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Crítica de Mascarada de Terry Pratchett (Mundodisco 18)

Llevaba demasiado tiempo alejado del Mundodisco de Terry Pratchett. Quizá sea por eso, pero me lo he pasado genial con Mascarada, la décimo octava novela de la serie.

PUNTUACIÓN: 8/10

El mejor espectáculo nocturno del Mundodisco de Terry Pratchett.

Las brujas del pequeño reino de Lancre tienen el siguiente problema: solamente son dos. Y un aquelarre compuesto por Yaya Ceravieja y Tata Ogg siempre es una discusión inacabable y un dolor de cabeza, por no decir que ninguna de las dos sabe hacer bien las tostadas. Pero ya tienen en mente una candidata para hacer de tercera bruja… candidata que, por desgracia, se ha marchado a la gran ciudad. Concretamente a la Ópera de Ankh-Morpork, donde desde hace algún tiempo está muriendo gente en extrañas circunstancias y todo el mundo habla acerca de un misterioso pero familiar fantasma. Demasiado tentador para la bruja más famosa del mundo.

Esta es la historia del mejor espectáculo nocturno del Mundodisco de Terry Pratchett. Con asesinatos pegadizos que se pueden tararear. Gente cayendo como moscas entre bambalinas. Editores avarientos. Guardias. Brujas. Y un gato… la mayor parte del tiempo.

Desde hace más de tres décadas, Terry Pratchett ha fascinado a millones de lectores en todo el mundo con sus novelas fantásticas, divertidas y satíricas. Su prolífica obra consta de unos setenta libros, ha sido traducida a treinta y siete idiomas y lleva vendidos más de ochenta y cinco millones de ejemplares en todo el mundo.

Conocido especialmente por la aclamadísima serie del Mundodisco, en 2009 Terry Pratchett fue nombrado caballero de la excelentísima Orden del Imperio Británico por sus servicios a la literatura y siguió entregándose con pasión a la escritura hasta su fallecimiento en marzo 2015, a la edad de 66 años.

Los libros publicados en castellano de la serie del Mundodisco son: El color de la magia, La luz fantástica, Ritos iguales,  Mort,  Rechicero , Brujerías, Pirómides, ¡Guardias! ¡Guardias!, Fausto Eric, Imágenes en acción, El segador, Brujas de viaje, Dioses menores, Lores y damas, Hombres de armas, Soul Music, Tiempos interesantes , Mascarada , Pies de barro, Papá Puerco, ¡Voto a bríos!, El país del fin del mundo, Carpe jugulum, El Quinto Elefante, La verdad, Ladrón del tiempo, El ultimo héroe (edición ilustrada), El asombroso Mauricio y sus roedores sabios, Ronda de noche, Los pequeños hombres libres, Regimiento monstruoso, Un sombrero de cielo, Cartas en el asunto, ¡Zas!, La corona de hielo, Dinero a mansalva, El atlético invisible, Me vestiré de medianoche, Snuff, A todo vapor y La corona del pastor.

Los libros del Mundodisco son siempre super divertidos. Pero de todos ellos el ciclo de las brujas puede ser de lo mejor que nos ha dado el escritor británico. Yaya Ceravieja y Tata Ogg son dos encantadoras abuelitas cuyo super poder parece conseguir que todo vaya en la dirección que necesitan, y ofrecen un mundo de lógica inapelable que contrasta con el resto de personajes alocados que pueblan este mundo. Los diálogos entre ellas son siempre fenomenales, y la forma en que unas mujeres de pueblo se camuflan entre la alta sociedad que asiste a la época me parece buenísima. Dicho esto, ¿Que no necesiten usar la magia no es prueba más que de sobra que la magia existe y está a su alrededor?

El mundo de la ópera resulta ser un blanco perfecto para la ironía de Pratchett, al resaltar de la forma más divertida que se trata de historias ridículas sin sentido mal interpretadas que sirven para que gente que no sabe nada de música se las den de entendidos. Las situaciones que se generan en el teatro son hilarantes a partir de la clásica frase «the show must go on». Continuar a cualquier precio, no importa que haya un cadáver o que el teatro se venga abajo. Otra idea que me encanta es la contraposición entre el pozo sin fondo para snobs que es la ópera frente al nuevo negocio que han resultado ser los musicales, algo claramente diferente para Pratchett que puede ser disfrutado por la gente normal. La forma que Pratchett nos muestra la producción de una obra y las tensiones que se producen entre bambalinas es otra de las gracias de la novela.

