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Crítica de La sustancia de Coralie Fargeat

Llega a nuestras pantallas tras su polémico paso por el Festival de Cannes La sustancia, la nueva película de Coralie Fargeat (Revenge), protagonizada por Demi Moore y Margaret Qualley.

PUNTUACIÓN: INCLASIFICABLE

‘Tú, pero mejor en todos los sentidos’. Esa es la promesa, un producto revolucionario basado en la división celular, que crea un alter ego más joven, más bello, más perfecto. (FILMAFFINITY)

Coralie Fargeat (París, 1976) es una directora y guionista francesa. Obtuvo reconocimiento internacional con su primer largometraje en 2017, Revenge, por el que recibió premios de varios festivales de cine independiente. The Substance, su segunda película protagonizada por Demi Moore, se proyectó en la competición principal del Festival de Cannes de 2024, donde Fargeat ganó el premio al mejor guion. Fargeat menciona a David Cronenberg, John Carpenter, David Lynch y Michael Haneke como cineastas que han influido en ella, así como a varios cineastas surcoreanos como inspiración estilística.

La sustancia es una película escrita y dirigida por Fargeat que además produce y participa en el montaje de la película junto a Jérôme Eltabet y Valentin Feron. La fotografía corre a cuenta de Benjamin Kracun, mientras que la música es de Raffertie. La película de 141 minutos de duración ha contado con un presupuesto de 18 millones de dólares. Me parece interesante descubrir que la película se rodó íntegramente en Francia, con tomas de estudio en la región parisina y las escenas exteriores que simulaban Los Ángeles rodadas en la Costa Azul. otro elemento destacado es el uso de prótésis y efectos de maquillaje en gran parte de la película, que fueron realizados por Pierre-Olivier Persin y su empresa, Pop FX.

La película está protagonizada por Demi Moore y Margaret Qualley. Moore interpreta a Elisabeth Sparkle, una veterana actriz que ganó un Oscar en el pasado pero que a los 50 años ve como es apartada de su programa de fitness por Harvey, su asqueroso productor interpretado por Dennis Quaid. Por su parte, Qualley es Sue, la versión joven, bella y exuberante de Elisabeth que surgirá tras tomar ésta la sustancia.

Vi hace años Revenge, la opera prima de Coralie Fargeat, una película de venganza cuyo principal atractivo en su momento era tener a una directora realizando una película con un tema más que trillado normalmente asociado al cine «de machos», una venganza tras una violación en la que la protagonista es abandonada creyendo que ha muerto. La novedad de ver que la venganza la realiza la mujer agredida, en lugar del hijo o marido que sería lo normal de este subgénero. Las muertes resultaron satisfactoriamente crueles y consiguieron que viera esta película con agrado, dentro de ser una «hamburguesa con queso» dentro del género.

Tras su estreno en Cannes, en la que hubo polémica por sus altas dosis de sexualizacion de las protagonistas, sumado por una orgía de sangre y vísceras en su recta final, mostrando una gran inspiración por un «body-horror» muy de Cronenberg, consiguió llamar mi atención. Otro factor fueron las buenísimas críticas que recibió la película como crítica a la sexualización que sufren las actrices en el entretenimiento mainstream y el drama al ser apartadas cuando alguien consideran que son demasiado mayores, siendo sustituidas por jovencitas virginales. De la interpretación de Demi Moore en esta película se decía que serviría de «renacimiento» de la actriz y la llevaba de cabeza al Oscar a Mejor Actriz de este año. Que la película recibiera el premio de Cannes al Mejor Guion fue la guinda que me convenció para verla cuando se estrenara.

