Segunda parte de mi repaso a algunas de las películas más representativas de Studio Ghibli de Hayao Miyazaki, que volví a ver por la grabación del podcast especial de El Colmo. Por si os interesa, os dejo aquí el link a la primera parte, con mis impresiones de Nausicaä del Valle del Viento, Mi vecino Totoro y Porco Rosso.
LA PRINCESA MONONOKE (1997)
Con el fin de curar la herida que le ha causado un jabalí enloquecido, el joven Ashitaka sale en busca del dios Ciervo, pues sólo él puede liberarlo del sortilegio. A lo largo de su periplo descubre cómo los animales del bosque luchan contra hombres que están dispuestos a destruir la Naturaleza. (FILMAFFINITY)
La princesa Mononoke es LA PELÍCULA DE GHIBLI. En ninguna otra hay esta mezcla de magia y comentario social, defensa de la naturaleza y crítica al egoísmo de los seres humanos y los desmanes de la industrialización salvaje, todo ello con personajes complejos, imperfectos e inolvidables. Son más de dos horas de perfección que va más allá del cine de animación, estamos hablando de una de las mejores películas que recuerdo.
El joven príncipe Ashitaka, salva a su aldea del ataque de un Tatarigami, un demonio que destruye todo lo vivo con tan solo tocarlo, siendo herido por este. El demonio resulta ser el dios jabalí Nago, corrompido hasta convertirse en un tatarigami tras ser herido por un objeto de metal. Al no tener curación la herida que ha sufrido, y ante la extensión de la maldición, Ashitaka accede a abandonar su pueblo para nunca volver, iniciando un viaje hasta el gran bosque donde vive el Dios Ciervo, al que intentará persuadirle para que le cure, mientras descubre qué enloqueció al dios jabalí.
Durante su viaje conocerá a Jiko-bō, un monje mercenario con el forja amistad durante su viaje, pero que resulta estar a sueldo del Emperador, con órdenes que pueden destruir lo que queda del bosque. Finalmente llegará a la Ciudad de Hierro liderada por Lady Eboshi, una mujer fuerte que posee armas de fuego y ha liberado de la esclavitud y la prostitución a centenares de mujeres que viven en igualdad con los hombres de la ciudad. Cada sexo realiza trabajos diferentes dentro de esta sociedad, que vive en harmonía interna. Su pueblo la quiere y gracias a la forja y la construcción de las armas de fuego han conseguido independencia respecto de señores feudales. Pero para conseguir materias primas, no dudan en talar el bosque cercano poniendo en riesgo el orden ancentral.
San es una hija del bosque y fue criada por los lobos. Es despiadada y no se detendrá ante nada para evitar la destrucción del bosque, aunque para ello tenga que arrasar con la Ciudad de Hierro y con todos los que allí se encuentran. En medio de una situación de guerra abierta de todos contra todos, Ashitaka intentará salvar a todo el que pueda, aunque ante el avance de la industria y la guerra, la naturaleza parece abocada a su destrucción.
La mezcla de magia, mitología y elementos históricos como la gran foja y las armas de fuego ofrecen el marco perfecto para contar una historia maravillosa en la que todos excepto Ashitaka muestran grises y matices interesantes. De todos los personajes, probablemente Lady Eboshi sea el más interesante y complejo, mostrando que puedes ser un héroe que busca lo mejor para los tuyos y al mismo tiempo provocar el apocalipsis con su egoísmo y por sólo mirar el corto plazo frente al bien mayor que simboliza la naturaleza. Eboshi en algunos momentos es la heroína de su historia, seguro de su pueblo, y a ratos la villana de la historia y la culpable de la maldición de Ashitaka. La metáfora hacia la actuación de los países industriales contaminando el medio ambiente mientras buscan el progreso económico y alimentar a sus habitantes es evidente viendo la película.
La animación de La princesa Mononole probablemente sea la mejor que haya visto en una película de Ghibli, y eso que hay películas sobresalientes como Mi vecino Totoro o El viaje de Chihiro que van también sobradas en lo relativo a la animación. La fluidez de los movimientos de todos los personajes, la iconicidad de los diseños, en especial el de San con sus hermanos lobos, y unos fondos impresionantes hacen que cualquier fotograma de la película merecería enmarcarse.
En muchos aspecto es también la película más oscura y adulta del Studio, con temas que seguro se les escapan y que interesan a los adultos. Me gusta mucho el mensaje de esperanza sobre que a pesar de todo lo que la estamos haciendo, la naturaleza siempre encuentra la forma de curarse a si misma. Pero dentro de este elemento positivo, que San no pueda perdonar a los humanos por su crimen y no acepte irse con Ashitaka es otro elemento super adulto que me parece maravilloso, al no caer en el sentimentalismo barato.