Como siempre los símiles y las comparaciones de Pratchett me mantuvieron con la sonrisa en la cara desde la primera página y hasta el final, me lo he pasado como un niño pequeño el día de navidad. Resulta maravilloso leer la novela número 18 de una serie de un autor que aún resulte super satisfactoria y super divertida. De hecho, me dejó con ganas de comprar lo antes posible Pies de barro, la 19a novela que vuelve a estar protagonizada por la Guardia de la ciudad de Ankh-Morpork.

PUNTUACIÓN: 8/10

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Crítica de Renfield de Chris McKay

Con algo de retraso he visto Renfield, la película de Chris McKay con Nicholas Hoult y Nicolas Cage con una versión divertidísima y over-the-top de la relación entre Drácula y su sirviente.

PUNTUACIÓN: 7.5/10

Renfield es el torturado asistente del vampiro más narcisista de la historia: Drácula. Renfield se ve obligado a procurarle víctimas a su amo y hacer todo aquello que este le ordene, por inmoral que sea. Pero ahora, tras siglos de servidumbre, Renfield está listo para descubrir si hay vida lejos de la alargada sombra del Príncipe de las Tinieblas. ¿El problema? Que no sabe cómo romper esa relación de dependencia.

Christopher McKay (1973), es un cineasta y animador estadounidense conocido por dirigir y editar tres temporadas de Robot Chicken y dos temporadas de Moral Orel. Debutó como director de largometrajes con The Lego Batman Movie (2017), y ya en imagen real ha dirigido The Tomorrow War (2021). Renfield es su tercera película como director.

Renfield nace como un argumento de Robert Kirkman, el brillante guionista de comics como The Walking Dead e Invincible, que es además productor de la película. El guion definitivo fue escrito por Ryan Ridley. La película de 93 minutos de duración cuenta con fotografía de Mitchell Amundsen, montaje de Ryan Folsey, Giancarlo Ganziano y Zene Baker y música de Marco Beltrami. Lamentablemente, la película ha sido un fracaso de taquilla, al recaudar apenas 25 millones para un presupuesto de 65 millones.

En el reparto tenemos a Nicholas Hoult como Renfield, el sufrido sirviente de Drácula, interpretado por un loquísimo y perfecto Nicolas Cage. Awkwafina es Rebecca, una agresiva policía de tráfico que trabaja para el Departamento de Policía de Nueva Orleans y vive traumatizada por el asesinato de su padre por la familia criminal Lobo que domina la ciudad. Ben Schwartz es Tedward Lobo, el hijo de Bellafrancesca (Shohreh Aghdashloo) la matriarca de la familia Lobo.

Me ha pasado algo curioso con Renfield, por llamarlo de alguna manera. Hace meses me enteré que Kirkman era el creador de la historia y productor de la película, lo que animó a verla. Sin embargo, cuando finalmente se estrenó no recordaba la relación de Kirkman con la película, y la verdad es que la patochada que se intuía en las imágenes promocionales teniendo a Nicholas Cage de protagonista no me hizo que quisiera verla. O por decirlo bien, otras películas estrenadas en las mismas fechas como Posesión Infernal: El despertar me apetecieron más a la hora de entrar en el cine. Esta semana volví a leer el dato de Kirkman preparando una reseña del blog, lo que me hizo ver el trailer que a su vez provocó que tuviera que ver la película. Y la verdad es que Renfield me ha encantado.

La película tiene el centro en el conflicto de un joven (congelado en el tiempo) Renfield para escapar de años de abusos que sufre a manos de Drácula. Como concepto es una idea que conecta completamente con la comedia Lo que hacemos en las sombras, aunque luego ambas historias sean totalmente diferentes. Esta similitud tampoco jugó a favor de la película, la verdad. El depresivo Renfield asiste a reuniones de terapia de grupo y recibe el empujón necesario para abandonar a Drácula cuando ve cómo la policía Rebecca no se arruga ante un mafioso de la familia Lobo cuando la encañona en un ataque a un restaurante.