Una vez vista, y empezando por los elementos positivos, Coralie Fargeat me ha parecido una directora espectacular. La sustancia tiene un poderío visual apabullante, el ritmo no deja un segundo de respiro y los planos con super primeros planos de caras de las protagonistas añaden una tensión y una fuerza tremendas. Otro elemento que me gusta mucho es que hay muy poco diálogo, confiando Fargeat en que la fuerza de las imágenes conseguirá contar la historia y transportar al espectador por todo un rango se emociones que culminarán en el asco y el over-the-top. Luego comentaré las partes menos buenas o que menos me han gustado de la película, pero en realidad me alegro de haber podido ver esta película en pantalla grande. Los colores chillones, la música impactante o un montaje videoclipero que añade sexualidad y terror están todos planteados para enfatizar la idea de farsa super exagerada. Para ser una película de 140 minutos, nunca se me hizo larga como me temía que podría pasar, lo cual es otro elemento muy positivo.

También tengo que aplaudir por la audacia de Fargeat en plantear una película super over-the-top que rompe en pedazos cualquier atisbo de película «narrativa» que se espera en el mainstream cinematográfico. Empezando con su brillante inicio a cuenta de la estrella que la protagonista tiene en el Paseo de la Fama de Hollywood. Porque La sustancia es en realidad una película que esperaría ver en el Festival de Sitges y hacerme unas risas con su exageradísimo climax final. (Un final inspirado demasiado literalmente por Carrie). Un climax en el que el body-horror, las vísceras y la casquería me volaron la cabeza. Que una película como La sustancia ha llegado a estrenarse comercialmente es un pequeño milagro, aunque no se si esto es fruto del lamentable estado de la cartelera, que ante un montón de películas mediocres sin interés los distribuidores se hayan lanzado ante algo que ofrezca una novedad. Aunque la novedad sea la sexualización de la mujer, la sangre y la casquería.

Si a Coralie Fargeat le hubieran dado en Cannes el premio a Mejor Director, creo que me hubiera parecido una decisión super correcta. Porque la directora francesa me parece que tiene muchísima fuerza y una visión autoral super diferente a todo lo actual. (Pensando que Cronenberg hace mucho que hizo Videodrome, El almuerzo desnudo o La mosca y no hay nada igual en el mainstream). Sin embargo, que el premio se lo hayan dado al Mejor Guion me parece una tomadura de pelo. Porque el guion no hay por donde cogerlo.

Antes de entrar en el guion en si, hay un primer elemento que me ha parecido super chungo. Y es que Fargeat sexualiza a las protagonistas de formas que creo no había visto nunca en una película. Ya no es que Moore y Qualley estén desnudas una enorme parte del metraje, es que los primerísimos planos de culos y pechos me parecen acojonantes. NO dicho de forma positiva. Y me vuela la cabeza la certeza que si La sustancia la hubiera hecho un director hombre, la película no se hubiera estrenado. O de hacerlo, sería sólo en el canal de festivales y sería destrozada por la crítica. Sin embargo, como la que sexualiza y cosifica a las mujeres es otra mujer, alguien decide que es una genialidad y todos los demás van detrás. Y claro, hay quien puede decir «no lo has entendido, el mero hecho de mostrarlo de la forma en que lo hace ya implica la crítica». Algo en lo que yo no estoy de acuerdo, porque nada en la película plantea nada que pueda hacer que se pueda considerar como algo malo. Decir que algo lo haces como crítica a algo tiene que verse durante la película, si te lo tienen que explicar significa que no funciona. Y ojo que yo sabía antes de ver la película que Fargeat planteaba esa crítica, pero luego no la vi en ningún sitio. Y si vi muchísima cosificación de la mujer.

Se supone que La sustancia critica, aparte de la sexualización de la mujer, a la sociedad occidental que desecha a las mujeres a partir que cumple una edad, estableciendo unos cánones de belleza imposibles. Pero no deja de resultar irónico (cuando no penoso) que se esté hablando de Moore como candidata al Oscar justo en la película en que más minutos aparece desnuda y más la sexualiza. Como ya pasó con la maravillosa Emma Stone el año pasado, con la diferencia que el papel de Stone si suponía un aire fresco en lo que a la liberación de la mujer de los estereotipos en la rodean en nuestra sociedad. Más que criticar algo, creo que La sustancia en realidad alimenta y se aprovecha de lo que supuestamente dice criticar. Porque dentro de la sátira super over-the-top, no hay subtexto, ironía o matices interesante. Lo que ves es lo que hay, no hay más.

