Crítica de Noir Burlesque de Enrico Marini (Norma Editorial)

Tenía ganas de leer Noir Burlesque, el nuevo comic de Enrico Marini en los que se sumerge en los tópicos del noir. Y la verdad es que gracias a un apartado gráfico excepcional, esta obra editada en dos volúmenes por Norma Editorial no decepciona.

PUNTUACIÓN: 8/10

MARINI SE ADENTRA EN EL GÉNERO NEGRO EN SU PRIMERA NOVELA GRÁFICA.

Terry Cole es un atracador con principios que asume una deuda que no le corresponde. Mientras lucha por cancelar esa cuenta, se reencontrará con una mujer a la que había decidido olvidar hace mucho tiempo. Juntos participarán en una intriga policial de alto voltaje donde se mezclan delincuentes de poca monta, femmes fatales, policías íntegros, matones a sueldo y mafiosos sin escrúpulos sobre el telón de fondo de los Estados Unidos a finales de la década de 1940.

El historietista suizo Enrico Marini (Rapaces, La estrella del desierto, El Escorpión) desciende a las cloacas de la serie negra para deleitarnos con una elegantísima crook story — subgénero protagonizado por criminales— espléndidamente escrita y soberbiamente dibujada.

Nacido en Liestel (Suiza) el 13 de agosto de 1969, MARINI cursa estudios artísticos en la Escuela de Bellas Artes de Basilea de 1987 a 1991. Su salto al ámbito profesional llega en 1987, al ser descubierto por el periodista Cuno Affolter en un concurso para noveles organizado por el desaparecido Festival de la Bande Dessinée de Sierre. Publica en el diario ginebrino La Tribune y en otras publicaciones suizas. Su primer álbum, La colombe de la Place Rouge, con guión de Marelle, es editado por Alpen. A principios de los noventa se pasa a la ciencia ficción con Gipsy, una serie futurista protagonizada por un camionero gitano. En 1996 cultiva el western con L´Étoile du Désert, con guión de Stephen Desberg, y en 1998 hace lo propio con el terror al crear junto con Jean Dufaux la saga Rapaces. Obtiene su mayor éxito al lanzar en el 2000 la serie de capa y espada El Escorpión, de nuevo en colaboración con Desberg. Otro título destacado en su carrera es Las águilas de Roma, como autor completo.

No puedo decir que haya leído toda la obra de Marini, pero su El Escorpión con Desberg me gusta mucho y su Batman: El príncipe oscuro me voló la cabeza cuando lo leí en 2018. Desde que conocí que Marini planteaba un nuevo comic planteado como un noir de vieja escuela con un ladrón con su propio código moral y una femme-fatale, sabía que tendría que leerlo tarde o temprano. Ahora que Norma Editorial ha publicado el segundo volumen que cierra la historia, me he lanzado de cabeza y la verdad es que lo he disfrutado un montón.

Hay que reconocer que la historia es super formulaica de principio a fin, como si Marini se empeñara es seguir de principio a fin los grandes tópicos del género noir es su vertiente crook / femme-fatale. Empezando por una primera escena seguida de un flashback que explique cómo los personajes llegaron hasta ese punto. Todo suena a conocido, una melodía que ya has escuchado en otras ocasiones. Pero eso da igual, porque el dibujo me parece una maravilla. Empezando por la elección cromática, al ser un comic casi en blanco y negro, con unos marcados tonos pastel pintados con acuarela sólo interrumpidos por un rojo pasión personalizado en la figura de Caprice, la antigua novia de Terry Cole a la que años más tarde encuentra como prometida de un mafioso y como estrella de un espectáculo de variedades subido de tono. El título del comic apela a estas dos vertientes, el noir de criminales y el elemento burlesque con las apariciones sexis de Caprice. Y aparte de la personalidad que aporta, este color aporta un feeling atemporal a la historia que la convierten en lectura obligada ahora, pero lo seguirá siendo de aquí 10 o 20 años.

La verdad es que me he encontrado perdido dentro de las bellísimas imágenes de este comic y la potencia de la narración de Marini, sin ser como digo especialmente original en ningún momento. Con Marini me pasa lo mismo que con Eduardo Risso, sus mujeres transmiten deseo y sexualidad por los cuatro costados, haciendo que sea un placer verlas. Algo además amplificado por el tamaño de los álbumes de Norma, que ayudan a que el arte destaque aún más y la experiencia lectora sea aún más satisfactoria.

El comic es ante todo un medio visual. Y estoy tan cansado de los comics mainstream americanos con un dibujo montonero sin personalidad que me parece una maravilla poder disfrutar de un comic como este Noir Burlesque de Marini. Si eres fan del noir, del cine clásico o simplemente de los comics sexis excepcionalmente dibujados, la compra y lectura de esta obra es obligada.

Comparto las primeras páginas de este comic:

Noir Burlesque es un comic estupendo cuyo magnífico apartado artístico lo convierte en compra obligada.

PUNTUACIÓN: 8/10

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