Hoult, Cage y Awkwafina me parece que están super bien en la película. El elemento histriónico y exagerado de Cage funciona perfectamente con el tono de comedia over-the-top, y escucharle en la V.O. es una delicia de principio a fin. Y esto lo digo cuando no suelo conectar con el Cage más desatado de las películas de serie Z que protagoniza en los últimos años. Hoult borda el papel de freak fuera de su zona de confort que se sabe víctima de abusos pero no sabe cómo salir de la rutina en la que está inmerso. Por su parte, Awkwafina no tendría que funcionar como una dura policía, pero en este contexto humorístico lo hace, añadiendo una ligera capa de persona marcada por la muerte de su padre. La química de Hoult con sus compañeros me parece que funciona de forma estupenda.

La película va al grano desde el primer minuto resaltando el tono de comedia. Empezar la película recreando la película de Drácula de Bela Lugosi pero sustituyendo a los actores clásicos por Cage y Hoult me ha parecido una genialidad. Aparte de varios gags visuales buenísimos hay un montón de situaciones super divertidas gracias a unos diálogos con chispa, por ejemplo en las sesiones de terapia de grupo de Renfield. Además, la duración de 93 minutos me parece perfecta, porque también hay que reconocer que la historia no da más de si, al repetirse en algunos momentos la misma situación de abuso de Drácula a Renfield.

Pero lo mejor de Renfield es cuando la película se transforma de una teórica historia de terror con toques de humor a una película de superhéroes con seres con super poderes que cortan cabezas y arrancan brazos que usan para golpear a otros oponentes hasta su muerte. La hiper-violencia tiene un tono cómico que me parece una genialidad, y sólo por estos momentos de gores merece la pena ver la película. En estos momentos fue cuando vi el toque de Hickman y su conexión a Invencible, y me ha flipado.

Buscando algún elemento menos bueno a una película que me ha gustado, hay que reconocer que en el fondo esta película es una historia de un único chiste que no da más de si cuando giramos varias veces sobre lo mismo. Pero la duración super ajustada y la violencia over-the-top me han ganado completamente. Creo que todos los fans de la serie Ash vs Evil Dead y por supuesto el comic de Invencible de Kirkman, por poner dos ejemplos, van a disfrutar un montón esta película,

Da la sensación que los productores dejan la película con un elemento lo suficientemente abierto para que pudiera haber una continuación en caso que la película hubiera tenido éxito en taquilla. No ha sido así. yo soy la prueba de espectador público objetivo que me costó verla porque no sabía si la mezcla de tantos elementos contrapuestos funcionaría todo lo bien que lo hace. Y es una pena que una película que innova presentando una historia que no sea terror trillado o comedia al uso no consiga llamar la atención del gran público precisamente por esta originalidad y esta cualidad de crossover de géneros.

En todo caso, decir también que el problema de este fracaso viene a partir de la fecha de estreno, al tener un montón de películas similares que no cabe duda han llamado mejor la atención de los espectadores. A la antes mencionada Posesión Infernal habría que sumarle Oso visioso, El exorcista del Papa o la última película de Scream.

Comparto el trailer de la película:

Renfield es una comedia super sangrienta y divertida que me ha gustado mucho más de lo que esperaba gracias a su tono irreverente y over-the-top. Una película super recomendable cuya apreciación creo que aumentará cuando se estrene en plataformas y pueda verla el gran público que se abstuvo de verla en los cines.

PUNTUACIÓN: 7.5/10

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Crítica de Oso vicioso de Elisabeth Banks

Con algo de retraso pude ver Oso Vicioso, mezcla de comedia super over-the-top con película de terror survival en su vertiente de monstruo dirigida por Elisabeth Banks que me ha hecho pasar un rato estupendo.

PUNTUACIÓN: 7.5/10

Un variopinto grupo formado por policías, delincuentes, turistas y adolescentes converge en un bosque de Georgia donde un oso negro de 500 libras se vuelve loco después de ingerir cocaína, que cayó del avión de un narcotraficante.