Reconozco que es posible que las expectativas hayan jugado en mi contra. Desde luego en lo referido al «Mejor Guion», pero también en la parte de «interpretación prodigiosa de Moore». Porque en realidad tampoco he visto algo que deba ser premiado, más allá de reconocer la valentía de Moore (y de Qualley) al aceptar salir desnudas durante muchísimos minutos, centrándose en muchos momentos en sus culos. Y en el caso de Moore por acceder a que la pongan las diferentes prótesis que muestran su deterioro físico causado por el egoísmo de Sue. Unas prótesis que convierten este cuento de hadas inicial en una pesadilla de vísceras sanguinolentas y figuras deformes asquerosas. Había que ser muy valiente para aceptar estos papeles, y Moore y Qualley lo han sido. Pero más allá de esa valentía lo que hacen las actrices en pantalla no veo que sea merecedor de premio. Dentro que pienso que lo hacen muy bien, considerando lo que la directora pedía de ellas.

El personaje de Dennis Quaid está claramente planteado para resultar repelente cada vez que aparece y en cualquier cosa que haga. Su personaje es el productor asqueroso que busca siempre a la joven inocente para pervertirla y llevarla a su terreno. Algo enfatizado por la interpretación de Quaid pero sobre todo por el over-the-top que plantea Fargeat para mostrarle en la película. Pero en realidad no hay ni un sólo personaje positivo en la película. Porque tanto Elisabeth como Sue son egoístas y están dispuestas ambas a hacer cualquier cosa con tal de triunfar, ser famosas y seguir siendo famosas pasado un tiempo. En la película nadie las obliga a nada, son ellas las que deciden actuar libremente para seguir en la cima de la popularidad.

Elisabeth podría retirarse o buscar otros papeles más acordes con su edad, pero ni siquiera lo considera. Todo gira en intentar volver a ser tan joven y bella como era hace años, y si no lo consigue se ve como una fracasada. Cuando decide quedarse enclaustrada en casa lo hace por propia iniciativa sin que nadie la fuerce a nada más allá de sus complejos. Igual alguien puede pensar que la película es una genialidad porque «muestra como las mujeres están atrapadas en el marco mental del patriarcado machista y eso las deja dañadas psicológicamente sin poder liberarse». Pero, de nuevo, eso NO es lo que la película muestra, es un «wishful thinking» de alguien que quiere ver algo que no está ahí. Como no está la crítica por ningún lado.

Y casi peor es el personaje de Sue, que en la cúspide de su belleza y juventud actúa super inmoralmente al alargar su estancia despierta a pesar que sabe que sus actos están dañando a Elisabeth y pueden acabar matándola. Lo que significaría que ambas morirían. Como si fuera una junkie, parece que todo le da igual hasta llegar a un punto sin retorno. Aunque Sue físicamente tiene una belleza superior, y la película la exhibe de formas impúdicas vergonzosas, en realidad está podrida en su interior, podrida por su ansia de triunfar como sea. Una podredumbre que acabará por salir al exterior.

Hay otro elemento que no me ha gustado nada del guion, y es que en realidad hay un montón de elementos aleatorios que no acaban de estar bien explicados. Empezando por la propia relación simbiótica que se forma entre Elisabeth y Sue a partir que la primera toma la Sustancia y de ella nace la segunda. (Un nacimiento super desagradable de ver que es tan sólo el preludio de lo que queda por ver). A Elisabeth la venden que podrá vivir una nueva vida volviendo a ser joven y bella. Pero en realidad eso no es cierto, al ser su clon la que lo va a vivir, quedando ella apartada cuando Sue toma el control como si fuera un traje viejo que dejamos en el armario más apartado. No es que vaya a vivir una vida como una persona joven, es que su vida su acorta un 50% al tener que compartir su tiempo con su versión joven, al no poder estar las dos despiertas a la vez.