He comentado sobre otras películas de Ghibli que Miyazaki siempre incorpora elementos extraños en sus argumentos. No es el caso de La princesa Mononoke (más allá del título de la película), la complejidad de la historia me ha flipado de principio a fin. ¡OBRA MAESTRA ABSOLUTA!
EL CASTILLO AMBULANTE (2004)
Narra la historia de Sophie, una joven sobre la que pesa una horrible maldición que le confiere el aspecto de una anciana. Sophie decide pedir ayuda al mago Howl, que vive en un castillo ambulante, pero tal vez sea Howl quien necesite la ayuda de Sophie. (FILMAFFINITY)
El castillo ambulante es un feroz relato antibelicista en un mundo similar a la Europa de comienzos del siglo XX, en el que la ciencia y la magia conviven sin problemas. Junto a potentes aviones y bombarderos que extienden la destrucción existen magos y brujas que son un recurso más en la guerra entre dos reinos enfrentados, sin un motivo aparente más allá de la propia guerra. Me pareció curioso descubrir en su momento que esta historia no es original de Hiyazaki, sino que se trata de una adaptación del libro El castillo ambulante de Diana Wynne Jones.
En este contexto, la protagonista absoluta de la película es Sophie, una joven que trabaja en una sombrerería y cae víctima de una maldición por parte de la Bruja del Páramo que le hace tener la apariencia de una mujer de noventa años. De carácter tímido y cerrado, tendrá que enfrentarse a sus propios miedos para poder romper el maleficio que se ha desatado sobre ella y ayudar a Howl mientras lucha por parar la guerra entre los dos reinos enfrentados. Howl Jenkins Pendragon es el amo y señor del castillo ambulante. Es un mago dotado de un gran poder, a pesar de su apariencia joven que la aborrece la guerra y trata de sabotear las naves de guerra de ambos bandos para así evitar la masacre de inocentes, a costa de perder su propia humanidad. La Bruja del Páramo es una malvada bruja que persigue a Howl para adueñarse de su corazón y que ha lanzado una maldición contra Hattie. Markl es el joven discípulo de Howl. Cálcifer un demonio de fuego, encargado de mantener la energía del castillo ambulante.
Sophie es un personaje maravilloso, y su amor hacia Howl es más que evidente. Ayudarle se convierte en su prioridad incluso por encima de liberarse de la maldición de la Bruja. La forma en que entra en el mundo mágico de Howl me gusta mucho, con unos Markl y Cálcifer que me parecen super divertidos. Hay detalles muy chulos en la historia, como por ejemplo la magia que hace que la puerta de Howl lleve a diferentes ciudades con girar la llave. También que el egoísmo de la Bruja esconda también un dolor que se fue gangrenando hasta convertirla en lo que es.
La animación es increíble como siempre. Las ciudades son super detalladas, hasta el punto de casi ver cada uno de los ladrillos de los edificios. La tecnología es estupenda y casi real, y los seres mágicos transmiten poder y peligro para la gente normal. Las transformaciones de Howl le vuelven un ser terrorífico capaz de cualquier cosa, y los momentos de vuelo son alucinantes, recordando una vez más el amor de Miyazaki por la aviación y el mundo aéreo.
La historia es profundamente pacifista, y aunque es su elemento distintivo dentro de Ghibli, quizá muestra la guerra de forma demasiado maniquea, con dos países enfrentados no se sabe muy bien por qué que parece que luchan y destruyen porque pueden, no buscando un objetivo concreto. En este sentido, Madame Suliman, la mayor Hechicera del reino, se muestra como un ser altivo al que no le importa el bienestar del país y sus habitantes, como si la guerra fuera un tablero de ajedrez y no afectara a vidas. El otro elemento que muestra que la guerra es mala es que Howl se arriesga a perder su humanidad cada vez que lucha aunque sea para salvar vidas. Algo que seguro sienten muchos veteranos de las diferentes guerras.
Está bien ser pacifista, pero a la vez podría decirse que hay guerras que deben lucharse, como la defensa de Ucrania frente a la agresión rusa. Digo esto por no irnos al recurso fácil de la 2ª Guerra Mundial y la lucha de los Aliados contra la Alemania nazi. Porque la alternativa es permitir que el agresor se quede con todo. El pacifismo en muchos aspectos es una opción de ricos ociosos, los pobres de Ucrania, por seguir con el ejemplo, no tienen mucha opción, ya que estamos hablando de luchar o morir.