Elizabeth Banks (1974) es una actriz y directora de cine estadounidense. Es conocida por interpretar a Effie Trinket en la serie de películas Los juegos del hambre (2012-2015) y a Gail Abernathy-McKadden en la serie de películas Pitch Perfect (2012-2017). Debutó como directora de cine con Pitch Perfect 2 (2015), cuya recaudación de 69 millones de dólares el fin de semana de su estreno estableció un récord para una directora novel. Posteriormente dirigió, escribió, produjo y protagonizó la comedia de acción Los ángeles de Charlie (2019).

Oso vicioso (Cocaine Bear en el original), cuenta con un guion de Jimmy Warden que se inspira libremente en la historia real del «Oso de la Cocaína», un oso negro estadounidense que ingirió casi 34 kg de cocaína perdida. La película de 95 minutos de duración tiene fotografía de John Guleserian, montaje de Joel Negron y música de Mark Mothersbaugh. Curiosamente, la película fue rodada en el condado de Wicklow, Irlanda, en 2021, empleando la gran mayoría de sus 35 millones de presupuesto en la creación del oso digital protagonista, que fue creado por Weta FX.

Oso visioso es una película coral. En el reparto encontramos a Keri Russell como Sari, Alden Ehrenreich (recordado por interpretar a Han Solo) como Eddie, O’Shea Jackson Jr. (hijo de Ice Cube) como Daveed, Ray Liotta como Syd, Isiah Whitlock Jr. como Bob, Brooklynn Prince como Dee Dee, Christian Convery como Henry, Margo Martindale como Ranger Liz, Jesse Tyler Ferguson como Peter, Kristofer Hivju como Olaf (Kristoffer) y Hannah Hoekstra como Elsa.

Me encanta el título original de Cocaine Bear. Oso vicioso creo que no llega a reflejar el elemento over-the-top de tener a un animal sufriendo un sobredosis de droga. Y la película me parece que da justo lo que se espera, con un humor gore que consigue que la película sea pura diversión. Las muertes que hay, menos de las que uno pensaría a priori, son buenísimas, de las que si hubiera visto la película en Sitges en lugar de en una sesión con otras 3 personas, hubiera provocado que me levantara a aplaudir. Hay que aplaudir el tono de comedia a pesar de haber muertes muy gores, que la película no se tome muy en serio a si misma creo que es otra de las claves de su éxito.

En esta película el CGI del oso era clave, y dentro que en algunos momentos se nota el efecto, creo que está bastante bien. El tono de comedia también ayuda a que no te tomes muy en serio lo que estás viendo, por lo que no es tan importante si el oso luce real o no tanto. Por cierto, que me pregunto si realmente está mal el CGI o es que las situaciones en las que meten al oso, como por ejemplo la escalada del árbol es tan imposible que no te puedes creer que eso sea real. Puede que esta segunda opción es más posible, la verdad.

El reparto coral creo que está muy bien, y sacan oro de unos diálogos de Jimmy Warden que me han parecido super tranchantes. En especial los niños que interpretan a Dee Dee y Henry tienen unas ocurrencias buenísimas, y me han encantado los papeles de Han Solo y del hijo de Ice Cube, que sacan oro de lo penosa de su situación. Me ha sorprendido además la aparición estelar de Ray Liotta, y en general el elemento redneck de algunos personajes ayuda a trasmitir el tono de comedia de la película.

Por cierto, me hace mucha gracia que al principio de la película, que está ambientada en 1985, empleen varios minutos con imágenes reales de la época en las que vemos algunas campañas de televisión de lucha contra el consumo de drogas, entre ellas, el anuncio de Nancy Reagan. Este intento de verosimilitud rompe completamente con la locura totalmente inventada que vamos a disfrutar justo a continuación. Y para mi funciona también a la perfección.

Oso vicioso no es una película que le vaya a cambia la vida de nadie, ni lo pretende. Pero sí destaco que no me había dado cuenta lo mucho que echaba de menos una comedia super bestia hasta que vi la película y la disfruté de principio a fin. Me he reído bien a gusto, la verdad. Soy el primero que tengo que reconocer que no suelo ir al cine a ver comedias, pero me alegro de haber visto este Oso vicioso.

