En mi repaso de los comics míticos de la editorial Dark Horse basados en licencias cinematográficas, hoy por fin toca dirigir la mirada hacia una galaxia lejana, muy lejana… gracias a STAR WARS: Dark Empire, el primer comic de la franquicia galáctica de Dark Horse creado por Tom Veitch y Cam Kennedy.
PUNTUACIÓN: CLÁSICO

Seis años después de la caída del Imperio en El Retorno del Jedi, la batalla por la libertad de la galaxia continúa. El Imperio ha renacido misteriosamente bajo un líder desconocido, empuñando una nueva arma de gran poder. La princesa Leia y Han Solo luchan por mantener unida a la Nueva República mientras el salvador de la galaxia, Luke Skywalker, libra una batalla interna mientras se siente atraído por el lado oscuro, al igual que su padre …
Los años 90 fueron unos años maravillosos para los fans de Star Wars. A falta de películas, El Retorno del Jedi se estrenó en 1983, Lucasfilm relanzó la franquicia galáctica en 1991 con el lanzamiento de una línea de novelas que continuaban la historia de Star Wars, con Heredero del Impero de Timothy Zahn como la primera parte de la exitosa trilogía de Thrawn. Ese mismo año, Dark Horse publicó el primer número de esta miniserie de 6 ejemplares, publicado con periodicidad bimensual entre diciembre de 1991 y octubre de 1992.

El equipo creativo formado por el escritor Tom Veitch y el artista Cam Kennedy ya habían propuesto una historia similar a Marvel Comics, que durante los años 80 aún conservaban la licencia de publicación de los comics de Star Wars. Al cambiar la licencia de manos en los 90 y ya en poder de Dark Horse, volvieron a proponerles este proyecto, que fue aceptado rápidamente.
El éxito de Dark Empire dió luz verde a dos continuaciones: Star Wars: Dark Empire II, nueva miniserie de 6 números también realizada por Veitch y Kennedy publicada en 1993-94, y Star Wars: Empire´s End, serie de 2 números publicada en 1995 con dibujo de Veitch y dibujo de Jim Baikie.
Tom Veitch es un escritor americano famoso en el ámbito independiente, publicando desde los años 70. Nacido en 1941, ha escrito numerosos títulos de Star Wars, incluida la historia completa Dark Empire I, II y Empire´s End. Además, fue el creador del comic Tales of the Jedi que empezó a contar historia ambientadas en la antigua República, siendo las primeras obras de Star Wars ambientadas en ese periodo.
En mi caso, yo le conocí gracias al comic The Light and Darkness War publicado en el Epic de marvel, realizado ya en colaboración con Cam Kennedy. Además, de trabajar con Marvel y Dark Horse, publicó en DC Comics las obras de creación propia The Nazz con el artista Bryan Talbot, Clash con el Adam Kubert y My Name Is Chaos con John Ridgway. Y a modo de anécdota, acabo de descubrir que Tom es el hermano de Rick Veitch (Swamp Thing y Miracleman junto a Alan Moore, TMNT, Bratpack, The Maximortal, etc…), o quizá es que todos estos años los he confundido y pensaba que eran la misma persona.
Cam Kennedy es un artista escocés que dibujó en Reino Unido numerosas historias de Judge Dredd y Rogue Trooper para 2000 AD. También trabajó con Tom Veitch, no solo en las dos series Star Wars: Dark Empire I y II, sino también en The Light and Darkness War dentro del sello Epic que publicaba obras en las que los autores conservaban la propiedad de sus creaciones. Tras Dark Empire I y II, Kennedy siguió trabajando en otros cómics de Star Wars como fue el especial de Boba Fett con el escritor John Wagner. Para DC Comics ha trabajado en Lobo, Batman, Outcasts y The Specter, mientras que dibujó Punisher, Daredevil y Nick Fury, agente de S.H.I.E.L.D en Marvel.
Antes de Alex Ross, si existía en el mundo del comic un ilustrador super estrella, ese era Dave Dorman. Nacido en Michigan en 1958, comenzó su carrera profesional en 1979 y ha trabajado para Dark Horse, Marvel, DC entre otros. Su gran oportunidad le llegó en 1983 cuando empezó a realizar las portadas para la revista Heavy Metal, además de realizar varias series de trading-cards para Hasbro (G.I. Joe o Ultraverso).
Dorman ha trabajado con personajes como Indiana Jones, Aliens y Batman, pero sin duda donde alcanzó mayor reconocimiento fue con sus portadas e ilustraciones para Star Wars. Su libro “El arte de Star Wars de Dave Dorman” publicado en 1996 por Random House / FPG ha sido un best-seller durante años, y en 1998 ganó una encuesta entre los lectores de The Official Best of Star Wars Magazine como «Mejor artista de Star Wars». Además, Dorman ganó un premio Eisner en 1993 por sus ilustraciones en el libro Aliens: Tribes escrito por Steve Bissette, publicado por Dark Horse en 1992.
Entrando en mi valoración del comic tras volver a leerlo recientemente, quiero analizarlo a dos niveles. En primer lugar, a nivel de fan de Star Wars, para mi fue un regalo poder comprar y disfrutar de este comic en 1991/92 junto a las novelas de Timothy Zahn. El ver de nuevo las maravillosas portadas de Dave Dorman para este comic hace aún hoy que se me ponga la piel de gallina.