Hecho este inciso, la verdad es que el castillo ambulante también me parece un peliculón. El romanticismo de sus imágenes y el carisma de los protagonistas hacen que esta película sea un disfrute de principio a fin.
PONYO EN EL ACANTILADO (2008)
La historia se centra en Sosuke, un chico de 5 años, y su relación con una princesa pez que ansía convertirse en un ser humano. Libre adaptación de «La sirenita».
Es curioso que justo la película más moderna de las que he revisionado sea la más infantil. Lo cual no quiere decir que no me guste, todo lo contrario. Ponyo en el acantilado es pura magia que nos devuelve lo mejor de la infancia, cuando todo era descubrimiento y aventura, y nuestro corazón todavía era puro. Un canto a la amistad y a la familia que me chifla.
Ponyo es un despliegue de imaginación mientras Miyazaki nos muestra el mundo marino, un mundo que ha estado mayoritariamente ausente de la obra de Miyazaki. En el mar conocemos a Fujimoto, un mago que antes fue humano y nos desprecia por nuestra contaminación y destrozos al medio ambiente. Es el padre de unos peces muy especiales, y Ponyo es la mayor y la más curiosa, y se aventurará a lo desconocido, encontrando a Sosuke, un chico de 5 años que vive en una casa al borde del mar. Ponyo es un niño imaginativo que disfruta conociendo cosas nuevas, y vive una vida feliz con su madre Lisa, cuidadora en un hogar de la 3ª edad cercano, a pesar que su padre está ausente la gran mayoría del tiempo por ser marino. Su amistad con Ponyo y la lucha de ella por convertirse en humana, aunque para ello tenga que renunciar a su magia, es el hilo conductor de la historia.
Dada la temática infantil, en realidad no hay un villano en esta película. Como mucho podemos decir que Fujimoto es sobreprotector, algo que no es tan extraño si pensamos en como somos los padres actuales. La lucha de Ponyo por ser humana tiene momentos super divertidos mientras va conociendo por primera vez elementos mundanos, como una cuchara o una sopa. O dormir en un sofá. También hay momentos dramáticos como en Totoro, cuando Sosuke y Ponyo van a buscar a Lisa, temiendo que la haya podido pasar algo tras la tormenta. El miedo a perder una madre (o un padre) es lo más terrorífico que puede imaginar un niño, y es una constante en la filmografía más infantil de Miyazaki.
La animación resalta en muchos momentos la sensibilidad infantil con diseño redondeados y formas básicas sin demasiados detalles. Algo adecuado con lo que la película quiere contar. Pero junto a eso está llena de momentazos visuales alucinantes. Empezando por todo lo que tenga que ver con el mar y las escenas de tormenta en la que el mar inunda el pueblo de Sosuke y de Lisa. La llegada de la Diosa madre de Ponyo es otro momentazo que te deja con la boca abierta, con un tamaño enorme que resalta que estamos ante la personificación de la Vida misma. Hay un montón de hallazgos visuales que hacen que la película sea super disfrutable y se vea en un suspiro.
Ponyo puede no ser igual de OBRA MAESTRA que Mononoke, pero es un peliculón que me encanta y que tengo claro que seguiré viendo con mi hijo mientras me deje. Y cuando él ya no quiera porque es mayor o ya no vive conmigo, yo la seguiré viendo y disfrutando.
Dentro que todas las películas de Ghibli me gustaron, si tuviera que hacer un ranking de estas 6 películas, mi orden de preferencia sería:
1- La Princesa Mononoke
2- Mi vecino Totoro
3- Nausicaä del valle del viento
4- El castillo ambulante
5- Ponyo en el acantilado
6- Porco Rosso
Con esto termina esta serie de microreseñas, espero que os hayan gustado. Aunque tengo que reconocer que me he quedado con ganas de ver otras películas de Ghibli, así que no descarto hacer alguna entrada adicional, aprovechando que no hablé de El viaje de Chihiro y que hace tiempo que no veo El castillo en el cielo, Cuentos de Terramar o Nicky, la aprendiz de bruja. O la colina de las amapolas… Si, sin duda, hay para un par de artículos más de Ghibli…
Gracias por leer este post. Espero tus comentarios. Y si te gustó el artículo, te invito a que lo compartas en redes sociales y que te suscribas para que te lleguen las notificaciones de las próximas publicaciones. Y si quieres, puedes invitarme a un café.
¡Saludos a todos!
Debe estar conectado para enviar un comentario.