Comparto el trailer de la película:

Oso vicioso es una película super divertida y over-the-top que me ha permitido disfrutar de 90 minutos geniales. No se le puede pedir más.

PUNTUACIÓN: 7.5/10

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Crítica de El triángulo de la tristeza de Ruben Östlund

Triangle of sadness del director sueco Ruben Östlund ha sido una de las sorpresas de los Oscars de este año, al ser nominada a mejor película, dirección y guion original, además de ganar la Palma de Oro del Festival de Cannes. Esto me animó a verla aprovechando su estreno esta semana.

PUNTUACIÓN: 6.5/10

Tras la Semana de la moda, Carl y Yaya, pareja de modelos e influencers, son invitados a un yate en un crucero de lujo. Mientras que la tripulación brinda todas las atenciones necesarias a los ricos invitados, el capitán se niega a salir de su cabina, a pesar de la llegada inminente de la célebre cena de gala. Los eventos toman un giro inesperado y el equilibrio de poder se invierte cuando se levanta una tormenta que pone en peligro el confort de los pasajeros.

Ruben Östlund (1974) es un cineasta sueco conocido por sus películas de comedia negra satíricas Fuerza mayor (2014), The Square (2017) y Triángulo de tristeza (2022), todas ellas con críticas mayoritariamente positivas y premiadas en el Festival de Cannes, incluida la Palma de Oro para las dos últimas. Triangle of sadness es su primera película rodada en inglés y ha conseguido una aclamación casi total.

Triangle of sadness es una coproducción entre Suecia-Francia-Reino Unido-Alemania. La película de 147 minutos de duración cuenta con fotografía Fredrik Wenzel, montaje por Ruben Östlund y Mikel Cee Karlsson, y música de Mikkel Maltha y Leslie Ming.

El reparto de la película está formado por Harris Dickinson como Carl y Charlbi Dean como Yaya, la pareja de jóvenes influencers y modelos que entran en la calificación de personajes «ostiables». El resto de personajes pasajeros o tripulantes del yate de lujo son Dolly de Leon como Abigail, Zlatko Burić como Dimitry, Iris Berben como Therese, Vicki Berlin como Paula, Henrik Dorsin como Jarmo, Jean-Christophe Folly como Nelson, Amanda Walker como Clementine, Oliver Ford Davies como Winston, Sunnyi Melles como Vera y Woody Harrelson como el capitán

Me ha gustado Triangle of sadness, pero sin más. El primer elemento que ya indica por donde van a ir los tiros es titular esta comedia negra con la referencia al término utilizado por los cirujanos plásticos para la arruga de preocupación que se forma entre las cejas, que se puede arreglar con botox en 15 minutos. Y es que Ruben Östlund tira contra todo en los larguísimos 145 minutos de película, empezando por la dictadura de la apariencia y lo vacíos que son los actores del mundo de la moda en el que englobo a los influencers e instagramers, representados en la película por la joven pareja formada por el modelo Carl y la instagramer Yaya.

La película está dividida en tres partes. La primera «Carl & Yaya» muestra a esta pareja egoísta y sin valores morales. Una crítica brutal hacia muchas jóvenes que de boquilla dicen ser super independientes y feministas, pero en el fondo aspiran a casarse con un hombre rico y ser su mujer trofeo, consiguiendo así satisfacer todos sus caprichos. Pero no es mucho mejor Carl, que expresa todo el rato que el dinero le da igual, pero es lo único que le interesa. El mordaz retrato de esta pareja unida sólo por conveniencia es muestra de algunos males de nuestra sociedad actual más pendiente de lo superficial que de lo verdaderamente importante.

En la segunda parte «El Yate» encontramos el grueso de una crítica brutal contra el mundo de los super ricos y en general, a las desigualdades del capitalismo. La forma en que la tripulación tiene que aguantar los caprichos más ridículos de los invitados, y lo vacía que es su vida en general permite al director ofrecer un montón de momentos bastantes divertidos, no de carcajada pero si lo suficiente para mantenerte intrigado durante prácticamente todo el reparto. En este apartado hay que resaltar a Woody Harrelson, cuya participación es apenas un cameo en una escena buenísima, que sirve también de crítica hacia todos los comunistas de salón que demuestran un gran conocimiento de la teoría pero no están dispuestos a abandonar sus privilegios.