El concepto general de las novelas de Zahn, que Dark Horse aprovechó e incorporó a Dark Empire, es que a pesar de la muerte del Emperador en Endor, la Rebelión nunca llegó a controlar totalmente la galaxia, al existir un núcleo de planetas bajo un férreo control imperial, entre ellos los planetas industriales donde se construyen los Destructores Imperiales. De esta forma, la situación seis años después del final del Retorno del Jedi era de guerra civil entre dos bandos en igualdad de condiciones que dominaban cada uno una parte de la galaxia conocida.
Sinceramente, esto me parece mucho más lógico que todo lo que vimos años más tarde en el cine. Y aquí incluyo la versión remasterizada del Retorno del Jedi que Lucasfilm estrenó en 2004, en la que se veían fiestas en muchos planetas y el derribo de una estatua del Emperador en Coruscant, lo cual era una locura teniendo en cuenta que era un planeta bajo la ley marcial y el control militar imperial.

Mientras que Heredero del Imperio planteaba un nuevo enemigo, el frío y calculador Admirante Thrawn, Dark Empire optó por la repetición y por jugar a lo seguro, al traer de vuelta al Emperador y a Boba Fett, además de unos nuevos destructores de mundos. A pesar de que el hecho que un villano muerto resucitara en el mundo del comic de superhéroes era lo más normal del mundo, ya en 1992 me pareció una locura, pero en aquellos años aún estábamos en la época que cualquier cosa que se publicara era bienvenida aún cuando hubieran elementos con lo que no acabara de conectar, dada la escasez de oferta disponible.
El comic de Dark Empire destacaba frente a otros comics normales de la época ya que, además de las nuevas aventuras de Luke, Han y Leia, incluía 4 páginas adicionales de texto con información interesantísima sobre la situación en la galaxia y el contexto de algunos personajes, planetas u objetos que irán apareciendo durante el comic, ofreciendo datos vitales para poder comprender y disfrutar completamente la historia. De hecho, sin estos textos de apoyo, el comic quedaba un poco cojo y con una sensación de acción apresurada que al que le faltaba contexto sobre lo que estaba sucediendo.

En el apartado artístico, Cam Kennedy tenía un estilo muy particular en lo relativo al color que le separaba de los comics de la época. En lo referido a su dibujo, ofrecía sobre todo en los primeros números una alucinante atención al detalle, mostrando de forma increíblemente precisa todas las naves, vestuario y armas de Star Wars, además de dibujar a todos los personajes heciéndoles super reconocibles. Ver por ejemplo, la primera viñeta del comic con una gran splash-page del Halcón Milenario es aún hoy una gozada.
Sin embargo, el principal problema de este comic es la elección del color por parte de Kennedy. Merece la pena recordar que este comic se realizó en 1991-92, justo antes de la explosión del color digital en el mundo del comic. Kennedy utilizaba una gama de colores pastel que ofrecían una paleta monocromática al comic, que en mi opinión hace que el comic luzca raro. Buscando algo positivo, debo decir que cuando lo leí por primera vez, el color ayudaba a transmitir que este comic era algo diferente a todo lo que se estaba publicando en ese momento, porque de hecho era así. En ese momento, diferente significaba “ESPECIAL”, al tratarse de Star Wars.
Una vez comentado el polémico color de Kennedy, también hay que decir que Kennedy fue de más a menos en el dibujo, pasando de unos números iniciales bestiales, con páginas repletas de detalles y fondos chulísimos y unos personajes clavados a los reales, a unos últimos números en los que dió la sensación que los plazos de entrega se le echaron encima y terminó como pudo. En los 2 últimos números encontramos páginas en las que las figuras son casi bocetos y en los que los fondos desaparecieron.

