Crítica de Biblioteca Marvel: La Patrulla-X vol. 4 de Stan Lee, Roy Thomas y Werner Roth (Marvel Comics – Panini)

El cuarto volumen de la Biblioteca Marvel: La Patrulla-X trae la novedad de la sustitución de Stan Lee en los guiones, que da paso a un jovencísimo Roy Thomas como guionista de la serie, manteniéndose Werner Roth en el dibujo con Dick Ayers en el entintado.

PUNTUACIÓN: CLÁSICO DURILLO

Es más que un cómic: es una máquina del tiempo. El regreso de Magneto precede al debut de El Mímico, el único superhombre capaz de imitar los poderes de todos los miembros de La Patrulla-X. En este tomo descubrirás también el origen del Profesor Xavier, en la primera de las historias escritas por Roy Thomas después de sustituir a Stan Lee. ¡Es el comienzo de una nueva era para los mutantes de Marvel! Contiene los correos de lectores de la edición original. ¡Biblioteca Marvel, como siempre y mejor que nunca! ¡No puedes perderte esta edición histórica!

Este volumen recopìla los números 18-23 USA, publicados en 1966.

Las seis grapas que componen este cuarto volumen de la Biblioteca Marvel de La Patrulla-X se dividen en una primera grapa, el número 18 USA, para cerrar la trama de Magneto que nos dejó el cliffhanger del volumen aterior, un número suelto con la presentación de Mímico, un villano que puede copiar las habilidades del grupo (nº 19), y dos historias de dos números de extensión. La primera contra Lucifer (nos. 20 y 21), el villano que dejó inválido a Charles Xavier, y la segunda (nos. 22 y 23) reutilizando al Conde Nefaria, al que vimos en Los Vengadores y que también se enfrentó a Iron Man en Tales of Suspense.

Es importante destacar que Roy Thomas se convirtió en guionista de la serie a partir del nº 20 USA, sustituyendo al maestro Stan Lee. Y aunque era novato como guionista de Marvel, Thomas tenía 26 años en 1966, mostrándose en seguida digno de la confianza de Lee. Estos primeros números puede decirse que son continuistas, al usar Thomas a villanos ya inventados por Lee, en lugar de arriesgarse a crear personajes nuevos. Thomas se muestra como un buen conocedor de todo el universo Marvel, porque Lucifer es un villano de los mutantes, pero Nefaria y sus esbirros el Hombre Planta, Espantapájaros, Puercoespín, Anguila y Unicornio habían aparecido en otras cabeceras.

Thomas mantiene el melodrama de folletín con la no-relación entre Scott Summer y Jean Grey. Los monólogos interiores de ambos son continuistas respecto a lo visto hasta ahora, pero resultan un tanto ridículos vistos hoy en día, al llorar por las esquinas Scott porque ama a Jean pero no hace nada al respecto, al sentir que es un peligro para los demás. Al menos Jean si es proactiva, teniendo en cuenta que también afirma estar enamorada de él (no se sabe muy bien por qué), y le invita a cenar junto a ella y Ángel. Chafándole la fiesta a Warren, todo hay que decirlo. Hablando de Scott, resulta penoso verle abandonar el grupo un número por el miedo que tiene a hacer daño a alguien con sus poderes, para volver en ese mismo número y que nadie le pregunte nada. O que Xavier les de vacaciones y él se alquile una habitación en un hotel cercano porque no tiene donde ir o con quien.

Las historias de estas grapas son hijas de su tiempo, pero hay que reconocer que han envejecido tremendamente mal. Por ejemplo, en el número 20, primero del arco de Lucifer, en la primera mitad nos encontramos con que Mole y Unus, el Intocable se visten de X-Men para robar varios bancos. Y aunque los héroes evitan que se lleven el botín del segundo, en realidad escapan sin ser detenidos tras robar el primer banco con éxito. Pero es más, la reputación de la Patrulla-X queda muy dañada tras estos robos y no se ha hecho nada para repararla, al menos que se vea en la página.

Otro elemento que ha envejecido tremendamente mal son los poderes cambiantes de Charles Xavier y los villanos, y las tecnologías imposibles que justifican algunas de las situaciones. Entiendo que esto es también fruto de su tiempo, pero resulta lamentable ver a Magneto hipnotizar a los padres de Warren con su «atracción magnética», o que Nefaria envíe a Washington una imágenes sólidas de la Patrulla-X para incriminarles en sus crímenes. Y qué decir de su cúpula que cubre Washington y mantiene encerrada a la ciudad, un plan maléfico pensado para robar al gobierno… 100 millones de dólares. Que estos comics de Marvel fueran considerados «profundos» en los años 60 o incluso dirigidos a universitarios y no sólo a niños resulta un poco risible.

La mayoría de finales de estos comics resultan demasiado facilonas que llegan a resultar un poco ridículas, repitiendo Deus-Ex-Machina como que Magneto huya por la llegada de El Extraño, que Mímico crea que la máquina de su padre le aumentará los poderes mientras que Xavier sabe (vete tú a saber cómo) que se los va a quitar, o que el Jefe Supremo de la raza alienígena a la que pertenece Lucifer le destierre porque la Patrulla-X destruye a sus robots guardaespaldas (en serio). Y qué decir sobre el plan de Nefaria para robar dinero al gobierno. O que Xavier se saque de la manga una tecnología que le permite andar porque si. Incluso sabiendo el tipo de comics que son, tengo que reconocer que han envejecido tremendamente mal.