Está claro que si te pones a preguntarte demasiadas cosas, la película se caería en pedazos porque nada tiene sentido. Y la película creo que es más de generar sensaciones que de transmitir ideas. Eso lo entiendo. Pero al mismo tiempo no queda claro porqué si Elisabeth odia a Sue (y sobre todo odia el éxito que tiene Sue y que ella no disfruta), no pone fin al experimento nada más descubrir que su clon vive una vida que ya no está a su alcance. Pero entonces ya no habría película. Podría sugerirse que Elisabeth y Sue son clones que mantienen algún tipo de relación simbiótica, y las pesadillas así lo sugerirían, pero no queda nunca claro. De hecho, si Elisabeth de alguna manera se alimentara emocionalmente de la juventud de Sue, y por ello no quiere cancelar el experimento, no es algo que se vea en la película. Más bien al contrario, Elisabeth está cada vez más débil y deforme cada vez que se despierta.

Decía que hay un montón de elementos que no me acababan de cuadrar del guion de Fargeat. Pero reconozco que la última media hora con el violentísimo y grotesco climax final hizo que me riera a carcajadas recordando las películas más cafres que veía en el Fetival de Sitges. Algo que me ha flipado y me ha maravillado pensando en a quién han engañado para conseguir que La sustancia tenga el estreno masivo que ha tenido. El climax plantea una orgía de locura, la deformidad e hiper violencia acojonante.

Este final me ha volado la cabeza, incluso a pesar que Fargeat lo haya fusilado de Carrie. Con el pero que en Carrie la protagonista era una víctima de la situación y en la fiesta también habían buenas personas que no merecían morir. Sin embargo, en La sustancia todos son personas asquerosas y en realidad Elisabeth y sobre todo Sue se merecen el final que tienen. Por motivos obvios, a pesar del disfrute salvaje, narrativamente me gusta muchísimo más Carrie que esta película. Dicho esto, agradezco que Fargeat consiguiera dejarme en lo más alto.

Comparto el trailer de la película:

La sustancia es una locura. Aplaudo la audacia de conseguir que una película trash como esta haya pasado el filtro del mainstream y se haya estrenado masivamente, incluso cuando no me haya gustado numerosos elementos de la propuesta de Fargeat.

PUNTUACIÓN: INCLASIFICABLE

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Cine de verano: Death Note de Adam Wingard – Netflix

Voy a ir al grano. No, no he leído el aclamado manga Death Note de Tsugumi Ōba y Takeshi Obata . Tampoco vi el anime dirigido por Tetsurō Araki. Y es justo por eso que la adaptación americana de Death Note estrenada recientemente en Netflix, que ha sido dirigida por Adam Wingard, me ha parecido super entretenida y repleta de giros brutales.

PUNTUACIÓN: 6.5/10

El argumento libre de spoilers de Death Note nos presenta a Light Turner (horriblemente interpretado por Nat Wolf, un error de casting brutal y uno de los principales problemas de la película), un inteligente joven de Seattle al que le cae del cielo -literalmente- un cuaderno sobrenatural, «Death Note», que permite matar a cualquier persona si el portador del cuaderno escribe su nombre y la forma en que quiere que muera.

Adam Wingard es un veterano director de películas de terror como Tu eres el siguiente (2011), la antología V+H+S (2012 y 2013) o el remake de La bruja de Blair (2016). Visualmente me parece un buen narrador y la película cuenta con varias escenas super potentes que me han gustado, lo que hace que globalmente crea que hace un buen trabajo.

Aunque igual que digo esto, tengo que indicar que algunas decisiones creativas de Wingard creo que no son las más adecuadas, empezando por la la extraña elección de canciones de rock de los 80 insertadas en momentos claves que no pegan ni con cola, o la duración de la película, unos justísimos 100 minutos que se quedan muy cortos.

