Tras la brillante novela Children of time del escritor británico Adrian Tchaikovsky, me he lanzado de cabeza a leer Children of Ruin, la segunda novela dentro de esta serie de ciencia ficción.
PUNTUACIÓN: 8/10
La asombrosa secuela de Children of Time , la premiada novela sobre la batalla de la humanidad por la supervivencia en un planeta terraformado.
Hace miles de años, el programa de terraformación de la Tierra salió a las estrellas. En el mundo que llamaron Nod, los científicos descubrieron vida extraterrestre… pero su misión era sobrescribirla con la memoria de la Tierra. Entonces el gran imperio de la humanidad cayó, y las decisiones del programa se perdieron en el tiempo.
Eones más tarde, la humanidad y sus nuevos aliados arácnidos detectaron señales de radio fragmentarias entre las estrellas. Enviaron una nave de exploración, con la esperanza de encontrar primos de la vieja Tierra.
Pero esos antiguos terraformadores despertaron algo en Nod que era mejor no perturbar.
Adrian Tchaikovsky nació en Woodhall Spa, Lincolnshire, antes de ir a Reading a estudiar psicología y zoología. Por razones que ni él mismo conoce, acabó estudiando Derecho y ha trabajado como ejecutivo legal tanto en Reading como en Leeds, donde vive actualmente. Está casado, es un entusiasta de las partidas de rol en vivo y un actor aficionado ocasional, se ha entrenado en la lucha escénica y no tiene ningún tipo de mascota exótica o peligrosa, posiblemente a excepción de su hijo.
Adrian Tchaikovsky me voló la cabeza con su anterior novela Children of Time, empezando por su premisa de historia contada a lo largo de miles de años de evolución. Una evolución que afectará de forma diferente a una raza de arañas evolucionadas por ingeniería genética que se encuentra en el planeta respecto a los humanos se dirigen a lo largo de cientos de años hacia ese paraíso. Y es que tenemos tan interiorizada la ciencia-ficción espacial tipo Star Trek de razas alienígenas que son seres humanos con pelucas, que leer una historia original como esta que refleja las enormes diferencias entre especies realmente diferentes, me pareció un soplo de aire fresco alucinante al género de la ciencia ficción.
Una vez solucionadas las diferencias entre arañas y humanos, Children of ruin lleva la historia un paso más allá al presentar un nuevo planeta en el que los humanos llevaron a unos pulpos que evolucionarán durante milenios. Si en Children of time la novela estaba dividida en dos entre la raza humana en el espacio y la de las arañas en la superficie de su planeta, en esta novela aplica la misma estructura, aunque en este caso para mostrarnos la acción del presente con la llegada de la nave de arañas y humanos al sistema solar del planeta Nod, y otra parte para conocer el pasado del planeta y cómo los diferentes seres que allí se encuentran llegaron a donde están en el presente.
Hablaba antes de razas alienígenas, pero Tchaikovsky está increíble mostrando las diferencias a todos los niveles que tienen los pulpos respecto a arañas y humanos, y cómo estos animales no tienen centros lógicos que necesiten un idioma, al comunicarse por sentimientos y objetivos que deben ser resueltos como si de un problema de lógica se tratara. Que pueda hacerse esta maravilla usando animales de la Tierra nos indica que las posibilidades de crear seres diferentes son ilimitadas, y sólo dependen de la imaginación del autor.
Otro elemento que me gusta mucho de la novela es el punto de vista optimista y positivo que Tchaikovsky tiene de la comunicación, con una idea clave que si buscamos la forma, siempre es posible llegar a comunicarse y llegar a entendimientos incluso con aquellos con los que no tenemos nada en común. Frente a teorías como la de El Bosque Oscuro de Cixin Liu, que imaginan lo peor de una posible raza alienígena con la que pudiera encontrarse la humanidad, el mensaje de Tchaikovsky es mucho más positivo. Esto en lo referido a la ciencia ficción, pero el mensaje de concordia me parece una chulada muy interesante que tendría su equivalencia con los diferentes países y grupos sociales enfrentados en la actualidad por religión, raza o la búsqueda del poder, que están más pendientes de las diferencias que de aquello que nos une.
Dentro que todo en la novela me ha gustado, y el final a cuatro bandas (no desvelo el misterio) me parece estupendo, hay que reconocer que Children of Ruin no tiene la brillantez que encontré en Children of Time, al continuar de alguna manera la fórmula con una nueva especie, en este caso el pulpo. Dicho esto, hay tantas sorpresas y la evolución de todo está tan bien contada, que he disfrutado muchísimo la novela.
La lectura de esta novela de 565 páginas en inglés no me ha supuesto ningún problema importante y lo he disfrutado mucho. De hecho, aparte de descubrir que Tchaikovsky va a publicar en noviembre Children of Memory, la tercera novela de esta serie, me quedo con ganas de probar estas vacaciones otras novelas del autor, como The doors of Eden. A ver si saco tiempo y compro esta novela.
Si os gusta la ciencia ficción y la comunicación, la serie de Children of Time es un must-read absoluto, os la recomiendo completamente.
PUNTUACIÓN: 8/10
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