Por no decir sólo cosas negativos, en positivo tengo que decir que me gustan las caracterización de Scott, Jean, Bobby, Warren y Hank. Hablando de las Bibliotecas Marvel de Los 4 Fantásticos, Los Vengadores o incluso Nick Furia , he comentado que no me gustan nada los diálogos de Stan Lee por la forma en que convierten a los héroes en personas maleducadas y bordes con sus compañeros. Sin embargo, esta sensación no la he tenido jamás en los comics de La Patrulla-X, Stan Lee primero y Roy Thomas ahora han usado bien el elemento juvenil creando personalidades positivas que invitan a que los lectores nos podamos identificar con un personaje u otro. Sólo Scott es más pesimista y deprimente por el miedo que tiene a dañar a algún amigo con sus poderes, pero el resto transmiten un positivismo que me gusta mucho.

Otra de las constantes de estos comics es el protagonismo excesivo de Charles Xavier, que acaba siendo en muchos momentos quien salva la situación. De hecho, si me pongo a pensarlo, da las claves para derrotar a Mímico y a Lucifer, y ejecuta él mismo el plan para derrotar a Nefaria usando la misma tecnología de imágenes sólidas (si, es ridículo) que usó antes el villano. En 1966 Xavier es un héroe benigno que ayuda a la humanidad, y de alguna manera conecta con la idea de los héroes «científicos» que presentó Marvel en todas sus colecciones, un héroe que usa su inteligencia para vencer al mal. Esto sumado al elemento de ser el mentor de los jóvenes X-Men creo que es la clave que explica que en estos comics el papel principal está reservado a Xavier.

Gran parte del problema de estos comics añejos lo tengo en el dibujo de Werner Roth con entintado de Dick Ayer. Roth era un dibujante de amplísima experiencia en los años 50 y 60 que trabajó con el propio Stan Lee en los comic de romance o western. Cuando se planteó que empezara a dibujar comics de superhéroes de Marvel, Stan Lee pensó que la forma en que Roth se acostumbrara al tipo de narración de los nuevos comics de la editorial fue que Jack Kirby abocetara los comics y Roth los terminara, algo que vimos en el volumen anterior.

En estos comics Roth ya es artista completo, y siendo anatómicamente correcto, le falta toda la fuerza y el dinamismo que Kirby imprimía a sus páginas. Correcto es la palabra que más veces me viene a la cabeza cuando pienso en el dibujo de estos comics, aunque en este caso, resulta un antónimo respecto a otros calificativos que debería tener un comic de superhéroes, como «emocionante» o «potente». De hecho, algunas apariciones de los esbirros de Nefaria resultan un poco ridículas, casi como si llevaran disfraces de Halloween poco favorecedores.

Hay que reconocerle a Roth la dificultad que tenían estos comics al estar protagonizados por un grupo numeroso de héroes que había que colocar en las viñetas, consiguiendo que todo se entienda bien a pesar de la sensación de melé que hay en algunos momentos. Pero globalmente, esta sensación de corrección no es una buena noticia. Algo que se suma a las historias envejecidas contenidas en este volumen.

Cuando empecé la colección de la Biblioteca Marvel sabía de la naturaleza añeja de estos comics publicados hace 60 años. Pero mi afán completista pesó más que el atractivo de estos comics con ojos de 2024. Tenía ganas de comprar y poseer estos comics clásicos y no me arrepiento de estas compras.

Sin embargo, viendo este volumen me entra una duda sobre hasta cuando comprar la colección. Porque la mítica etapa de Neal Adams empezó en el número 55 USA. Y antes, Jim Steranko dibujó los números 50-51 USA que fueron super rompedores en su momento. Los comics de Steranko calculo que no se publicarán hasta el noveno volumen de esta colección, y los de Adams en el décimo. Esto significa que quedan 4 volúmenes con el actual equipo de un Roy Thomas novato con el correcto y muy poco emocionante Werner Roth en el dibujo. Tenía ganas de comprar estos comics hasta enlazarlo con la etapa de Claremont, para poder decir que poseo todos los comics clásicos de la Patrulla-X. Pero ahora que estoy en ello, no se si mi afán coleccionista vale tanto la pena.

Esta duda que tengo hoy me va a obligar a reflexionar sobre el alcance del coleccionismo. Tengo hasta agosto para pensarlo, dado que es cuando se publicará el quinto volumen.

Comparto las primeras páginas de este volumen, pertenecientes al número 18 USA:

Se lo que hay cuando compro la Biblioteca Marvel, pero tengo este cuarto volumen de La Patrulla-X se me ha hecho bola cuando lo leía.

PUNTUACIÓN: CLÁSICO DURILLO

Gracias por leer este post. Espero tus comentarios. Y si te gustó el artículo, te invito a que lo compartas en redes sociales y que te suscribas para que te lleguen las notificaciones de las próximas publicaciones. Y si quieres, puedes invitarme a un café.

¡Saludos a todos!

Deja un comentario

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.