Crítica de Nightwing 106-109 de Tom Taylor y Stephen Byrne (DC Comics)

Sin Bruno Redondo al dibujo Nightwing no mola ni la mitad. Esto se hace palpable en el último arco de la colección The crew of the crossed, que se ha desarrollado en los números 106 a 109 con guion de Tom Taylor, dibujo del artista invitado Stephen Byrne, y color de Adriano Lucas.

PUNTUACIÓN: 6.5/10

¡NIGHTWING SE VUELVE MARINO!

Navega por alta mar con Nightwing y Batgirl mientras atraviesan el océano en busca de la sociedad secreta The Hold que se remonta a cuando se fundó Blüdhaven. Ya vimos en Nightwing #99 que la cámara acorazada de esta sociedad tenía varias cajas fuertes… y aquí descubriremos que una tenía el nombre de Nightwing.

Nightwing se ha convertido en un comic de 40 páginas (con anuncions) con veinte páginas de historia principal más una historia de complemento de 8 páginas.

Mi primera crítica a Nightwing viene precisamente de la decisión de DC de añadir 8 páginas de historia para justificar el aumento de precio de este comic, que ha pasado de costar 3.99 US$ a 4.99 $ desde el número 101 USA. Y esta subida no sería importante si las historias de complemento fueran interesantes, cosa que no sucede. En los números 106 a 108 tenemos una historia en tres partes con guion de Michael W. Conrad, dibujo de Serg Acuña y color de Ivan Plascencia que es super chorra con un dibujo flojísimo con el que no he conectado nada. En el número 109 Tom Taylor escribe una historia que sirve de prólogo dentro de esta colección al evento Beast World que tiene dibujo de Sami Basri y color de Adriano Lucas. Y a pesar de estar Taylor, esta historia no evita tener cierta sensación de intrascendencia, sumado a otro dibujante poco interesante.

En todo caso, los problemas siempre surgen cuando algo empieza a no funcionar. Si la colección de Nightwing me flipara como hace un año, este aumento de precio no sería en absoluto un problema. Dicho esto, lo de las historias de complemento es una castaña que nunca funciona, y me molesta un poco que DC insista en este tipo de iniciativas.

Aprovecho para destacar las alucinantes portadas de Bruno Redondo para este arco, que acompañan este artículo. Redondo nos regala imágenes potentísimas que conectan la iconicidad de Nightwing con el mundo de los piratas que es el eje de la historia de este arco. Redondo como narrador es un dibujante brillante, pero brilla aún más desde el punto de vista artístico como creador de imágenes que venden el comic. ¡Qué bueno eres, Bruno!

El problema es que Redondo ya no es el dibujante de Nightwing y se limita a dibujar únicamente las portadas. En las últimas 9 grapas redondo sólo ha dibujado una, el chulísimo número 105 contado desde el punto de vista de Dick Grayson. Rise of the Underworld, el arco de los números 101-104 con los Titanes de invitados especiales en que se enfrentaron a Grinning Man y Neron tuvo dibujo de Travis Moore, este arco pirata ha sido dibujado por Stephen Byrne y los próximos números con el tie-in de Beast World (de momento los números 110-112) tendrán a Sami Basri de dibujante, que no me ha gustado nada en la historia de complemento del número 109. Y la diferencia es abismal.

Stephen Byrne no es un mal dibujante, pero tampoco es alguien especialmente bueno. Entra en la cada vez más numerosa categoría de dibujantes «correctos» que pueblan los comics de Marvel y DC, gente que cumple plazos de entrega y plasman en imágenes la historia de los guionistas de forma funcional y sobre todo, sin personalidad. Y si algo tenía el comic de Nightwing hasta ahora con Redondo, era personalidad.

Excepto casos puntuales, Marvel y DC han optado por dejar en segundo plano a los artistas resaltando su naturaleza intercambiable, como si diera igual que un comic lo dibuje Redondo o cualquier otro artista. Y este arco es una buena prueba de ello. Taylor plantea en todas las grapas momentazos para que el dibujante se luzca, pero cuando Redondo provocaba WHOA!! en cada página, Byrne ofrece unas escenas de acción rutinarias con planos que no ofrecen ninguna brillantez visual. En este sentido, hay un par de páginas con splash-pages fija en la que Nightwing se va moviendo por la imagen, algo en lo que Redondo es un maestro, que en manos de Byrne nos ofrece momentos sin chispa ninguna.

Pero no es sólo en la parte espectacular y en la acción donde flojea Byrne, porque en lo relativo a las caracterizaciones dibuja a Nightwing y a Bea Bennett, la coprotagonista del arco, siempre con la misma expresión. Da igual si un personaje es acuchillado, está contento o enfadado, la falta de emociones reales es otro problema de un dibujo que he encontrado bastante flojo. Sobre todo, pensando en de donde veniamos con el artista castellano manchego.

Por supuesto, en un comic la historia es importante, pero es el dibujante el que hace que el conjunto tenga el salto de calidad. Y Tom Taylor sigue escribiendo a Dick con la empatía y humanidad como el año pasado. Pero el comic no es lo mismo. Y no lo es precisamente porque Nightwing ha perdido la personalidad de Bruno Redondo, que para mi era igual de importante que el guion de Taylor.

En lo referente a la historia, más allá de la trama pirata, Taylor utiliza este arco para recuperar a una secundaria de la etapa anterior a él, Bea Bennett, que fue pareja de Dick cuando estaba amnésico tras recibir un tiro en la cabeza. (Si, eso pasó. Aunque a veces queramos mirar hacia otro lado y hacer como si no existió). Me gusta la forma en que Taylor construye el mundo de Dick y en este caso incorpora elementos pasados incluso cuando provienen de comics que no son demasiado buenos. Tras este arco, imagino que Bea Bennett se convertirá en secundario recurrente de la colección, que en ningún caso amenaza a Barbara Gordon como interés romántico de Dick.

Dicho esto, Taylor destaca por las caracterizaciones, pero sus guiones en la parte de historia superheroica siempre han sido un poco chof. Hasta ahora, que pasaran pocas cosas interesantes se «perdonaba» porque Redondo molaba 1000, pero en el momento en que el dibujo flojea es cuando te das cuenta que el guion tampoco es que sea ninguna genialidad. Con Redondo Nightwing era el mejor comic de DC, algo que dejó de ser cuando empezó a publicarse World´s Finest de Mark Waid y Dan Mora. Pero ahora que el dibujo es montonero, esa valoración se traslada también a la historia.

Sin Bruno Redondo Nightwing es un comic más, ha perdido toda la iconicidad, personalidad y salto de calidad inicial. Aunque en realidad no le encuentro problemas importante, la historia de Taylor no pasa de correcta. Si tenemos en cuenta esto, la subida de precios por unas historias de complemento sacacuartos y que el próximo arco es un tie-in del evento Beast World de Titans que no compro, se me plantea el momento perfecto para dejar de comprar esta colección. Hemos tenido 20 números estupendos de Nightwing, pero el desgaste se ha hecho más que evidente a lo largo de este 2023. Una pena.

Comparto las primeras páginas de este número:

Sin Bruno Redondo Nightwing es un comic más. Uno que voy a dejar de comprar. Qué pena.

PUNTUACIÓN: 6.5/10

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