Crítica de Pinocho de Guillermo del Toro (Netflix)

Tenía ganas de ver la versión que Guillermo del Toro ha preparado del clásico Pinocho, planteada como una película de animación stop-motion. Gracias a Netflix he podido satisfacer mi curiosidad.

PUNTUACIÓN: 6/10

Versión musical en animación stop motion de ‘Pinocho’, ambientada en Italia durante la década de 1930. Guillermo del Toro y Mark Gustafson dirigen esta película, que en la versión original cuenta con un reparto estelar de voces: Ewan McGregor (Pepito Grillo), David Bradley (Geppetto) y el debutante Gregory Mann (Pinocho). También participan Finn Wolfhard, Cate Blanchett (ganadora del Óscar), John Turturro, Ron Perlman, Tim Blake Nelson, Burn Gorman, Christoph Waltz (ganador del Óscar) y Tilda Swinton (ganadora del Óscar).

A partir de la mítica creación del italiano Carlo Collodi, Guillermo del Toro plantea la adaptación con una historia escrita junto a Matthew Robbins que fue convertida a guion cinematográfico por Del Toro y Patrick McHale. Del Toro es co-director de la película junto a  Mark Gustafson. La fotografía de la animación corre a cuenta de Frank Passingham, mientras que el montaje es de Ken Schretzmann. La música y las canciones corren a manos de Alexandre Desplat. La película estrenada en Netflix tiene una duración de 114 millones y tiene un presupuesto de 35 millones.

Pinocho está protagonizada por las voces de Gregory Mann, David Bradley, Ewan McGregor, Finn Wolfhard, Cate Blanchett, John Turturro, Ron Perlman, Tim Blake Nelson, Burn Gorman, Christoph Waltz y Tilda Swinton.

Siempre empiezo mis reseñas hablando de lo bueno de una obra para luego comentar los aspectos que no me han gustado. Y dentro del pequeño milagro que es que una película de animación stop-motion como ésta se haya convertido en realidad y esté disponible para espectadores de todo el mundo gracias a Netflix, la verdad es que no he conectado nada con la propuesta de Del Toro. Hasta el punto que no estoy muy seguro si no falla en la mayoría de cosas que plantea a la hora de crear su propia versión del clásico de Carlo Collodi. Y es una pena, porque el increíble trabajo que tantos creativos han invertido en hacer esta película stop-motion, que es una maravilla, queda diluido por todas las cosas que no me han encajado.

Empezando por lo principal, para lo bueno y lo malo la película transmite la personalidad de Del Toro. Y aunque la Espíritu de la Madera, la Diosa de la Muerte o la ballena monstruosa transmiten una sensibilidad 100% Del Toro, realmente todos los diseños de los personajes hacen que la película sea antipática, casi desagradable. Y es normal que la animación y los muñecos resalten la maldad de los malos de la película como el Conde Volpe (dueño del circo al que se une engañado Pinocho) o el fascista Podestà, pero realmente es que todos los personajes tienen unos diseños que no funcionan. No me gusta nada Pinocho, pero tampoco me funciona Geppetto o el grillo narrador Sebastian J. Cricket, que son los personajes positivos y sin embargo me transmiten un feeling perturbador casi de película de terror que no me ha gustado nada. Y esto es un gran problema para conectar con la película.

Otro gran problema para Pinocho es tener una película de casi dos horas de duración que resulta bastante aburrida a nivel general. La animación es una maravilla, unido a todo lo relativo al diseño de producción y los efectos digitales incorporados tras el rodaje en stop-motion, que como digo me parecen una maravillosa locura. Pero toda la perfección técnica y el cariño artesanal acaba yéndose al traste si lo que nos están contando no es interesante. Parte del problema aparte del problema de los diseños de los personajes, es que Pinocho en el 80% de la película es un protagonista antipático que se comporta de forma egoísta movido por su propio interés, haciendo lo contrario que su padre o la gente a su alrededor le pide que haga. Está claro que una parte fundamental de la película es conocer a un protagonista que no sabe nada del mundo y quiere no sólo que le digan qué es lo correcto, sino por qué. Pero al final entra en la categoría de «niño ostiable» que cae mal.

