Kubo y las dos cuerdas mágicas es una celebración de la belleza del cine y el poder de las historias como forma de alcanzar la inmortalidad. Un increíble triunfo del estudio Laika que se ha convertido en mi favorita para ganar el Oscar a Mejor Película de animación de 2016.
Travis Knight, actual presidente del estudio de animación Laika, se bautiza como director con esta fenomenal historia obra de Marc Haimes y Chris Butler, a partir de una historia de Shannon Tindle y Marc Haimes.
Knight ya contaba con una extensa experiencia en este campo, al haber participado como Jefe de Animación en las películas anteriores del estudio, Coraline (2009), ParaNorman (2012) y Los Boxtrolls (2014), realizando en estas 2 últimas también labores de productor. Esta experiencia es fundamental para conseguir no solo el impacto visual de la película, sino para que estas imágenes sirvan para contar una historia que consiga tocarnos el corazón.
Lo primero destacable de la película es que los personajes cobran vida mediante la técnica del stop-motion, creando muñecos reales que son movidos fotograma a fotograma para conseguir que cobren vida dentro de decorados reales . ¡Y vaya si lo consiguen!! Esto hace que el feeling de ver la película sea diferente a las películas de animación generadas por ordenador, consiguiendo una sensación de poesía y magia que la perfecta animación no puede llegar a trasmitir.
Pero al final estos son solo aspectos técnicos, si la historia no engancha estariamos ante otro espectáculo vacío de efectos digitales sin alma, y no es el caso de Kubo en absoluto.
Estamos disfrutando de una verdadera edad de oro para los aficionados al cine de animación, gracias a estudios como Disney/Pixar, Illumination o Laika. Hay muchas películas que simplemente son películas entretenidas para los niños, se me ocurre el caso de Mascotas estrenada también este verano. Y no hay nada malo en este tipo de cine familiar destinado a toda la familia pero en especial a los más pequeños.
Pero hay también otras películas que encantan a los niños por la animación, los personajes, los colores, etc., pero gustan aún más a los padres por los mensajes que trasmiten con la historia. Y en ellas la clasificación de «para todas las edades» adquiere una dimensión más ámplia. Son películas que son realmente grandes y alcanzan otro nivel: Del Revés, Zootrópolis y Kubo lo consiguen.
A partir de ahora entro en el apartado de Spoilers.
Si no has visto la película y quieres hacerlo, te recomiendo que dejes de leer y vayas a verla conociendo lo menos posible.
Kubo y las dos cuerdas mágicas es un cuento ambientado en el Japón ancestral en el que conoceremos la historia de Kubo, un niño con un solo ojo que posee poderes mágicos y que se gana la vida animando hojas de papel que utiliza para contar historias a los aldeanos. Kubo tiene un problema, sus historias son estupendas pero no sabe como terminarlas. Y tiene que cuidar a su madre, que tiene problemas de memoria, provocados en su huida de su familia, mientras intentaba protegerle. Pero esto él no lo sabe, solo que a su madre la asola una enorme tristeza, con algunos momentos puntuales de lucidez.
Tras años de esconderse de su familia, Kubo comete un error y esto hace que sus tías le encuentren. Su madre se sacrificará para conseguir que Kubo escape, no sin antes darle un objetivo: Encontrar las tres partes perdidas de la armadura de su padre, la espada irrompible, la armadura y el casco, que son lo único que puede conseguir derrotar a sus malvadas tías y abuelo. Para encontrarlo, contará con la ayuda de Mona, una figura animada por su madre para que le proteja, y bicho, un samurai con forma de escarabajo y que cree ser alguien importante, si pudiera recordar algo de su pasado.
«Si han de parpadear, háganlo ahora. Prestad especial atención a lo que vais a ver…», dice Kubo al comienzo de la película. Y esta advertencia es muy correcta, ya que aunque por lo leído en el argumento la película parece (y desde un punto de vista de estructura lo es) el típico viaje del héroe con sus pruebas que harán que el niño se convierta en hombre, y el hombre en guerrero para así poder derrotar al villano de turno, la historia tiene mucha más complejidad y profundidad, tratando de manera sobresaliente temas universales como la familia, la importancia de las historias, la memoria, la pérdida y el perdón.
Siempre me gustó mucho la cultura japonesa y sus mitos. Kubo bebe de estos elementos pero evita ser demasiado autoreferencial, utilizándolos simplemente como un escenario donde la magia, los sueños y las historias pueden entrelazarse, creando una historial atemporal que gusta a todo tipo de público y que se aleja de modas y estilos narrativos con fecha de caducidad. Como los grandes clásicos, estoy seguro que dentro de 20 años seguiré viendo esta película y me seguirá pareciendo excelente.
Unido a esto, visualmente la película es un portento. Cada plano y cada secuencia por si solos poseen una enorme belleza y son casi obras de arte que te dejan embelesado. La unión de stop-mation con animación realizada por ordenador y otros efectos consiguen crean una estética diferente a todo, que trasmite toda la fuerza de la historia,
Porque al final es la historia la que marca la diferencia. Y Kubo en este aspecto es un gran triunfo. Los personajes de Kubo, Mona y Bicho en seguida enganchan por su carisma y los misterios de sus historias, y consiguen que sintamos con ellos un ámplio abanico de sentimientos.
Además, el final es uno de los puntos fuertes y una de las cosas que más me gustó. En la superficie los niños pueden pensar que es un final fácil, típico y tradicional debido a que el niño lucha y vence a su abuelo el villano.
Pero en el fondo hay una enorme sensación de tristeza porque Kubo entiende que aunque gana la batalla, pierde su niñez y a su familia, como paso obligado para avanzar hacia la madurez de la vida adulta. Además, hay un mensaje pacifista implícito en la historia con el que también conecté, ya que aunque el niño busca herramientas de guerra para vencer a su enemigo, al final es el poder del amor el que marca la diferencia. El amor de tus seres queridos perdura mientras los recuerdes, y ese es un mensaje positivo, pero al final no puedes evitar perderlos, y esa es otra de las duras lecciones que Kubo aprende, y nosotros con él. Y si amas a tus seres queridos, debes también estar dispuesto a perdonar, incluso al mayor de los villanos.
A continuación voy a compartir varios fotogramas a modo de storyboard de la película, para que podais disfrutar de toda la fuerza de estas imágenes.
Comparto a continuación el trailer de la película por si no lo hubierais visto:
Me han encantado también estos 2 videos que muestran el proceso creativo de la película. En este primer video, Daniel Alderson (Fantastic Mr. Fox, ParaNorman, Los Boxtrolls), nos enseña qué es lo que hace exactamente un animador de stop motion.
Y aquí teneis el making-ok de la película, que también es francamente recomendable:
Kubo y las dos cuerdas mágicas es un cuento lleno de vida que nos recuerda la importancia de la familia, el amor y la magia de las historias. Una película para todos los públicos en el más ámplio sentido del término que gustará a toda la familia, quizá incluso más a los padres que a los hijos, y que os quiero recomendar esta semana.
¡Saludos a todos!
Puntuación: 9/10
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