En la tercera parte, «La Isla», los roles se invierten mostrando la inevitable destrucción del capitalismo cuando el pueblo llano se de cuenta que ellos son los verdaderamente poderosos porque son ellos los que saben cazar, pescar, cocinar y hacer fuego y sin ellos los ricos no son nada. Pero incluso esto acaba siendo un espejismo porque la fuerza de la sociedad capitalista es demasiado fuerte para dejarse vencer. El hecho de dejar el final abierto lo considero una genialidad, aunque al mismo tiempo también creo que es el recurso fácil. Un final que me recordó en cierto sentido a Parásitos cuando los pobres luchaban entre ellos por las migajas de ver quien conseguía quedarse el puesto de sirviente de los ricos.

Frente a la primera parte con unos diálogos bordeando lo ridículos que son Carl y Yaya, un ejemplo de vacuidad y egoísmo ridículamente celosos de cualquiera que pase por delante de ellos, la película cambia en la segunda parte para convertirse en un super over-the-top resaltando el tono de farsa de la historia, con unos gagas escatológicos que sorprenden en una película ganadora del Festival de Cannes. Y que reconozco que más allá de la sorpresa no me han hecho demasiada gracia.

No puedo evitar comentar que este mismo tipo de humor hecho por Jim Carrey tengo claro que sería calificado como una obscenidad sin gracia, pero si lo hace un director sueco la cosa se convierte en una genialidad. Con el agravante que la película estaba dejando clarísima su crítica bestial con el modo de vida de los ricos a costa de las personas normales trabajadoras, no necesitaba esto gags de caca-pedo-pis para resaltarlos.

El personaje de Carl sirve para romper muchas de las convenciones sociales en lo relativo al género en la tercera parte, pero resulta patético y ostiable en cada cosa que hace. La escena en la que él y dos personas más se comen de forma egoísta unos palitos salados a sabiendas que posiblemente es toda la comida que tienen y se la comen igualmente sin racionar nada ni pensar en los demás, es otro momento muy potente de la película. Sobre todo por la metáfora que significa de la sociedad de consumo actual en la que a la gente les da igual todo lo que no sea ellos y sus deseos egoístas del presente.

Como digo, la película tiene muchísima chica cuando piensas en todo lo que nos han contado y lo planteas como una metáfora de la sociedad. Por ejemplo, cuando una anciana rica fuerza a los tripulantes a «divertirse» tirándose por un trampolín a pesar de estar trabajando y sin pensar en lo que ellos querrían hacer. Lo que me recuerda a los trabajos digitales que pretenden que estés conectado las 24 horas del día. Y como esa, hay un montón más.

Como digo, la película me ha gustado, pero vuelvo a encontrarme una película ridículamente larga que sobrepasa todos los límites. Comentaba más arriba que a pesar de ver la película a las 22.00 h. en el cine no me ha aburrido y creo que no se me hizo demasiado larga. Pero estamos ante un nuevo caso de película con 10-15 minutos menos. La capacidad de síntesis de los directores actuales parece que ya no es un requisito esencial exigido por los productores, como era hasta hace ¿8-10 años?

Este detalle de la duración y los gags escatologicos no me han dejado disfrutar de la película como me hubiera gustado, pero entiendo que tiene un montón elementos super interesantes, a pesar de no conectar con el continente de la historia. En todo caso, no me arrepiento de haber visto esta película.

Comparto el trailer de la película:

Triangle of Sadness es una película curiosa que me ha mantenido divertido a través de su largo metraje, pero que al menos a mi no me va a dejar poso.

PUNTUACIÓN: 6.5/10

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Crítica de El Menú de Mark Mylod

No sabía que esperar de El menú, pero aparte del carismático reparto formado por Ralph Fiennes, Anya Taylor-Joy y Nicholas Hoult, saber que estaba dirigida por el productor de Succession Mark Mylod me animó a verla. Lo que no esperaba era encontrarme con una de las mejores películas del año.