Otro gran problema son las canciones, que no funcionan nunca, quedan rarísimas y afectan terriblemente al ritmo de la película. Había leído que de alguna manera Del Toro planteaba la versión más adulta de Pinocho y la más aproximada al original italiano, pero eso no cuadra con las canciones, que son totalmente fallidas. Unido a esto, viendo en Netflix que la película tiene una calificación por edades +7 me hace preguntarme ¿qué espectador tiene en mente Del Toro como cliente de Pinocho? Ciertamente no los niños, no con estos diseños de personajes que echan muchísimo para atrás y pueden dar hasta miedo. (Aunque no es categoría de nada, mi hijo empezó a verla y se fue a la habitación porque lo le interesó lo que vió). Por otro lado, por muchos temas adultos que toque, para el público generalista al final Pinocho es un remake de una película de Disney que ofrece otra versión animada, además fea. Jamás empezarán a ver una película de este tipo. (Mi mujer se quedó dormida viéndola porque se aburrió a los 10 minutos y no consiguieron que la interesara). Entonces ¿Quién es el público de Pinocho, sólo el público friki? Esos desde luego no pagamos el chiringuito, creo yo.

Pinocho fue creado por Carlo Collodi a final del siglo XIX, en la década de 1880. Está genial ambientar la película en Italia para buscar esta conexión con la obra original, pero la ambientación en la época fascista antes y durante la 2ª Guerra Mundial no me encaja para nada con la idea de fidelidad al original. Pinocho entraba dentro de la tradición de cuentos moralizantes que contaban a los niños (y mayores) que tenían que portarse bien y ser buenos ciudadanos o serían robados, castigados y al final tendrían el peor de los destinos imaginables. Al final, como premio por las lecciones aprendidas y por cuidar a Geppetto, fue premiado convirtiéndose en un niño de carne y hueso, lo que él siempre había deseado. Esto último no sucede en la película.

Comentaba que hay temas adultos a lo largo del viaje de Pinocho, cosa que me parece muy interesante. Sobre todo hay una crítica muy evidente al egoísmo y la maldad de la gente que se aprovecha de los inocentes, representado en el malvado Volpi, el dueño de la feria. Pero también a la sociedad que busca eliminar al diferente, algo representado en el fascismo italiano de los años 30 que domina el pueblo de Geppetto y toda Italia. Mussolini incluso aparece en la película. En este sentido, hay también una crítica muy clara contra la guerra y la gente belicista que la busca como si fuera algo bueno. Estos elementos como aspecto temático son muy interesantes, incluso aunque como digo la forma en que lo muestren no acabe de ser tan interesante como el tema en si.

En estos momentos de dictadura de lo políticamente correcto y de promoción de valores LGTBI+, estaba descontado desde antes de empezar a ver la película que Pinocho no se iba a convertir en un niño de carne y hueso, ya que él ya es un niño real, aunque de madera e inmortal. La clave es que sólo tenía que convencerse de que ya es un niño independientemente de su apariencia. Y no tengo problema en que Del Toro tome la decisión creativa que quiera si no fuera que tengo claro que en otro momento histórico hubiera sido más fiel a la novela y ahora mismo la corriente woke crea un marco de pensamiento inconsciente, que marca este cambio antes de empezar a escribir el guion, ya sea por convencimiento o por miedo a que califiquen la película de ___ista. Me encanta la libertad creativa, pero cuando ves que las decisiones de todas las producciones mainstream van siempre en el mismo sentido, no hay duda que no es tanto un tema «creativo» sino de adscripción a la doctrina dominante. Curiosamente, esto es lo que aplicaba el fascismo en Italia en la década de 1930, uniformando todas las ideas y atacando al que alejara del discurso dominante. Aunque siendo sincero, mi problema con Pinocho no viene con el final de la historia, que realmente me parece muy bonito y la parte más emocionante del conjunto, ya que la película ya me había perdido mucho, mucho antes. Así que este canto a favor de los niños y niñas diferentes no me supone ningún problema, más allá de reflejar lo que son las doctrinas dominantes en el mainstream.

A pesar de no haber conectado con este Pinocho de Guillermo del Toro, realmente hay que darle las gracias a Netflix por producir la película. Y al mismo tiempo, deseo que signan haciéndose más películas de animación con esta técnica del stop-motion, que da un feeling super diferente a la perfección de la películas creada con animación digital.

Esto me sugiere algo que ya he expresado hace mucho tiempo, y es que no existe un fandom o un friki unitario, cada uno somos de un padre y una madre, y a los que les gusta a animación no tiene porqué gustarle Pinocho y a la vez que la última película de Del Toro El Callejón de las almas perdidas me gustara mucho, con la que Pinocho comparte elemento empezando por el circo de freaks, no es garantía que su siguiente propuesta me vaya a gustar. En todo caso, seguiré probando lo que el Toro nos ofrezca.

Comparto el trailer de esta película:

Pinocho me ha decepcionado. No he conectado nada con la propuesta de Del Toro que además me ha parecido muy aburrida. Una pena.

PUNTUACIÓN: 6/10

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