido una pasada. Como las típicas comidas de antiguos alumnos donde te reencuentras con amigos que fueron muy importantes en un momento de tu vida, aunque luego la vida te llevara por caminos diferentes, pero sabes que la conexión va a estar ahí para siempre.
En esta relectura ya con un bagaje literario más amplio puedo notar la estructura y como los protagonistas son arquetipos de los personajes típicos de D&D, cada uno con una personalidad muy marcada. En muchos aspectos, ahora veo también muy clara la influencia de El Señor de los Anillos en esta historia, por ejemplo empezando con la reunión del grupo para realizar una misión inesperada, y en general del mundo de D&D con la propia estructura de las misiones. Al mismo tiempo, frente a la fantasía de Sanderson o Abercrombie con novelas larguísimas que se toman su tiempo para mostrar con gran detalle todos los aspectos de sus mundos, El retorno de los dragones es una novela que va a saco en las dos misiones que realizan estos héroes, con unas descripciones más bien justas, aunque suficientes. Además, el final de las dos partes de la novela resultan bastante anticlimáticos, siendo despachados en apenas unas pocas páginas. Y no es que la historia esté mal o la trama resulte insuficiente, aunque algunas soluciones si resultan un tanto gratuitas y planteadas con deus-ex-machina planteados en el momento. Pero si me sugiere un estilo de escritura menos profesional que el de los autores antes mencionados. De hecho, esta novela fue la primera obra publicada de Weis y Hickman, y creo que se nota que ambos escritores tenían mucho margen de mejora.
Hechas estas apreciaciones, lo cierto que es dan un poco igual porque la construcción de los personajes me parece soberbia y consiguen que conecte con la historia y sus protagonistas desde el minuto uno. El drama de Tanis y como se siente en medio de dos mundos sin pertenecer a ninguno, o la ambigüedad de Raistlin, que notas que está a punto de caer al lado oscuro y que la desconfianza de algunos de sus antiguos amigos no sin razón, me parece espectacular. Y así con todos, no quiero hacer una lista detallada de cada elemento que me ha gustado de cada uno. Weis y Hickman lo que realmente hacen bien es la caracterización y las interacciones entre ellos, y consiguen que seguir las peripecias de este grupo resulte una maravilla. Más que un análisis «objetivo» (cosa que en el fondo no existe), esta novela ha vuelto a conectar conmigo a nivel emocional, y me ha proporcionado un nivel de disfrute tremendo. NO le puedo pedir más a una novela de fantasía heroica.
Tras El retorno de los dragones, ya recogí de casa de mis padres La tumba de Huma, la segunda parte de la Dragonlance. Habrá que ver si también me la leeré en dos días, aunque igual tendría que espaciar un poco más su lectura para que el disfrute me dure un poco más. Me esperan unas semanas geniales mientras me leo todos los libros.
PUNTUACIÓN: CLÁSICO ENTRE LOS CLÁSICOS
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