PUNTUACIÓN: 9/10

Una joven pareja viaja a uno de los destinos más exclusivos del mundo para cenar en un restaurante que ofrece una experiencia culinaria única. Sin embargo, el chef (Fiennes) ha preparado un ingrediente secreto que tendrá un resultado sorprendente en los dos enamorados.

Mark Mylod es un director de cine y televisión británico y productor ejecutivo. Es conocido por su trabajo en las series de televisión Succession y Shameless, de las que ha sido productor ejecutivo. La película cuenta con un guion escrito por Seth Reiss y Will Tracy a partir de una historia de Tracy inspirada en la experiencia que vivió cuando cenó en el restaurante Cornelius Sjømatrestaurant durante su luna de miel. La película de 107 minutos de duración cuenta con fotografía de Peter Deming, montaje de Christopher Tellefsen y música de Colin Stetson.

La película destaca por su potente trio protagonista formado por Ralph Fiennes, Anya Taylor-Joy y Nicholas Hoult. Fiennes interpreta a Julian Slowik, un célebre chef y propietario del restaurante Hawthorne, mientras que Anya Taylor-Joy y Nicholas Hoult interpretan a los dos últimos comensales de su restaurante a los que les espera una experiencia única. Junto a ellos, Hong Chau, Janet McTeer, John Leguizamo y Reed Birney completarían el reparto en sus papeles principales.

Como decía, no sabía nada de The Menu más allá de la sinopsis a nivel general, pero siendo una película del productor de Succession, imaginaba que habría mucho humor negro y algo de crítica social. O al revés, mucha crítica social y algo de humor negro, en función de lo que fuera realmente la película. Además, Fiennes y Taylor-Joy son actores que hasta ahora han sabido elegir siempre proyectos interesantes, lo que ayudaba a la sensación que esta película había que verla en el cine.

Lo sorprendente es que me he encontrado un guion prácticamente perfecto que construye una historia que engancha desde el primer fotograma y te tiene enganchado hasta el final. Y en el que Fiennes y Taylor-Joy están increíbles en sus papeles protagonistas, con un carisma, una química en pantalla y una personalidad que se sale de la escala. Puestos a reconocerlo todo, si Taylor-Joy es guapa, verla maravillosa en traje de fiesta durante todo el metraje es una de las muchas guindas que tiene el pastel que es esta película.

No solo sólo la pareja protagonista, creo que todo el reparto está muy bien, cada uno con el papel que tiene que interpretar. Unido a esto, la producción es super acertada desde todos los puntos de vista. La duración de 107 minutos resulta perfecta para lo que nos quieren contar, y para ser una película contada casi completamente en una única localización, el ritmo me parece el adecuado, ya que están pasando cosas interesantes todo el rato que consiguen mantener la atención del espectador de principio a fin.

Dado que The Menu es una película que se construye a partir del giro, en esta sección no quiero comentar nada más que invitaros a ver la película en el cine. A ser posible, intentad no sabed nada de la historia, disfrutarla como yo lo hice. Es tan chulo cuando una historia te sorprende y te entretiene, y sabe crear un final perfecto como el que nos da esta película. De verdad, no os la podéis perder.

A partir de aquí voy a entrar a comentar aspectos clave de la trama CON SPOILERS, sigue leyendo bajo tu responsabilidad.

The Menu me ha flipado muchísimo, sobre todo por la crítica tan bestia que hace al mundo de la alta cocina y todo los personajes que revolotean a su alrededor. El papel de Ralph Fiennes como el perturbado chef Julian Slowik es excelente, y muestra la locura de un mundo en el que el postureo domina y donde parece que se han olvidado en satisfacer al comensal en pos de agrandar el ego del chef. Salía del cine pensando lo poco que va a gustar esta película a determinados ámbitos culinarios de nuestro país, y me encanta.

Hay tanta crítica hacia este mundo desde todos sus puntos de vista que me ha volado la cabeza. Empezando por la visita a las instalaciones para enseñar que todo es natural y ecológico y en todos los casos ha sido recolectado / pescado ese mismo día para el menú que se va a servir esa noche. También al mostrar a los miembros de la cocina como unos zombies miembros de una secta que viven en estado de semiesclavitud, lo cual me recordó la polémica con ¿Jordi Cruz? y cómo los grandes restaurantes de lujo cobran un pastizal mientras se nutren del trabajo de becarios a los que pagan una miseria (o directamente no pagan) para sacar adelante sus restaurantes.