Realmente esto último no se si es cosa suya o de los productores, o quien sabe si es Netflix la que impone la duración de sus películas. Pero la realidad es que con 10 minutos más las caracterizaciones hubieran estado mejor definidas, y los numerosos giros del guión hubieran fluido mejor. Al final, Death Note se queda como la típica serie B que va directo al grano, cuando hubiera podido quedar una película mucho mejor. Unido a esto, la película tiene un final abierto que deja a las claras que la idea de los productores es rodar una o varias secuelas, lo que seguro ha influido también en la duración de esta primera parte de Death Note. Ya veremos si acaba confirmándose.

El guión de Death Note es de los hermanos Charley y Vlas Parlapanides y de Jeremy Slater, cuyas películas previas no invitaban demasiado al optimismo: Inmortales (2011) o Los 4 Fantásticos (2015). Sin embargo, una vez me he informado un poco sobre el manga, diría que han sido bastante respetuosos con la historia original y han trasladado acertadamente la acción de Japón a los Estados Unidos.

Dado que no sabía nada de la historia, me ha sorprendido mucho el primer giro marcado por la decisión de Light de cómo usar el libro. Viendo el inicio de la película, Death Note parecía que podía ser un típico slasher en la que vemos numerosas muertas filmadas de la forma más creativa y gore posible. Sin embargo, la película toma otro camino que lo convierte en algo mucho más interesante. Posteriormente hay aún otro giro que lanza la película hacia un final brillante, aunque en este caso dicho giro sí se ve venir.

Los principales personajes de Death Note son Light Turner (Nat Wolff), su padre el inspector de policía James Turner (Shea Whigham), su novia Mia (Margaret Qualley) y el misterioso L (Keith Stanfield) que ayuda a la policía con la investigación de los asesinatos. Tengo que decir que a pesar de mi comentario sobre la duración de la película, lo cierto es que creo que todos los personajes están suficientemente caracterizados. No increíblemente bien caracterizados, pero sí cuentan con lo justo para que entendamos su evolución y el porqué hacen lo que hacen.

Mención aparte merece Ryuk (con la voz de Willen Dafoe), el demonio que explica a Light las normas y limitaciones del Death Note, que ofrece algunas de las mejores escenas de la película y que hace que sea un pena que no haya tenido una mayor presencia, algo que supongo se remediará en la secuela.

 Creo que el guión mediante explica suficientemente las motivaciones de los personajes. Otra cosa es la interpretación de los actores. Nat Wolff es un lamentable error de casting. No trasmite casi nada y aunque se supone que el típico chaval listo que intenta pasar desapercibido, su aspecto muestra todo lo contrario. Margaret Qualley es Mia, a priori la típica animadora guapa de instituto pero cuya evolución la convertirá en un personaje clave. Creo que su interpretación es solo correcta, pero al lado de Wolff casi parece que la van a nominar para el Oscar.

Otro tema importante a la hora de valorar Death Note es que la película la vi tranquilamente en casa gracias a mi suscripción a Netflix. Si la hubiera visto en el cine a lo mejor me hubieran dolido los 8 €uros de la entrada, pero valorada como entretenimiento casero de un lunes por la noche, la película cumple sobradamente mis expectativas. Y más teniendo en cuenta el horrible mes de Agosto cinematográfico que estamos sufriendo.

Comparto este teaser trailer que creo marca el feeling de la película sin chafar nada importante.

https://www.youtube.com/watch?v=gr6-az-o-8Ewefwef

Death Note me ha parecido un entretenimiento más que digno. No es para tirar cohetes, pero tampoco creo que lo pretenda. Y verla ha hecho que me pique la curiosidad por las fuentes originales (manga / anime) , hasta el punto que es posible que incluso acabe viéndolas. Para que luego digan que de esta película no ha salido nada bueno.

PUNTUACIÓN: 6.5/10