Debo decir que a pesar de la polémica resurrección de Palpatine, el comic resultó super entretenido, con una acción non-stop y un climax en el que Leia tenía una importancia fundamental. De hecho, décadas antes de la explosión del movimiento feminista y de polémicas sobre la forma en que Leia utilizaba la Fuerza en los episodios VII, VIII y IX, este comic nos mostró una poderosa Jedi en total control de sus habilidades y que salva a Luke de caer en el lado oscuro. De hecho, si hay dos claros protagonistas en Dark Empire esos son Luke y Leia, siendo ella la que provoca elgiro que hace finalmente triunfar al bien frente al mal.
El resto de protagonistas tienen una importancia mucho menor, empezando por Han o Chewie, que están siempre presentes en los viajes de Leia, pero en segundo plano. Sin embargo, Veitch introduce bien el lore de Star Wars, haciendo que casi todo el mundo tenga al menos una aparición: Lando, C3PO, R2D2, el admirante Ackbar, Mon Mothma, Wedge… Todos tienen su cameo en estas páginas.

Sin embargo, no todo fueron alegrías con el final de la historia, ya que si a Kennedy le pilló el «toro» de los plazos de entrega, Veitch se quedó sin páginas y no pudo o no supo construir in climax satisfactorio, haciendo que el final fuera super apresurado y anticimático. Aunque narrativamente todo queda suficientemente explicado, en mi opinión debería haber contado con 8/10 páginas más para haber podido contar correctamente el final creando un climax que realmente fuera satisfactorio.
Mi yo de 1992 disfrutó este comic aunque siempre me ha parecido un peldaño por debajo de las novelas de Timothy Zahn que se estaban publicando de forma casi simultánea. Aunque sin duda tienen el feeling perfecto de lo que un comic de Star Wars debería transmitir.
Comentaba al comienzo que mi análisis de este Star Wars: Dark Empire que planteaba este post con dos niveles. El primero recordando mis impresiones de hace 28 años y el segundo nivel de análisis el que me ha producido la relectura de este comic después de haber sufrido el desastroso Star Wars Episodio IX: El ascenso de Skywalker de J.J. Abrams, y pensando globalmente en la tercera trilogía cinematográfica.
Y me da rabia recordar que Lucasfilm desechó todo el concepto del Universo Expandido en el que se incluye este comic o las novelas de Zahn, para dar total libertad a los directores y guionistas de Disney / Lucasfilm de contar mejores historias sin estar coartados por las decenas de historias previas. Vista la ridiculez de tantas y tantas cosas de las películas, como la Primera Orden que No es el Imperio que al final resulta que sí que lo es porque Palpatine estaba controlándolo todo en la sombra, y el terrible desastre cinematográfico, se confirma que Disney no necesitaba inventar la rueda, sólo buscar de verdad contar las mejores historias evitando los refritos o reboots, algo que sólo transmite falta de creatividad y valentía de los que lo realizan.

Hablando de Palpatine, debo decir que su aparición en Star Wars IX renacido mediante clonación tiene muchísimas similitudes con lo que nos cuenta este comic, pero Veitch se molestó en explicar y justificar todo lo que sucede de forma más que adecuada, creando además un suspense que funciona razonablemente bien en el comic, mientras que Abrams se lanzó a la piscina sin tener ni bañador ni agua, creando uno de los desastres creativos más decepcionantes que he sufrido en mi corazón de fan.
Como fan friki, reconozco que no me importa si Hellboy, Suicide Squad o Terminator Genysis son malas películas, porque son productos de entretenimiento sin más. Pero Star Wars era algo más que ocio, era algo especial. Lamentablemente, gracias a Disney, Star Wars se ha convertido en una franquicia de ocio más al mismo nivel que muchas otras, y últimamente una que no ha sabido ofrecer un buen producto a sus fans.

Leer Star Wars Dark Empire después de ver el Episodio IX ha hecho que aprecie mucho más el trabajo de Veitch y Kennedy. La elección cromática de Kennedy sigue luciendo extraña, eso no voy a negarlo, pero si le aporta una cualidad atemporal al comic que consigue que visualmente no haya envejecido nada mal.
Además, hay un montón de ideas poderosas en este comic y de información relativa a los Jedis, la Fuerza y el Lado Oscuro y en general sobre la galaxia que muestra que hubo una profunda reflexión sobre el mundo de Star Wars, lo que le hacía funcionar y necesitaba. En este mundo actual de «autores» que se creen más listos que los creadores de las obras que adaptan a cine o televisión, veo que Veitch a dejado en muy mal lugar a J.J. Abrams, Chris Terrio y compañía.

Star Wars: Dark Empire no es en ningún caso una obra redonda. Pero llegó en un momento clave de mi vida en que necesitaba leer Star Wars, y ocupó durante mucho tiempo un lugar especial en mi corazón de fan. Algo que muy pocas obras pueden alcanzar hoy en día.
PUNTUACIÓN: CLÁSICO
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