El papel de Anya Taylor-Joy como la persona normal que ve que el emperador está desnudo y que lo que presenta el restaurante es una tomadura de pelo me ha encantado. Y como es lo suficientemente valiente para decirle a la cara al chef que un menú que te deja con hambre y que es tan frío con su propuesta «conceptual» que se ha olvidado de lo que tendría que ser lo principal, satisfacer a los comensales, es una bofetada en la cara a todos los chefs estrella que buscan protagonizar las portadas de los periódicos y aparecer en los principales programas de cocina que pueblan la parrilla televisiva.

La película no deja títere con cabeza en su crítica a otros aspectos alrededor del mundo de la cocina. Empezando por el personaje interpretado por Nicholas Hoult de forma brillante, el fan zombie de estos chefs que se cree un gran conocedor del mundo de la cocina cuando no sabe ni freir un huevo frito, que para mi es una alucinante critica a los instagramers e influencers actuales. «El gran cáncer de esta era que está matando este mundo» dice de ellos el chef Slowik, más o menos. Me moría de risa con él, y como él sigue embelesado por la comida y por chef incluso cuando empiezan a matar a gente a su alrededor.

Los guionistas disparan con bala hacia la crítica culinaria que es todo pretenciosidad, inventándose cosas que no están en el plato, y el palmero que la acompaña que no sabe nada y cuando ella dice algo automáticamente la da la razón afirmando que él también lo había notado. También para los ricos que pagan y van a cenar al restaurante muchas veces por el postureo pero no saben apreciar los platos que se les sirven, ni los recuerdan minutos después de habérselos comido. Por supuesto, hay una crítica especial para los nuevos ricos de las empresas tecnológicas y para un actor cuyos mejores años ya pasaron pero que sigue creyendo ser lo más, junto a su ayudante hija de padres ricos que roba a su jefe. Las críticas a los consumidores de estos restaurantes de lujo me parece brillante, casi al mismo nivel que la que hacen al mundo de los restaurantes de lujo y sus chefs estrella.

Y por supuesto, el giro cuando se descubre que el chef enloquecido por este mundo de postureo plantea el menú conceptual definitivo que incluye asesinar a los comensales al final me ha parecido maravilloso. Que para los guionistas este mundo de platos fríos sin alma consumido por gente sin conocimientos ni corazón para disfrutarlos que sólo busca presumir solo merece arder en una llama purificadora es la guinda del pastel. No sólo eso, sino que los propios comensales aceptan su destino porque saben que en el fondo lo merecen.

El final con una Anya Taylor-Joy recordándole a Ralph Fiennes que el verdadero placer de la cocina está en preparar con cariño algo tan sencillo como una cheeseburguer que sea apreciado y disfrutado por el cliente, y que la película termine con ella viendo el mundo arder desde la distancia comiéndosela me parece una potente declaración de intenciones y un final redondo a una historia casi perfecta.

Por cierto, ahora recuerdo la estupenda The Bear estrenada en Disney+. Y aparte de recomendaros también esa serie, no cabe duda que el mundo de la cocina está de moda, y están surgiendo numerosas películas y series ambientadas en este mundo. En este sentido, me parece curioso como en ambas historias hay una crítica hacia el exigente mundo de la alta cocina y como de alguna manera la cocina «de verdad» que hace feliz a la gente y es más satisfactoria es la que se encuentra a pie de calle.

Volviendo a The Menu, qué satisfacción tan grande me ha dado una película que me ha sorprendido, con la que he conectado inmediatamente con su humor negro, y que me parece perfecta en todo lo que plantea hasta alcanzar su brillante final. Ojalá hubiera muchas más películas como esta en la cartelera, no puedo más que recomendarla a todo el mundo.

Comparto el trailer de la película:

The menu es una de las mejores películas del año, un guion increíble y unas interpretaciones a la altura. No os la podéis perder.

PUNTUACIÓN: 9/10

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